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Depósito de ponencias, discusiones y ocurrencias de un grupo de profesores cosmopolitas en Jaén, unidos desde 2004 por el cultivo de la filosofía y la amistad, e interesados por la renovación de la educación y la tradición hispánica de pensamiento.

viernes, 14 de diciembre de 2012

Carta de un profesor a Wert

Para firmar en defensa de historia de la filosofía

http://www.change.org/es/peticiones/ministro-de-educaci%C3%B3n-jos%C3%A9-ignacio-wert-inclusi%C3%B3n-de-la-ha-de-la-filosof%C3%ADa-en-2o-bachillerato-como-troncal



En Valladolid ya se han organizado y escrito al ministro haciendo valer su trayectoria democrática. Dejémonos de ironías y de retruécanos. Hay que cantarle la serenata al señor ministro. No nos vamos a quedar callados siendo los "parientes pobres" de la asignatura de religión. Ni en los peores sueños sobre lo que el marianato podría dar de sí habíamos imaginado llegar a esta situación.  El que suscribe esta carta al menos podría reconvertirse en profe de religión por lo que veo. Pero ya es mucho retroceder a los tiempos de maricastaña, sustituyendo a estas alturas la filosofía por la religión. 

Quiero pensar que el señor ministro no se ha parado un minuto a reflexionar. ¿Qué tiene que ver la crisis económica? ¿o es que un país de pobres no se puede ni permitir la filosofía? ¿qué es lo que esta reforma viene a significar? recortando en derechos ciudadanos y recortando en filósofos. ZP debe de estar frotándose las manos en algún rincón, "otro vendrá que bueno me hará". Encima de que nos dió más cancha a los filósofos con la ciudadanía nos quejábamos de él. A mí ahora me encanta explicar a los chiquillos los derechos humanos, aunque claro en un país del "tente tieso" que estamos viviendo hablar de derechos humanos sobra. Curiosamente cuando se hizo esa Declaración universal de la ONU, 1948, España no estaba presente. Eramos una dictadura en régimen nacionalcatólico, tolerada por los grandes del planeta por miedo al comunismo, pero fuera de la ONU y sufriendo el aislamiento internacional.

Entonces había una misión. España era pobre y estábamos solos, hubo una represión feroz en la posguerra, pero teníamos un papel. Ahora ni eso.  Espero que no pretenderá hacernos creer el señor Wert que lo de quitar la filosofía lo ha sugerido la señora Merkel, canciller del país que es el "principal productor mundial" de filosofía.  Qué maña se dan algunos para en vez de aprender e imitar las cosas  buenas de los demás, imitar lo peor. 

Publico esta carta desde la simpatía hacia su autor, ironizo sobre España en general, somos la repera. Me parece laudable y aplaudo la iniciativa de Pablo, por eso la pongo. Pablo,  eres un tío estupendo que has tenido el valor de hacer lo que yo no he hecho todavía. Mil gracias de parte de todos los que suscribimos la defensa de la historia de la filosofía en bachillerato. 

Valladolid, 10 de diciembre de 2012

Excelentísimo Sr. Ministro D. José Ignacio Wert Ortega, 

Estimamos los valientes esfuerzos de su Ministerio por revitalizar la decaída educación española. Sabemos que no es fácil equilibrar todos los aspectos de una reforma educativa, que entraña numerosos problemas. Desde diversos sectores se vierten sobre el proyecto de la LOMCE críticas o aplausos varios en los que no entramos aquí. Permítanos, eso sí, llamar su atención sobre una realidad fundamental de la educación que puede pasar desapercibida en la problemática suscitada por el último borrador del Anteproyecto de la LOMCE¡la práctica desaparición de la clásica asignatura de segundo de bachillerato “Historia de la Filosofía” y de la Ética en cuarto de la ESO como “Educación ético-cívica” para todos los alumnos!. Si no se rectifican estas tremendas lagunas sorprendentemente introducidas, la educación filosófica, ética e histórica y la base misma de la educación sufrirán un retroceso de gravísima repercusión a medio y largo plazo. Y todo lo que se pierda en educación, se pierde en el conjunto de la sociedad, del civismo y hasta de la economía.Confiamos en su larga trayectoria democrática, abierta a escuchar a la sociedad civil y particularmente a los profesionales de cada campo en cuestión. En este caso es el de los profesores de ética y filosofía, los que día a día tenemos la experiencia práctica de lo que aquí está en juego. No se trata de una reivindicación gremial o profesional, sino de hacer comprender que la educación es mucho más que instrucción instrumental. Lo urgente no nos impida ver lo necesario. No confundamos lo instrumental con lo fundamental. La educación auténtica, por encima de planteamientos de parte, consiste ante todo en preparar a personas para que vivan como tales, y no sólo en instruir a técnicos que absorba el mercado. Tal afirmación no es una mera expresión retórica, sino una forma de expresar lo que estamos a punto de echar a perder, si no salvaguardamos el derecho de los jóvenes a que se les muestre un horizonte de ideas profundo sobre el sentido de todo lo que hacemos y aprendemos. Apreciamos su criterio de que la nueva ley se mueva por criterios “prácticos y no ideológicos”. Pero lo práctico debe no confundirse con el extremo de un puro pragmatismo tecnócrata. Y la purga de lo ideológico no ha de dejarnos sin ideas y sin lógica, esto es, sin las ideas profundas y sin la lógica global de la filosofía. Vd. mismo habrá comprobado en sus estudios de derecho, sociología, política y comunicación que las ideas prácticas hunden sus raíces en unas bases ético-filosóficas y que las ideas de fondo tienen una historia que debemos conocer y hacer conocer para no quedarnos en lo superficial.

