Simone Regazzoni (1975), filósofo italiano, se tomó la molestia en 2008 de componer un pequeño libro en el que expone los pensamientos en especial de tipo ético que subyacen en los libros de Harry Potter. Un pequeño compendio titulado "Harry Potter, la filosofía".
Hay capítulos muy sugerentes que en dos pinceladas resuelven problemas teológicos, "Amor fati y la lucha de los hombres libres", ¿cómo conciliar las profecías, abundantes en esta obra, con la libertad de los personajes? Intrincada cuestión que ocupó casi dos siglos a los intelectuales católicos y protestantes. Aunque en Harry Potter no es cuestión de la gracia divina, me parece que el problema está bien y simplemente resuelto tanto en las historias contadas por J.K Rowling, como en el comentario de Regazzoni.
Me ha llamado más la atención el capítulo titulado "El valor del acto ético".
Empieza por un pasaje en el que el director de la escuela, Dumbledore, arenga a los estudiantes tras la muerte de un alumno a manos de Voldemort en el torneo de los 3 magos. No ordena ni amonesta ni dice "hay que hacer esto y evitar aquello". El director recuerda la responsabilidad de producir en cada situación determinada un "acto ético".
Dice Regazzoni:
"Si la ética es el arte de aprender a vivir solo, por uno mismo, entre la vida y la muerte, no se puede negar el derecho a correr algunos riesgos. Este derecho no puede negarlo ningún conocimiento. Ningún cálculo. Ningún maestro, a menos que quiera convertirse en un amo y reducir a su alumno a la condición de siervo. Como recordará Harry Potter en el último libro: A Dumbledore le gustaba que yo encontrara las cosas por mis propios medios. Me dejaba poner a prueba mi fuerza, me dejaba correr riesgos..."
"El acto ético como ruptura con cualquier compromiso de seguridad que garantice su justeza y su eficacia debe convivir con un riesgo que ni siquiera la magia puede eliminar. Es su única posibilidad de llegar a ser justo. El acto ético no es ningún encantamiento especial y poderosísimo capaz de resolver los problemas y dilemas que se le plantean al sujeto, sino el acto de una decisión que transforma el estado de las cosas sin la ayuda de la magia, o dicho de otro modo, un acto no lingüístico".
Dumbledore en el momento trágico tras la muerte del estudiante no menciona el bien y el mal, un elemento clave en la literatura fantástica, ni el deber. Se limita a poner por delante el ejemplo de Cedric, el amigo asesinado.
El espectro de la muerte desempeña un papel decisivo en la elección ética, que en estos libros se plantea como la dicotomía entre lo bueno y lo cómodo. Lo tradicional en la reflexión filosófica y también teológica es pensar como Platón o como la Biblia, la diferencia entre lo justo y lo injusto, el bien y el mal.
En los libros de la serie H. Potter la dicotomía está entre justo e incómodo. El sujeto llegado el momento decisivo para producir un acto ético tiene que ser capaz de romper lo que es cómodo.
La ética contemporánea, nos dice Regazzoni, le dedica espacio a las opciones acertadas que además son cómodas, la "medianía de lo que se debe hacer", en palabras de Heidegger, que determina "lo que es posible o lícito intentar", lo que satisface la tendencia a "tomar todo a la ligera y hacer las cosas de forma fácil".
Pero resulta y eso es lo que me ha llamado la atención al leerlo negro sobre blanco creo que por primera vez en mi vida que la ética es distinto al buen comportamiento social, conformista, dispuesto a respetar las reglas y cumplir las leyes.
Sin duda hay reglas que respetar en todo grupo social y hay que hacerlo, lo enseñamos a los alumnos con el ejemplo más que con la predicación. Pero el acto ético va más allá del simple conformismo social necesario para la estabilidad del conjunto de los ciudadanos.
"Harry, protagonista y sujeto ético por excelencia es un rebelde que se obstina por estar por encima de las reglas, y se pone de acuerdo con su amigo Ron para transgredirlas. En esto Harry se parece a su padre, como le recuerda Snape: tu padre tampoco respetaba mucho las normas...Las normas eran para la gente que estaba por debajo, no para los ganadores de la copa de quidditch".
"La ética es la osadía de lo que está bien....esta osadía ética vale más que cualquier regla. Es más, consiste en olvidarse de las reglas a la hora de decidir lo que está bien. Porque lo que está bien, lo que es justo, es lo que está de acuerdo con la idea de justicia, y ola idea de justicia va necesariamente más allá de cualquier regla o ley. Como señala JL Nancy, si la dieda de justicia de lo que es justo, se confundiese con la ley, algo no cuadraría...Sentimos que nos remite a algo más que la ley, a algo distinto de la ley".
Al final del segundo libro, Harry y Ron, rompiendo las normas, consiguen entrar en la Cámara de los Secretos y matar al basilisco. Parece que el director de la escuela les va a castigar por haber roto las normas que les dió de no entrar en dicha cámara. Pero en lugar de eso reconoce que con su atrevimiento los dos aprendices de mago han realizado una "buena acción" que beneficia a todos y por eso se traga sus palabras de prohibición y les da uun premio.
