Aunque en la península no seamos capaces de abandonar
nuestras luchas tribales, convenientemente animadas desde los medios de
comunicación, los verdaderos retos que tenemos por delante como europeos, son
las poblaciones que huyen de la guerra y la devastación de sus países. Es ley
de vida, las familias, las personas buscan sobrevivir y salen de los
territorios que se han convertido en campo de batalla.
Habría que ver quién es
responsable del desastre, pero la realidad es que no se puede impedir que la
gente se mueva buscando un futuro mejor. La humanidad lleva emigrando desde que
surgió, así que va a ser ineficaz mirar para otro lado o intentar ponerle
puertas al campo y electricidad a las vallas fronterizas.
De ahí este
interesante artículo sobre “filosofía del refugiado” o más bien sobre
repercusiones actuales de la obra de la filósofa y refugiada que fue Hannah
Arendt.
Se impone la lectura del capítulo 9 de los Orígenes del Totalitarismo: “La
decadencia del Estado Nación y el final de los derechos del hombre”
Hannah Arendt sobre los refugiados:
"Significó la ruptura de nuestro mundo privado"
En 1933 la teórica política Hannah Arendt huyó de Alemania, 10 años más
tarde publicaba el artículo: "We refugees". A propósito de su propio
destino como refugiada desarrollaba por vez primera sus tesis según las cuales
ser hombre significa el derecho de tener derechos.
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"Perdimos nuestra lengua y con ella la naturaleza de nuestras reacciones", escribe Hannah Arendt en su conocido ensayo "We Refugees". (picture alliance / dpa / epa / Georgi Licovs
El filósofo y experto en Judaísmo Thomas Meyer es
profesor en la cátedra de Filosofía de la Universidad Ludwig-Maximilians
de Munich. Se ocupa de la historia de la ideas en los siglos XIX y XX, de la
filosofía de los siglos XIX y XX y de filosofía de la cultura.
Un bote con refugiados en el Mediterráneo (Archivbild) (picture alliance / dpa / Opielok Offshore Carriers)
«Nosotros
tendremos
la residencia en este país, libres, sin rescate y
con
derecho de asilo contra todo mortal; nadie, ni habitante
ni
bárbaro, podrá llevársenos; y si alguien acude a la fuerza,
el
terrateniente que no nos ayude será privado de sus
derechos
de ciudadano y desterrada por sentencia del
pueblo.»
Tal es la resolución que les ha animado, en defensa
nuestra,
el rey de los pelasgos, invitando a la ciudad a no hacer crecer en el futuro la
terrible ira de Zeus, y evocando
la
doble mancha, nacional y extranjera, que aparecería
contra
la ciudad, monstruo indomable, alimentado de dolor.
Los versos de la tragedia “Las suplicantes” de
Esquilo, siguen siendo pertinentes a pesar de sus 2.400 años.
50 muchachas huyeron de Egipto, atravesaron el mar y buscaron refugio en la
ciudad griega de Argos, con el consentimiento del rey Pelasgos y de su pueblo. Y aunque la obra conecta expresamente la
expulsión, la huida y el deber de los ciudadanos de la polis y los refugiados
con la cuestión de la democracia y el asilo, se trata de una historia del Dios
Zeus.
"Sin
embargo, me urge respetar la
ira
de Zeus Suplicante: entre los mortales,' es el temor supremo.”
Y un poco más adelante dice:"El pueblo pelásgico ha escuchado
las razones persuasivas de una arenga pero Zeus ha llevado a cabo la decisión."
Un dios dirige la historia. No un político ni un funcionario. No hay decisión de organización internacional alguna. Esquilo se cerciora de que la voluntad divina y la humana se reúnan en común armonía. En esto estriba el avance decisivo con respecto a todos sus predecesores. Tambíen ahí termina la competencia de Esquilo
¿Por qué volver a los antiguos?
