CAOS Y ORDEN
escrito por Ana Azanza
Escotado en 2009 nos regaló estas consideraciones que parten
de los nuevos descubrimientos de la física y de las matemáticas en el siglo XX
para extenderse a otros dominios más difíciles como la finanza y la política. Sirve de perfecta ilustración para el tema de las cosmovisiones científicas, en especial para explicar el paso desde el determinismo moderno a la indeterminación, que afecta a toda la realidad material. Y por extenxión a la realidad humana.
Lo que más me ha llamado la atención es que el modelo newtoniano basado en la materia inerte afectada por fuerzas exteriores que la traen y la llevan, es en realidad un modelo sacado del absolutismo político y religioso y trasladado a la física. Nada hay inerte en el mundo y la verdadera unidad nace de la combinación de múltiples diferencias.
El determinismo de antaño asociado a la ciencia newtoniana
mantenía que las mismas causas producen los mismos efectos siempre y en todo
lugar. Hoy ya no podemos separar lo ordenado de lo caótico ni dudar de que la
innovación es fruto de una realidad en desequilibrio, el azar irrumpe
creativamente. El tiempo ha dejado de ser el sensorio divino que proponía
Newton y ha vuelto a “medida del movimiento”, como enseñó Aristóteles,
imponiendo simultaneidad, aleatoriedad y necesidad en cada acción.
Los sistemas abiertos intercambian energía y materia con su
medio, si crecen mucho se desintegran o se reorganizan.
También la sociedad exhibe el orden por fluctuaciones, pasan
cosas imprevistas, como por ejemplo que se dispare el valor de la información.
La sociedad reacciona a las crisis estrechando el nexo entre
sus elementos con algo novedoso: la cohesión buscada no es unidad que se
contrapone a la diferencia sino unidad basada en cultivar la diferencia,
confiando en el mantenimiento de la pluralidad.
Las supuestas leyes eternas de la materia, hoy sólo resultan
aplicables a algunas regiones de lo real, el orden, la estructura, puede surgir
espontáneamente del desorden.
Ante un orden que se derramaba sobre el mundo como
providencia divina o como mecánica de masas inertes, la tendencia clásica era
atribuir el orden a un regalo externo al sistema, el orden venía de fuera en
definitiva.
Se han realizado interesantes experimentos con hormigueros,
separando los individuos diligentes de los perezosos en dos diferentes
comunidades. Parecería a priori que sólo
prosperaría el hormiguero trabajador, pero lo que se observa es que los
rendimientos dependen de la relación de cada individuo con su entorno, entre
las perezosas algunas hormigas se vuelven diligentes y entre las diligentes
algunas se vuelven perezosas.
La sociedad conserva la diferencia de potencial que excluye
la nivelación. El experimento muestra la vitalidad de un sistema alejado del
equilibrio, cuyo presupuesto primario es mantener la diferenciación.
Si organizamos un pelotón de soldados sin decirles donde
van, sólo dando órdenes, derecha, izquierda, alto…sale una trayectoria muy
quebrada. Ahorraría pasos y voces decir a la tropa “vamos aquí o allí”. La
estructura mando-obediencia florece en la historia humana y es el modelo clásico
de la organización eficaz. Sin embargo hoy el orden de la orden se contrae en
beneficio de modalidades que disponen la energía de otra manera. Lo coercitivo
cede ante lo cognoscitivo. Esta vida entre nacimiento y muerte se ha vuelto más
santa, con valor por sí misma y en sí misma.
El sentimiento de la santidad de esta vida invadió
a Escohotado visitando el Louvre. Entró por la parte arqueológica, vió el escriba sentado,
la estela de Hammurabi, bajorrelieves asirios, sarcófagos egipcios…Y sin aviso
entró en las salas dedicadas a Grecia. En lo alto de la escalera resplandecía la Victoria de Samotracia,
blanca como la nieve, decapitada y semidesnuda entre sus grandes alas: al final
de los escalones le esperaba el Hermafrodito, níveo y desnudo. Aquí y allí
otras estatuas danzaban y festejaban, cinceladas como por los propios dioses.
No era un cambio de paralelo y meridiano sino un cambio de
universo. Comparado con aquella armonía de hiperrealismo y forma pura ¿qué
civilizaciones pardas y tristes eran las previas? Las figuras helénicas
recordaban vagamente algunos iconos actuales, las mesopotámicas y egipcias
sugerían moldes del Medievo. En manos de los griegos la piedra se llenaba de
ingravidez y maestría: otros la coagulaban en representaciones de pueril
hieratismo. Grisura homogénea y plañideras para los unos; competitivas
diferencias y orgía para los otros.