1º) La historia de la filosofía es imprescindible para comprender el origen y la evolución de las principales ideas que sustentan tanto la vida socio-política y moral como el desarrollo del pensamiento libre y creativo de la tecno-ciencia. Ninguna otra materia, ni siquiera la de historia general, puede aportar esta visión de fondo, necesaria para todos los jóvenes, vayan por itinerarios de ciencias naturales, sociales o humanistas, pues todos aspiran a ser ciudadanos y personas con fundamento.

2º) La historia de la filosofía, la filosofía misma y la ética son importantes no sólo por sí mismas, sino también por la interacción beneficiosa con otras asignaturas, que sin la base filosófica quedan sin sostén sólido y sin una coordinación interdisciplinar. Sin filosofía, los alumnos pueden aprender de muchas materias, pero sin llegar a generar una vertebración entre sus conocimientos, lo cual hunde el valor global de su cultura, reducida a erudición y pragmatismo.

3º) En particular, sin filosofía la historia resultaría un relato superficial y mal vertebrado. Y el conocimiento científico se desprendería de la necesaria reflexión crítica sobre el sentido de su aplicación responsable y del estudio de los precedentes históricos de la Revolución Científica moderna, entrelazada toda ella con la filosofía moderna.

4º) Sin suficiente formación ético-filosófica, la comprensión lectora quedaría violentamente sesgada en sus registros más sutiles y hondos y de los temas de visión global, tan necesaria hoy en día con la creciente complejidad de interacciones planetarias e interculturales. 

5º) Para evitar tentaciones oscurantistas y de adocenamiento acrítico de la juventud es imprescindible estimular el conocimiento de diferentes opciones éticas y de la historia de la filosofía entre las que escoger o con las que formar una síntesis personal.

6º) Un mínimo de datos y de redes de conceptos básicos de ética y de historia de los filósofos es necesario para cualquier persona que aspire a una cultura general consolidada. La asignatura de filosofía de primero de bachillerato es muy importante como introducción a la filosofía, por lo que debe aumentar su carga horaria, pero a ella sólo llegan los alumnos de bachillerato. Así, los alumnos decantados por una formación profesional, sin Ética quedan sin ninguna formación ético-cívica y filosófica. Su formación resultará casi sólo técnica, pero humanamente muy pobreY, sin historia de la filosofía, los mismos bachilleres terminarían sus estudios sin una base de ideas profundas y básicas para el conjunto de su cultura. Más adelante se podrán especializar, pero sin la base histórico-filosófica no integrarán bien en su cultura los datos de su especialización.
7º) Hay países con sistemas educativos de indudables méritos en algunos aspectos más cuantificables, pero que adolecen de un escoramiento unilateralmente utilitarista y técnico-economicista. Sólo pueden servirnos de modelo en sus aspectos positivos. En cambio, en la profunda educación humanista y de valores nos conviene mantener y potenciar la “dieta mediterránea”, propia de los países mediterráneos y grecolatinos, la cual siempre incluye varias asignaturas de filosofía y de historia de la filosofía.

8º) Aprendemos idiomas para ensanchar nuestro cosmopolitismo y apertura intercultural. Una honda interculturalidad con raíces es lo que proporciona singularmente el estudio de la historia de la filosofía, la cual pone en íntimo contacto con varias tradiciones culturales: por ej., con la griega, la latino-itálica, la francesa, la germana, la inglesa, la escocesa y la misma tradición española. Eliminando asignaturas como la historia de la filosofía, que en vez de suprimirse, debería recuperar sus cuatro horas semanales, provocaremos que los jóvenes desconozcan a Platón, Aristóteles, Sto. Tomás de Aquino, Descartes o nuestro Ortega y Gasset. Estamos seguros de que Vd. y su equipo ministerial no quieren pasar a la historia como los responsables de tamañas pérdidas educativas. Al menos en las historias del pensamiento español se registrará esta debacle anti-educativa. No podremos silenciarla.

9º) Lo principal es el bien de los alumnos, darles la mejor y más profunda educación posible. Mas para ello también importa el mejor aprovechamiento y la mejor motivación del profesorado. La supresión de asignaturas de ética e historia de la filosofía dejaría aún más mermados los horarios docentes para el desarrollo de la mejor cualificación y motivación de los profesores expertos en filosofía. Sería subemplear en un exceso de materias afines a todo un cuerpo de profesores y de departamentos.

10º) Los estudiantes y profesores de filosofía, junto a la gran cantidad de personas cultas que en España aprecian adecuadamente la educación ético-filosófica, tal vez no lleguemos a insuflar de inmediato una polémica mediática tan viva como la de otros frentes discutidos del Anteproyecto de la LOMCE. Pero créanos que a la larga, si no se corrige como es propio de sabios, el déficit mayor de esta Ley será precisamente el de haber hecho mayor daño a la cultura y la educación filosóficas que todos las discutibles leyes educativas anteriores, de gobiernos del PSOE. ¡Por favor, mejoren las leyes educativas del PSOE!. ¡No las empeoren!.



Por todo ello, haciéndome eco de una gran cantidad de compañeros docentes de las más diversas ramas, del alumnado de las asignaturas de filosofía y de sus concienciados padres, le invitamos a apoyar la presencia de la Ética y de la Historia de la Filosofía en los niveles en que está prestando servicio. Por supuesto, la Filosofía de primero de bachillerato debe mantenerse, aumentando incluso su exiguo horario. Una Ética común para todos, por las razones expuestas, ha de salvarse también con al menos dos horas semanales. Esto, sin menoscabo de que, además, pueda haber otra materia alternativa sobre valores morales, la cual fácilmente puede especificarse y no coUna Ética común para todos, por las razones expuestas, ha de salvarse también con al menos dos horas semanales. Esto, sin menoscabo de que, además, pueda haber otra materia alternativa sobre valores morales, la cual fácilmente puede especificarse y no confundirse con la Educación ético-cívica. Pero vemos que la mayor perjudicada es la Historia de la Filosofía. Por ello, sobre todo permítanos instarle encarecidamente a que por favor reconsideren tan tremenda y descorazonadora supresión y rescaten la Historia de la Filosofía por el bien de la educación, de la cultura y de la sociedad.







