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Depósito de ponencias, discusiones y ocurrencias de un grupo de profesores cosmopolitas en Jaén, unidos desde 2004 por el cultivo de la filosofía y la amistad, e interesados por la renovación de la educación y la tradición hispánica de pensamiento.

miércoles, 15 de julio de 2015

Quinta en Lugar Ameno


¡Ah! ¡Nostalgia del Edén! Ese locus amoenus nunca existió. O, en las puertas del Paraíso de las Bestias hace guardia un arcángel temible, con una espada flamígera que ya quisieran para sí los de la guerra de las galaxias. Para impedir nuestro regreso ha sido allí colocado semejante monstruo espiritual sin sexo. Pero aquella jungla y aquella sabana, de paraíso no tenían nada. Aunque uno vivía y moría sin saber que vivía y -¡suerte!- sin saber que era un ser-para-la-muerte. Existencia pura, es decir, vida sin conciencia, o sea, nada de existencialismo, pura vida.

Ese lugar ameno no existió en ninguna parte, o sea, pervivirá para siempre en Utopía. Es la ventaja de no existir, como las Ideas platónicas o el amor ideal, es para siempre. La eternidad en la que habita el niño. A mí me mola su faceta como ámbito de Vida retirada, ese perderse en el campo, ese contemplar la pirueta del mosquitero en la charca, el piscinaje que sacia la sed del murciélago, el grito extravagante del chotacabras que extiende su sombra negra a ras del olivar a la caída de la tarde...

Y en seguida me vienen los versos de mi tocayo:

y vivir como un noble arruinado 
entre las ruinas de mi inteligencia 

Ese Gil de Biedma, "cónsul de Sodoma", a quien mi amigo el poeta Rafa Juárez idolatraba, y cuyos versos recitábamos de memoria en aquellas madrugadas sicodélicas, y a quien Manuel Sacristán -según cuenta Racionero en sus memorias, memorias que titula con un verso de Jaime Gil de Biedma- no dejó entrar en el PSUC... ¡por gay!, ¡ole ahí la tolerancia comunista!... En un viejo país ineficiente, / algo así como España entre dos guerras / civiles... poseer una casa y poca hacienda/ y memoria ninguna".

Para mí, hoy, que el famoso poema tiene poco de vida feliz (De vita beata), porque me resulta, más que póstumo, tanático, tan hermoso como desesperanzado: "no leer, no sufrir, no escribir, no pagar cuentas...". Lo siguiente es anhelar el silencio más absoluto, el de los cementerios, claro. 

Mejor la definición de otro poeta, Ángel González, quien describe el tópico del lugar ameno como lugar propicio para el amor, la amistad, el disfrute y el gozo.

También para el trabajo simple y elemental. Pienso en el 'ora et labora' franciscano o en el "cultivar el propio huerto" volteriano. En un corralito de gallinas ponedoras, en esa actividad -tan budista- de limpiar el estiércol de las bestias que te acompañan y a las que sacrificas con pena para alimentarte o alimentar a los tuyos. Un huerto -claro- no es un paraíso. Lo decía hace poco por Radio Nacional, muy despierta, Chantal Maillard (esa curiosa filósofa medio belga, medio andaluza, medio india, esteta y poeta): nuestra existencia vital se nutre de violencias... Una sensibilidad tan aguda para las consecuencias dolorosas de esta tragedia inevitable -como la sensibilidad hipertrofiada de mi admiradísima Virginia Woolf- está ella misma condenada al sufrimiento. Hay que aceptar los caminos imprevistos de los dioses. O rabiar sin cambiar nada.

Hay que conservar la esperanza de que no hay mal que por bien no venga. Un huerto, un corral, un establo, un olivar, no es un paraíso. Hay que defenderlo, a veces con violencia, de la voracidad de hexápodos (a veces parásitos de parásitos de parásitos), malas hierbas (algunas pirógenas), aves frutívoras (no he probado ni una cereza este año en La Esperilla, tal la prisa que se dan los malandrines en devorarlas...), ratas y conejos, moscas y lobos... Y es que el humán conquista la selva y la traduce en jardín o huerto con esfuerzo y sangre, mucho esfuerzo. Naturaleza madrastra.

