Estoy descubriendo al historiador jiennense Sánchez Tostado que ha realizado investigaciones sobre República y guerra civil en la provincia pueblo a pueblo. El de Bailén muy conseguido, el de Baños de la Encina no está mal. Allí se explica cómo según cambiaran las tornas morían unos mataban otros, o mataban unos morían otros, así de 1923 a 1945. La injusticia social de base con terratenientes ausentes, tierras sin cultivar y parados harapientos vagando por el municipio fueron comunes en estos dos pueblos. La lucha de clases en todo su esplendor y por las bravas.
Rescato del libro de Sánchez Tostado sobre Baños de la Encina el manual de la perfecta maestra de pueblo, una vez me insultaron con ese apelativo, para un opus ser maestra es un desdoro, catedrático de universidad es lo mínimo, serlo en un pueblo, no se puede caer más bajo. Con esos pensamientos andan nuestras élites financieras, económicas, políticas y eclesiásticas, los que "manejan" tanto el dinero como la santidad. A partir de ahí no me extraña la decadencia española.
Y si el pueblo está en la provincia olvidada de Andalucía, hemos llegado al último círculo del infierno.
En plan de risa, y entender porqué cuesta superar prejuicios, léanse estas condiciones estipuladas en caso de ser maestra durante la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930). Las condiciones "aflojaron" en la segunda República y volvieron con ímpetu renovado en 1940:
La señorita acuerda:
1. No casarse. Este contrato queda automáticamente anulado y sin efecto si la maestra se casa.
2. No andar en compañía de hombres.
3. Estar en su casa entre las 8:00 de la tarde y las 6:00 de la mañana a menos que sea atender en función escolar.
4. No pasearse por heladerías del centro de la ciudad.
5. No abandonar la ciudad bajo ningún concepto sin permiso del presidente del Consejo de Delegados.
6. No fumar cigarrillos. Este contrato quedará automáticamente anulado y sin efecto si se encontrara a la maestra fumando.
7. No beber cerveza, vino ni whisky. Este contrato quedará automáticamente anulado y sin efecto si se encuentra a la maestra bebiendo cerveza, vino o whisky.
8. No viajar en coche o automóvil con ningún hombre excepto su hermano o su padre.
9. No vestir ropas de colores brillantes.
10. No teñirse el pelo.
11. Usar al menos dos enaguas.
12. No usar vestidos que queden a más de cinco centímetros por encima de los tobillos.
13. Mantener limpia el aula.
14. Barrer el suelo al menos una vez al día
15. Fregar el suelo del aula al menos una vez por semana con agua caliente.
16. Limpiar la pizarra al menos una vez al día.
17. Encender el fuego a las 7:00 de modo que la habitación esté caliente a las 8:00 cuando lleguen los niños.
18. No usar polvos faciales. No maquillarse ni pintarse los labios."
En Baños de la Encina en 1937 la maestra recibía un sueldo de 1.800 pts al año. El sepulturero cobraba 2.750 y un peón caminero 2.600. Al menos el ayuntamiento le pagaba la casa, pero su paga era inferior al puesto menos cualificado de los hombres.
Como dice Matilde Peinado de la uja, las leyes han cambiado, pero las mentalidades no cambian a la misma velocidad. En esta inferioridad de condición se criaron nuestras abuelas.
Rescato del libro de Sánchez Tostado sobre Baños de la Encina el manual de la perfecta maestra de pueblo, una vez me insultaron con ese apelativo, para un opus ser maestra es un desdoro, catedrático de universidad es lo mínimo, serlo en un pueblo, no se puede caer más bajo. Con esos pensamientos andan nuestras élites financieras, económicas, políticas y eclesiásticas, los que "manejan" tanto el dinero como la santidad. A partir de ahí no me extraña la decadencia española.
Y si el pueblo está en la provincia olvidada de Andalucía, hemos llegado al último círculo del infierno.
En plan de risa, y entender porqué cuesta superar prejuicios, léanse estas condiciones estipuladas en caso de ser maestra durante la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930). Las condiciones "aflojaron" en la segunda República y volvieron con ímpetu renovado en 1940:
La señorita acuerda:
1. No casarse. Este contrato queda automáticamente anulado y sin efecto si la maestra se casa.
2. No andar en compañía de hombres.
3. Estar en su casa entre las 8:00 de la tarde y las 6:00 de la mañana a menos que sea atender en función escolar.
4. No pasearse por heladerías del centro de la ciudad.
5. No abandonar la ciudad bajo ningún concepto sin permiso del presidente del Consejo de Delegados.
6. No fumar cigarrillos. Este contrato quedará automáticamente anulado y sin efecto si se encontrara a la maestra fumando.
7. No beber cerveza, vino ni whisky. Este contrato quedará automáticamente anulado y sin efecto si se encuentra a la maestra bebiendo cerveza, vino o whisky.
8. No viajar en coche o automóvil con ningún hombre excepto su hermano o su padre.
9. No vestir ropas de colores brillantes.
10. No teñirse el pelo.
11. Usar al menos dos enaguas.
12. No usar vestidos que queden a más de cinco centímetros por encima de los tobillos.
13. Mantener limpia el aula.
14. Barrer el suelo al menos una vez al día
15. Fregar el suelo del aula al menos una vez por semana con agua caliente.
16. Limpiar la pizarra al menos una vez al día.
17. Encender el fuego a las 7:00 de modo que la habitación esté caliente a las 8:00 cuando lleguen los niños.
18. No usar polvos faciales. No maquillarse ni pintarse los labios."
En Baños de la Encina en 1937 la maestra recibía un sueldo de 1.800 pts al año. El sepulturero cobraba 2.750 y un peón caminero 2.600. Al menos el ayuntamiento le pagaba la casa, pero su paga era inferior al puesto menos cualificado de los hombres.
Como dice Matilde Peinado de la uja, las leyes han cambiado, pero las mentalidades no cambian a la misma velocidad. En esta inferioridad de condición se criaron nuestras abuelas.
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