Silencio sepulcral en la filosofía
Desde Kant hemos visto intentos de adecuar el derecho constitucional, el derecho internacional e incluso el derecho civil a los movimientos de refugiados. Y la filosofía política ha subrayado siempre que los problemas internacionales no se pueden resolver con la clásica división de estado, territorio y pueblo, con el derecho estatal, en particular los problemas de los perseguidos por causas políticas, los demandantes de asilo, los llamados refugiados por causas económicas o los que están esperando el reconocimiento de la nacionalidad.A pesar de todo sería más útil que nunca escuchar a la filosofía, algo que interrumpiera el vocerío entre el lema "¡lo conseguiremos!" y "el ocaso de Occidente". Aunque hay artículos y entrevistas de los representantes de la filosofía, observamos que no tienen nada que decir o poco que decir con respecto a la situación actual. Nada sobre las causas políticas, nada sobre la miseria, las posibilidades y peligros de lo que está pasando. Los sociólogos, politólogos, estudiosos de la cultura encuentran con más facilidad términos para describir y analizar la nueva situación. No se puede evitar la impresión de que frente a las preguntas referentes al destino de Alemania, Europa o en general del mundo occidental, los amigos de la sabiduría tienen poco que decir.
¿Quizás esta expectativa de la filosofía está sencillamente cubierta por una ciencia constantemente diferenciada a la vez que tradicionalmente lenta en reaccionar? ¿Por qué tendrían algo que decir los filósofos si los políticos y los funcionarios se repiten constantemente y siguen la supuesta opinión del pueblo?
Die Philosophin Hannah Arendt (picture alliance / dpa)
"Perdimos nuestro hogar y la intimidad de la vida cotidiana. Perdimos nuestro trabajo y con él la confianza de ser útiles de algún modo en este mundo."Un nombre resurge siempre que se habla de “Refugiados” y de “Filosofía“, el de Hannah Arendt.
"Perdimos nuestra lengua y con ella la naturalidad de nuestras reacciones, la simplicidad de nuestros comportamientos y la expresión espontánea de nuestros sentimientos. Nuestra identidad cambia tan a menudo que nadie puede saber quienes somos. [...] y esto significa la ruptura de nuestro mundo privado."
Esta cita suena fuera del tiempo como un estribillo de la eterna canción de queja de los desamparados, los apátridas, los refugiados. Quizás por eso se oyen y se leen estas líneas una y otra vez desde el comienzo de la “catástrofe de los refugiados”.
Nada sustancial que añadir
Proceden del artículo de Hannah Arendts "We Refugees", un breve texto que apareció en enero de 1943 en el Menorah Journal. Parece como si nadie pudiera añadir algo sustancial a la precisa descripción de la pérdida de la existencia laboral, del trabajo y de las emociones que describe la filósofa en el artículo. Al menos si hay que creer a las innumerables tomas de posición de los partidos, activistas y organizaciones que no necesitan ningún consejo filosófico ni de Esquilo ni mucho menos de Arendt.Hannah Arendt, tras estudiar con Martin Heidegger y Karl Jaspers huyó de Alemania en 1933 de Alemania a Francia, y en mayo de 1941 llegó a los Estados Unidos desde Portugal.
Quizás la incansable escritora se sacó de la manga en pocas horas el texto “We Refugees”. Un texto que en principio está muy relacionado con su propia situación. Por vez primera se expresa sobre su propio destino y el de otros judíos europeos que pudieron salvarse de la maquinaria asesina de Hitler. Utilizando la figura del sr. Cohn describe la negativa de muchos judíos que pudieron escapar de los nazis a referirse a sí mismos como “refugiados”, esas personas intentaron convertirse en ciudadanos normales en los estados y sociedades que los acogieron.
Optimismo sorprendente
En la palabra “nosotros” del ensayo de Arendt se mezcla su propio destino con el de otros. Ese "nosotros" es seguro que ha tenido que ser salvado muchas veces, muestra un optimismo sorprendente. Y sí hemos tomado conciencia del problema de los refugiados, de los que hoy está sin derechos y sin Estado.Arendt aboga contra el esfuerzo de la asimilación y defiende una nueva autoconciencia política de los refugiados que les lleve a promover su causa.
Cambia rápidamente la perspectiva, el nosotros se transforma en yo. Un yo que asume él solo la responsabilidad de las siguientes reflexiones, reflexiones que no puede dejar que carguen sobre los millones que compartieron el mismo destino que ella.