Quedo a su disposición para cualquier consulta u otra comunicación por escrito o en persona. Me despido cordialmente agradeciendo su atención.
Pablo López López
Director de la “Sección de Filosofía, Cultura Clásica y Educación” del Ateneo de Valladolid
Jefe del Depart. de Filosofía del I.E.S. Campos y Torozos, Medina de Rioseco (Valladolid)
Dr. en Filosofía, ldo. en Pedagogía, en Filología Clásica y en Estudios Eclesiásticos
E
Lo 


Firmar por historia de la filosofía

Se recogen firmas para que no se suprima la historia de la filosofía en segundo de bachillerato. ¿Nadie va a llorar por la ética ni por la ciudadanía? me parece un error.

http://www.change.org/es/peticiones/ministro-de-educaci%C3%B3n-jos%C3%A9-ignacio-wert-inclusi%C3%B3n-de-la-ha-de-la-filosof%C3%ADa-en-2o-bachillerato-como-troncal

Hace falta llegar a 5000 y todavía quedan.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Qué hartazgo de ministro

Tomado de la página  http://jornadassituacionfilosofiaespana.blogspot.com.es/

COMUNICADO DE PRENSA

de la RED ESPAÑOLA DE FILOSOFÍA (REF)

Tras conocer el segundo borrador de la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), la RED ESPAÑOLA DE FILOSOFÍA -que agrupa a la Conferencia Española de Decanatos de Filosofía, el Instituto de Filosofía del CSIC y treinta y cinco asociaciones de profesionales de la Filosofía de todos los niveles educativos y comunidades autónomas- considera necesario informar a la opinión pública de lo siguiente:

1.   La LOMCE elimina dos de las tres materias obligatorias que componen el ciclo de los estudios de Filosofía en la Educación Secundaria (la Ética de 4º de ESO, denominada actualmente “Educación Ético-Cívica”, y la "Historia de la Filosofía" de 2º de Bachillerato), y deja solamente una materia obligatoria (la "Filosofía" de 1º de Bachillerato), lo que supone una reducción del 66,6% del currículum de Filosofía. Es el recorte más brutal que sufren los estudios de Filosofía en toda la historia de la democracia española.

2.   Este recorte destruye lo que ha sido un pilar básico del sistema educativo español durante las tres últimas décadas. Además, entra en contradicción con los objetivos formativos declarados en el preámbulo de la LOMCE y contradice también las recomendaciones de la UNESCO, que en su informe La Filosofía, una escuela de libertad (2007), atribuye a la Filosofía un papel formativo fundamental y por ello considera que debe formar parte del currículum básico del alumnado en todos los sistemas educativos del mundo.

3.   Los estudios de Filosofía proporcionan al alumnado una triple formación: a) una formación instrumental en el uso del lenguaje oral y escrito, que le ayuda a mejorar sus capacidades de razonamiento, comprensión y comunicación; b) una formación transversal e interdisciplinar, que le permite conectar los diversos saberes del currículum y contar con una mayor capacidad de juicio para afrontar la complejidad del mundo contemporáneo; c) una formación integral, que le ayuda a conciliar el conocimiento, la moral y la sensibilidad, y que es imprescindible para su maduración personal y su cualificación profesional.

4.   Por todo ello, pedimos al Ministerio de Educación que se mantengan las tres materias obligatorias de Filosofía en los tres últimos cursos de la Educación Secundaria (4º de ESO, 1º y 2º de Bachillerato), puesto que entre las tres componen un ciclo formativo completo y coherente, académicamente equiparable al de las otras materias que han sido reconocidas por la LOMCE como materias troncales: Lengua, Matemáticas, Historia e Inglés.

5.   Rechazamos que la Filosofía sea utilizada una y otra vez, por los sucesivos gobiernos de España, como un comodín que se estira y se encoge caprichosamente, con cada nueva reforma educativa; como un arma arrojadiza en la lucha ideológica entre los dos partidos mayoritarios; o como una moneda de cambio susceptible de ser intercambiada por la enseñanza de la Religión católica. La Filosofía tiene una larga y sólida tradición académica, que es independiente de las diversas ideologías políticas y de las diversas confesiones religiosas, y que constituye una seña de identidad imprescindible de la cultura occidental.

6.   Hemos enviado una carta al Ministro de Educación, José Ignacio Wert, solicitándole una entrevista y manifestándole nuestra disposición a cooperar con su equipo ministerial para diseñar el currículum de las tres materias obligatorias que componen actualmente el ciclo de los estudios de Filosofía en la enseñanza secundaria, con el fin de asegurar que sea un ciclo progresivo, coherente y riguroso, y que esté a la altura del mundo en que vivimos.

Madrid, 12 de diciembre de 2012

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Firmas para que no desaparezca ética de 4º



La Comisión de Enseñanza Secundaria de la Red Española de Filosofía
(REF) ha habilitado la siguiente página web para la recogida de firmas
en defensa de la Ética de 4º de la ESO. Esta asignatura, que ha estado
presente en el sistema educativo español desde 1980, ha sido
completamente eliminada en el Anteproyecto de la LOMCE, presentado el
pasado mes de septiembre por el Ministro de Educación, José Ignacio Wert:

http://fs-morente.filos.ucm.es/manifiesto_ref/inicio.html

En esa misma web puede leerse la carta que se enviará al Ministro de
Educación, junto con las firmas.

Los compañeros y compañeras de la Comisión de Enseñanza Secundaria de la
REF nos piden que le demos a este mensaje la máxima difusión en nuestros
centros y asociaciones.

Un cordial saludo.

Presidente de la Conferencia Española de Decanatos de Filosofía
Miembro de la Comisión Permanente de la Red Española de Filosofía

martes, 27 de noviembre de 2012

Filosofía en peligro en la universidad

Este gobierno que tenemos en España es el más maravilloso de los últimos años, no sé como no lo elegimos antes.

