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Depósito de ponencias, discusiones y ocurrencias de un grupo de profesores cosmopolitas en Jaén, unidos desde 2004 por el cultivo de la filosofía y la amistad, e interesados por la renovación de la educación y la tradición hispánica de pensamiento.

miércoles, 9 de junio de 2021

MENGELE ESTÁ DE MODA

Sobre el libro: G. Marwell: "Mengele. Biografía de un asesino en masa", Theiss 2021. 428 págs., 28 euros.

Claus-Jürgen Göpfert
El historiador estadounidense David G. Marwell describe la vida banal y asesina del médico de los campos, Josef Mengele.



Fue una estrella pop del terror. Cuanto más atrás quedan sus acciones como médico criminal en los Lager, más se desdibuja su imagen. Ha sido demonizado en libros y películas hasta la caricatura, primer premio para "El hombre de la maratón" de 1976, en la que Laurence Olivier interpreta el papel de un secuaz de las SS en la clandestinidad. Mengele ha sido estilizado como el "ángel de la muerte de Auschwitz". Los supervivientes de los campos de concentración lo describían como gigantesco y rubio, el arquetipo del asesino germánico. En realidad, Mengele, originario de la pequeña ciudad suaba de Günzburg, era moreno y de estatura mediana.

Es muy difícil penetrar en la maraña de mitos. El historiador estadounidense David G. Marwell lo intenta. El ex presidente del Instituto Leo Baeck en Nueva York y Berlín utiliza un tono tranquilo y distante, lo que da un resultado aún más inquietante: el retrato de la banalidad asesina de una vida. 

Marwell estuvo involucrado en la búsqueda de Mengele llevada a cabo por el Departamento de Justicia de Estados Unidos, no obstante Mengele murió sin más en un accidente de natación en la costa brasileña en 1979. El hombre responsable de enviar a innumerables personas a las cámaras de gas de Auschwitz, de crueles experimentos médicos, que recogió ojos y cráneos, nunca fue juzgado por sus crímenes.

Marwell ha estudiado diarios, cartas y una "novela" autobiográfica del médico. hacer uso de la información publicada en 2017 por el Mossad, servicio secreto israelí.

Mengele provenía de una familia adinerada de clase media de gran influencia en Günzburg por su fábrica de maquinaria agrícola. Josef  enfermó gravemente varias veces de adolescente y, por ello, no se le consideró lo suficientemente "sano" para dirigir la empresa familiar. Comenzó a estudiar genética humana y antropología en Munich. Marwell describe cómo cambió la investigación médica en Alemania después de que los nazis se hicieran con el poder en 1933, cómo pasaron a primer plano los "deberes del médico nacionalsocialista", Mengele tenía que luchar por la "salud del organismo nacional". Después del examen estatal en 1937, Mengele se trasladó al "Instituto de Biología Hereditaria e Higiene Racial" de la Universidad de Frankfurt. Desde ahí un camino directo le condujo a los crímenes de Auschwitz.

Tras el inicio de la Segunda Guerra Mundial en 1939, el doblemente doctorado Mengele se apuntó a las Waffen-SS. Perteneció a la 5ª División Panzer SS "Wiking", involucrada en el asesinato de miles de judíos en Polonia en las primeras semanas de la guerra. El sangriento rastro de "Wiking" se adentró en el Cáucaso hasta finales del otoño de 1942.

De hecho, esta parte de la vida de Mengele es la peor documentada. No se sabe nada sobre su participación personal en los delitos de su unidad. Todo cambió cuando apareció como médico de campo en el campo de concentración de Auschwitz en mayo de 1943.  Marwell describe sobriamente cómo  Mengele hacía guardia en la entrada del campo, donde llegaban los trenes con cientos de miles de desplazados de toda Europa. Cómo decidía con un movimiento del pulgar  la muerte directa en la cámara de gas o el indulto que conducía al trabajo esclavo.

Este poder absoluto sobre la vida y la muerte aumentó su reputación. Mengele podía eligir a las víctimas de sus perversos experimentos médicos. Expuso a las personas a la enfermedad de noma o estomatitis gangrenosa, que destruye las mucosas de la boca. Estaba particularmente interesado en  "investigar gemelos", supuestamente para aumentar la tasa de natalidad de la raza aria. Los dejaba morir al mismo tiempo para  examinar sus órganos.



También se interesó por los ojos: Mengele intentó cambiar el color inyectando productos químicos. Luego mandamba matar a la gente y les quitaba los ojos a los cadáveres. Lo mismo hacía con los órganos de las personas discapacitadas. Todo ello con el apoyo de científicos alemanes, a quienes Mengele enviaba documentos y preparativos. Mengele pertenecía, como escribe Marwell, a "la vanguardia científica" de la Alemania nazi.

NS-Offiziere in Solahütte bei Auschwitz, 1944, Mengele ist der 2. v. l. (mit verschränkten Armen). Oficiales alemanes en 1942, Mengele es el de los brazos cruzados © AFP

No obstante esta biografía tiene algunos puntos ciegos. El historiador estadounidense no  nos explica  por qué el joven médico de las SS superó todos los límites de la moral humana y las normas de la civilización.

La segunda parte del libro también es inquietante y perturbadora. Describe en detalle cómo el asesino en masa evadió la justicia durante 34 años hasta su muerte que le sobrevino mientras se bañaba en una playa brasileña. Hasta finales de la década de 1950 no hubo procedimientos preliminares contra el médico en Alemania. En 1956  podía seguir visitando a su familia y amigos en Alemania  bajo seudónimo.
 

Le vino bien no haberse tatuado con el símbolo de las SS. En 1945 fue capturado por Estados Unidos, pero  fue liberado con las mismas. Durante tres años etuvo escondido haciendo de "peón agrícola" en una granja en las estribaciones de los Alpes. En otoño de 1948, logró pasar de contrabando por los Alpes y el Tirol del usando la llamada "línea de ratas"  hasta el puerto italiano de Génova, donde se embarcó para Argentina.
Si

Siguió el mismo recorrido que otros muchos nazis. ¿Por qué pudo escapar Mengele? Es notable que Marwell sea bastante cauteloso a la hora de echar la culpa de los alemanes. "El historial alemán de la persecución de los criminales nazis a menudo se subestima, pero dista mucho de lo que hubiera sido posible y de lo que las víctimas de los crímenes nazis podrían esperar". Las autoridades alemanas, plagadas de abogados nazis, no hicieron lo más sencillo  como vigilar la correspondencia de Mengele con su familia en Alemania.

La embajada alemana en Buenos Aires incluso le emitió un pasaporte en 1956 con el nombre de José Mengele. Solo en 1963 el fiscal general de Hesse, Fritz Bauer, incluyó al médico  en la lista de 95 personas que fueron investigadas en los juicios de Auschwitz en Frankfurt. Pero en vano.

Los investigadores del servicio secreto israelí Mossad probablemente se acercaron mucho a Mengele en 1962. Supuestamente lo localizaron  en una granja en Brasil. Pero lo dejaron estar, aparentemente porque Israel consideró que la ayuda de los científicos alemanes al programa de misiles egipcios era más urgente. Se le volvió a perder la pista.


Quedan muchas preguntas sin respuesta. Los investigadores descubrieron más tarde que Mengele conoció a su hijo Rolf en Brasil poco antes de su muerte. Lo Hizo que lo enterraran con el nombre de Helmut Gregor en un suburbio de São Paulo. Seis años después, detectives alemanes y brasileños descubrieron la tumba.

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