"El que nos tire la primera piedra debería recordar primero que como judíos no tenemos estatuto legal en el mundo.”
Expulsada aunque nunca llegó a su destino, así podrían resumirse las reflexiones de Hannah Arendt. Reducidos al puro y desnudo ser hombre y reconocidos solo como tal por los Estados que los acogieron, se borra la seña de identidad por las que los judíos tenían que ser asesinados: ser judíos.
Estos refugiados han llegado a Lesbos en una embarcación hinchable. (picture alliance / dpa / Socrates Baltagiannis)
"Con nosotros refugiados ha cambiado el significado del concepto refugiado, ... así la palabra refugiado que en algún momento evocaba un profundo respeto, se ha transformado en la representación de una amenaza y un ser desgraciado.“Esta cita muestra que es inútil referirse a Esquilo y las tradiciones que relacionaban al refugiado con su necesidad de asilo y su vulnerabilidad.
En la tierra de nadie de la anarquía
Al principio eran individuos o pequeños grupos en cualquier caso. Pero por primera vez tras la primera guerra mundial pueblos enteros se encontraron en la tierra de nadie de la ausencia de derecho. Por ellos también escribe Arendt cuando dice:"Nuestra identidad cambia tan a menudo que no hay forma de saber quiénes somos."
Es la catástrofe judía que lleva a Arendt a una argumentación radical: Una radicalidad que hasta hoy sigue constituyendo un reto. Siempre se olvida que la lleva a cabo en dos pasos coordinados.
Primero tematiza la entrada de los judíos en la historia. Desde ese momento ya no son un pueblo que deba entenderse a sí mismo y para los demás como modelo bíblico de un destino.
"La historia ya no es un libro con siete sellos y la política deja de ser un privilegio de los no judíos.”
La maquinaria asesina nacionalsocialista impone tanto a los vivos como a los muertos las brutales condiciones de su prevista extinción. Ambos tienen una historia común.
La cuestión de los refugiados se ha vuelto universal
Pero eso no es algo decisivo. Los nazis alemanes no distinguían en realidad. Para poder reducir los judíos europeos a la mitad, todas las naciones fueron destruidas y disueltas. Los refugiados judíos sabían que:"inmediatamente después de proscripción del pueblo judío, las Naciones europeas fueron declarados proscritas. Los judíos expulsados de un país a otro representaron la vanguardia de sus pueblos."
Al nombrar a los refugiados vanguardia de sus pueblos, Arendt refleja el último triunfo de su ensayo. Agrava lo que en 1943 a penas se podía pensar: gracias al exterminio planeado de los judíos europeos pone a todos los supervivientes en el mismo barco. Lo que hoy les sucede a los refugiados, y así lo vive el señor Cohn en "We refugees", le puede pasar a cualquier otro. Lo que significa que todo lo que se basaba en las anteriores distinciones con ayuda de las cuales se describía la relación entre judíos y no judíos ya no tiene sentido.
Traducido significa: la cuestión de los refugiados se ha vuelto universal. Exige una revisión del autoconcepto que tienen los Estados, esto es, la representación de un pueblo estatal que vive dentro de unas fronteras que son garantizadas por el Estado.
Fuera de todo orden estatal
Esa antigua "antigua trinidad", como Arendt la llamará mas tarde no puede ser la solución para el llamado problema de los refugiados. Por tanto el moderno Estado nación, establecido como modelo desde la revolución americana y la revolución francesa para las democracias no puede ser una solución. El nacionalsocialismo no terminó sólo la historia anterior sino que llevó al abismo a los que creían que tras una larga serie de persecuciones finalmente iban a salvarse.Lo que Arendt quiere decir con esto lo explica dos años más tarde en la revista Menorah: en su artículo "Zionism Reconsidered" se adhiere a los planes para la fundación de un Estado de Israel en Palestina.
