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Depósito de ponencias, discusiones y ocurrencias de un grupo de profesores cosmopolitas en Jaén, unidos desde 2004 por el cultivo de la filosofía y la amistad, e interesados por la renovación de la educación y la tradición hispánica de pensamiento.

martes, 12 de mayo de 2020

FILOSOFÍA DEL LENGUAJE EN ESTOS TIEMPOS

El filósofo del lenguaje Paul Sailer-Wlasits  (1965) nos ilustra sobre un concepto inventado por él: "la nueva normalidad", una palabra que hoy retoman la canciller, los políticos alemanes, los españoles, los franceses ....etc.

Sr. Sailer-Wlasits, ¿le sorprendió oír al primer min. austríaco Sebastian Kurz anunciar en conferencia de prensa "la nueva normalidad"?

Paul Sailer-Wlasits: Hablando con franqueza no me sorprendió, más bien fue como un eco. Mis publicaciones llevan años siendo utilizadas en muchos discursos de políticos austríacos y alemanes. En parte recortados a lo bruto y por supuesto sin citar la fuente. Era cuestión de tiempo que alguno de los primeros espadas lo usara en una conferencia de prensa.

Lügen in der Politik | thema vorarlberg

Si un jefe de gobierno anuncia una nueva normalidad se supone que el pueblo debe someterse a ella. ¿O lo ve Vd. diferente en tanto que filósofo del lenguaje?

Paul Sailer-Wlasits: En cuanto algo se declara "normal",  ya está en juego el componente de violencia lingüística. Es fácil a partir de ahí denominar desviación a cualquier ligera desviación de esa normalidad y etiquetarla de anormalidad política o espiritual. El camino al pensamiento autoritario no está lejos. Una política responsable no debería tomar a la ligera tales esquemas de pensamiento.

¿Qué pretende un jefe de gobierno que usa este concepto?

Paul Sailer-Wlasits: Quizás fue solo el intento en última instancia inadecuado de comunicar un cierto modo de integración, una conexión  a través de nuevo estado compartido. Sin embargo el grave error subyacente en este  pensamiento, y aquí habría ayudado la lectura de  David Hume o de Hans Kelsen -, es que de la descripción de un hecho, en este caso la crisis coronaria actual, no se debe extaer ninguna prescripción. No tenemos porqué acostumbrarnos a la situación de hecho. La frontera entre lo que es y lo que debe ser no se ha de traspasar, ni desde un punto de vista legal ni ético.

(Viene que ni pintado el "como no puede ser de otra manera" al que tanto se recurre en la política española y que Trevijano denuncia, ¡claro que todo puede ser de otra manera...!)

En este punto se rompe el control del mensaje. De ahí mi pregunta: ¿NO DEBERÍAMOS CUESTIONAR URGENTEMENTE LA NUEVA NORMALIDAD?

Vd acuñó el concepto  la  "Nueva Normalidad" , para referirse a la política  de Donald Trump. ¿Se adecúa el concepto a la política europea o austríaca actual?

Paul Sailer-Wlasits: La "Nueva  Normalidad", que empecé a esbozar hace algunos años no es por sí ni buena ni bella. Quise señalar algunos de los desarrollos globales, representados por la política actual mundial de la actual administración norteamericana.

Forma parte de esta nueva normalidad que a nivel internacional y particularmente en Centroeuropa, los líderes políticos que ya por sí mismos tienden a desarrollar una política iliberal, miren a EEUU. Porque en EEUU pueden medir hasta que punto pueden estirar las estructuras democráticas en sus propios países sin perder el apoyo popular. La elasticidad de la estructura democrática está siendo exagerada en algunos países del este que pertenecen a la UE. Y a nivel internacional nos basta mirar a Sudamérica y concretamente a Brasil para valorar las deformaciones fatales desencadenadas por el actual gobierno estadounidense.

Entonces ¿nos hallamos ante un eufemismo, la Nueva Normalidad, para calificar la degradación política y social?

Paul Sailer-Wlasits: La pregunta inevitable era y es ¿queremos que esta nueva normalidad se instale definitivamente o queremos por el contrario RESUCITAR?
La "nueva Normalidad" siempre la uní a la pregunta: ¿Queremos acostumbranos a ella? ¿Queremos conformarnos con las nuevas adaptaciones de esta situación sin cuestionarlas? no me refiero sólo al uso de la mascarilla. (Que ya es grave que nos impongan la inútil mascarilla.....protesta de la no mascarilla)  Nueva normalidad es la aceleración imparable de la transformación digital y con ella la presión sociopolítico, económica y cultural a la que están expuestas millones de personas. ¿Cuándo empieza el deber de rebelarse y cómo?

Ya ha empezado.

