Es un ciudadano natural de uno de los países más afectados, uno de los filósofos más famosos del momento, que publicó "Estado de excepción", Giorgio Agamben
En los últimos días ha saltado a los medios por un artículo aparecido en Neue Zürcher Zeitung , "una pregunta".
Su intervención ha desatado las iras de algunos de sus connacionales. El 26 de febrero publicaba en el periódico Il manifesto y en el blog de la editorial Quodlibet un artículo bajo el provocador título: "La invención de una epidemia", en él hablaba del apresurado, irracional e injustificado estado de alarma a propósito de una supuesta epidemia".
Estamos en el mismo barco, un honor.
Los decretos de alarma trasforman de hecho a cada individuo en un contagiador potencial, se establece una ley que constituye a cada ciudadano en un terrorista potencial.
Aún más triste es la prohibición del contacto, el "declive de las relaciones humanas", dice Agamben. El prójimo abolido. Al final han conseguido lo que "el gobierno intentó hacer varias veces: cerrar escuelas y universidades, prohibir las asambleas políticas".
Las reacciones a las palabras de Agamben solo se vieron en Internet. El "Corriere della sera", dedicó una página doble a mostrar respeto por este gran pensador.
Sin embargo, la primera enojada réplica se ha publicado en la revista político-filosófica "Micromega". El director de la misma Paolo Flores d'Arcais, filósofo y uno de los principales pensadores de la izquierda italiana, reaccionó ante la negación de la epidemia de Agamben.
"Ya tenemos bastante con la superstición de los gurús y líderes de sectas, incluso si quieren pasar por filósofos o psicoanalistas", tronó Flores d'Arcais. Pasa por ser un político-académico comprometido defensor de un sombrío concepto de ciencia que a menudo aparece teñido de fervor religioso. "¿Podemos esperar que de una vez el amor al saber sea una vez más la estella polar de la filosofía? El saber no ha de ser ni para- ni post-teológico sino científico".
Irónicamente
la actual crisis muestra como esta oposición resulta obsoleta, también
en la católica Italia las iglesias llevan cerradas más de un mes y el
Papa hubo de celebrar la Pascua respetando la distancia social para
evitar el contagio.
Según Flores de Arcais Agamben se lamenta de que la Iglesia se haya convertido en esclava de la ciencia, que ya es la verdadera religión de nuestra época. La Iglesia se ha olvidado de sus mártires y ya no permite que sus sacerdotes se acerque al lecho de los moribundos por miedo al contagio.
Cuanta maldad anti Agamben.
El escritor veneciano Tiziano Scarpa estima que se trata de negación de la realidad.
"Hay virus y bacterias", escribe en el ilprimoamore.it, como hay terremotos, erupciones volcánicas, muerte. " "No todo es intención, derecho o poder" Quizás el corona ha cambiado el carácter del estado de excepción, que ya no ha sido obligado por la sociedad sino decidido por la sociedad.
El filósofo francés Jean-Luc Nancy estima que el concepto "Estado de excepción" ha sobrevivido. Su viejo amigo Agamben no se ha dado cuenta "de que en un mundo completamente conectado la excepción se convierte en regla" y esta red crece con el aumento de la población.
En los países ricos crece el número de viejos y amenazados. Los gobiernos se ven más bien impulsados por esta emergencia normal. Acusarlos de beneficiarios del mismo es una maniobra de distracción más que una idea política. Lo cual no cambia la esencia del problema, escribe Nancy: "Toda una civilización se ve cuestionada".
En los países ricos como España ha habido viejos con capacidad pública de opinión que se han pronunciado desde el primer momento Contra el confinamiento generalizado de la población: medida ineficaz, humillante, traumatizante y destructiva.
Agamben dice que no hubo restricciones como hoy a la libertad de movimientos en el pasado. Le refutan que en 1600 prácticamente se interrumpieron los viajes y contactos entre todas las ciudades.
No existían los medios técnicos que tenemos hoy para meter en casa a tres mil millones de seres humanos. ¿Qué nos cuenta Flores de Arcais?
Donde Agamben ve barbarie los demás consideran que es un progreso de la civilización ocuparse de viejos y débiles.
Apelar a los sentimientos, ¿argumento ad populum?. No era preciso romperle la columna vertebral a derechos de los ciudadanos y economía por este virus cuyo principal efecto pernicioso ha sido el pavor, temor y temblor paralizante de la población y cuyo origen es incierto: ¿escapado de laboratorio? ¿de mercado de animales? de China vino y de un régimen que lo tiene todo, la dictadura y el capitalismo desaforado, solo podemos esperar lo mejor.