El argumento principal de este texto difícilmente accesible enlaza directamente con el ensayo "We Refugees". Si los estados nacionales ni habían podido con la tormenta nacionalsocialista ni habían podido resolver el problema de los refugiados, dicho estado nación quedaba prohibido como modelo. Dice Arendt que quien pensara que tras la experiencia de la Shoah que se podía concebir un estado judío según el modelo del estado nacional clásico, debería de tener ante los ojos el destino de los refugiados. Porque el refugiado es el que existe fuera de cualquier estado nación. Un año más tarde Arendt sintetizó sus reflexiones en su obra magna "Los orígenes del totalitarismo":
"Que hay algo así como un derecho, el derecho de tener derechos y esto esto es lo mismo que el derecho a vivir en un sistema de relaciones en el que uno sea juzgado por sus ideas y sus comportamientos, lo sabemos desde que han surgido millones de personas que han perdido ese derecho y que a consecuencia de la nueva organizacón global del mundo no están en condiciones de recuperarlo."
Derecho de tener derechos
Esta declaracón transfigurada casi en fórmula del mundo era el principio de una reflexión global sobre la situación en los escritos de Arendt. Así lo recuerda el profesor e investigador israelí el filósofo Omri Boehm de la New School for Social Research :"La respuesta de Arendt a la situación de 1945 en Palestina se refleja en la conocida fórmula “El derecho a tener derechos”. Arendt sabía que ese derecho sólo era la expresión del problema, no la solución. Para ellos se necesitaría una reformulación política. Probablemente esa convicción está detrás de su decisión de romper con el sionismo. Porque mientras Arendt quería resolver el problema de los refugiados judíos en el sentido de que tenían que convertirse en hombres con derechos, el sionismo prefirió seguir pensando en las categorías antiguas y hacer de los judíos ciudadanos de su propio Estado."
Omri Boehm señala un punto decisivo en esta afirmación. El discurso sobre la "vanguardia", representada por los refugiados y que exige de nosotros que reconsideremos de manera crítica todas las experiencias históricas anteriores y los conceptos, para estar en condiciones de entender lo nuevo, recibe sus primeros contornos en el análisis del sionismo. No se trataba para Arendt de negar todos los judíos esparcidos por el mundo entero el derecho a la seguridad y una nueva patria. Antes bien quería conseguir una conciencia de que para ello primero se debía elegir el modelo político correcto, que no volviera a repetir el fracaso de los estados nación y la Sociedad de Naciones, que fueron incapaces de proteger a sus ciudadanos de los ataques de sus enemigos.
Modelo de un permiso para refugiados en Alemania (picture alliance / dpa / Uwe Anspach)
Hay que recordar que el ensayo de Arendt de 1943 "We Refugees" al principio no suscitó ninguna reacción. Literalmente había otras preocupaciones. Pero el ensayo sobre el Sionismo suscitó críticas incluso en el círculo de sus amigos. zunächst keinerlei Reaktionen bekam. Man hatte buchstäblich andere Sorgen. Gershom Scholem, el experto en mística judía, que vivía desde 1923 en Jerusalén, escribió a su amiga Hannah Arendt el 11 de Noviembre de 1946:
"Pero es un apena para nosotros – pensé que había en Ud cierta convicción fundamental anarquista que compartíamos para la que Ud sólo muestra compasión. Pero más que los propósitos antisionistas de lo que ha escrito cuyo contenido podríamos discutir, es el tono con el que lo hace, que excluye toda discusión.”
Scholem creía también saber el motivo de ello. En la misma carta escribió:
"Mis experiencias en Europa fueron muy tristes y deprimentes, llegué a casa conmocionado. La distancia entre las diversas comunidades judías en Europa, América y Palestina es en mi opinión catastrófica y no se puede recuperar con una teoría inventada.”
Reforma de los conceptos políticos tradicionales
Con ello Scholem expresaba claramente algo a lo que hasta entonces Arendt sólo había aludido. Faltaba una teoría. Quiso desarrollar una teoría del refugiado frente a lo que Shcolem había dicho, una teoría que iba a consistir nada menos que en reformar los conceptos políticos establecidos.Arendt se enfrentó a ese reto en los siguientes años. No de manera sistemática, con algunas equivocaciones y tribulaciones, pero siempre con el convencimiento asentado de establecer una teoría válida.
