Traducción Ana Azanza
Interesante entrevista sobre ciencia, trabajo de los científicos, cómo sabemos lo que sabemos y qué poco sabemos. El biólogo Jack Cohen que iba para rabino y acabó en científico, piensa que hacen falta menos especialistas y más dudas. Y tampoco está seguro de que hoy debamos saberlo todo. Somos, según él, grandes contadores de historias y nuestro cerebro está preparado para creerse cualquier buena historieta que nos cuenten. Aprender es una ilusión. Eso dice.
Nacido en 1933 ha sido profesor de Embriología en la universidad de Birmingham hasta 1997. Destaca por sus estudios sobre infertilidad, entre sus antiguos alumnos hay varios premios Nobel. También ha trabajado para la televisión, como asesor en series de ciencia ficción.
The
European: Su último libro trata sobre una cuestión fundamental para
los seres humanos: ¿Cómo sabemos lo que sabemos?
Cohen: ¿Cuál sería la explicación? Pregunta complicada. Usted es periodista
científico, por lo que puedo confiar en que conoce ciertos conceptos. Si le
quiero explicar el origen de una tormenta, tendré que explicar primero cómo
funciona la electricidad o de donde procede la lluvia. Es claramente más
complicado cuando se quiere explicar a un público con el que se tiene poco en
común. Es difícil encontrar las palabras adecuadas, de manera que el oyente
tenga al final la ilusión de haber aprendido algo.
The European: ¿La ilusión?
Cohen: Aprender es mayormente una
ilusión. Siempre
me alegro y maravillo de cómo los hombres a pesar de esas limitaciones
consiguen entenderse unos con otros.
The
European: Las reglas básicas de la gramática o determinadas ideas
sobre el mundo nos permiten hablar de modo inteligente unos con otros.
Cohen: Tomemos como ejemplo la historia de la
composición de textos. Los hombres primero grabaron signos en la piedra, luego
escribieron con tinta y papel y hoy el trabajo lo hace un programa informático.
La evolución sin embargo no está tan ordenada. Stephen Jay Gould ha formulado el concepto „Exaptation“ ,
para describir que determinadas características en el curso de la evolución
pueden cumplir diferentes funciones. La evolución de las aves empezó en algún
momento en los reptiles. Pero sabemos que hubo plumas antes de que las aves
aprendieran a volar. Entonces servían para protegerse del frío o para el
apareamiento hasta que en algún momento la función de las plumas cambió fundamentalmente.
Por tanto no se trata de una historia lineal.
The
European: Usted pretende complicar nuestra comprensión de la
evolución.
Cohen: Es equívoco decir: „Había una
vez una célula nerviosa, luego vino la evolución y en cierto momento tuvimos a Albert
Einstein.“ En lugar de eso habría que decir: „Había una vez un ser vivo que
proporcionó a su descendencia una yema y así se hizo posible un mejor comienzo
para la vida.” Este proceso ha conducido a través de muchas generaciones hasta
el hombre actual. Sólo somos monos privilegiados.
The
European: Usted describió una vez al hombre como el „pan narrans“ ,
como un mono contador de historias.
Cohen: Aceptamos las buenas historias a menudo como
explicaciones convincentes de fenómenos complicados. Pero desgraciadamente el
universo no funciona como una historia en la que A conduce a B que conduce a C
que conduce a D.
The
European: Como periodista me digo que la respuesta no que es en el
futuro ya no contaremos más historias, sino que las contaremos mejores, más
complejas, hechas con más cuidado, más precisas.
Cohen: Me gusta. No podemos evitar
la narración, pero podemos reflexionar sobre nuestros respectivos puntos de
vista. En el libro „Figments of Reality“ Ian Stewart y yo comenzamos con una
narración desde distintos puntos de vista sobre la historia del universo. Termina
con la misma historia pero desde la perspectiva de un alien. Ya teníamos todos
los capítulos y nos faltaba el marco para el libro. Hablamos con Terry Pratchett y nos dijo: „Es muy fácil. Tenéis
que dar sólo dos perspectivas diferentes sobre el origen del universo.“ Ese fue
el comienzo de nuestro trabajo con Terry. Nos dijo: „he cazado furtivamente en
vuestro territorio, ahora vosotros tenéis que cazar en el mío.”
