Dado que un año hablamos de utopías, aquí va una sobre la Europa de las regiones basada en valores humanistas y no economicistas.
derstandard.at
Guérot: No soy la única que lo piensa. La UE pasa ahora mismo por una crisis enorme, pero Europa como tal es una idea viva, me interesa ayudar y trabajar por esa otra Europa
STANDARD: Explíquese
Guérot: queremos salvar las ideas y los valores europeos, que asociamos a la idea europea: derechos humanos, estado de derecho, buen gobierno, imperio de la ley, economía de mercado, paz, libertad, seguridad...valores de los que Europa está orgullosa, valores que se defendían en los años 60 y70 (frente al comunismo). Hoy nos vemos enfrentados a una dura crítica de los llamados populistas a las estructuras de la UE, pero no tenemos una crítica de los que no son populistas. Tenemos un déficit democrático. Los ciudadanos ya no son soberanos en la estructura actual, tienen el sentimiento de que muchas decisiones importantes se están tomando sin que haya un mandato del pueblo. A la vez hay una gran inquietud en las regiones que quieren tener mayor voz en Europa.
STANDARD: ¿A qué se refiere?
Guérot: La mayoría de los ciudadanos europeos quieren una Europa fuerte en el mundo, que se aseguren esos valores europeos, que todos los países se tomen en serio el cambio climático. A la vez quieren conservar su identidad anclada en una determinada región. Una Baviera fuerte, una Cataluña fuerte (qué lata), una Escocia fuerte a las que corresponde cierta particularidad más allá de las naciones y a la vez quieren ser europeas. Por eso estoy por quitar el nivel intermedio, la nación.
STANDARD: Redactó el "Manifiesto por la fundación de una República Europea" con el escritot Robert Menasse. Sie möchten also der Nation den Garaus bereiten?
Guérot: No necesitamos la nación. Cuando los ciudadanos se unen en un proyecto político fundan una República. Es otra cosa muy diferente a unos Estados Unidos de Europa. Vemos cómo desde hace algunos años los países de Europa se vuelven más y más nacionalistas. Por eso quise dejar claro dos cosas junto con Robert Menasse: la soberanía, el derecho a la no intervención significa poseer el poder de decisión último. En el asunto de los refugiados por ejemplo, un problema compartido por todos y repartido, supuestamente, Orban va y dice que no piensa acoger refugiados. Nuestra repuesta: nadie es soberano ni la UE ni el estado nacional. Soberano es el ciudadano. Por eso el proyecto europeo debe volver a manos de los ciudadanos que se pongan de acuerdo para fundar una República europea en la que todos sean iguales ante la ley.
STANDARD: Además de los fallos técnicos y jurídicos ¿no padece Europa fallos en valores humanos?
Guérot: Estamos asistiendo a un aparente debate de valores. Se dice que los valores europeos de la Ilustración, la herencia de la Revolución Francesa está amenazada: libertad, igualdad, fraternidad. En el asunto de los refugiados Europa no está siendo solidaria. Damos por sentado que defendemos esos valores pero más bien los traicionamos al precio de la seguridad. Es importante la seguridad y hemos de defenderla, pero también en una cárcel se puede estar muy seguro, desgraciadamente falta la libertad en la cárcel. En realidad frente a los sirios como frente al terrorismo no estamos defendiendo nuestros valores, defendemos mejor nuestra seguridad, nuestro dinero y nuestro bienestar.
STANDARD: Dice Vd que Europa está construida en torno al liberalismo económico y que los defensores de dicho liberalismo han dado lugar a un proyecto neoconservador. ¿en qué se basa?
Guérot: La política neoliberal recibe hoy abundantes críticas, desde la de Slavoj Zizek y Alain Badiou a Benjamin Kunkel o Wolfgang Streeck o Jürgen Habermas, todos están de acuerdo en que algún momento Europa se ha perdido como proyecto ético valioso, nos enfrentamos a una Europa de apariencias perversas de un originariamente buen liberalismo. Tenemos la impresión de que todo se economiza y que se mercantiliza a la gente, cosas que no deberían ser vendidas son transformadas en mercancías, por ejemplo, cuando se habla del tema de la salud desde el punto de vista eficiencia y costos sólo y exclusivamente.