El resultado más importante de ese esfuerzo fue su estudio “Orígenes del Totalitarismo”, en el que aborda un análisis teórico e histórico del Antisemitismo, el imperialismo y el totalitarismo. En 1951 apareció por vez primera en inglés, cuatro años más tarde en alemán, aunque la edición alemana era otro libro. No fue responsabilidad sólo de la propia autora que tradujo la obra. Buscó otra representación del problema que trataba. Particularmente impresionante es que tuvo éxito incorporando sus propias experiencias en la secciones sobre el antisemitismo y los refugiados.
No hay participación
Los historiadores rechazaron la obra fundamental de Arendt “Orígenes del totalitarismo”, pero ella contaba con esa reacción.Por una parte se trata de posiblemente suficiente subrayado de la figura del refugiado. No es la vanguardia, como ella cree comprender al menos teóricamente. El refugiado es el acontecimiento paradigmático del siglo XX.
Nada está a disposición del refugiado, ni el trabajo ni el idioma, ni los sentimientos ni las opciones de conducta. No tiene ninguna participación en lo que se llama cultura. “Pérdida del mundo“, individualidad muda, cadáver viviente, el refugiado es el otro, el fuera de la ley, el excluido de la sociedad y al mismo tiempo completamente dependiente de ella.
"La consecuencia catastrófica de la primera guerra mundial fue que más y más personas se veían situadas de manera que no eran consideradas ni por el sistema político ni por el sistema social dominante."
Debilidad de los análisis de Arendt
Si Arendt en sus explicaciones habla de que los derechos humanos reducen el hombre a su mero ser hombre para protegerlo en tanto que hombre desnudo, muestra la gran abstracción y al mismo tiempo la debilidad de sus análisis."La pérdida de los derechos humanos no se encuentra cuando se pierde tal o cual derecho que normalmente es considerado un derecho humano sino cuando el hombre pierde su lugar en el mundo, el lugar gracias al cual se pueden tener derechos y cuyas condiciones hacen que sus opiniones tengan un peso y sus acciones tengan importancia."
Puesto que los derechos humanos fallan precisamente en todo nuevo hombre político que había motivado su formulación. Fallan en aquellos que no tienen más que
"la abstracta desnudez de no-ser-más-que-un-hombre".
Ensayo silenciado
Pocos contemporáneos de Arendt leyeron este ensayo sobre los refugiados, un ensayo que fue publicado por vez primera en alemán en 1986.La revista judía Menorah muy influyente y extendida en determinada época en la que Arendt había publicado, lo incluyó en 1962.
Dos años más tarde aparecieron los mejores artículos de Menorah en una antología de unas 1000 páginas, sin embargo no se habían incluido los ensayos de Arendt. Evidentemente el editor la Jewish Publication Society, no tenía ningún interés en dar a conocer a la autora de Eichmann en Jerusalén. Arendt se había convertido con su informe de prensa de 1963 en persona non grata para determinados círculos judíos. También la reacción fue negativa cuando el editor Ron Feldman publicó "We Refugees" en 1978 tras la muerte de Arendt.
El filósofo Werner Dannhauser atribuye a Arendt un estilo elegante y la capacidad para presentar temas complejos de modo comprensible. Pero clasificó el artículo "We Refugees" como una bagatela autobiográfica y dijo que "Zionism reconsidered" era la expresión de su malentendido sobre la situación de los judíos en Palestina
Una mujer siria mira a través del autobús donde se refleja el "Diagoras", que llega al puerto del Pireo, cerca de Atenas. (picture alliance / dpa / Yannis Kolesidis)
Quien busca en los textos de Arendt afirmaciones válidas hoy, no debe limitarse a las citas más famosas. También se encuentran perlas en los lugares más insospechados de su obra.