The
European: ¿Qué le fascina en la relación entre la ciencia y la
ciencia ficción?
Cohen: La ciencia y la ciencia
ficción no van bien juntas. Todos los
intentos de explicar científicamente Star Trek fracasan. Pero Terry Pratchett no
escribe ciencia ficción, tampoco fantasía normal, sino parodias fantásticas.
Describe un mundo que no funciona según las leyes de la naturaleza sino según
la “narratividad”, la ley de contar historias. Esto nos da la oportunidad de
decir: “Imaginemos que una vez un mago hizo un segundo mundo en el Discworld de Terry que era completamente
distinto de Discworld, porque podía funcionar sin magia y en lugar de eso
funcionaba según las leyes de la naturaleza.” Entonces podemos hablar con
sentido sobre cuestiones científicas dentro de las historias fantásticas de
Terry.
The European: Ud. Dijo una vez que los físicos son científicos que se toman
muy en serio a si mismos: Dado que la física se ocupa de la materia y todo está
hecho de materia, los físicos pretenden contestar a todas las preguntas. ¿Qué preguntas no puede contestar la física?
Cohen: Por ejemplo las que tienen que ver con la
complejidad. El premio Nobel Richard Feynman escribió que una piedra está hecha
del mismo material que una rana, sólo que en una rana está ordenado de manera
diferente. ¡Así piensan los físicos! Como todo está
hecho de átomos todo debe ser igual. Y se sorprende mucho cuando se les dice que la
materia en un contexto diferente adquiere propiedades diferentes. Cuando los
átomos construyen juntos un pájaro entonces de pronto los átomos pueden volar.
The
European: ¿Esa imagen se verá complicada o simplificada por las
técnicas genéticas?
Cohen: Todavía no podemos fabricar
genes en el laboratorio, pero podemos manipularlos. Ya sabemos desde hace
tiempo que sólo alrededor del 5% del genoma –los genes- es realmente
importante, mientras que el resto es „basura“. Hoy sabemos que allí donde se
produce RNA es responsable de „encender“ o „apagar” determinados genes. La genética se ha transformado en epigenética.
The
European: En economía y en el periodismo la aparición de internet ha
cambiado fundamentalmente casi todos los ámbitos. ¿Tiene la moderna técnica
genética un efecto similar sobre la biología?
Cohen: La epigenética ha puesto toda
la historia patas arriba. Un trozo de RNA se comporta en determinadas
circunstancias de modo diferente en dos células cercanas y no tenemos ni idea de
porqué. Muchos de estos fenómenos son tan complejos que no se pueden expresar
en el lenguaje cotidiano. El lenguaje matemático ayuda a menudo pero desgraciadamente
no siempre. El universo no se limita a las cosas que se pueden expresar en fórmulas.
The
European: ¿Necesitamos una herramienta mejor?
Cohen: Las matemáticas están muy
bien. No tenemos que olvidar que estamos a medio camino entre „homo erectus“ y
„homo sapiens“. ¿Por qué tendríamos que poder contestar hoy a todas las
preguntas?
The
European: ¿Hay preguntas que deberían quedar sin responder?
Cohen: Me imagino que tras cada
puerta hay más puertas. El teléfono móvil ha cambiado en pocos años la vida de
la mayoría de los seres humanos, en especial en los países en vías de
desarrollo. Si pensamos que hay algo así como 3 importantes inventos por siglo,
aterrizamos en un mundo en relativamente poco tiempo que será radicalmente
diferente al actual. Y esa tendencia probablemente se va a acelerar.
The
European: Piensa en la ley de Moore.
Cohen: Precisamente. Lo mismo pasa
con la ley Zipf. El lingüista George Zipf descubrió
que la segunda palabra más frecuente en un texto aparece algo así como la mitad
de las veces que la primera. La tercera aparece un tercio menos de veces y así
sucesivamente. Esto da al final una curva matemática
bastante limpia.
