Sigo en mis trece con Trevijano. Opino que no se la hecho el caso que merece. También es cierto que en España despreciamos por principio lo propio excelente. Más bien lo corriente es el ostracismo cuando no directamente el ensañamiento envidioso contra quien destaca en algún campo intelectual. Es terrible observarlo y darse cuenta de que hay cimas intelectuales aquí y allá, pero no se ve el diálogo entre ellas. Mientras no faltan palmeros para lo mediocre.
A parte de conocer intensa y extensamente el derecho, sus fundamentos, origen, historia y evolución así como la filosofía, Trevijano era un amante de la lengua española.
No estaría de maś una biografía en condiciones que dé cuenta de su pensamiento, andanzas y proyectos en los que anduvo metido, hubiera merecido sillón en la Real Academia Española de la Lengua. De hecho una de sus últimas iniciativas ¡con 90 años! consistió en un Congreso en Santo Domingo de la Calzada, cerca de donde se hallaron los primeros textos en lengua romance al que tituló "El consenso político degenera el idioma". Qué tiempos más bárbaros estamos viviendo. En el país de origen los hispanohablantes no pueden, no está bien visto, llamar español a su propia lengua materna. Estimo que es un síntoma de la idiocia que nos domina y denomina.
En su Teoría Pura de la República tiene algunos ex-cursos lingüísticos a los que saca partido político dignos de mención y conocimiento para instrucción de todos nosotros.
Primero hay que señalar que divide la sociedad en tres partes según se acomode al gobierno. En toda sociedad plural están los que apoyan con entusiasmo lo que hay, sea lo que sea. Otro tercio se acomoda y lo tolera y el último tercio desprecia y combate al gobierno. Explica que en una situación hipotética de acción constituyente se podría obtener más del 70% del censo para una república constitucional. El cómo, el porqué, cuándo lo desarrolla a lo largo del libro. Y dice con respecto a estas dos expresiones españolas aplicadas a los políticos y al pueblo por ellos gobernado (p. 635):
"Sin que sea paradójico, los políticos de la partidocracia, por ser solamente realistas, no están en la realidad. Pues estar (Estado) sin ser (Sociedad) sólo es posible en situaciones de estar en la inopia y estar en Babia. Los hombres del Estado y los partidos estatales están en la inopia. Los votantes de listas, sombras ciudadanas en la caverna platónica, están en Babia. La inopia es indigencia mental, escasez de recursos intelectuales para ver y entender la vida real. Babia es el reino de los distraídos de la realidad social. Están en la inopia los gobernantes. En Babia, los gobernados. Son inopios los partidos estatales, la clase política que se cree realista y no puede estar en la realidad. Están en el mundo de las encuestas sociales que la inopia encarga a su imagen y semejanza. Son babianos los que viven pendientes del vuelo zumbón del moscardón partidista, los que viven la di-versión de sus vidas enajenadas de lo real en el escenario teatral de la comedia de enredo político. Está en la inopia el Estado arruinado por la acción partidista. Está en Babia la sociedad arruinada por el Estado."
"Sin estar en la inopia no sería posible el triunfo efímero de intrascendentes jefes de partidos, desleales al ser de las ideas que proclaman y fieles al estar en su circunstancia pasajera. Sin estar en Babia no se concebiría la duración, con libertades, de la servidumbre voluntaria. Ante el fracaso de la inopia estatal, de las causas retóricas de los políticos, atribuido a la deslealtad a lo público, todo parece estúpido o banal. Ante el éxito debido a circunstancias ajenas, nada parece casual, incluso lo inverosímil. Las transiciones al Estado de Partidos se hicieron con políticos que estaban en la inopia de las circunstancias exteriores que los elevaban. Cada actor pudo creerse autor de la obra (...)
"Para dejar de estar en la inopia basta esa libertad de pensamiento que se libera de los barrotes del consenso, con limas forjadas en la fragua del realismo de la democracia representativa. Para salir del reino de Babia y entrar en el de la democracia republicana, se necesitan las llaves maestras de la valentía social, empujada por la sabiduría de la libertad política, que es la de estar en el ser."
Lamentablemente los que figuran como herederos o albaceas del pensamiento republicano de García Trevijano tardaron dos meses en dividirse tras la muerte del maestro. Sin que sepamos muy bien porqué. Pienso que Trevijano debería de haber puesto en circulación sus ideas mucho antes, parece que espero demasiado tiempo ocupado en otros menesteres. Han herededado biblioteca, papeles, escritos, el nombre de Movimiento Ciudadano por la república constitucional. Pero el carisma y la gracia se los llevó a la tumba.