He tenido noticia de que tampoco la filosofía universitaria entra en sus proyectos, y la mejor forma de que todo el mundo se entere es publicar el mensaje. Me llega desde Murcia, podría llegar desde cualquier otra facultad.





Estimados/as compañeros/as:



Tal y como nos temíamos, los problemas a los que ha de enfrentarse la REF se multiplican. Si el Anteproyecto de la LOMCE suprime la Ética de 4º de la ESO, el borrador del Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica y de Innovación 2013-2016 reduce a la irrelevancia al conjunto de las Humanidades e ignora por completo a la Filosofía (en cualquiera de sus ámbitos temáticos: lógico-lingüístico, epistemológico, ético-político, estético, historiográfico, etc.). Esto significa que la investigación en Humanidades, y más concretamente en Filosofía, puede verse completamente estrangulada por la ausencia de fondos para ello.

Ha sido nuestra compañera María José Frápolli la que nos ha alertado sobre este asunto. Os reenvío más abajo su correo.

Bajo esta carta, os transcribo también el mensaje difundido por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), invitando a que se envíen enmiendas al Plan, hasta el 8 de diciembre de este año. Si leéis el borrador del Plan, comprobaréiss que casi la totalidad de la política de investigación está orientada a la tríada I+D+i, y que el conjunto de las disciplinas englobadas en las Ciencias Sociales y las Humanidades se reduce a la mínima expresión.

En el capítulo 7.4 (titulado "Programa estatal de investigación orientado a los retos de la sociedad", p. 24), se enumeran ocho "retos globales de la sociedad" a los que las actividades de I+D+i deben dar respuesta, pero sólo en el 6º de los retos, abordado en el subapartado 7.4.6 (titulado "Cambios e innovaciones sociales", p. 34), se menciona la importancia de la "investigación en ciencias sociales y humanidades". Además, a diferencia de los demás "retos", que son descritos pormenorizadamente y en los que se especifican numerosas líneas y actuaciones concretas, el reto nº 6 es comentado muy brevemente, en apenas un par de páginas, en las que solo se hacen consideraciones generales. Estas dos páginas concluyen enumerando 15 "prioridades temáticas", de las que las 13 primeras se refieren a las ciencias sociales, económicas y jurídico-políticas, y sólo las 3 últimas se refieren a algunas temáticas concretas de las humanidades: "(xiii) el patrimonio arqueológico y cultural, su catalogación y explotación sostenible; (xiv) la lengua como patrimonio inmaterial y (xv) el patrimonio histórico-cultura como fuente de identidades en un mundo global". La Filosofía (en cualquiera de sus ámbitos temáticos: lógico-lingüístico, epistemológico, ético-político, estético, histórico, etc.) no es mencionada en ningún lugar. Por todo ello, este borrador es muy alarmante.

Como ya informé en la ponencia sobre el doctorado y la investigación en Filosofía, presentada en las jornadas de mayo, ésta es la tendencia que se está imponiendo a escala de la Unión Europea, y que están imitando muchos Estados miembros, como es el caso de nuestro país. El primer borrador del VIII Programa Marco de Investigación de la UE, denominado Horizonte 2010 (2014-2020), establecía 5 áreas estratégicas de investigación, y entre ellas no figuraba ninguna temática de las Ciencias Sociales y las Humanidades. Al conocerse aquel borrador, se envió una Carta en Defensa de las Ciencias Sociales y las Humanidades a la Comisaria Europea de Investigación, Innovación y Ciencia, firmada por más de 25.000 investigadores. Y en noviembre de 2011, la Comisaria anunció una 6ª área estratégica, denominada “Sociedades inclusivas, innovadoras y seguras”. Pero esto no resolvió el problema. Ante la deriva cada vez más economicista y tecnocrática de la política de investigación de la UE, en diciembre de 2011 se creó la Alianza Europea para las Ciencias Sociales y Humanidades (European Alliance for the Social Sciences and Humanities, EASH). Yo propuse a la XX Conferencia de Decanatos de Letras, celebrada el 16 de marzo en Cáceres, que firmáramos la Carta de los investigadores europeos y nos uniéramos a la EASH, y ambas propuestas fueron aprobadas. Este borrador de Plan Estatal de Investigación 2013-16 es la confirmación de la tendencia dominante en la UE.

El borrador está en fase de consultas, pero queda muy poco tiempo para que se acabe el plazo: sólo hasta el 8 de diciembre.

Voy a haceros una propuesta. Espero que nos enviéis vuestras opiniones y sugerencias, para que podamos tomar una decisión cuanto antes. Mi propuesta es que adoptemos una triple iniciativa: 

1) Redactar una enmienda al Plan Estatal y presentarla a la FECYT en nombre de la Conferencia Española de Decanatos de Filosofía y de toda la REF. Se necesitarían tres o cuatro voluntarios, al menos, para redactar esta enmienda.
2) Ponernos en contacto con la Conferencia Española de Decanatos de Letras, para informarle del asunto y animarla a que presente otra enmienda similar. Yo me comprometo a realizar esta gestión.
3) Utilizar los textos de nuestras respectivas enmiendas (la de Filosofía y la de Letras) para enviar una nota de prensa conjunta a los medios de comunicación, alertando a la opinión pública sobre esta grave restricción en la política estatal de investigación, que puede reducir al mínimo los fondos para investigación en la mayor parte de las Humanidades, y especialmente en Filosofía.

