LA NO DERECHA
En la introducción a Conservadurismo heterodoxo de 2009, Pedro González Cuevas, se hace interesantes preguntas y da muy interesantes contestaciones. Aunque han pasado 14 años del libro, la situación que dibuja no me parece que haya mejorado, en todo caso empeorado.
Aclaro que el “conservadurismo heterodoxo” se refiere en este caso a 3 pensadores que se apartaron
de la “ortodoxia” política de derechas en España, que consiste en adhesión sin ambages a la doctrina católica como base y punto de partida de toda otra consideración.
Los 3 pensadores son el francés Barrès y los españoles Ortega y Gasset y Fernández de la Mora.
Empieza por alabar Pensamiento español de Gonzalo Fdez. de la Mora puesto que no se le ha valorado como merece. Su condición de ministro franquista y adhesión al franquismo una vez muerto el dictador bastaron sin duda para marginarlo y no profundizar ni dedicarle atención. Dice que en una sociedad como la española donde nunca existió un positivismo conservador digno de ese nombre, Fdez. de la Mora “es el primero que acepta la conciencia moderna, es decir, la racionalidad que asume el desencanto del mundo y con ello la pérdida de la unidad cosmovisional religiosa y la experiencia del relativismo”.
Para Francisco Umbral es el caso más logrado de escritor reaccionario con cualidades, un “Spengler del Opus Dei”, Reig Tapia por su parte estima que es una de las mejores inteligencias de la derecha española radical que disponía de un bagaje teórico y cultura fuera de toda duda”.
González Cuevas informa de que en Pensamiento español además de reaccionar contra las tendencias irracionalistas, esteticistas, fideístas e integristas en la cultura contemporánea, “marcó un hito porque es un conservador que se abre a la modernidad tecnocientífica, al tiempo que contriburía a la normalización de nuestra vida intelectual con su reivindicación del mundo cultural del exilio.”
Cuando nos ocupamos del exilio en la Quinta nada de esto nos constó.
Ya es extraño que el Ministro de Obras Públicas de uno de los últimos gobiernos de la Dictadura se ocupara del exilio, chocante incluso, sería preciso localizar el volumen Pensamiento español y comprobarlo.
Pero me ha llamado sobre todo la atención la pregunta de González Cuevas: “¿cuál es la situación de la cultura de las derechas españolas?” y es que la transición al régimen democrático no ha mejorado nuestra situación cultural ni en la derecha ni en la izquierda.
La democracia de por sí no influye directamente en la creación de formas superiores de cultura.
El arte, la literatura, la filosofía o el pensamiento político no se improvisan. Y henos aquí, ya en 2009, dependientes del extranjero, de las traducciones de autores foráneos, porque no hay quien se atreva a proponer lo que no sea repetición y ortodoxia.
Además la producción pensadora refleja el hedonismo, la superficialidad, y el narcisismo dominantes en la sociedad.
Taguieff y Levy son una pareja de escritores que denuncian, y nos viene al pelo dicha denuncia, la instalación de una oligarquía cultural que “mediante rituales de exclusión simbólica” distingue claramente entre discutidores legítimos y excluidos del debate político-cultural.
Víctor Pérez Díaz por su parte dictamina la preeminencia de los “líderes exhortativos” al servicio de un partido o grupo mediático (¿Federico?, ¿Pío?, ¿Ferreras?) frente a los líderes deliberativos e independientes y denunciaba la tendencia de los primeros a estrangular a los segundos. ¿Quiénes deliberan hoy al margen? ¿Los gustavobuenistas como Paloma Hernández, Insúa entre otros? ¿Armesilla? ¿Ernesto Castro? ¿Bonilla, deliberador de Andújar?
“Los intelectuales han sido incapaces de conservar su influencia en la sociedad. La explosión de los medios de comunicación audiovisuales, sobre todo de las televisiones privadas a partir de 1989, ha contribuido decisivamente a eclipsar la figura del intelectual, cuyo lugar ha sido ocupado por el líder mediático. Además, los programas culturales han sido erradicados de la programación….”
Y ya pasa González Cuevas al diagnóstico:
“La cultura de las derechas españolas ha entrado en un proceso de decadencia que parece irreversible. Se diría que hemos llegado a la llamada edad sombría. Tanto es así que el hispanista Stanley G. Payne ha podido decir que la derecha en términos históricos ha desaparecido, no se puede hablar de derechas, hay que referirse a la no izquierda.