The
European: ¿Lo que hoy nos parece un caso forma parte quizás de un
orden matemático superior? O dicho de otra forma: la complejidad es sólo una
fachada.
Cohen: Pienso que el mundo funciona sobre la base de
determinados principios. ¿Pero por qué esos principios y no otros? ¿Sacó Dios
ciegamente las leyes de la naturaleza de una bolsa cuando hizo el universo?
The
European: Una de las explicaciones más antiguas de las leyes de la
naturaleza es el principio antrópico: el universo es como es porque podía
surgir en él la vida inteligente y hoy estamos en situación de reflexionar
sobre esas cuestiones. Pero me parece una explicación insuficiente…
Cohen: Y lo es. No
es cierto que las constantes físicas sólo puedan ser las que son y no otras. Si
cambiáramos varias constantes, el universo tendría otro aspecto pero funcionaría.
Por ello tengo que decir que no sé porqué las cosas son así y no de otra
manera.
The
European: "No sé" tiene que ser una frase poco frecuente en ciencia.
Cohen: Los científicos deberían
admitir mucho más a menudo que no entienden algo. Stephen Hawking dijo una vez que él podría
mirar en la cabeza de Dios. Los teólogos saltaron de alegría pero Hawking quería
decir otra cosa diferente a lo que ellos entendieron.
The
European: ¿Cree ud. en un poder superior?
Cohen: En principio tendría que
haber sido rabino. El único Dios que me puedo imaginar es un Dios sin forma, un
Dios como el de Spinoza, que no tiene rostro
humano, como una fuerza de la naturaleza. ¿Pero
que sé yo? Sólo
soy un científico, sobre la mayoría de las cosas no tengo idea ninguna.
Pregúnteme sobre espermas, aves o amebas y le podré contestar. Pero si me
pregunta sobre carreras de coches u otras cosas no sabría que decir.
The
European: Durante mucho tiempo los científicos eran generalistas no
especialistas. Había incluso una palabra para ello: el que sabía de todo.
Cohen: La especialización es por
desgracia un fenómeno moderno. Hoy tenemos especialistas aunque casi todos los
científicos dicen que no podemos saber lo suficiente sobre cada una de las
especialidades.
The
European: El matemático Stephen Wolfram intentó contestar a
preguntas biológicas y filosóficas en tanto en cuanto que usaba tanto las
matemáticas como la informática. Eso es
ir en dirección del „generalista“.
Cohen: El peligro está en que al final se expliquen
todos los fenómenos como resultado de unas leyes fundamentales. Es atrayente
pero así se perdería la complejidad y eso es lo que hace interesante el mundo.
Una “teoría del todo“ está bien para imprimirlo en una camiseta, pero no da más
de sí.
The
European: Ud. escribe: „La mayoría de las explicaciones están
tergiversadas y tenemos que volver a comprobarlas“. ¿Por qué?
Cohen: El principio básico de la ciencia es la duda.
Popper dijo, que no se puede probar sino sólo refutar, pero
incluso refutar a veces es difícil, porque hay que tener en cuenta todas las
eventualidades. Hemos de ser críticos
hasta que diferentes pruebas conduzcan a la misma interpretación. Michael
Shermer argumenta en su libro „The Believing Brain“, que nuestro cerebro está
preparado para creer todo. Recoge las impresiones de los sentidos e intenta
encontrar una explicación plausible a medio camino. Los niños son alimentados
por su madre y piensan por ello que la comida siempre viene de su mamá. Si
podemos confrontar los indicios con alternativas, podremos rechazar
determinadas explicaciones e interpretaciones.
The
European: La historia de la ciencia moderna suele ser normalmente
explicada como el triunfo de la racionalidad sobre la superstición, no como el
triunfo de la duda sobre el dogma.