Si se os ocurre alguna otra iniciativa, será bienvenida. Os ruego que, a la mayor brevedad posible, escribáis a todos los destinatarios de esta lista, manifestando vuestra opinión y vuestra disponibilidad. Hemos de tomar una decisión cuanto antes.

domingo, 25 de noviembre de 2012

Ser errático, Luis Saez Rueda



Autora Ana Azanza
Nos hemos dedicado con fruición a los filósofos ibéricos de todos los siglos, desde los tiempos de Séneca pasando por los medievales, llegando hasta el siglo XX, con tantos exilios. Siguen surgiendo filósofos de última generación, como Luis Saéz Rueda, profesor en Granada. Hemos comentado alguna vez su libro: "Movimientos filosóficos actuales", (Trotta 2009). En él ofrece una apretada síntesis de todo lo que ha pasado en la filosofía occidental empezando por Husserl y terminando en Axel Honneth uno de los últimos epígonos de la célebre Escuela de Frankfurt, con su noción de "reconocimiento" tan útil y fecunda filosóficamente hablando. Yo que me crié en una filosofía medieval o más bien medievalizante, he descubierto en este libro un gran escaparate y guía de todo lo que se ha pensado en los últimos cien años.

En 500 páginas no se pueden hacer grandes discursos sobre los autores, pero me parece un acierto del libro la habilidad de su autor para ir directamente "zur Sache" y también la forma que tiene de poner de relieve las encrucijadas, las tensiones entre pensadores, que es lo que hace enjundioso al pensamiento filosófico actual.
Es difícil no sentirse interpelado por alguna de las corrientes, hay muchas y son variados los acordes que dentro de cada línea de pensamiento se pueden escuchar. Me ha hecho entender algo de Heidegger, el porqué de su separación de la fenomenología, de su trayectoria y de su importancia. Quizás más admirado fuera que dentro de Alemania, y en especial en los países hispanohablantes.

En esta conferencia pronunciada en Colombia  Luis Saez habla de su "Ser errático" (2009), como él mismo dice le pidieron que se "mojara", que tomara partido en ética. Errático en Heidegger se refiere al olvido de ser, porque el hombre se ha desarraigado de su ser en el mundo, y también es una especie de "crítica" que el alemán hace a la filosofía latina, que perdió el "acontecimiento" de los griegos y lo cambió por la noción de "causa eficiente".  Pero la acción aumenta el curso de la vida, dice Luis Saez, en ello no reparó Heidegger.

 El ser humano pertenece al mundo que es una apertura de sentido, habita el mundo y en él alcanza una comprensión de sí. Pero este punto de partida Heideggeriano del habitar no le parece suficiente a Luis Saez, él añade categorías tomadas de la antropología, centricidad y excentricidad. El hombre al habitar está centrado en una cultura por su finitud, pero el hombre es excéntrico a la vez. Sólo él se extraña.Al extrañarse el hombre convierte a lo real en algo misterioso, esfinge que no se puede atrapar.El ser humano es una interrogación viviente, de manera prerreflexiva, lección de la fenomenología por otra parte.Unión discordante de centricidad y excentricidad en el hombre. Puente entre dos mundos, el mundo al que pertenece y aquel al que se lanza, y ese ser puente vigoriza todo su ser. Ni causa primera ni telos último nos determina, ¿está el hombre perdido? Luis Saez cree que no, que el hombre es su propia normatividad.


Hay una normatividad en el propio lenguaje en el que habitamos que es lo que Luis Saez va desgranando en una serie de parejas de conceptos, categorías que ejemplifican en cada caso qué es "centricidad" y "excentricidad".

Lo primero para el hombre es vivir, y lo segundo es desvivirse. Me agrada ese uso de una palabra tan española y tan difíicil de traducir a ninguno de los idiomas filosóficos europeos, que yo sepa.
Del confinamiento al franqueamiento o apertura de un nuevo espacio. De la radicación en un espacio del mundo, sumergirse que no debería ser establecerse, a la erradicación.
El hombre pertenece, como decía Gadamer, pero su envés sería sentirse o ser preso de ese mundo. Y a la vez es una expulsión, un estar lanzado hacia otro. Alude a la maldita palabra desahucio, un negativo expulsar.
Confianza, fianza recíproca, que no es entrega inercial. Y a la vez afianzamiento de sí mismo, ampliando los fondos de la fianza recíproca. No un autoseguramiento centrípeto.
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En este segundo vídeo es en el que Luis Sáez se moja "éticamente hablando" como le habían pedido.

El imperativo categórico sólo prohíbe, para universalizar hay que negar la prohibición. Defecto del imperativo categórico, voy a decir la verdad y voy a dar mi vida por ella, es el fondo noble del I.C. Sólo en un curso de vida tiene sentido la negación, cualquier principio es vacío, necesita una concreción.  Luis Sáez adapta el principio moral de Kant tan abstracto a nuestra concreta situación española, de desahucio. Hay que existencializar al de Könisberg para  aprehender el modo en que la máxima universalizable ha de ser concebida, teniendo en cuenta al otro. Un poco de empatía con el otro es necesaria, a golpe de  razón pura práctica no se puede funcionar. No hay reglas de comportamiento, sino que éste depende de un talante existencial, abierto al "rostro" del otro (Levinas).

A las normas todavía les falta algo, porque a base de normas y dentro de ellas, viviendo las normas al pie de la letra, no está asegurada la justicia. El codicioso no incumple ninguna norma, acumula dinero "dentro de las normas" que hoy parecen hechas para favorecerle. ¿Qué falta a la norma? la equidad o "epiqueia" aconsejada por Aristóteles en la "Etica a Nicómaco" (libro V). Aplicando justicia se hacen injusticias, de ahí la necesidad de deconstruir constantemente la norma para ser equitativo. Increíblemente Derrida se junta con Aristóteles. La recta razón tiene que vulnerar la ley de la razón, para ser equitativa, actuando según la razón implica la capacidad para juzgar en el contexto qué es lo universal apelado en lo concreto.