"Lo que es justo requiere valor porque interrumpe el curso normal de las cosas y altera las costumbres y el comportamiento aceptable socialmente, aquel que no va más allá de un conjunto de reglas y valores de cierto horizonte sociosimbólico, aun cuando la situación demande la invención de un gesto de ruptura radical inspirado en la idea de justicia".
Un acto ético que vaya más allá del simple deber moral se llama un acto supererogatorio , palabra que viene del latín y significa "pagar más de la cuenta", beyond the call of duty, en la lengua del imperio actual.
J. Rawls ha tratado en Teoría de la Justicia de esas acciones superfluas en cierto sentido, moralmente buenas pero no estrictamente necesarias.
"La moral supererogatoria no está hecha para las personas corrientes, requieren virtudes como el valor o la magnanimidad. Las morales de los santos y los héroes no contradicen las normas de rectitud y justicia, se caracterizan por la adopción voluntaria de unos propósitos congruentes con dichos principios, pero que van más allá de lo que prescriben".
Pero la serie de Harry Potter va todavía más allá de esta división en moral de a pie y moral del héroe. Sólo hay acto ético digno de tal denominación cuando el sujeto supera los límites del simple deber. No hay nada ético en limitarse a hacer lo que es debido. El acto ético no es superfluo, obedece a un deber por encima de la ley que es inseparable del amor incondicional a la justicia.
El problema de un acto ético de estas características es que pone en peligro de muerte simbólica o real, como se puede observar en diversos pasajes de las aventuras de Harry.
Harry al principio pasa por loco, luego se convierte en el indeseable número uno, un proscrito y más tarde se somete a la prueba de la muerte. Algunos personajes como Sirius Black, el padrino de Harry perderán la vida, "vosotros no lo entendéis pero hay cosas por las que merece la pena morir", dice en el quinto libro de la serie.
El filósofo eslovaco Zizek ha abordado el tema en "El espinoso sujeto". El acto ético no cumple las reglas del horizonte sociosimbólico dado (el gran Otro). La red sociosimbólica se refiere a las normas sociales que garantizan nuestra identidad al tiempo que nos funden en el conformismo social de la masa. Pero solo asistimos a un acto auténtico cuando el sujeto se arriesga, y podríamos dejar la frase ahí. Se puede prescindir de que se arriesga a un gesto que no está cubierto por el gran Otro.
Recuerda al salto de la fe de Kierkegaard.
Y es la diferencia entre lo que está bien, lo justo y lo cómodo. La necesidad de arriesgarse vincula el acto ético con el espectro de la muerte.
Cuando Dumbledore repite a los estudiantes que recuerden a Cedric, el amigo muerto, no es por una ética de la memoria. Significa pasar por encima del cálculo. "Solo si cortejáis a la muerte y evocaís el espectro de aquel que ya no está, podréis desoír los cantos de sirena de los que es cómodo y luchar por lo que es justo".
Sin que todo ello signifique dar por bueno el culto a la muerte de un Millán Astray y su Legión. En el capítulo titulado "Héroes y sujetos oscuros", Regazzoni se aplica a separar la lógica del fascismo, como él la llama, y la lógica de la resistencia, en referencia a quienes resistieron la invasión nazi de Francia. Introduce el tema del racismo, de la sangre limpia, que curiosamente une el relato nazi con el relato de los magos que sirven al señor Oscuro. Voldemort y sus secuaces quisieran una sociedad de magos en los que no haya ninguna mezcla con sangre muggle, es decir, con personas no mágicas.
Y por otra parte y es definitivo en las enseñanzas de esta serie, no son nuestras cualidades de partida las que nos definen sino nuestros actos.
En cierto pasaje del libro II, Dumbledore glosa los parecidos entre Harry un un mago llamado Tom Riddle que aspiró a crear un mundo dominado por los magos de sangre limpia:
"Escúchame Harry. Resulta que tú tienes muchas de las cualidades que Slytherin apreciaba en sus alumnos, que eran cuidadosamente escogidos: su propio y rarísimo don, la lengua pársel..., inventiva..., determinación..., cierto desdén por las normas".
Pero el Sombrero no lo colocó en esa casa Slytherin porque Harry pidió no ir a ella. Y es que "son nuestras elecciones Harry, las que muestran lo que somos, mucho más que nuestras habilidades".
Y es que nadie nace siendo héroe o cobarde, son las decisiones que se toman las que hacen de la persona una cosa o la otra.
Fue JP Sartre quien expresó la idea de que el hombre escoge, inventa, que ninguna moral general nos puede indicar lo que debe hacerse. Y en el último volumen, "Las reliquias de la muerte", el propio Harry se lo recuerda a su hijo mayor que está a punto de subir al tren para empezar el primer curso en Hogwarts, el Sombrero tendrá en cuenta tus preferencias, tú decidirás a qué casa quieres pertenecer.
La elección marca la diferencia pero hay unos contenidos, hay ideas distintas y volviendo al ejemplo del fascismo-nazismo, no es lo mismo elegir o decidir según la idea de que hay una raza superior, sea la de los magos, sea la raza aria, que hacerlo sin hacer diferencias racistas.
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