Si el año pasado terminaba el blog con una visión bastante negativa sobre los refugiados que llegan a Europa y sobre todo a Alemania, aquí otra visión del tema más humana y optimista.
Richard David Precht, filósofo: Bienvenido a la realidad.
Que Alemania tiene que acoger a los refugiados es
incuestionable para el filósofo y autor
Richard David Precht. Ve en ello una oportunidad. Entrevista sobre política,
creencia y religión.
Pensador de moda e influencia. Richard
David Precht. Foto: Amanda Berens
¿Se puede entusiasmar a las masas con la filosofía? nadie lo diría, pero si alguien puede hacerlo ese es Richard David Precht nacido en Solingen en 1964. En un día del Kirchentag reunió 3000 personas en su conferencia y más 850 jóvenes ingresados en el hospital, son números bastante llamativos para un filósofo que no tiene nada más para fascinar que su pensamiento. Desde la aparición de su libro „¿Quién soy yo y cuántos?“ en 2007 que ya es un bestseller traducido a 32 idiomas, modera en la televisión ZDF un programa de entrevista filosófica que lleva su nombre. En este otoño el filósofo todo terreno de 51 años acaba de publicar la primera parte de una historia de la filosofía. En “Reconozco el mundo” viaja desde la antigüedad hasta la edad media, empieza con Tales de Mileto y acaba en Francesco Petrarca. ¡Pero cuidado! También los filósofos se van por caminos equivocados, como dice el mismo Precht:
-Sr. Precht, en la introducción de su historia de la
filosofía encontramos una cita de Robert
Musil: „¡Nos confundimos antes de tiempo!“ ¿Tengo que concluir que incluso los
mayores pensadores no conocen el camino de la verdad?
Sí, sería horrible si los filósofos lo reconocieran,
sería indecoroso. Pero hay fundadores religiosos que creyeron conocer el camino
de la verdad.
-¿Ve tentador seguir a los fundadores religiosos–
Buddha, Moisés, Jesús, Mohammed etc. – y dedicarse a las peregrinaciones?
Eso lo tiene cada uno a su manera. Pero cuando uno se
ocupa de manera filosófica e histórica de las religiones, vemos que las obras de
los hombres no son obras de Dios. Sin embargo se puede adherir a una fe, aunque yo
separo cuidadosamente la creencia y la religión. La religión es un instrumento
de dominio mundial. La creencia es lo que queda, cuando se cree que se han
superado las fronteras del entendimiento y de la razón. Para la creencia hay
sitio en la filosofía, para la religión mucho menos.
-¿Hay filósofos que no han reconocido las fronteras
del entendimiento y la razón y se han ido por caminos equivocados?
Los filósofos no tienen un acceso privilegiado a la
verdad que no tendrían los demás. Tienen la tarea de llevar a las demás
personas a reflexionar de modo más inteligente, ampliar el marco en el que
pensamos, actuamos y vivimos. Pero es cierto, que ha habido filósofos que han
presumido de estar en posesión de una verdad, eso ha sido siempre una
equivocación.
-¿Quién es el más conocido de los que se equivocó?
Los filósofos son a la vez dogmáticos de modos
diferentes y seguros de sí mismos. Pero tenemos uno de los reclamos más potentes
de la verdad en Hegel. Creyó que había
entendido la historia del mundo dialécticamente y que la confrontación de la
tesis y la antitesis acaba en un estado que supera los otros dos que se puede
denominar como final de la historia. Ese final lo vió él en el estado prusiano
en el que Hegel tenía su casa y era una especie de filósofo cortesano. Los
campesinos pasaban hambre, las mujeres no tenían derechos, esa era para este
filósofo la máxima felicidad alcanzable. Hoy tenemos más altas expectativas.
-¿Mirando hacia atrás se puede decir que Hegel era un
pensador limitado?
Se puede, al menos el Hegel más antiguo. A veces
las filosofías más oscuras e inmaduras, como la de Hegel, han tenido una gran
influencia en la historia. Lo oscuro fascina y deja más espacio para el juego a
los intérpretes que un pensamiento claro y transparente.
-¿También Marx pertenece a los dogmáticos caminos
equivocados de la historia de la filosofía?
Marx ha sido muy combatido por sus enemigos, pero su
filosofía no fue dogmática sino que fue un intento de explicar la economía
capitalista. Era muy escrupuloso en su trabajo. En su obra fundamental “El
capital” escribió mucho sin dar nada por definitivo. Marx no era ningún
anunciador de la verdad.
Pero conocemos sus teorías del desarrollo dialéctico
de la historia al final del cual está la sociedad sin clases.
Marx continúa
a Hegel. Pero su teoría de la historia no es un modelo elaborado. Es una
pequeña idea en un grueso trabajo general, pero este aspecto fue más tarde muy
importante desde el punto de vista político.
-Después de este entretenido viaje a través de la
filosofía viene ahora el viaje obligatorio al presente. La palabra “refugiado”
se ha convertido en la palabra del año. ¿Es una decisión comprensible?