Juicio reflexionante, "Fronesis". Implican ambas ponerse en el lugar del otro, ver su posible realización existencial. ¿Cuál sería la normatividad del ser errático? para saberlo mejor escuchar a Luis Sáez y sus ejemplos llamativos con los que ilustra la normatividad del ser errático y dialoga con Apel y Habermas: el principio cenital a la "Deleuze" en el que unos con otros nos vinculamos y generamos diferencias. La síntesis disyuntiva, sin causa primera ni telos,  va generando la regla en la proximidad y distancia entre los hombres. ¿Por qué la sociedad occidental ha obturado la posibilidad del "acontecimiento?

La conferencia de Luis llega hasta el minuto 50, luego vienen las preguntas.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Violencia escolar


















Pepe Fuentes envía esta reflexión que viene pintiparada:

“Si un doctor , un abogado o un dentista tuviera a 30 o más personas en su oficina todas con diferentes necesidades y algunas que no quieren estar allí y el doctor, abogado o dentista sin ayuda tuviera que tratarlos a todos con excelencia profesional durante diez meses entonces podría tener una idea de lo que es el trabajo docente en el aula.”

Kathy A. Maygery, “Chocolate caliente para el alma de los maestros.”

Este programa sobre la violencia escolar me parece de sumo interés, puesto que Onfray antes de filósofo de éxito ha sido 20 años profesor en un instituto y sabe de qué habla. No es un filósofo en su nube que ignore la situación en los institutos. Habla muy claro de los "elementos" que necesitarían una atención educativa pero fuera del aula, puesto que si se les atiende a ellos se comete una injusticia con la “inmensa mayoría” de alumnos a los que no se puede dar clase.

Menciona la “superformación” universitaria que tenemos muchos de los que estamos en la enseñanza secundaria, no se nos preparó para ser educadores sociales ni terapeutas. Respecto a las posibles soluciones, parte de la premisa de que es preciso mirar hacia el futuro, no se puede volver al pasado, a tiempos mejores.

En el caso de España se cumple a la letra lo que escribió Hannah Arendt sobre la mayor facilidad entre comillas para educar de los regímenes autoritarios, dado que el principio de autoridad impregna la sociedad y dicho principio es indispensable en la escuela. Hay que inventar formas de respeto y educación sin necesidad de los antiguos castigos. Nuevos valores, que frente a lo que equivocadamente solemos pensar, son históricos, y sin embargo “absolutos”. Absolutos en el sentido de que sin ellos no hay sociedad que se tenga en pie ni pueda educar a sus vástagos.

Valores que se plasman en detalles cotidianos como el tratamiento de “usted”. No significa que los alumnos no tengan confianza con el profesor, confianza y respeto a la vez. Un “mix” difícil pero no imposible, que no quiere decir “que se tomen confianzas”. Tiene que haber distancia inevitable por el papel de cada cual, pero al mismo tiempo una escucha mutua, si el profesor hace el esfuerzo de entender al alumno, el alumno también ha de cumplir su parte. Como dice Onfray, la enseñanza del “otro” es esencial.

Me alegro de no estar en la piel de los profesores acosados a los que se hace referencia en este programa. Afortunamente en el lugar en el que trabajo, empezando por los padres, hay un mínimo de respeto y una educación hacia el profesor.

Onfray dice que hay enseñar valores morales, tan sencillo como hacer ver a los alumnos que no están solos en el mundo. Hay prójimos.

Una gran contradicción de nuestra sociedad es mostrar en la tele a los futbolistas millonarios como grandes triunfadores, y a la vez intentar que los adolescentes estudien para llegar al paro tras cuatro o cinco años de universidad. La escuela no puede escapar a esas influencias.

El título de su último libro "Rendre la raison populaire" muestra cuáles son los objetivos de la infatigable actividad filosófica y educadora de Onfray.

viernes, 2 de noviembre de 2012

Simplificar es repugnante



Por error borré esta entrada que vuelvo a publicar.

Enriquecedora charla con Oscar Brenifier, fundador del Instituto de Práctica Filosófica en París, que imparte talleres en diversos países de "enseñar a pensar". Tuve la impresión de que Sócrates salía del libro, comprendí mejor porqué su propuesta no era del agrado de los atenienses. Filosofía en acción, no sólo filosofía como teorías encadenadas históricamente.


En esta entrevista que le hicieron en 2008 aclara sus objetivos. Además  contesta ¡al fin! a la pregunta que quise hacerle en esta consulta filosófica y que no hubo forma de que tomara en serio. Reconozco que la lección de esos minutos de esfuerzo "conceptualizador" me ha sido personalmente más útil que la contestación a lo que yo quería saber.

Las aclaraciones de Brenifier sobre los niños estadounidenses, españoles, chinos y franceses me parecen toda una lección sobre lo "divertido" de la diversidad cultural.


En este link


Óscar Brenifier, filósofo para niños
"A los niños preguntones contésteles con preguntas"
LLUÍS AMIGUET - 12/07/2008

"Tengo 54 años: el mundo me hace más gracia cada día. Nací en Argelia, soy un pied  noir, emigrado quebequés  y residente en Francia. Te divorcias por la misma razón por la que te casas. Soy providencialista: esta vida es un formidable regalo; gocémoslo sin preocuparnos tanto"