¿Dependía de que los griegos festejaban la vida y los
pueblos anteriores la muerte?
Repletos de soberanos inmensos y súbditos diminutos los
tesoros de Asia Menor parecían una amalgama de infantilismo y senilidad. Los
griegos en cambio buscaban maneras de vivir que reconciliasen con el más acá,
prefigurando la posterior andadura de la humanidad. Los griegos fueron capaces
de elegir la democracia frente a la seguridad del despotismo que pone orden a
la fuerza, prefirieron aventurarse en el conocimiento racional frente a las
certezas de cualquier dogma, el resultado de esa elección les llenó de
inventiva e inestabilidad, como hoy nos pasa.
Esa experiencia del cambio que supuso Grecia para la humanidad la vivió quien esto escribe visitando el British Museum: en la planta baja, en la entrada misma del museo, pocos pasos separan las colosales estatuas egipcias del maravilloso friso del Partenón que representa la procesión de las Panateneas. Patée todas las plantas del museo como suelo, pero no recuerdo nada, sólo la sensación de que lo mejor era ese contraste entre lo gigantesco e imponente y la gracilidad, ligereza, elegancia, humanismo y amor a la vida del arte griego.
Nos diferencia de la Grecia Antigua, que ellos
creían aún y nosotros conjugamos menos el verbo creer. Nuestro reto es perder
las certidumbres sin que ello nos quite capacidad de obrar ni sentido crítico.
Todos podemos juzgar de los temas económicos, políticos,
científicos. La jerga suele esconder ignorancia.
El modelo newtoniano reenvía a principios religiosos y de
organización política más que a una observación imparcial de la naturaleza.
Fuerza no es un concepto físico
Masa inerte que se usa para la materia y luego para los
conjuntos humanos. Pero nada es totalmente inerte: cuando chutamos a una pelota
se abomba, en movimiento es un objeto irregular, el espacio que atraviesa se ve
afectado por sutiles remolinos, con diferentes temperaturas y densidad del aire.
Ningún objeto acaba de obedecer, cuanto más atendemos a los pormenores, menos
inerte se muestra la materia. Basta observar el goteo de un grifo no hay
regularidad, por mucho que estemos mirando.
La idealización es en parte pura práctica y en parte pura
teoría.
En arquitectura, ingeniería, el balón es reducido a punto, a
esfera ¿qué pasa al desplazar objetos no abstractos?
Se reduce a esfera o a punto para defender que la realidad
ha sido hecha obedeciendo a principios matemáticos. La reducción ofrece lo
exacto en sí (platonismo). Demócrito veía
en lo real azar y energía. Los átomos succionados por el vacío entren en
una dinámica de turbulencia que produce estructura, uniendo la materia y la
forma (inventada por Aristóteles) el mundo físico se presentaba animado de
parte a parte, con lugares y planetas vivientes. Su dinamismo parecía un
proceso de cumplimiento, cuando toda materia estuviera penetrada de forma el
mundo sería información.
Dios Cristiano, Dios rey. En vez del caos, en el principio
era la nada. Newton reduce los fenómenos a leyes matemáticas, tods la
dificultad está en demostrar los fenómenos a partir de las fuerzas. El
científico promete exactitud, va a poder predecir el juego exacto de la
naturaleza. Cesura entre sustancia extensa y sustancia pensante. Dueño y siervos,
soberano y súbdito. Sustancia pensante según Newton significa pura voluntad.
La sustancia extensa conserva su situación hasta verse
compelida por una fuerza. Hay 3 planos, teológico, físico y político cuyo eje
es la relación amo-esclavo. La inercia universal de la materia, masa obediente
a la solicitud de una u otra fuerza. Vis=fuerza=imperium, prerrogativa del
soberano. El movimiento sería un estado como lo es el reposo, mantenido por
algún motor. El motor, efecto de la materia en Demiurgo y Epicuro, pero la
gravedad es actio in distans, sin contacto.
Las cosas no suceden son forzadas a cualquier resultado.
Caer y fuerza gravitacional son el mismo acto físico pero el
análisis nos descubre una diferencia entre obedecer y regir, legislado y
legislador. La lluvia cae con pasividad absoluta sumisa a lo espiritual. Moliere
se burlaba: la fuerza dormitiva del opio.
El análisis de las formas físicas que acaba supeditado a las
supuestas fuerzas. La Forma:
proporción áurea define el Partenón, la cruz cristiana, la espiral de los
moluscos, la distribución de las hojas en una alcachofa, las pipas del girasol
o el rizo de las olas, proceso que construye sin sacrificar cualidad.
Dios=dueño=pantocrator. Rige no desde dentro como alma del
mundo sino como dueño (Newton, Principia matemática)
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