https://www.sueddeutsche.de/kultur/julian-nida-ruemelins-theorie-praktischer-vernunft-ein-robuster-moralischer-realismus-1.5024578
Un robusto realismo moral
No trata de razones morales
Lo
que este autor presenta como objetivo de los hechos morales es una
racionalidad integral, "estructural", como él la llama, pero no una
racionalidad fundamentalista, es decir, no ha lugar a "justificaciones
últimas". Apoya su
teoría de la razón práctica, "no contagiada de emociones", yendo más
allá de las consecuencias ontológicas, con innumerables ejemplos
plausibles, como el famoso dilema del prisionero de la teoría de juegos
(si ambos prisioneros confiesan, reciben una sentencia menor, si sólo
uno confiesa, el otro es condenado a cadena perpetua. Como
están en dos celdas, no pueden cooperar ¿Qué hacer?), Lo cual se maneja
por páginas pero sigue siendo difícil, aunque Nida Rumelins da a este
dilema una presencia encarnada.
Nida-Rümelin también rechaza categóricamente las exigencias de la neurofisiología sobre la toma de decisiones, el pensamiento y la actuación y refuta el experimento de Benjamin Libet, según el cual el cerebro toma sus decisiones antes de pensar. El cerebro no "decide" nada, explica Nida-Rümelin. Otros filósofos han evitado la confrontación con Libet y sus seguidores, como Daniel Dennett, que por lo demás es tan propenso al conflicto. Nida-Rümelin se refiere a las discusiones en curso sobre los qualia, las interpretaciones físicas privan de su cualidad a las experiencias. Un poema no se puede explicar físicamente.
El autor lo mismo se eleva a las vertiginosas alturas de la abstracción que se ocupa de los descubrimientos empíricos, de la vida cotidiana o políticos (fue ministro de Estado durante el gobierno de Gerhard Schröder). Frente a los pensadores profundos que se ocupan la esencia ilusoria, general, especulativa o profética, tiene la ventaja de sacar numerosos ejemplos concretos de la vida cotidiana como la cuestión de cuándo dar propina y cuándo no.
"La carga de la prueba recae sobre quienes representan una tesis difícil de conciliar con nuestras convicciones en nuestro mundo de la vida"
La crítica de la razón práctica o racionalidad de Nida-Rümelin, que es lo opuesto a la racionalidad fundamentalista de Descartes, surgió tarde y se dirige principalmente contra su confianza en la práctica cotidiana del mundo cotidiano de dar y dar razones. "Las razones son objetivas", dice, y los científicos deben orientarse hacia la práctica cotidiana en el entorno de vida y no al revés. Esa es en realidad una nueva forma de ética o justificación moral. Sin embargo, según sus críticos, es necesario investigar los términos mundo de la vida y forma de vida, que resultan demasiado vagos y coloquiales.
Nida-Rümelin dispone de buenos argumentos frente a casi todas las objeciones que considera justificadas. "La carga de la prueba", escrib por ejemplo, "recae sobre quienes representan una tesis difícil de conciliar con nuestras convicciones en nuestro mundo de la vida". (¿Es ese un argumento válido?) En muchos lugares del texto, sin embargo, se refiere a una posible falta de fuerza de voluntad. ¿Significa esto que las cuestiones éticas se han trasladado a la psicología? ¿La fuerza de voluntad, un elemento psicológico es necesario para tener deseos razonables y tomar decisiones significativas y actuar en consecuencia?
Y así sigue siendo el caso: en el mundo parece haber falta de fuerza de voluntad, porque la corrupción, el fraude y el crimen han prevalecido desde la antigüedad, contra lo cual se nos debe cuestionar constantemente. "Quiere lo que debes, entonces podrás hacer lo que quieras", enseñaba Friedrich Rückert. Pero de todos modos ¿quién es capaz de hacerlo?
Julian Nida-Rümelin: Una teoría de la razón práctica. Walter De Gruyter, Berlín / Boston 2020. 448 páginas, 49,95 euros.
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