¿Cómo defenderse de un niño preguntón?
Preguntándole. A mí me encanta torturar a los niños con preguntas...
¿A sus hijos también?
¡Por supuesto! Por eso mi hija no para de quejarse: "No me gustan las preguntas de papá", porque  papá le hace pensar y eso es un gran esfuerzo para ella, incluso le cuesta más que obedecer sin pensar. Espero que algún día mi niña aprecie los resultados.
¿Le enseñan algo los niños?
Los niños me enseñan la ignorancia.
Bonita frase, pero ¿no le resultan los críos también un poco pesados?
Pues claro. No voy a caer en la tentación de glorificar al niño. El niño dice las cosas sin conciencia; prefiere una sentencia a un razonamiento y un halago a una idea: son seres egocéntricos hasta el agotamiento del adulto y la extenuación del preceptor.
¿Qué le pregunto al niño preguntón?
Dele a probar su propia medicina. Cuando un niño de cinco años le pregunte"por qué" cinco veces seguidas, la táctica es contestarle concienzudamente a su primer "por qué", y cuando plantee otro "por qué" pedirle que recuerde su primera respuesta. A ver: hágame una pregunta de niño.
¿Por qué hay día y noche?
Porque la Tierra gira alrededor del Sol y al girar deja una cara siempre sin luz y...
¿Y por qué sólo llega sol a una cara?
¿Recuerdas por qué hay día y noche?
¿. ..?
¿Lo ve?: hágale pensar a él antes de ponerse a pensar usted y entonces el niño reflexionará antes de lanzar su próximo "por qué".
Es una buena táctica.
Discutir con un niño es un arte. La mayoría de los adultos usamos sólo un registro para hablar con los chavales: el de la norma, lo que se debe o no debe hacer.
Es justo y necesario.
Será todavía más útil a todos si, además, nos molestamos en pensar con ellos por qué existen las normas y qué límites tienen. Cuesta más reflexionar las normas que dictarlas, pero es más enriquecedor y efectivo.
Muy socrático.
Es el rey y el filósofo de Platón. El rey dicta las normas y el filósofo las piensa.Cualquier regla es imperfecta por definición...
... Pero es mejor que ninguna.
Ante la complejidad de lo existente, lo cómodo es dogmatizar, limitarnos a considerar lo complejo como si fuera un absoluto, lo que es inexacto. Y eso inculcamos en los niños. Ellos, en cambio, nos obligan a jugar.
Los adultos también jugamos.
Los adultos jugamos para ganar; los niños, en cambio, sólo juegan por jugar.
¿Hasta qué punto puede usted enseñar filosofía a los críos?
En mi último libro enseño las oposiciones, centrales en la historia del debate filosófico.
A ver si logro entenderlas.
Los niños las entienden: uno y múltiplo; finito e infinito; el ser y la apariencia...
Póngame algún ejemplo.
Una pelota pinchada y una hinchada: son el mismo ser, pero con diferente apariencia.
Siga, siga.
... Libertad y necesidad; razón y pasión; naturaleza y cultura; tiempo y eternidad; yo y el otro; cuerpo y espíritu; activo y pasivo; objetivo y subjetivo;causa y efecto.
¿Todos los niños responden igual en todos los países?
¡Nooooo! He dado cursos en todo el planeta y los niños de cada país piensan de un modo diverso y hay que enseñarles diferente.
Los de aquí ¿qué le parecen?
Los niños españoles tienen una enorme subjetividad y les cuesta más que a otros niños distanciarse de sí mismos y de lo que piensan: lo que quieren o no quieren.
La filosofía es diálogo con uno mismo.
Bueno, tampoco está mal escuchar a los demás. Los niños españoles se escuchan sobre todo a sí mismos antes que a nadie.
¿Más que, por ejemplo, los franceses?
Los franceses son más racionales y críticos y conceptualizan mejor, pero también son más dogmáticos y les cuesta admitir que la jerarquía de valores la fije su propio grupo y no una autoridad externa. Los noruegos, en cambio,saben fijar sin dilación por consenso entre todos qué es bueno o malo para todos.
¿Todo eso no son meros clichés?
No. Es evidente que los niños estadounidenses, por ejemplo, tienen dificultades para aceptar un pensamiento hipotético. Por ejemplo, les dices: "Si un día vasa la playa...". "Yo nunca voy a la playa". "Bueno, pues al campo, y te encuentras...". "Es que yo tampoco voy al campo...". No hipotetizan.
También les cuesta más mentir.
En cambio, los niños chinos dirán cualquier cosa antes de responder no a una invitación. Un no para ellos es mala educación. Usted los invita a ir a la biblioteca el jueves y le darán cualquier excusa antes de decirle que no quieren ir. Su cultura no distingue en esto la dualidad objetivo-subjetivo.
Veo que hay muchas verdades.
La de la razón, la empírica y la subjetiva: depende de las culturas. En Turquía,cuentan cómo Alasmuddin escondió su burro cuando vio venir al vecino que quería que se lo prestara y, cuando le mentía diciendo que el burro no estaba,se le oía rebuznar...
 Ya pasa...
"¡Vaya amigo eres, Alasmuddin! Dices que no está tu burro y lo estoy oyendo rebuznar". "¡Vaya amigo eres tú, vecino: crees a mi burro antes que a mí!".



domingo, 28 de octubre de 2012

LA CUESTIÓN LIBERAL: LOS LÍMITES DEL PODER POLÍTICO



Con motivo del bicentenario de las Cortes de Cádiz de 1812

Por Martín Ruiz Calvente
(Profesor de filosofía, IES Los Cerros, Jaén)