Lamento la ausencia del debate de ilustrados no manipulados ni apesabrados científicos expertos. Tampoco son la voz de la verdad, pero deben de saber algo más sobre cómo funcionan virus y epidemias y si es proporcionada esta situación.
Sólo he escuchado al médico Raoult entrevistado en el canal del filósofo Michel Onfray. Denostado virólogo experto de Marsella que se ha apresurado a administrar cloroquina a sus pacientes y ha funcionado, la tasa de muertes en su hospital sensiblemente inferior al resto. Le echan en cara que no se espere a la "vacuna milagrosa". Termina la entrevista con frase lapidaria: "Menos mal que la gente desobedece".
Añádese el comentario del experto foucaultiano, la diferencia entre lepra y peste establecida por el filósofo francés, a la que le falta "encarcelamiento y paralización de la economía" por el corona.
Según Flores de Arcais Agamben se lamenta de que la Iglesia se haya convertido en esclava de la ciencia, que ya es la verdadera religión de nuestra época. La Iglesia se ha olvidado de sus mártires y ya no permite que sus sacerdotes se acerque al lecho de los moribundos por miedo al contagio.
Cuanta maldad anti Agamben.
Corona favorece las sociedades autoritarias
Entre tanto Agamben se ha distanciado silenciosamente de su inicial "no hay epidemia" . Pero sigue insistiendo en el favorecimiento de las consecuencias autoritarias de la misma.El escritor veneciano Tiziano Scarpa estima que se trata de negación de la realidad.
"Hay virus y bacterias", escribe en el ilprimoamore.it, como hay terremotos, erupciones volcánicas, muerte. " "No todo es intención, derecho o poder" Quizás el corona ha cambiado el carácter del estado de excepción, que ya no ha sido obligado por la sociedad sino decidido por la sociedad.
El filósofo francés Jean-Luc Nancy estima que el concepto "Estado de excepción" ha sobrevivido. Su viejo amigo Agamben no se ha dado cuenta "de que en un mundo completamente conectado la excepción se convierte en regla" y esta red crece con el aumento de la población.
En los países ricos crece el número de viejos y amenazados. Los gobiernos se ven más bien impulsados por esta emergencia normal. Acusarlos de beneficiarios del mismo es una maniobra de distracción más que una idea política. Lo cual no cambia la esencia del problema, escribe Nancy: "Toda una civilización se ve cuestionada".
En los países ricos como España ha habido viejos con capacidad pública de opinión que se han pronunciado desde el primer momento Contra el confinamiento generalizado de la población: medida ineficaz, humillante, traumatizante y destructiva.
Donde Agamben vé barbarie otros ven progreso
Flores de Arcais se burla de las comparaciones de Agamben con los tiempos nazis así como de la alusión al juramento de Hipócrates y recuerda la peste ática que le costó la vida a Pericles en el 429 a.CAgamben dice que no hubo restricciones como hoy a la libertad de movimientos en el pasado. Le refutan que en 1600 prácticamente se interrumpieron los viajes y contactos entre todas las ciudades.
No existían los medios técnicos que tenemos hoy para meter en casa a tres mil millones de seres humanos. ¿Qué nos cuenta Flores de Arcais?
Donde Agamben ve barbarie los demás consideran que es un progreso de la civilización ocuparse de viejos y débiles.
Apelar a los sentimientos, ¿argumento ad populum?. No era preciso romperle la columna vertebral a derechos de los ciudadanos y economía por este virus cuyo principal efecto pernicioso ha sido el pavor, temor y temblor paralizante de la población y cuyo origen es incierto: ¿escapado de laboratorio? ¿de mercado de animales? de China vino y de un régimen que lo tiene todo, la dictadura y el capitalismo desaforado, solo podemos esperar lo mejor.
Lamento la ausencia del debate de ilustrados no manipulados ni apesabrados científicos expertos. Tampoco son la voz de la verdad, pero deben de saber algo más sobre cómo funcionan virus y epidemias y si es proporcionada esta situación.
Sólo he escuchado al médico Raoult entrevistado en el canal del filósofo Michel Onfray. Denostado virólogo experto de Marsella que se ha apresurado a administrar cloroquina a sus pacientes y ha funcionado, la tasa de muertes en su hospital sensiblemente inferior al resto. Le echan en cara que no se espere a la "vacuna milagrosa". Termina la entrevista con frase lapidaria: "Menos mal que la gente desobedece".
Añádese el comentario del experto foucaultiano, la diferencia entre lepra y peste establecida por el filósofo francés, a la que le falta "encarcelamiento y paralización de la economía" por el corona.
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