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Depósito de ponencias, discusiones y ocurrencias de un grupo de profesores cosmopolitas en Jaén, unidos desde 2004 por el cultivo de la filosofía y la amistad, e interesados por la renovación de la educación y la tradición hispánica de pensamiento.

jueves, 18 de abril de 2019

VI CONGRESO MARÍA ZAMBRANO



Esbozo introductorio de crónica


Estupendo colofón de la actividad de nuestra Quinta, la presentación de su memoria homenaje a María Zambrano, nuestro Criaturas de la Aurora, en el VI Congreso Internacional celebrado en Vélez-Málaga del 10 al 12 del presente mes de abril.

Tuve la oportunidad de conocer a Juan Fernando Ortega, de origen cordobés, pero que fue nombrado con toda justicia hijo adoptivo de Vélez tras dedicar a la filósofa la parte más importante de su vida académica, luchando por mostrar a las instituciones veleñas de la transición la importancia de la figura y el pensamiento de María Zambrano... Principal instigador de la Fundación, me confesó que esta nació para solventar los "problemas financieros" (un eufemismo por penuria) de María. Articuleaba esta plagiándose a sí misma aquí y allá, quiero decir más allá del Atlántico, por ganar algunas perras para poder comer y dar de comer a sus gatos. 

Y es que, tras el exilio y al contrario que su marido que escogió el camino de la economía (de la razón dominadora, diríamos), María escogió la senda reflexiva de la contemplanza, de la razón contemplativa. Y es que, bien mirado, el milagro de vida, sueños, conciencia e historia son para ser contemplados con esa admiración que es también sorpresa, perplejidad, veneración, incluso 'timor Dei'..., admiración de la que nació la filosofía, pero que no da fácil de vestir ni de comer.

De Juan Fernando es la autorizada y pionera biografía de la filósofa. La figura de María se agiganta cuanto más sabemos de ella. Sorprende que mantuviera tanto equilibrio haciendo suyo el dictum soloniano, socrático y estoico: 'Nada en demasía', a pesar de su complicada, itinerante, exiliada vida.

Como el congreso se celebraba tras la conmemoración de los sesenta años de la publicación de Persona y democracia (1958) pareció bien a los organizadores que esta obra centrara el contenido de la reunión internacional de Vélez.


Encuentros significativos


La conferencia inaugural estuvo a cargo de Federico Mayor Zaragoza, Presidente de la Fundación Cultura de Paz y ex Director General de la Unesco, quien debe tener algún pacto con algún ángel o demonio a tenor de la emoción y el buen humor que puso en sus palabras: Urgente llamada de atención a favor de la conservación del ecosistema en la nueva era del Antropoceno, cuando el planeta depende ya de la acción productiva, reproductiva, técnica y científica humana, ante el desafío de fenómenos irreversibles como la desaparición de las grandes masas de hielo del Ártico que liberan venenoso metano. Amenazas globales que requieren soluciones globales y multilaterismo democrático.

Tuve la suerte de encontrarme en Vélez con viejos y queridos conocidos, como el catedrático de filosofía baezano Bartolomé Lara, que me presentó a Juan Fernando Ortega, y con nuestro colega de la AAFi Antonio Sánchez Millán, organizador en Vélez de memorables cafés filosóficos. De los que nació su libro Practicar la Filosofía, Alegoría 2013, original manual para "salvar la filosofía a través de su práctica".

Con Juan Fernando Ortega, en el centro, y Bartolomé Lara (dcha.)
Al fondo, el busto de María Zambrano.

Agraciado fui por Fortuna al coincidir en la mesa de comunicaciones con un antiguo compañero de Granada, Francisco Linares Alés, que nos habló de García Lorca a la luz de María Zambrano. Le confesé que escogí un verso de García Lorca que cita la propia María como título de mi participación en Criaturas de la Aurora: "Luz que nos consuma". Y en la misma mesa, tras mi intervención, el brillante profesor colombiano Damián Pachón Soto nos sorprendió a todos. Estaré muy atento a la publicación de su comunicación: "María Zambrano y su relación heterodoxa con la filosofía". Gente bien informada venida desde el otro lado del Atlántico con ese uso tan elegante del español, mejor cuidado, mimado y menos "golpeado".