Cohen: La persona corriente entiende la ciencia como
un cúmulo de hechos que más o menos son verdad. ¿Pero la interpretación
corriente es la mejor? Creo que hay una respuesta convincente a las preguntas
que plantea la física teórica, pero no estoy seguro de que las partículas W o
el bosón de Higgins sea la mejor explicación. Si ud. quiere hacer sonar el
piano puede tirarlo desde el tejado de la casa y hará ruido. Pero seguramente no es la mejor táctica. Un problema es que los científicos a
menudo se pasan 15 años investigando un problema y cuando han encontrado una
explicación posible que está a medio camino exclaman gustosos: „Bingo, problema resuelto.“
The
European: Por otra parte quizá la ciencia fomenta ese orgullo y esa
ambición.
Cohen: Seguramente. Observé espermas durante 20 años y en determinado momento entendí
para mi propia satisfacción que de doscientos millones de espermas sólo unos
pocos son buenos. Este resultado sin embargo no tuvo
casi ninguna resonancia. Todavía no sé porqué, quizás en razón de las relaciones entre la
tecnología y la magia.
The
European: ¿Qué quiere decir?
Cohen: La gente interioriza las
nuevas tecnologías pero no la explicación de cómo funcionan. Aceptan los
hechos, pero no la interpretación de los hechos, porque la la biología que está
en la base es enormemente complicada. Cuanto más avanzada es una tecnología,
menos se distingue de la magia para la mayoría de las personas. No tenemos que tener miedo de la complejidad. Como dijo Dan Dennett:
„La mayoría de las cosas no podemos saberlas. Y las cosas que podemos saber
deben ser siempre criticadas.” Me gustaría decir de mí que lo pongo todo en
duda, pero como es natural no lo hago.
The
European: ¿Tiene el científico una responsabilidad en relación a la
difusión del saber más allá de su laboratorio?
Cohen: En cualquier caso hay
demasiados científicos. La mitad de los escolares van hoy a la universidad.
Deberían ir sólo el 2 ó el 3%, entonces se podría hablar de „Excelencia“. Muchas universidades son hoy
lugares en los que los estudiantes se sientan, y de los profesores se espera
que nadie suspenda. Suspendí a 6 estudiantes porque estarían mejor guardados en
otro lugar, en un caso lo suyo era una carrera de criminal, y pareció un hecho
inaceptable. Los políticos piensan aparentemente que cuantos más estudiantes
vayan a la universidad más Einsteins podremos crear. Un
político competente es algo excepcional.
The
European: ¿Pero la política educativa no tiene que conseguir mayores
oportunidades y mayor igualdad de oportunidades? La formación y el saber no
deberían ser privilegio de unos pocos.
Cohen: Cuando daba clase en
Birmingham, teníamos un sistema de tutorías. Veía a mis pocos estudiantes una
hora semanal, les dejaba que me leyeran sus ensayos y les podía criticar. Pero
desgraciadamente la situación hoy ha cambiado. Uno de mis estudiantes se
llamaba Arthur Jones y creía en el creacionismo. Mis colegas se enfadaron por
el hecho de otorgar un título de doctor a alguien así. A
mí me parece bien. El primer trabajo que le dí fue sobre la hipótesis Omphalos según la cual Dios
creó un mundo hace 6.000 años que
parecía que había existido desde hacía 6 mil millones de años. La edad de los
fósiles y la desintegración radioactiva serían plausibles si se piensa que Dios
ha hecho un buen trabajo. Sólo cambia la historia
sobre el origen del mundo.
The
European: Con ello llegamos otra vez a la ciencia y la fantasía. El
mago de Terry Pratchett crea Roundworld, y Dios crea nuestro mundo. ¿No es una imaginación
absurda?
Cohen: Claro que los creacionistas no tiene razón. Pero no lo pienso. A mi me gusta dar
clase, es divertido cuando los estudiantes ven por primera vez una ameba viva
en el microscopio o cuando entienden algo que antes no entendían. También hay
mucha diversión en la vida, sobre todo relacionada con el sexo. Siempre estoy
buscando pequeñas cosas que me alegran.