Teócrito, Virgilio, Horacio, convirtieron el lugar ameno en un lugar común, retórico, para disfrute de la imaginación, fantasía que también viste al paisaje cuando el humán lo mira sin escrúpulos ni interés egoísta o depredador. Dalias y tomates. Rosas y berenjenas. Hierba buena y pimientos verdes. Laurel y zanahorias... (¿Sabéis que las zanahorias primitivas no tenían color naranja? Fue un invento holandés. Y ahora todas las que comemos son así. Por otra parte, la zanahoria silvestre es una umbelífera muy común en los arcenes de nuestros caminos)...

O sea, naturaleza y cultura. Cuerpo y espíritu. Utilidad y puro arte. Buscar el equilibrio es lo que importa. Zurear, quiero decir cortejar, a esa hija de las Musas y nieta de Memoria que es Armonía. Mi fe, mi pensar lo divino -dentro de los límites de la razón, siguiendo a Kant-, fe ilustrada, que no ilustre, sino más bien modesta y escéptica, ha tenido siempre mucho de panteísmo. Me siento más en contacto con el todo en mitad del bosque que en un templo, salvo, tal vez, si ese templo es una iglesia románica y está rodeada de bosque...

La amistad misma, sobre la que discutimos el día del picnic quintero en La Esperilla, Marcos y un servidor principalmente, tal vez sea un espontáneo y generoso sentimiento o tal vez sea una noble excelencia ganada con el hábito y el compromiso, o tal vez sea un poco las dos cosas, una al principio y otra al final, pero seguramente representa también ese equilibrio armónico entre lo público y lo privado, entre el teatro y el circo, de una parte, y el boudoir y el retrete, por otra. Nada de tentaciones escatológicas, por "retrete" me refiero a ese lugar al que se retiraba para gozar su soledad la Reina Católica. Y es que la soledad es buena, como otras drogas, en dosis prescritas, elegidas, limitadas. Igual que la compañía.

Acabaré este ensayito y crónica citando las primeras estrofas de esa oda magistral de Fray Luis que aprendí de memoria en mi adolescencia y que, algo inconscientemente, ha servido de inspiración y orientación decisoria, relativamente libre, en la faena de apropiación de circunstancias que ha sido mi vida:

VIDA RETIRADA 

¡Qué descansada vida 
la del que huye del mundanal ruïdo, 
y sigue la escondida 
senda, por donde han ido 
los pocos sabios que en el mundo han sido; 

Que no le enturbia el pecho 
de los soberbios grandes el estado, 
ni del dorado techo 
se admira, fabricado 
del sabio Moro, en jaspe sustentado! 

No cura si la fama 
canta con voz su nombre pregonera, 
ni cura si encarama 
la lengua lisonjera 
lo que condena la verdad sincera.

Gracias a todos os sean concedidas por vuestra viva presencia. Oigo el eco de vuestras voces mejor que el zumbido de las avispas y las moscas. 

En La Esperilla y a la espera del hallazgo significativo y el encuentro mágico. Azar objetivo. 
Julio tórrido.

martes, 30 de junio de 2015

OCASO DE OCCIDENTE

Luis Sáez presenta en la 2 el libro que acaba de publicar "El ocaso de Occidente". Una segunda parte de su "Ser errático" que publicó hace ya 6 años. Este segundo sería la "aplicación" de la ontología que desarrolló en el otro.

También  es del máximo interés la entrevista al respecto, hecha al filósofo granadino en kaosenlared.
Toda una meditación sobre lo que nos pasa en Occidente, más que una entrevista, parece otro libro.

viernes, 12 de junio de 2015

APEGO Y DESAPEGO


Detache-ment (2011), la película de Tony Kaye, un director británico independiente muy premiado por sus vídeos musicales, fue producida por  Adrien Brody, su principal protagonista en el papel de profesor sustituto. Más que un drama es una tragedia. Impotencia educativa en mitad de un mundo sin corazón. En la Wikipedia la peli es definida así: “a drama about the decline of the education system in American high schools”. Lo de “high” resulta bastante “ironic”. 

