Reseña y crítica de Emmanuel Martínez Alcocer a un escrito de Pedro Cerezo sobre pensamiento español realizada desde la óptica del Materialismo Filosófico de Gustavo Bueno.
El artículista muestra que se ha leído con detalle la conferencia con la que Cerezo abre su libro "Claves y figuras del pensamiento hispánico".
Se merece una respuesta.
Al contrario que el autor de la reseña no me parece que Cerezo cargue las tintas sobre los efectos perniciosos de la inquisición española en el pensamiento hecho en esta tierra. Por desgracia la inquisición no cesa tampoco hoy, y determina las fuerzas filosóficas de un pueblo porque las atrofia de muy variadas maneras. Eso ha ocurrido y sigue ocurriendo. No son asuntos que se hayan quedado en siglos pasados.
La inquisición se ejerció con violencia. Pero hay formas bastante más sutiles, educadas, refinadas y contemporáneas de ahogar. Y no dejamos de notar que ha dejado su huella.
Si al autor del artículo no le afecta, suerte que tiene.
Se han hecho cosas en España, pero hemos sido un país al margen de lo que pasaba en Europa. Es innegable. Eso tiene su parte buena, lo folklórico y distinto atrae viajeros y turistas y da lugar a literatura de viajes. Los europeos tienen que gastar menos si quieren conocer un lugar "diferente" a todo.
Pero también su parte mala. Dejamos mucho que desear en lo referente a la convivencia cívica con el distinto y a la organización política. La tendencia al autoritarismo, individualismo, caciquismo, y reino de Taifas es proverbial. La equivalencia que el pueblo establece en este país entre "astucia" e "inteligencia", sin dejar lugar a una inteligencia no astuta, también merece ser señalada.
Las condiciones económicas han sido definitivas. Tardó en surgir una burguesía si no ilustrada con afanes de ilustrarse. Y cuando surgió fue bastante débil y culturalmente dominada por lo arcaico, en general. Obsérvese en las dos regiones más desarrolladas de España qué tipo de pensamiento politico floreció, no precisamente de tendencias universalistas. El individualismo y "provincialismo" va en contra de la universalidad filosófica. Hay que reconocerlo. Y con apoyo clerical, sin ese aspecto pocas cosas salen adelante en lo cultural, político e ideológico por aquí.
Hasta en su forma de oponerse a "Madrid" son hispanos.
Pocos españoles podían en el pasado acceder a una cultura no dominada eclesiásticamente. Ha sido la tónica de la transmisión del saber y de los saberes hasta ayer. Aún hoy siguen proliferando universidades privadas de cuño religioso en su mayoría, que dadas las dificultades que tienen los servicios sociales básicos para mantenerse en un nivel decente, llevan a pensar al menos que el dinero está mal repartido. Universidades públicas y privadas nos sobran. Nos faltan puestos de trabajo y es vergonzoso los pasos atrás dados en la sanidad y enseñanza públicas. Sigue habiendo entre nosotros quien nunca da pasos atrás pase lo que pase a nivel global.
Dentro de esa iglesia con un peso cultural indiscutible se han dado evoluciones en los siglos pasados, apertura a lo nuevo. Pero la sospecha de heterodoxia y la inquisición siempre renovada estaba y actuaba contra esos clérigos que se atrevían a salirse de "lo que siempre se ha dicho y hecho". La teología de la liberación iberoamericana fue en gran parte producto de eclesiásticos españoles exiliados por unas autoridades civiles que no dudaban en encarcelar curas rebeldes (cárcel de Zamora) y unas autoridades religiosas que iban a la par.
Hemos tenido inquisición para dar y regalar. Si la involución llegó incluso al corazón del catolicismo en las últimas décadas, por una gran parte fue gracias a españoles.
Incluso hemos dado lugar a una inquisición aliada con el capitalismo explotador y el neoliberalismo más furibundo que no hay más que pedir.
Quien quiera ejemplos que se pase por mi blog.
El artículista muestra que se ha leído con detalle la conferencia con la que Cerezo abre su libro "Claves y figuras del pensamiento hispánico".
Se merece una respuesta.
Al contrario que el autor de la reseña no me parece que Cerezo cargue las tintas sobre los efectos perniciosos de la inquisición española en el pensamiento hecho en esta tierra. Por desgracia la inquisición no cesa tampoco hoy, y determina las fuerzas filosóficas de un pueblo porque las atrofia de muy variadas maneras. Eso ha ocurrido y sigue ocurriendo. No son asuntos que se hayan quedado en siglos pasados.
La inquisición se ejerció con violencia. Pero hay formas bastante más sutiles, educadas, refinadas y contemporáneas de ahogar. Y no dejamos de notar que ha dejado su huella.
Si al autor del artículo no le afecta, suerte que tiene.
Se han hecho cosas en España, pero hemos sido un país al margen de lo que pasaba en Europa. Es innegable. Eso tiene su parte buena, lo folklórico y distinto atrae viajeros y turistas y da lugar a literatura de viajes. Los europeos tienen que gastar menos si quieren conocer un lugar "diferente" a todo.
Pero también su parte mala. Dejamos mucho que desear en lo referente a la convivencia cívica con el distinto y a la organización política. La tendencia al autoritarismo, individualismo, caciquismo, y reino de Taifas es proverbial. La equivalencia que el pueblo establece en este país entre "astucia" e "inteligencia", sin dejar lugar a una inteligencia no astuta, también merece ser señalada.
Las condiciones económicas han sido definitivas. Tardó en surgir una burguesía si no ilustrada con afanes de ilustrarse. Y cuando surgió fue bastante débil y culturalmente dominada por lo arcaico, en general. Obsérvese en las dos regiones más desarrolladas de España qué tipo de pensamiento politico floreció, no precisamente de tendencias universalistas. El individualismo y "provincialismo" va en contra de la universalidad filosófica. Hay que reconocerlo. Y con apoyo clerical, sin ese aspecto pocas cosas salen adelante en lo cultural, político e ideológico por aquí.
Hasta en su forma de oponerse a "Madrid" son hispanos.
Pocos españoles podían en el pasado acceder a una cultura no dominada eclesiásticamente. Ha sido la tónica de la transmisión del saber y de los saberes hasta ayer. Aún hoy siguen proliferando universidades privadas de cuño religioso en su mayoría, que dadas las dificultades que tienen los servicios sociales básicos para mantenerse en un nivel decente, llevan a pensar al menos que el dinero está mal repartido. Universidades públicas y privadas nos sobran. Nos faltan puestos de trabajo y es vergonzoso los pasos atrás dados en la sanidad y enseñanza públicas. Sigue habiendo entre nosotros quien nunca da pasos atrás pase lo que pase a nivel global.
Dentro de esa iglesia con un peso cultural indiscutible se han dado evoluciones en los siglos pasados, apertura a lo nuevo. Pero la sospecha de heterodoxia y la inquisición siempre renovada estaba y actuaba contra esos clérigos que se atrevían a salirse de "lo que siempre se ha dicho y hecho". La teología de la liberación iberoamericana fue en gran parte producto de eclesiásticos españoles exiliados por unas autoridades civiles que no dudaban en encarcelar curas rebeldes (cárcel de Zamora) y unas autoridades religiosas que iban a la par.
Hemos tenido inquisición para dar y regalar. Si la involución llegó incluso al corazón del catolicismo en las últimas décadas, por una gran parte fue gracias a españoles.
Incluso hemos dado lugar a una inquisición aliada con el capitalismo explotador y el neoliberalismo más furibundo que no hay más que pedir.
Quien quiera ejemplos que se pase por mi blog.
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