Lo intelectuales citados son un impulso para un movimiento ciudadano que se mueva en otra dirección: ¿qué va a pasar tras el capitalismo y el neoliberalismo? ¿Qué ocurrirá con la catástrofe climática a la que nos dirigimos si no cambiamos nuestras prácticas? La cuestión es si la UE va a buscar otros caminos o va a seguir practicando el modelo neoliberal.
STANDARD: ¿Algo más que añadir sobre neoliberalismo europeo?
Guérot: se sigue dando prioridad a la eficiencia, la liberalización, las desregulación, En esta lógica del mercado no caben otros elementos como la descentralización de los servicios públicos como el tráfico de proximidad o los cuidados asistenciales. Así es como se abona el terreno para el populismo que hoy padecemos, porque cuando en el campo no hay autobuses, ni trenes, ni servicios de correos, la gente se siente abandonada y vota populismo. Ha pasado en Austria, Francia, Polonia, Holanda. No nos hemos preocupado de la gente que vive en el campo, sin trabajo, perdedores de la modernidad y ellos son los que votan populista.
STANDARD: ¿Es culpa de la UE?
Guérot: La UE algo tiene que ver ya que hasta ahora no se ha preocupado de esos temas, no está dispuesta ni legitimada ni tiene dinero para ello. Tenemos una política económica sin política social, la crisis económica se ha convertido en crisis social y política. La pregunta es ¿por qué el capitalismo no valora precisamente lo más valioso? ¿Cuánto cuesta la democracia? ¿Cuánto cuesta la libertad? Todo esto no se resuelve en una tabla de Excell y un presupuesto. Nos dicen más bien ¿cuánto cuesta el poco de democracia, libertad y estado de derecho que vamos a perder? Dado que el capitalismo es un modelo basado en cifras y en la eficiencia no tiene respuesta adecuada a la cuestión de los valores, y el riesgo siempre presente es que la defensa de esos valores sistemáticamente dejados de lado por el capitalismo se olvide.
STANDARD: ¿Cómo será una democracia postnacional?
Guérot: En la república no se trata de que la gente abandone su patria o su identidad sino de preguntarse: ¿La nación es realmente la patria o más bien el Súd Tirol, tu bosque, tu cocina, el traje regional? Robert Menasse afirma: la patria es la región, la nación es una ficción. Las naciones son relatos construidos. Las naciones estuvieron muy bien durante doscientos, trescientos años, nos ayudaron a construir la vida en comunidad. Pero ya no son adecuadas para el futuro. Si hiciéramos una república europea compuesta de regiones autóctonas, Bohemia, Mähren, Cataluña, Escocia, Tirol, Baviera, Saarland, Sajonia etc., podríamos poner en pie un sistema parecido al norteamericano. Cada región envía dos senadores al senado, las regiones se verían representadas. Los valones tendrían voz sin que hubiera un veto. Habría representatividad desde Laponia al Algarve, que funcionaría con una condición: una persona un voto. Todos iguales ante la ley. Habría elecciones trasnacionales en las que lo político estaría por delante de lo nacional.
STANDARD: ¿Concretamente?