Al menos nos quedan sus libros que merece la pena difundir. Por una vez alguien que sabe de qué habla cuando habla de política, con fundamento en la historia, en el derecho, en la filosofía, en la sociología. Y en muy buen español nada complicado ni esotérico.
A parte de conocer intensa y extensamente el derecho, sus fundamentos, origen, historia y evolución así como la filosofía, Trevijano era un amante de la lengua española.
No estaría de maś una biografía en condiciones que dé cuenta de su pensamiento, andanzas y proyectos en los que anduvo metido, hubiera merecido sillón en la Real Academia Española de la Lengua. De hecho una de sus últimas iniciativas ¡con 90 años! consistió en un Congreso en Santo Domingo de la Calzada, cerca de donde se hallaron los primeros textos en lengua romance al que tituló "El consenso político degenera el idioma". Qué tiempos más bárbaros estamos viviendo. En el país de origen los hispanohablantes no pueden, no está bien visto, llamar español a su propia lengua materna. Estimo que es un síntoma de la idiocia que nos domina y denomina.
En su Teoría Pura de la República tiene algunos ex-cursos lingüísticos a los que saca partido político dignos de mención y conocimiento para instrucción de todos nosotros.
Primero hay que señalar que divide la sociedad en tres partes según se acomode al gobierno. En toda sociedad plural están los que apoyan con entusiasmo lo que hay, sea lo que sea. Otro tercio se acomoda y lo tolera y el último tercio desprecia y combate al gobierno. Explica que en una situación hipotética de acción constituyente se podría obtener más del 70% del censo para una república constitucional. El cómo, el porqué, cuándo lo desarrolla a lo largo del libro. Y dice con respecto a estas dos expresiones españolas aplicadas a los políticos y al pueblo por ellos gobernado (p. 635):
"Sin que sea paradójico, los políticos de la partidocracia, por ser solamente realistas, no están en la realidad. Pues estar (Estado) sin ser (Sociedad) sólo es posible en situaciones de estar en la inopia y estar en Babia. Los hombres del Estado y los partidos estatales están en la inopia. Los votantes de listas, sombras ciudadanas en la caverna platónica, están en Babia. La inopia es indigencia mental, escasez de recursos intelectuales para ver y entender la vida real. Babia es el reino de los distraídos de la realidad social. Están en la inopia los gobernantes. En Babia, los gobernados. Son inopios los partidos estatales, la clase política que se cree realista y no puede estar en la realidad. Están en el mundo de las encuestas sociales que la inopia encarga a su imagen y semejanza. Son babianos los que viven pendientes del vuelo zumbón del moscardón partidista, los que viven la di-versión de sus vidas enajenadas de lo real en el escenario teatral de la comedia de enredo político. Está en la inopia el Estado arruinado por la acción partidista. Está en Babia la sociedad arruinada por el Estado."
"Sin estar en la inopia no sería posible el triunfo efímero de intrascendentes jefes de partidos, desleales al ser de las ideas que proclaman y fieles al estar en su circunstancia pasajera. Sin estar en Babia no se concebiría la duración, con libertades, de la servidumbre voluntaria. Ante el fracaso de la inopia estatal, de las causas retóricas de los políticos, atribuido a la deslealtad a lo público, todo parece estúpido o banal. Ante el éxito debido a circunstancias ajenas, nada parece casual, incluso lo inverosímil. Las transiciones al Estado de Partidos se hicieron con políticos que estaban en la inopia de las circunstancias exteriores que los elevaban. Cada actor pudo creerse autor de la obra (...)
"Para dejar de estar en la inopia basta esa libertad de pensamiento que se libera de los barrotes del consenso, con limas forjadas en la fragua del realismo de la democracia representativa. Para salir del reino de Babia y entrar en el de la democracia republicana, se necesitan las llaves maestras de la valentía social, empujada por la sabiduría de la libertad política, que es la de estar en el ser."
Lamentablemente los que figuran como herederos o albaceas del pensamiento republicano de García Trevijano tardaron dos meses en dividirse tras la muerte del maestro. Sin que sepamos muy bien porqué. Pienso que Trevijano debería de haber puesto en circulación sus ideas mucho antes, parece que espero demasiado tiempo ocupado en otros menesteres. Han herededado biblioteca, papeles, escritos, el nombre de Movimiento Ciudadano por la república constitucional. Pero el carisma y la gracia se los llevó a la tumba.
Al menos nos quedan sus libros que merece la pena difundir. Por una vez alguien que sabe de qué habla cuando habla de política, con fundamento en la historia, en el derecho, en la filosofía, en la sociología. Y en muy buen español nada complicado ni esotérico.
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