Hamed Abdel-Samad: "En el corazón del Islam hay una gran reserva de violencia"
Hamed Abdel-Samad vive desde hace años bajo custodia policial. Tras una conferencia en el Cairo en 2013 en la que denunció tendencias fascistas dentro de los Hermanos musulmanes, pende sobre él una Fatwa, quien lo asesine va al cielo. Debe morir puesto que ha insultado al Profeta. También en Alemania, país donde reside, ha recibido amenazas de muerte.
Después de su último libro sobre el fascismo islamista, publica otro : "El Corán. Mensaje de amor. Mensaje de odio“ En la entrevista que sigue se expresa sobre su análisis histórico crítico del Corán y las partes del mismo que no van en consonancia con los tiempos actuales, pero también indica aquellos pasajes espirituales que considera maravillosos, como buen hijo de un imán sunita. En general Abdel-Samad alerta sobre la amenaza para la democracia que representa el Islam político, un Islam que también en Austria se ve protegido. Su mensaje para Europa: "Los políticos europeos no deben ser ingenuos y permitir en nombre de la tolerancia que los intolerantes se aprovechen de las libertades democráticas.”
Hamed Abdel-Samad habla claramente en favor de la prohibición del velo para las menores de edad. Toda indoctrinación religiosa de un niño es contraria a los derechos humanos. También deberían prohibirse el Burka y el Niqab, las mujeres que llevan velo integral no deberían de recibir ayudas sociales, ya que de entrada serán rechazadas en el 99% de los trabajos.
http://www.dw.com/es/la-entrevista-con-hamed-abdel-samad-escritor-y-polit%C3%B3logo/av-18775174
STANDARD: El Corán es el libro en el que los musulmanes moderados ven tolerancia mientras que los terroristas del Estado Islámico lo usan para legitimar su agenda de asesinatos. ¿Quién lo está leyendo correctamente?
Abdel-Samad: Ambos, puesto que el Corán tiene un mensaje de amor y paz y un mensaje de odio y violencia, es un libro escrito por un hombre y refleja la evolución que sufrió la comunidad de Mahoma durante 23 años. En La Meca cuando la comunidad era pequeña y vivían en la débil, entonces predicaban paz y tolerancia. Más tarde en Medina la comunidad se constituyó en ejército y vivía casi exclusivamente de la guerra, del saqueo, de la venta de esclavos, a esa época pertenecen los pasajes que ordenan la guerra y la violencia contra los infieles.
STANDARD: ¿Qué signifca eso?
Abdel-Samad: Mahoma reaccionaba a las cuestiones de los hombres de la época, no a las nuestras. Tenemos que entender de una vez que cuando el Corán habla de infieles no se refiere a los ateos, judíos o cristianos actuales, sino a los pequeños grupos que entraban en competencia con él. En el Corán no se habla de un Dios para todos los tiempos y todos los hombres, sino que Mohamed se está refiriendo a su propio contexto de La Meca y de Medina.
STANDARD: ¿qué consecuencias saca de su análisis en su reciente libro "El Corán. Mensaje de amor. Mensaje de odio“?
Abdel-Samad: El Corán consta de pasajes sueltos, yo los ordeno de manera cronológica y aclaro su contexto. La parte política que describe la guerra y los tratados de paz realizados por Mahoma no tiene nada que ver con nuestra circunstancia actual. La parte jurídica contiene mandamientos y prohibiciones, desde la prohibición de alcohol hasta las penas de mutilación corporal. Tampoco esa parte tiene hoy aplicación ninguna.
STANDARD: ¿Hay algo en el Corán a lo que nos podamos adherir hoy?
Abdel-Samad: La parte que trata de los principios, justicia, honradez, solidaridad con los pobres, cuidado de la creación, exigencia de sabiduría, igualdad de todos los hombres, son principios en los que se pueden educar a los niños, aunque no sean principios genuinamente islámicos. Los pasajes espirituales también son conservables. Cuando era joven, Mahoma era un poeta sensible, autor de pasajes llenos de lirismo, que tratan del anhelo del hombre por la perfección y la verdad. Nadie puede quitarle estas aspiraciones a un creyente, no hay que leer el Corán como si fuera un manual de consejos políticos y jurídicos.
STANDARD: Muchos en nuestras sociedades seculares ven los controvertidos velos y Niqab son defendidos apoyándose en el Corán. ¿Cómo tiene que reaccionar el estado de derecho que garantiza también la libertad religiosa?
Abdel-Samad: El mandato del velo tiene fundamentos históricos. Mahoma vivía en Medina rodeado de enemigos, por eso sus mujeres y las de los creyentes tenían que llevar velo, para no llamar la atención. En la actualidad sobre todo en Europa una musulmana llama la atención en especial cuando lleva velo. Esto quiere decir que la función religiosa del mismo pertenece al pasado y más bien consigue lo contrario de su finalidad inicial.
STANDARD: ¿El velo no es una cuestión de libertad religiosa?
Abdel-Samad: No, la libertad religiosa se refiere a implementar la libertad, también la de las niñas que con 7 ó 9 años van con velo a la escuela. ¿Quién las protege de este corsé religioso? Lo más importante es para mí la libertad de las personas, libertad para desarrollar su personalidad, más allá de la presión política o la minoría de edad religiosa y familiar. En nombre de la religión no se puede hacer todo. En el Corán se permite la esclavitud y la violencia contra las mujeres que se hacen prisioneras en las guerras. Quien hace estas cosas hoy en día comete un delito contra la humanidad. Tendría que haber una prioridad, primero la constitución, los valores fundamentales y después en ese marco se puede practicar una religión. Se puede rezar, ayunar, peregrinar a la Meca, pero no todo lo que está en el Corán tiene que ser respetado sólo porque está en el Corán.