El tradicionalismo católico desapareció con el Concilio Vaticano II, y sus últimos representantes, Francisco Elías de Tejada y Rafael Gambra, se limitaron a repetir las viejas consignas. La tradición liberal-conservadora orteguiana no ha tenido continuadores de altura. Julián Marías intentó actualizarla y hacerla compatible con el catolicismo, pero sin demasiado éxito, porque fue incapaz de superar a su maestro.
En cualquier caso, la tradición orteguiana permanece abierta, a la espera de un continuador a la altura de su creador. Y lo mismo podemos decir de la tradición empírico-positiva inaugurada por Gonzalo de Fernández de la Mora. Por su parte la Iglesia católica, hasta hace poco bastión de las derechas españolas, ha sido incapaz de renovar el apoyo a las élites intelectuales. Las figuras de Pedro Laín Entralgo, Xavier Zubiri o el ya mencionado Marías han carecido igualmente de continuidad. Hoy en algunos ambientes un intelectual de altura que además sea católico no deja de producir cierta sorpresa”...
“La derecha hegemónica y, si se quiere, “oficial”, representada por el PP, se ha mostrado igualmente incapaz de promover un proyecto cultural digno de ese nombre. Su discurso histórico-político, sobre todo bajo el liderazgo de José M Aznar, tuvo por base un pragmatismo sin horizontes que no dudaba en amalgamar Cánovas y Azaña. A este respecto, la labor de FAES, que dirige Aznar, ha sido infructuosa de cara a la articulación de ese necesario proyecto cultural alternativo.
Por de pronto ha ignorado por completo, la existencia de un pensamiento español de carácter liberal y conservador limitándose a difundir y traducir la obra de algunos intelectuales franceses o norteamericanos como Rével, Guy Sorman, David Boaz, Bruce Bawer, Thomas Sowell, Sarkozy…
Por su parte el acrítico seguidismo de los denominados neo cons norteamericanos como se demostró en el torpe apoyo de Aznar a la guerra de Irak, ha sido una de las causas de la actual ruina política del PP”.
En 14 años hemos visto como es el PSOE, que primero apoya todas las ocurrencias culturales y pseudo que proceden de Estados Unidos, 2020 fue manifestación de obediencia, 2022 se volvió a repetir, y 2023 parece que nos hemos propuesto elevar a rango de Ley Orgánica cuanta idea, ideología, alumbradas en los departamentos universitarios copados por la “parte” más izquierdista en sentido norteamericano de aquel país.
Y termina su sabrosa introducción González Cuevas señalando cómo los polemistas mediáticos se limitan a una pseudohistoriografía revisionista caracterizada por el oportunismo y la superficialidad.
“En el mundo de la derecha como en el de la izquierda, se ha impuesto la más profunda banalidad y la más chabacana mediocridad, al tiempo que se propende por parte de los agitadores mediáticos y de los polemistas a la abolición de toda jerarquía o autoridad espiritual. Ya lo dijo Ortega:
“En un país donde la masa es incapaz de humildad, entusiasmo y adoración a lo superior se dan todas las probablidades para que los únicos escritores influyentes sean los más vulgares, es decir, los más fácilmente asimilables.”
Ana Azanza
1 comentario:
Más que de un pensamiento conservador, hablaría de un pensamiento libre de cargas ideológicas, si esto es posible, o al menos relativamente independiente de los poderes y contrapoderes políticos. Un pensar que prefiere saber a poder. El maniqueísmo simplista, el cainismo, de la cultura española, tan sectaria, ningunea grandes obras y a profundos pensadores como Ortega, Eugenio d'Ors, etc. Decir que Ortega era de derechas es una tontería desde mi punto de vista, ¡no era hemipléjico cerebral! María Zambrano les parece demasiado cristiana y mística. La quieren hacer feminista, a la fuerza. Y quien no sirve al wokismo o al neopuritanismo o a la revolución cuir es un "fascista". Hace años que me sorprendió la calidad y claridad de *Filósofos españoles del siglo XX* de Gonzalo Fdez. de la Mora (Planeta, 1987). Obra en la que se ocupa con gran lucidez del "Correlacionismo de Amor Ruibal", "El ironismo de d'Ors", "El raciovitalismo de Ortega", de "Morente y la Hispanidad" y de "El sustantivismo de Zubiri". En su Apéndice, de "El realismo fenomenológico de Millán-Puelles". La obra contiene una bibliografía del autor impresionante y un índice de autores de todos los tiempos aún más. ¡Pero somos tan papanatas que cualquier novedad en francés o alemán se nos antoja mejor (más misteriosa) que lo que han escrito, escriben y meditan nuestros paisanos, aunque carezcan de intención y ambición política.
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