Arendt se interesó de manera continua y sistemática por la problemática de los refugiados hasta su muerte en 1975. Con motivo de una discusión radiofónica el 6 de marzo de 1963 en Colonia resumió sus tesis de manera precisa:
Las fronteras de la "Democracia real"
"La incapacidad para la vida de este tipo de Estado, la forma en que falló se debió a cuestiones de la vida, que son siempre cuestiones económicas si lo miramos de cerca, ha sido comprobada suficientemente en el mundo moderno, y cuanto más se detiene uno en él, peores son las perversiones no sólo del estado nación sino del nacionalismo. No se debe olvidar que el totalitarismo, no sólo en la forma del régimen de Hitler, es responsable de la quiebra del estado nación y de la desintegración de la sociedad nacional de clases. Fue un producto de descomposición si lo miramos objetivamente. El concepto de soberanía del estado nacional, que procede del Absolutismo, es en las relaciones actuales de poder una peligrosa insensatez. La enemiga típica del estado nación a los extranjeros en las condiciones del tráfico actual de poblaciones es tan provinciana, que una cultura nacionalmente orientada debería de caer rápidamente a nivel de folklore y arte tribal. La democracia real sin embargo, y en relación a esto es quizás lo esencial, se puede dar solo cuando la centralización del Estado nación se ha roto y en su lugar se ha asegurado un sistema federal de difusión del poder en muchos centros de poder.”Los textos de Arendt a menudo sólo son trasladables a las situaciones actuales de manera muy básica. Pero mucho de lo que dijo en ese programa radiofónico de 1963 sigue estando vigente. Más aún: aunque Arendt no podía conocer progreso del derecho internacional, pronosticó de manera sorprendente las consecuencias de su desarrollo.
Que el final de los estados nacionales ha dejado tras de sí un dramático vacío de poder es visible para quien quiera ver los desarrollos en Afganistán, Libia y en muchos estados africanos. La llamada sociedad internacional hasta hoy no está en condiciones de asumir la responsabilidad de los Estados quebrados y de sus poblaciones privadas de sus derechos. En esa medida los análisis de Arendt siguen siendo válidos. El punto de vista según el cual todos estos problemas se concentran en la figura del refugiado se la debemos agradecer sólo a Hannah Arendt.
Necesidad de estructuras mundiales igualitarias
El mundo ha girado. Nuevas voces intelectuales muestran las cosas de otra forma cuando relacionan sus análisis y sus propias experiencias. Un ejemplo actual es el libro de Achille Mbembes Crítica de la razón negra aparecido en 2014, que entiende la historia de sus antepasados esclavos como un ejemplo de la necesidad de estructuras mundiales igualitarias.O la reciente novela en alemán ¡Matad a los pobres! En la que la india Shumona Sinha desvela su propia huida y el trabajo con los refugiados como un trabajo forzado.
Pero lo que en la literatura, la sociología y la ciencia política ha llevado a detalladas reflexiones en filosofía apenas ha tenido repercusión.
El filósofo italiano Giorgio Agamben fue durante un tiempo uno de los que continuó las reflexiones de Hannah Arendt. Sus ideas de la "vida desnuda", que pretendía desarrollar una ética a partir de la situación excepcional de los campos de exterminio nazis, se quedó sin embargo en una crítica del estado de derecho liberal. Un desarrollo posterior de lo que en Arendt era la vanguardia que señalaba el límite del hombre, a saber la figura concreta del "refugiado", se transformó en Agamben en fetiche de una aparente radicalidad.
Habría que estudiar más cuáles serían las posibles aplicaciones de las consideraciones de Arendt a nuestro presente. Quizá la primera que lo consigue es la joven profesora de ciencia política de nacionalidad turca Ayten Gündoğdu. Enseña en el Bernard College del New York Columbia University, en un estudio publicado en inglés "Privación de derechos en la época de los derechos" lleva a cabo una confrontación entre las modernas teorías del derecho y las reflexiones de Arendt sobre el refugiado.
