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Depósito de ponencias, discusiones y ocurrencias de un grupo de profesores cosmopolitas en Jaén, unidos desde 2004 por el cultivo de la filosofía y la amistad, e interesados por la renovación de la educación y la tradición hispánica de pensamiento.

jueves, 24 de marzo de 2016

MAIMONIDES por ARMAND ABÉCASSIS



Armand Abécassis en esta conferencia explica la figura de Maimónides, filósofo judío nacido en Córdoba, responsable de la introducción de la filosofía en el judaísmo. ¿En qué medida hay una relación entre el judaísmo y la cultura general representada en Occidente por la filosofía? La filosofía, que no era una especialidad en la Edad Media como lo es hoy, sino el amor al saber en general, así la inventaron los griegos.

domingo, 6 de marzo de 2016

VIRGINIA CHORMOVITI

Virginia Chormoviti y Amelia Fernández, sonriendo y desprevenidas,
en un momento simpático de la sesión de febrero.

En la sesión de Febrero, la joven filóloga y fotógrafa griega Virginia Chormoviti (la Ch del apellido transcribe el sonido de la ji griega: pronúnciese Jormoviti) tuvo la gentileza de presentarnos algunas muestras de su fotografías más abstractas.

Dejó claro que no son paisajes. Para ella la fotografía es una especie de psicoterapia (una venerable función que Sócrates atribuía a su filosofía, la del cuidado del alma), pero también un modo de autodescubrimiento. Nuestra artista no titula sus instantáneas, tampoco las edita. Usa una Nikon D3000 con tres objetivos distintos y tal vez espera ese momento místico en que lo que vemos es lo que somos, durante horas, con la paciencia de una sacerdotisa de Atenea.


Virginia se nos confesó "prófuga de la realidad". Insistió en que sus fotos están hechas con el corazón. Ese "corazón" de la emotividad, radical en el que late el venerable y trágico sentir que los dioses impusieron al mundo. Si bien sus obras tienden a la abstracción, resiste casi siempre en ellas, y aguanta bien, un resto de iconicidad, una sombra dinámica, especular y especulativa, como diluida en el aceite de los olivos sagrados de Minerva, una transfiguración onírica de esa realidad de la que dice renegar o huir.

Sus fotos pueden proponerse como enigmas. El espectador hallará allí, no sólo una indiscutible belleza, también una oportunidad para descubrir, como en las manchas de aquel muro blanco -manierista ya-, que tanto gustaba rememorar a los surreales, los perfiles de nuestros deseos más profundos o de nuestros conflictos anímicos más inconfesables, puede que también de nuestras ilusiones más tonificantes, esos sueños que sirven de inocuos estimulantes para la voluntad.

Me gustó mucho, pero también me asustó un poco, hallar tantas afinidades electivas en las aficiones de Virginia: su gusto por los poemas y dibujos de W. Blake o los cuentos de J. L. Borges, el interés por los gnósticos, por el teatro de Calderón o por los caprichos de Goya.

A pesar de su juventud, Virginia ya ha ganado una docena de premios internacionales, entre los que destaca la Medalla de oro en el Certamen helénico de 2011 con esa fotografía (infra) en la que el espectacular floruit del árbol parece devolver su principal función a las columnas del templo desaparecido, mientras una figura humana, apenas silueta o cariátide, busca apropiarse con su máquina del hermoso panorama. Romántica naturaleza viviente y un fondo de melancolía o "nost-algia" (esa bellísima palabra griega que expresa la tristeza del regreso que se hace o que se quiere hacer), regreso a las raíces griegas de nuestra civilización, vuelta recurrente a nuestra Ítaca:


ἀρνύμενος ἥν τε ψυχὴν καὶ νόστον ἑταίρων
luchando por la vida y el regreso de sus compañeros
 (Odisea, 1, 5)

A finales de marzo, Virginia expondrá sus obras en el Colegio de médicos de Málaga. Y luego en abril lo hará en Moguer, en la fundación Juan Ramón Jiménez.

Desde 2015, Virginia edita la revista artística internacional Levurelitteraire. Traduce a escritores españoles o griegos. Domina también el italiano, del que ha dado clases, así como de literatura española en varias universidades Griegas a lo largo de diez años.

Su presencia en la Quinta, durante dos sesiones, ha sido un memorable acontecimiento y un provechoso lujo, así como un extraordinario estímulo para la reflexión de los mochuelos sobre cuestiones estéticas.