Modestia cristiana


Durante la comida informal en el antiguo y bien remozado mercado de abastos de Vélez conocí a Gabriel Gálvez Silva, profesor chileno. En un momento de la animada charla de sobremesa y hablando de lo humano y de lo divino, y del cristianismo heterodoxo de nuestra pensadora y mística que, no lo olvidemos, se hizo enterrar con el hábito franciscano, Gabriel citó un pasaje de los Evangelios que me extrañó. Le hice prometer que me mandaría la referencia exacta. Y así fue unos días después y desde Chile. 

Se trata de un ejemplo extraordinario de humildad o, digamos, de modestia (para no contrariar a quienes no piensan la humildad como virtud, algo común en la tradición aristotélica). De la Biblia de Jerusalén:


Se ponía ya en camino cuando uno corrió a su encuentro y, arrodillándose ante él, le preguntó: "Maestro bueno, ¿qué he de hacer para tener en herencia vida eterna?" Jesús le dijo: "¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino sólo Dios" (Marcos, 10: 17-18).
En esto se le acercó uno y le dijo: "Maestro, ¿qué he de hacer de bueno para conseguir vida eterna?" Él le dijo: "¿Por qué me preguntas acerca de lo bueno? Uno solo es el bueno" (Mateo, 19: 16-17).
Uno de los principales le preguntó: "Maestro bueno, ¿qué he de hacer para tener en herencia vida eterna?" Le dijo Jesús: "¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino sólo Dios" (Lucas, 18: 18-19).

Y en traducción directa del griego por Guillermo Jünemann:



Y, saliendo él al camino, corriendo a él uno y arrodillándosele, preguntóle: "Maestro bueno, ¿qué haré para la vida eterna heredar?" Y Jesús díjole: "¿Qué me dices bueno? Nadie bueno sino uno: Dios" (Marcos, 10: 17-18).

No está mal la lección de piedad (sensu zambraniano) y de modestia frente a quienes se engríen o se endiosan creyéndose absolutamente buenos para a continuación dar lecciones morales a los demás y practicar la intolerancia. Y he ahí, en el endiosamiento, una de las raíces que María Zambrano percibe en Persona y democracia como raíz alimenticia del más nefasto absolutismo, que tan admirable y ecuánimamente combate.


Doble revelación


En Persona y democracia, I, 2. refiere María a "El alba humana", a las dos revelaciones que ensancharon el humanismo "en un alba sangrienta y oscura, con luz vivísima por instantes, por luz que ciega y deslumbra": a ese momento auroral del nacimiento de la conciencia encarnado por Sócrates, que la asumió y pagó en la forma sabida, es decir, siendo ejecutado con cicuta...


"Más fue sólo el primer paso, aquel que el hombre había de dar por sí mismo. Más tarde aparecería en la plenitud de la revelación cristiana en su infinitud, en su libertad y en su filiación divina a través del Dios-Hombre".

Dignas palabras para un Jueves Santo pasado por agua.


***

El estudio de los prolijos apuntes que tomé durante las densas sesiones en que pude participar (abandoné el congreso antes de que finalizara, por motivos personales) servirán tal vez, para nuevas entradas. Con ello no fatigo ahora al atento lector.

1 comentario:

Ana A dijo...

¡Te lo pasaste como los indios!
el primer personaje que nombras
es un fake como se dice ahora de los pies a la cabeza
y no diré más, de los navegantes abundantes en nuestras
aguas.
Por lo demás, menos mal que hay gente digna
en España como María para que luego los navegantes
abundantes tengan materia para hinchar CVs.
No me entero bien de la cita evangélica
¿qué te dijo el chileno que tanto te sorprendió?