La bella apariencia del nombre democracia
En particular parece según Gündoğdu que se ha divulgado la preocupación de Arendt de que la unidad del Estado, el pueblo y el territorio que se remonta a la Ilustración se ha abandonado totalmente en las instituciones. Pero las instituciones son tan buenas y útiles como aquellos que actúan en su nombre. Las instituciones no garantizan la maravillosa apariencia de la palabra democracia y de los que la apoyan.También el filósofo de Frankfurt Christoph Menke ha presentado en una gran Crítica de los derechos un intento de caracterizar al derecho como dotado de una violencia interior. de su poder interno. El refugiado que es acogido en un país y se convierte en ciudadano, posee los derechos cívicos. Pero esos derechos sólo son derechos cuando se imponen frente a otros. Este proceso aparentemente natural requiere que los derechos de uno sean la reducción de los derechos de otro. La regla que rige en las instituciones y los tribunales se rigen distinguiendo quien tiene derechos de quien no los tiene. Por eso y aquí se podría ver la inspiración que le ha procurado Arendt, Menke propone avanzar hacia "un nuevo derecho". Menke termina su libro con estas palabras:
"El nuevo derecho es por tanto el derecho cuyo poder consiste en disolverse: el poder con cuyo ejercicio morirá inmediatamente. El poder del nuevo derecho es el poder de la liberación.“
Defensa de los malos demonios
Quizás el teatro puede comprender con más precisión política y filosófica la urgencia de la situación de los refugiados. Elfriede Jelinek en "Los súbditos", una obra teatral acusadora, se ha ocupado entre otros de la tragedia de Esquilo “Las suplicantes".Nos lleva hasta los límites de la seguridad civil, lleva el sistema al absurdo. Hay que ayudar al refugiado porque él encarna el propio destino de quien le ayuda. Para una Jelinek siempre cínica no se trata de una expresión de amor al prójimo, sino que es una defensa de los malos demonios que nos pueden infestar. Con seguridad se debe asumir que se trata de una figura de pensamiento “Arendtiana”.
Hemos de retener que quien se ocupa de Hannah Arendt, convoca a una teórica cuyo pensamiento siempre estaba moviéndose. Citarla significa sobre todo tener que pensar a partir de ella. Ocupándonos de la cuestión de los refugiados se verá si la hemos leído con suficiente atención.
1 comentario:
Te paso un texto:
De "Entre los creyentes"
de V S Naipaul, el primer escritor que advirtió el peligro hace mucho, y no pudo menos que dedicarle una buena parte de su obra, si quieres saber más del tema:
El negocio estaba organizado. Como contables que estudian las leyes fiscales,
los expertos en exportación de mano de obra de Pakistán estudiaban las leyes de inmigración
del mundo y competían con sus batallones de emigrantes: visas de visitantes prorrogables aquí (la mayoría de los países europeos), allí la posibilidad de enviar a los familiares dependientes del emigrante (Inglaterra), allá visados de estudiantes intercambiables (Canadá y los Estados Unidos), en otros lugares posibilidad de pedir asilo político (Austria y Berlín Oeste), más allá aún no había necesidad de visados, justo debajo del Círculo Polar Ártico (Finlandia).
Salían sin cesar en aviones hasta los topes. El aeropuerto de Karachi estaba preparado para ese tráfico de emigrantes.
Algunos conseguían entrar; otros eran rechazados. Alemanes disparan a cuatro paquistaníes:
Entrada ilegal. Esta fue una noticia en Amanecer, enviado desde Turquía, en la ruta de los emigrantes, y era la historia de la captura de un grupo.
En el extranjero, los emigrantes se ponían en las manos de las organizaciones defensoras de los derechos civiles. Buscaban la protección de las leyes de los países adonde los habían llevado los aviones.
Ellos o sus representantes pronunciaban palabras cabales sobre la diferencia entre los países pobres y los ricos, del Sur y del Norte. Hablaban sobre la criminal discriminación racial y la hermandad del hombre.
Apelaban a los ideales de civilizaciones extrañas cuyas virtudes negaban en su propio país.
Y a ojos de los fieles no había ninguna contradicción. La patria era la patria; no era como lo de fuera; las palabras ecuménicas que se pronunciaban fuera no cambiaban esas cosas.
La forma de gobierno musulmana era como Dios mismo, algo aparte, y había que purificarla y defenderla sin cesar. Como decía un artículo del Tehran Times, hablando de la oleada islámica: "Con las reformas y la adaptación a las necesidades actuales, en plena conformidad con el sagrado Corán y la Sunna [la conducta antigua, correcta], Irán y Pakistán, con una claridad de miras y una sincera cooperación, pueden establecer la verdad de que el Islam es un modo de vida completo".
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