En el Littré, diccionario de la lengua francesa, “détachement” es definido como “État de celui qui est détaché, délivré d'un sentiment”, o sea, el estado de aquel que resulta liberado o rescatado de un sentimiento. Quizá en inglés “detachment” sea un galicismo. El director ha escrito “Detache-ment”, tal vez para ilustrar iconológicamente la pretendida y no conseguida distancia (prefijo des-) sentimental entre los personajes (tal vez haya que exceptuar a ese profesor al que ni alumnos ni esposa ven ya y que se ha vuelto transparente).

Henry sí le ve. Cierta indiferencia defensiva es lo que pretende mantener el profesor sustituto Henry Bathes, atormentado por la muerte de su madre y a cargo de su abuelo con alzheimer, en mitad de esa jungla asfaltada de adolescentes malencarados y conflictivos. Quiere salvar su intimidad respecto a compañeros y alumnos, conservar cierta distancia, pues donde hay confianza..., ya se sabe... ¡Mas no lo consigue! Es precisamente su natural bondadoso lo que le impide adaptarse. La bondad, incluso la santidad, ¡factores de inadaptación! (Simona Weil, G. Stein, Jesús de Nazaret, Tomás Moro, Bruno, Juan de la Cruz, Julián Besteiro, María Zambrano...). La compasión no salva en la darwiniana descripción de la evolución como lucha por la vida. La visibilidad misma puede ir contra el interés de la supervivencia. 

Como profesor, sus aptitudes para conectar están en contradicción con su voluntad, salvo en ese momento en que amenaza a la enfermera del asilo de su abuelo, momento en que muestra no su faz de profesor sino la de cliente estafado. Y su aptitud para la compasión, a pesar de sí o al menos a pesar de una parte de sí, le lleva a hacer de buen samaritano con la chica prostituta y con el abuelo abusador, a quien le alivia el tránsito con una mentira piadosa.

En su crítica escribe Beatriz Maldivia: “El tono despegado de ‘El profesor’, que no mete el dedo en la llaga, no redunda en una eficacia menor, sino todo lo contrario: es difícil abandonar la sala sin sentir un absoluto hundimiento moral”. Desapego sería precisamente lo que Henry no es capaz de sentir. Y es que cuando se trata de bregar con cosas, todo se explica y mecaniza; pero cuando se trata de lidiar con personas, todo se complica y confunde. Aquí no valen los hábitos aprendidos, por eso los otros pueden llegar a ser el infierno en el drama de Sartre.

La prostituta se enamora de su benefactor, y cuando ese no buscado apego se traduce en un abrazo consolador a Meredith (la alumna con talento artístico y suicida complejo de inferioridad), la reacción de una profesora (compañera que le había tirado los tejos) malbarata la acción, pues ve sucio sexo donde no hay más que piedad y generoso consuelo, aun a regañadientes.

¿Realismo cruel o simple realismo? Espejo de lo que pasa, como la novela, pero con un fondo de tragedia clásica. El héroe no puede nada, no salva sino que más bien sus decisiones precipitan un final fijado por los dioses de la especulación económica. Padres exigentes pero ausentes, evadidos de sus obligaciones educativas. Profesores quemados, frustrados. Chicos pasotas o violentos, neuróticos o psicópatas, que desprecian cuanto ignoran. Políticas educativas erráticas, privatizadoras, dictadas por escaqueados de la tiza. Soledades desesperadas que mendigan un poco de atención en un entorno sentimental ruinoso.

CARELESS. ABANDONO

Un esteticismo que no tiene nada de lacrimoso pero que apenas deja resquicio a la esperanza. Mala educación que devendrá en aislamiento y frustración, como vaticina la orientadora del instituto, en una de las escenas más duras e impresionantes de la película, a la chica mona que vive en Babia, la que quiere ser modelo y cuya jeta de perplejidad ilustra esta entrada con un mensaje.