Guérot: Si Europa funcionara todos los ciudadanos europeos tendrían que ser iguales ante la ley. Vimos en la eurocrisis que los perezosos griegos se jubilan con 53 y los alemanes con 67. Si hubiera unidad todos lo harían con 61 y se cobraría lo mismo, de este modo terminaría el chovinismo que tiene su origen en que los países europeos compiten entre sí. Si el parlamento europeo fuera eligido en sufragio directo por todos, los legisladores podrían hacer un presupuesto y dedicar el dinero para lo que necesitamos, cosa que ahora no se hace, por ejemplo para un subsidio europeo de desempleo. Lo social se integraría en el programa político y los ciudadanos podrían entender que Europa se ocupa de ellos y no sólo como hasta ahora de regular el tamaño de las bombillas o de las latas de aceite. (Lisa Nimmervoll, 2.5.2017)
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Ulrike Guérot: "Ya no necesitamos la nación"
STANDARD: Ha hablado en Viena sobre La controversia europea: ¿qué pasa con la Comunidad de valores europea? Dijo Vd que la UE está acabada ¿por qué?Guérot: No soy la única que lo piensa. La UE pasa ahora mismo por una crisis enorme, pero Europa como tal es una idea viva, me interesa ayudar y trabajar por esa otra Europa
STANDARD: Explíquese
Ulrike Guérot |
Guérot: queremos salvar las ideas y los valores europeos, que asociamos a la idea europea: derechos humanos, estado de derecho, buen gobierno, imperio de la ley, economía de mercado, paz, libertad, seguridad...valores de los que Europa está orgullosa, valores que se defendían en los años 60 y70 (frente al comunismo). Hoy nos vemos enfrentados a una dura crítica de los llamados populistas a las estructuras de la UE, pero no tenemos una crítica de los que no son populistas. Tenemos un déficit democrático. Los ciudadanos ya no son soberanos en la estructura actual, tienen el sentimiento de que muchas decisiones importantes se están tomando sin que haya un mandato del pueblo. A la vez hay una gran inquietud en las regiones que quieren tener mayor voz en Europa.
STANDARD: ¿A qué se refiere?
Guérot: La mayoría de los ciudadanos europeos quieren una Europa fuerte en el mundo, que se aseguren esos valores europeos, que todos los países se tomen en serio el cambio climático. A la vez quieren conservar su identidad anclada en una determinada región. Una Baviera fuerte, una Cataluña fuerte (qué lata), una Escocia fuerte a las que corresponde cierta particularidad más allá de las naciones y a la vez quieren ser europeas. Por eso estoy por quitar el nivel intermedio, la nación.
STANDARD: Redactó el "Manifiesto por la fundación de una República Europea" con el escritot Robert Menasse. Sie möchten also der Nation den Garaus bereiten?
Guérot: No necesitamos la nación. Cuando los ciudadanos se unen en un proyecto político fundan una República. Es otra cosa muy diferente a unos Estados Unidos de Europa. Vemos cómo desde hace algunos años los países de Europa se vuelven más y más nacionalistas. Por eso quise dejar claro dos cosas junto con Robert Menasse: la soberanía, el derecho a la no intervención significa poseer el poder de decisión último. En el asunto de los refugiados por ejemplo, un problema compartido por todos y repartido, supuestamente, Orban va y dice que no piensa acoger refugiados. Nuestra repuesta: nadie es soberano ni la UE ni el estado nacional. Soberano es el ciudadano. Por eso el proyecto europeo debe volver a manos de los ciudadanos que se pongan de acuerdo para fundar una República europea en la que todos sean iguales ante la ley.
STANDARD: Además de los fallos técnicos y jurídicos ¿no padece Europa fallos en valores humanos?
Guérot: Estamos asistiendo a un aparente debate de valores. Se dice que los valores europeos de la Ilustración, la herencia de la Revolución Francesa está amenazada: libertad, igualdad, fraternidad. En el asunto de los refugiados Europa no está siendo solidaria. Damos por sentado que defendemos esos valores pero más bien los traicionamos al precio de la seguridad. Es importante la seguridad y hemos de defenderla, pero también en una cárcel se puede estar muy seguro, desgraciadamente falta la libertad en la cárcel. En realidad frente a los sirios como frente al terrorismo no estamos defendiendo nuestros valores, defendemos mejor nuestra seguridad, nuestro dinero y nuestro bienestar.
STANDARD: Dice Vd que Europa está construida en torno al liberalismo económico y que los defensores de dicho liberalismo han dado lugar a un proyecto neoconservador. ¿en qué se basa?
Guérot: La política neoliberal recibe hoy abundantes críticas, desde la de Slavoj Zizek y Alain Badiou a Benjamin Kunkel o Wolfgang Streeck o Jürgen Habermas, todos están de acuerdo en que algún momento Europa se ha perdido como proyecto ético valioso, nos enfrentamos a una Europa de apariencias perversas de un originariamente buen liberalismo. Tenemos la impresión de que todo se economiza y que se mercantiliza a la gente, cosas que no deberían ser vendidas son transformadas en mercancías, por ejemplo, cuando se habla del tema de la salud desde el punto de vista eficiencia y costos sólo y exclusivamente.