Hoy se habla de nueva normalidad para la vida después del confinamiento.
Paul Sailer-Wlasits: "Estado de emergencia temporal" habría sido una expresión más precisa. Pero en el mercado político era una forma de hablar muy poco vendible. El lenguaje de la política no tiene que ver con la honestidad o con la verdad. Lo suyo es el lenguaje que vende y lo que vende no es la verdad sino la apariencia de verdad, lo que significa que la mayoría social lo da por verdad. Lo cual es suficiente para ganar las elecciones. Por lamentable que nos pueda parecer, la retórica siempre ha triunfado sobre la verdad en términos de política. Al menos a corto plazo. Muchos años después la verdad sale a la luz, pero los futuros daños colaterales importan poco a los políticos actualmente en activo. 

Numerosos medios alaban al gobierno federal por la"claridad de su comunicación".
Paul Sailer-Wlasits: La crisis de comunicación del gobierno es muy clara, y lo es porque evita la complejidad. Podríamos decir "el corona la hace posible": en las actuales circunstancias hay que hablar claro. Así que bastan frases cortas y fundamentaciones triviales. La reducción de la complejidad es una garantía para el éxito de la movilización popular. Por el contrario los políticos que en su modo de comunicar quieren diferenciarse y volverse sofisticados, notan enseguida como se les desmorona el apoyo y sufren fuertes críticas.


Resumiendo, presentarse de manera simple y decidida ¿en una estrategia política de éxito?

Paul Sailer-Wlasits: En situaciones de crisis la determinación es una obligación retórica. A partir de ahí continuar abusando de estereotipos, exageraciones lingüísticas e imágenes que provocan miedo es una cuestión de estilo político y lingüístico. Hay estadistas que miran al futuro y políticos que solo piensan en las próximas elecciones. Ambos tipos de políticos son incompatibles y naturalmente presentan estilos muy diferentes en su forma de comunicar.

Una asesora de  Kurz profirió una controvertida afirmación según la cual a diferencia de la determinación austríaca otros países habían permanecido ciegos a los riesgos del   Covid-19. Luego se dijo que fue una declaración privada.

Paul Sailer-Wlasits:
Los políticos que siguen diciendo que la diferenciación no es demasiado importante para ellos y que un discurso sociopolítico amplio no es realmente una preocupación, sino más bien molesto, también lo hacen en situaciones de crisis. El pensamiento político y la acción se vuelven más rígidos en las crisis,  y en lenguaje político el atractivo gana la delantera. El tono apelativo es parte del repertorio de lenguaje político autoritario. El apelativo en sí mismo es parte del núcleo del lenguaje totalitario, en dictaduras, monarquías, gobiernos militares, etc. Por lo tanto, es importante no cruzar esta frontera verbal, solo porque una nueva forma de crisis podría invitarlo a hacerlo.

Como oyente y participante en conferencias de prensa, siempre me sorprendo cuando Sebastian Kurz introduce oraciones con la frase "La verdad es ...". ¿Es esa táctica, retórica o solo el siguiente nivel hacia el autoritarismo?

Paul Sailer-Wlasits: Es sobre todo una violación de las competencias. Ningún obispo o cardenal se atrevería a comenzar un sermón con estas palabras. El profundo respeto por la verdad y la veracidad no parece ser una herencia dominante en el campo político, con algunas excepciones. Y es que la veracidad y verdad de las declaraciones son de importancia secundaria para el éxito de un político. Una mirada a Washington es suficiente para demostrarlo. El debate político casi siempre está dominado por el efecto retórico.

  El primer min. intenta colocar mensajes en los oyentes usando distintos conceptos. El uso que hace de "arranque" o "resurrección" ¿es pura coincidencia o son elecciones comunicativas?
Paul Sailer-Wlasits: Raramente las palabras son coincidencias. Son términos que transmiten espacios enteros de significado. En el caso de "arranque", tienen una connotación positiva: comunica dinamismo y confianza no solo en el nivel de la mente, sino también en el nivel emocional. Y  al mismo tiempo, da  a entender que tiene el  control sobre lo que está por venir. "Arrancar" también reduce la complejidad. Después de todo, "arrancar" es solo un eslogan, más precisamente una metáfora. Una bella ilusión política con infinitas posibilidades de interpretación. Cada ciudadano puede hallar espacio para sus propios deseos y necesidades. Al mismo tiempo, los miedos se aplacan con la promesa de "comenzar". Por eso actualmente es políticamente correcto usar la expresión "boot up" y no es muy oportuno decir que será una forma larga y dura de volver a donde estábamos antes de la crisis..


¿Está usando el gobierno esta crisis para sus propios objetivos partidistas?
Paul Sailer-Wlasits: Podría ser una mezcla inconsciente de lo grotesco con el poder, y no sería nada atípico en la política de nuestro país. El gobierno actual tiene la suerte de poder gestionar décadas de un Estado social desarrollado, como si fuera una cuenta bancaria a rebosar. El llenado de esa cuenta que ahora se necesita con más urgencia que nunca ha sido una larga historia de la segunda república.  No es un logro de este gobierno, se lo han encontrado hecho. A parte del autobombo que se dan no deberían de pasarlo por alto. 

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