Y al final, la decadencia de la relación docente evoca ese triste mundo de la casa Usher de Edgar Allan Poe, con esos planos de la escuela vacía, destrozada y asolada, en otros tiempos lujosa y esplendorosa mansión de luz y juvenil alegría, como una vez fue la vida en todas las buenas escuelas.

lunes, 8 de junio de 2015

EL MOCHUELO DE RUBÉN

Supongo que Ruben Villagrasa no pondrá reparos a que juegue un poco con el mochuelo que nos regaló durante su amable despedida... Lo he procesado digitalmente, o sea, lo he convertido en sombra de sombra de sombra de la esencia "mochuelidad". No sé si recordáis que Plotino jamás consintió que le retrataran porque le parecía que era como fabricar la sombra de una sombra. Martín nos regañaría si amparáramos esta perspectiva... digamos "espiritualista", "mneumática", tan menospreciativa de lo que a fin de cuentas también somos -además de cuentos y soplos o regüeldos divinos- es decir, cuerpos en forma primero y en descomposición en seguida.

(Sobre la hipótesis de que procedamos de un eructo divino -o de un poderoso extraterrestre-, véase el magnífico documento de mi amigo Salvador Solé sobre la mitología de los indios chimichiles, pinchando en la frase subrayada al final del párrafo anterior a éste).

Como venía escribiendo, me he permitido jugar con el mochuelo de Rubén. Tras procesarlo lo he editado y he aumentado el contraste y variado los semitonos. El brillo no lo he tocado. Aquí lo tenéis:


El ave parece inquirir. No pregunta, sino que ya ha formulado una pregunta decisiva y espera una respuesta, aunque no parece muy esperanzada en poder obtenerla con esos ojazos humanoides que, a pesar de su concentrada atención pudieran ser miopes o estar algo cansados. 

Sorprenden sus uñas, muy desarrolladas, devenidas garras, cosa propia de un animal de presa. Por cierto que, como recuerda Ortega en sus Meditaciones del Quijote, que acabo de terminar de estudiar, tanto Platón como San Juan de la Cruz usaban la metáfora del cazador para referir a la persecución y proceso de búsqueda de su objeto, esto es la Verdad, el Amor, o la verdad del amor, el amor a la verdad, ídolos místicos y filosóficos. 

Como el gesto no es amenazante, esas garras parecen más bien asegurar el sostén del pájaro solitario en la rama... Y cambiando de tema, esta primavera me he perdido el canto nocturno del ruiseñor, ¡no sé qué ha pasado!

Ya sabéis que al dibujo acompañaba un inmortal poema de San Juan, el de Fontiveros. Lo omito aquí porque me lo sé de memoria.

viernes, 22 de mayo de 2015

FEMINISMO DIVERGENTE



Martín nos habló con originalidad de los derechos humanos, enfrentando en particular tabla los casos.
Salió el tema de la mujer y como anillo al dedo viene esta entrevista de Prado Esteban, que se ha dedicado a investigar la historia de las mujeres españolas. Una investigación del feminismo asociada a la investigación sobre la evolución del derecho de familia en España. El Estado, o más generalmente, el poder ha ido socavando las instituciones de solidaridad en las que nacemos.

Prado conoce los libros escritos sobre la guerra de los sexos, una guerra que no conviene ni a hombres ni a mujeres. El enfrentamiento de hombres contra mujeres como estrategia del poder para debilitar la sociedad. Guerra al que el femenismo oficial parece hacer el caldo gordo, voluntaria o involuntariamente.
Defiende que estamos perdiendo parte de nuestras raíces, por ejemplo, cada vez hay menos partos naturales y asistimos a un alarmismo por la superpoblación humana, cuando la natalidad desciende.
Además una sociedad de derechos le parece una sociedad de esclavos. Sólo las obligaciones nos hacen libres porque somos dueño de nuestras iniciativas.

domingo, 15 de marzo de 2015

CARLOS DÍAZ, ENTRE ANARQUISMO Y CRISTIANISMO



Carlos Díaz, representante del personalismo en España lleva su filosofía al enfrentamiento al "desorden establecido". Autor prolífico con más de 200 libros de diferente extensión, es un ejemplo de filósofo comprometido, no un mero teórico, como denuncia abundantemente Onfray en los pensadores actuales y es fácil comprender porqué.
El yo sin el tú es la locura, dice Díaz.

viernes, 6 de marzo de 2015

JEAN LUC MÉLENCHON

Lo último que se me podía haber ocurrido era relacionar el apellido del político francés Jean Luc Mélenchon, ahora parlamentario europeo, que fue en tiempos ministro en el gobierno socialista de Lionel Jospin y fundador del "Front de Gauche", con Jaén.