STANDARD: ¿Defiende Vd. la prohibición de la obligación del velo según la edad?
Abdel-Samad: Por supuesto, defiendo la prohibición del velo en las niñas que van a la escuela. Cualquier indoctrinación religiosa de los niños es un atentado contra los derechos humanos y los derechos del niño. El velo es primero un hecho que sexualiza tempranamente a los niños. ¿Por qué hay que aceptar que un hombre se sentiría sexualmente atraído por una niña de 8 años? Claro, si el Profeta se casó con una niña de 6 años, se puede decir que ya es a esa edad ya es „casable“. El velo es un problema en los servicios públicos porque los islamistas utilizan el velo como un arma de propaganda política. Aceptar estos símbolos es un apoyo indirecto a la propaganda islamista. Por eso los funcionarios públicos no deberían llevar ningún tipo de símbolo religioso, ni la cruz ni el velo.
STANDARD: ¿Prohibiría el Burka y el Niqab?
Abdel-Samad: Sí. Primero por consideraciones de seguridad, porque muchos de los guerrilleros del Estado islámico se han disfrazado con el Burka. Cuando sabemos que en Alemania tenemos entre 200 y 300 mujeres que llevan el burka, esto significa que esa mujer nos dice con su cara tapada que se considera una tentación y que no quiere tener nada que ver con nosotros. Las mujeres que llevan velo integral no deberían recibir ninguna ayuda social porque van a ver rechazadas 99% de las opciones de trabajo, no se esfuerzan por conseguir un puesto.
STANDARD: El anterior presidente de Alemania dijo una frase para los anales: "El Islam pertenece a Alemania." ¿El Islam y la democracia son compatibles?
Abdel-Samad: No, tras el 11S nos vemos desvalidos e intentamos tranquilizarnos con las palabras. Pero el Islam avanza por el mundo entero. En Alemania tenemos ya unos 300 islamistas preparados para la violencia y tienen entre 6000 y 40.000 suporters. Lo que nos muestra que las palabras no ayudan mucho, hay que llamar a los problemas por su nombre y no barrer los problemas debajo de la alfombra.
STANDARD: En una entrevista dijo: "El Islamismo es el Fascismo del siglo 21." ¿Cuál es el significado político?
Abdel-Samad: Los políticos tendrían que aprender a no ofrecer ningún refugio al Islam político. Pasa lo mismo en Austria, también los hermanos musulmanes trabajan en el país. Sabrá Vd que jóvenes austríacos han viajado a Siria. En el distrito 20 se recoge dinero para los yijadistas. El salafismo crece en Europa como un cáncer. Habría que aceptarlo en nombre de la tolerancia. Muchas organizaciones musulmanas se muestran democráticas y apoyan el estado mientras están en minoría. Pero cuando llegan al poder muestran su lado más feo y su pensamiento totalitario. Los políticos europeos no deberían de ser ingenuos y en permitir en nombre de la tolerancia que los intolerantes se aprovechen de la democracia.
STANDARD: ¿Qué dice Vd a los musulmanes que quieren llevar su vida religiosa cotidiana y no quieren justificar los atentados y que se sienten insultados por la crítica que Vd hace del Islam?
Abdel-Samad: Nadie tiene que culpar a los musulmanes pacíficos de los hechos de los musulmanes violentos. Pero también les muestro su responsabilidad. Cuando son capaces de salir en masa a la calle por unas caricaturas de Mahoma en las que se ve al Profeta con una bomba en el turbante pero nunca salen a la calle para protestar contra el estado islámico que utiliza bombas reales, eso se llama hipocresía. Los musulmanes moderados deberían de tenerlo en cuenta. En cuanto que siempre quieren presionar en los debates y a los críticos con sus sentimientos religiosos, están apoyando a los fundamentalistas que matan en nombre del Corán.
STANDARD: Dada su crítica al Islam no le siguen los islamistas pero se gana los aplausos de la derecha que sus enemigos interpretan como que da Vd materia a los que tienen prejuicios islamófobos. ¿Qué tiene Vd que decir al respecto?
Abdel-Samad: Hay puntos críticos que también son justamente criticados desde la derecha. La diferencia es la forma cómo se hace. El punto de partida de mi crítica es el humanismo y la libertad. No generalizo en contra de todos los musulmanes, sino que tematizo la teología de la violencia en el Corán. Quien lanza una mirada honrada al mundo se da cuenta de que los países musulmanes se ven afectados por esta enfermedad, también los países europeos donde viven los musulmanes. Tenemos un problema serio. Tenemos un potencial serio de violencia en el corazón mismo del Islam. La solución no puede estar en hacer enmudecer la crítica razonable y humanista al Islam para que los islamistas no se enfaden o para no alimentar la derecha radical. Hay que poner este debate en el centro de la sociedad y llevarlo de manera democrática y honrada. Así iremos en la buena dirección, por el contrario si no lo hacemos los que de ninguna manera defienden la libertad se harán los defensores de la misma, en la que por supuesto no creen. (Lisa Nimmervoll, 25.10.2016)
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