Lo intelectuales citados son un impulso para un movimiento ciudadano que se mueva en otra dirección: ¿qué va a pasar tras el capitalismo y el neoliberalismo? ¿Qué ocurrirá con la catástrofe climática a la que nos dirigimos si no cambiamos nuestras prácticas? La cuestión es si la UE va a buscar otros caminos o va a seguir practicando el modelo neoliberal.
STANDARD: ¿Algo más que añadir sobre neoliberalismo europeo?
Guérot: se sigue dando prioridad a la eficiencia, la liberalización, las desregulación, En esta lógica del mercado no caben otros elementos como la descentralización de los servicios públicos como el tráfico de proximidad o los cuidados asistenciales. Así es como se abona el terreno para el populismo que hoy padecemos, porque cuando en el campo no hay autobuses, ni trenes, ni servicios de correos, la gente se siente abandonada y vota populismo. Ha pasado en Austria, Francia, Polonia, Holanda. No nos hemos preocupado de la gente que vive en el campo, sin trabajo, perdedores de la modernidad y ellos son los que votan populista.
STANDARD: ¿Es culpa de la UE?
Guérot: La UE algo tiene que ver ya que hasta ahora no se ha preocupado de esos temas, no está dispuesta ni legitimada ni tiene dinero para ello. Tenemos una política económica sin política social, la crisis económica se ha convertido en crisis social y política. La pregunta es ¿por qué el capitalismo no valora precisamente lo más valioso? ¿Cuánto cuesta la democracia? ¿Cuánto cuesta la libertad? Todo esto no se resuelve en una tabla de Excell y un presupuesto. Nos dicen más bien ¿cuánto cuesta el poco de democracia, libertad y estado de derecho que vamos a perder? Dado que el capitalismo es un modelo basado en cifras y en la eficiencia no tiene respuesta adecuada a la cuestión de los valores, y el riesgo siempre presente es que la defensa de esos valores sistemáticamente dejados de lado por el capitalismo se olvide.
STANDARD: ¿Cómo será una democracia postnacional?
Guérot: En la república no se trata de que la gente abandone su patria o su identidad sino de preguntarse: ¿La nación es realmente la patria o más bien el Súd Tirol, tu bosque, tu cocina, el traje regional? Robert Menasse afirma: la patria es la región, la nación es una ficción. Las naciones son relatos construidos. Las naciones estuvieron muy bien durante doscientos, trescientos años, nos ayudaron a construir la vida en comunidad. Pero ya no son adecuadas para el futuro. Si hiciéramos una república europea compuesta de regiones autóctonas, Bohemia, Mähren, Cataluña, Escocia, Tirol, Baviera, Saarland, Sajonia etc., podríamos poner en pie un sistema parecido al norteamericano. Cada región envía dos senadores al senado, las regiones se verían representadas. Los valones tendrían voz sin que hubiera un veto. Habría representatividad desde Laponia al Algarve, que funcionaría con una condición: una persona un voto. Todos iguales ante la ley. Habría elecciones trasnacionales en las que lo político estaría por delante de lo nacional.
STANDARD: ¿Concretamente?
Guérot: Si Europa funcionara todos los ciudadanos europeos tendrían que ser iguales ante la ley. Vimos en la eurocrisis que los perezosos griegos se jubilan con 53 y los alemanes con 67. Si hubiera unidad todos lo harían con 61 y se cobraría lo mismo, de este modo terminaría el chovinismo que tiene su origen en que los países europeos compiten entre sí. Si el parlamento europeo fuera eligido en sufragio directo por todos, los legisladores podrían hacer un presupuesto y dedicar el dinero para lo que necesitamos, cosa que ahora no se hace, por ejemplo para un subsidio europeo de desempleo. Lo social se integraría en el programa político y los ciudadanos podrían entender que Europa se ocupa de ellos y no sólo como hasta ahora de regular el tamaño de las bombillas o de las latas de aceite. (Lisa Nimmervoll, 2.5.2017)
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