Sí. Al contrario que terror que considero que es un
tema persistente.
NO PODEMOS DETENER A LOS REFUGIADOS
-¿Cómo
dice?
El terror se da desde que yo tengo memoria. Es
terrible para los afectados pero no es un fenómeno nuevo. La alemana RAF, el
movimiento palestino Fatah, los neonazis alemanes, la organización islamista Al
Quaeda y finalmente los criminales del llamado Estado islámico: el terror no es
un poder, sino un medio para un objetivo, al que muchos recurrieron en el
pasado y muchos otros recurrirán en el futuro. No me parece un gran tema. Por
el contrario los millones de personas que llegan, ¡eso sí que es un gran reto! Como
dijo Marx, las corrientes humanas siguen a las corrientes del capital.
-¿No ve un final en la ola de refugiados?
No. No podemos tener ninguna globalización de lujo. No
podemos librarnos de las desventajas del mercado global sin que haya efectos
colaterales. Da igual que hablemos de un corredor para la inmigración o de
abrir las vallas. Vienen, es un hecho, tenemos que reconocerlo.
-¿Cómo van a cambiar los refugiados nuestra sociedad?
Tenemos que acoger a muchos refugiados porque no
podemos hacer otra cosa, aunque no creo que tengamos muchas dificultades para
ello. Veo cientos de miles de niños, que no se tienen que desarrollar en una
sociedad paralela sino que se tienen que integrar en nuestro sistema educativo.
Esos niños no saben una palabra de alemán, sin embargo tenemos que acogerles
dándoles las mismas oportunidades, esto nos va a exigir una gran energía. Veo cientos de miles de jóvenes que tienen una
imagen de la mujer que no podemos aceptar. El machismo crecerá, así como el
paro y la criminalidad, sin duda.
-¿No serían las vallas una mejor alternativa?
No. ¿Quiere Ud que disparemos a los refugiados como hacen los norteamericanos en la frontera
mejicana? Así han muerto ya unas 10 000 personas, también mujeres y
niños. Da lo mismo las dificultades que llegarán, tenemos que acoger a los
refugiados que huyen del terror del
hambre o del terror del ISIS. Es lo que
corresponde a nuestros valores y es nuestra tarea humanitaria.
LOS REFUGIADOS APORTAN ALGO POSITIVO
-Si tuviera que elegir una frase del año escogería la de Merkel: lo conseguiremos. ¿Lo conseguiremos realmente?
Si ponemos todas las palancas a funcionar, sí. Entonces
lograremos integrar a millones de personas de culturas extranjeras para que
puedan llevar una vida plena con nosotros.. Hemos de hacer todo lo posible lo
que podamos, aunque cueste millones.
-Se podría decir que es un mandamiento del amor al prójimo,
pero justamente ha sido del CSU, el partido que lleva el nombre cristiano, de
donde han procedido las críticas más aceradas a Angela Merkel. ¿No le llama la atención?
En absoluto. El CSU tiene un miedo justificado a que
el AfD le quite los votos más de derechas. Por ello sacrifica los principios
humanitarios en beneficio de la táctica. Pero con permiso, no considero que
primer ministro bávaro y sus colaboradores sean grandes cristianos. Además me parece que de esos refugiados que
llegan podemos sacar algo muy positivo.
-Eso me
interesa.
Me he ocupado
mucho de la digitalización de la sociedad. En 20 años viviremos en una
sociedad en la que por las mañanas en que el papel pintado nos saludará, y en
el que a lo largo del día pequeñas máquinas vigilarán las tareas de nuestro
cuerpo, desde la presión arterial hasta el nivel de hormonas, y nos dirán según
eso lo que tenemos que comer en desayuno, comida y cena y lo que deberíamos de
comprar de preferencia. Viviremos en
una nube de datos hasta en los aspectos más íntimos. Y nos encontraremos
en una zona de confort virtual, una Matrix del bienestar con una gobernanta de
datos a nuestro lado que se ocupará de nosotros hasta degradarnos al estado de
niños pequeños. De hecho ya estamos empezando ese camino, incluso aunque
suponga el fin de nuestra peleada libertad como individuos autónomos y de esa
pesadilla nos salvan precisamente los refugiados. Las personas que vienen
tienen problemas reales. No se sienten amenazados por ingredientes venenosos en
la comida, sino que padecen hambre. No se quejan de no estar lo suficientemente
en forma, sino que huyen torturados de la persecución, el terror y la guerra, y
no se trata de un videojuego sino de la realidad.
Esta confrontación con la realidad nos puede quizás
proteger un poco de meternos en ese extraño mundo virtual. “¡Bienvenidos a la
vida!” nos dicen las gentes de Siria, de Irak, de Afganistán.
-¿Evitaremos así el camino equivocado de la
incapacitación digital?
En cualquier caso los refugiados son lo contrario del „bonito
nuevo mundo“ que podría convertirse en algo feo y desagradable. Quizás son lo
que precisamente necesitamos ahora. Por ello estas gentes que llegan se han
ganado ya nuestro agradecimiento.
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