1.     EL LIBERALISMO EN LAS CORTES DE CÁDIZ

La palabra “liberal” se utiliza por primera vez por los representantes del partido liberal español en el contexto de las Cortes de Cádiz de 1812[1]. Por ello, los historiadores inician la historia del liberalismo en España en el periodo de la Ilustración, la Corte de Carlos III y la Guerra contra Napoleón.
      Sin embargo, el pensamiento liberal, aun sin conciencia de ser un movimiento con rasgos comunes, se venía desarrollando en autores anteriores como Th. Hobbes, B. Spinoza y, especialmente, en los defensores del partido whig en la Revolución Gloriosa inglesa (1688) como John Locke con sus dos Tratados del gobierno civil (Gray, p.29). Después vinieron las influencias del liberalismo escocés con D. Hume y A. Smith y la Ilustración francesa con los autores de la Enciclopedia. Las ideas liberales se concretaron primero en la Revolución Americana (1776) y luego en la Revolución Francesa (1789), dos tradiciones muy distintas[2].
Las Cortes de Cádiz son un temprano ejercicio de reforma política liberal en España y sus colonias americanas. No obstante, podríamos rastrear el origen previo de ideas liberales en el Humanismo cristiano y renacentista[3] que subrayaba la dignidad del ser humano, con autores como Luis Vives, F. Bartolomé de las Casas, etc. Sin embargo, la reacción monárquica y clerical española contra la Reforma protestante de Lutero y Calvino llevó a la Contrarreforma y al descrédito del incipiente liberalismo reflejado en la tolerancia religiosa, la libertad de comercio, la ética protestante del trabajo y los derechos civiles. Hay que esperar hasta el siglo XVIII con la extensión de la Ilustración por toda Europa para que las influencias del método científico empirista de Th. Hobbes y del liberalismo político de J. Locke penetren en España[4], a través de las lecturas que de estos autores hicieron Feijoo (o.c., p. 499), Jovellanos (p. 532), Cadalso, Somoza, Gallardo, Quintana, etc. (p. 589). Aún así, las influencias inglesas se ciñen más a la teoría del conocimiento de Hobbes y de Locke, según lo expone Abellán, que a sus ideas liberales.
      De todas formas, la expresión más clara del liberalismo español se dio en las Cortes de Cádiz, por la influencia previa de las ideas enciclopedistas e ilustradas, en el contexto de la invasión napoleónica[5]. Debido a la ocupación francesa y al vacío de poder monárquico, provocado por las intrigas entre Carlos IV y su hijo Fernando, la Junta Central Suprema abandona Madrid y pierde protagonismo, mientras que otras Juntas regionales con sus ejércitos van apareciendo hasta originar las llamadas Cortes constituyentes de Cádiz del 1 de mayo de 1810. La nueva soberanía nacional es la legitimación para el acto constituyente de las Cortes y su Constitución[6]. Esta primera Constitución estableció unos claros principios liberales:

  1. La Nación española es la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios”, nación que es libre y no es patrimonio de ninguna familia real o persona; la Nación es soberana; la Nación protege la “libertad civil, la propiedad y los demás derechos legítimos de todos los individuos” que la componen (Constitución de 1812, art. 1-4).
  2. Derechos y deberes del ciudadano español: libertad de pensamiento y de prensa, derecho a la propiedad, libertad de comercio, deberes de tributos y milicia, etc.
  3. Procedimientos de representación para las juntas electorales, la celebración de las Cortes y sus funciones.
  4. Funciones y límites de la Monarquía española (art. 168-173, especialmente art. 172). El liberalismo aquí está en las restricciones a la autoridad del Rey: no puede impedir celebrar Cortes, ni suspenderlas ni disolverlas, ni entorpecer las sesiones de Cortes; no puede “ausentarse” del Reino sin el consentimiento de las Cortes; no puede enajenar ni renunciar ni traspasar la corona a su decisión; la abdicación se hará según digan las Cortes, ni puede vender el rey provincias ni pueblos del reino, tampoco puede hacer alianzas de guerra, ni someterse a ninguna potencia extranjera por su interés. Tampoco puede el rey “tomar la propiedad de ningún particular ni corporación”, tampoco podrá “privar a ningún individuo de su libertad, ni imponerle por sí pena alguna”. Las Cortes autorizarán el matrimonio del rey, así como la regencia, etc. El título IV de la Constitución de Cádiz regula y limita claramente las funciones de la monarquía española[7].
  5. Cauces procedimentales para la actividad de las Cortes (Título III). Se establecen las funciones de los tribunales y administración de justicia, defendiendo derechos liberales: proporcionalidad de la pena, inviolabilidad del domicilio (art. 306), no se usará el tormento (art. 303) ni la confiscación de bienes (art. 304), los procesos serán públicos (art. 302).
En conclusión, el liberalismo de la Constitución de 1812 tuvo dos objetivos políticos muy claros: a) Limitar el poder de la monarquía absoluta. b) Asignar al gobierno la protección de los derechos de los ciudadanos (libertad civil[8], libertad de imprenta, de propiedad y de comercio, abolición de señoríos y servidumbres, etc.), sus obligaciones y deberes de contribuir a los tributos, servir en las milicias, etc. La Constitución de Cádiz fue claramente liberal, porque limita el poder absoluto de la monarquía española (art. 172) al par que defiende ciertos derechos civiles. A pesar de esta temprana Constitución liberal, la historia del liberalismo español pasó por muchos altibajos durante el siglo XIX y XX[9].
Hoy el problema de fondo en España es que la transición nos instaló en una euforia popular (democracia) que exigía del Estado la cobertura de indefinidos servicios sociales, y esto llevó a dar rienda suelta a todas las administraciones públicas para instalarse en una discrecionalidad sin límites, origen de muchísimos problemas actuales (déficit, desempleo, despilfarro, corrupción, etc.).

2. LA CUESTIÓN LIBERAL: LIMITAR EL PODER POLÍTICO

“Un gobierno liberal no puede ser otro que un gobierno limitado” (Gray, o.c., p. 113). En el liberalismo político se trenzan dos exigencias: defensa de los derechos civiles y limitación de los poderes políticos. Como los derechos liberales se fundamentan en la naturaleza humana[10] son previos a la constitución de la sociedad política, por ello cada sujeto ya los tiene y ejerce como pueda; por tanto, la cuestión liberal  no es la existencia de derechos sino la limitación de todo poder político para dejar libertad para ejercerlos. Todo se juega en la limitación de los órganos de los poderes del Estado. Esto ha sido advertido por muchos liberales, desde Locke a Hayek.

1. John Locke, Segundo Tratado del gobierno civil (1690):
“De este modo, la comunidad conserva siempre un poder supremo de salvarse a sí misma frente a posibles amenazas e intenciones maliciosas provenientes de cualquier persona, incluso de los legisladores mismos; pues puede ocurrir que éstos sean tan insensatos o tan malvados como para planear y llevar a cabo proyectos que vayan contra la libertad y la propiedad de los súbditos.”[11]
Aunque esté firmado el pacto social y la sociedad esté ya formada por la constitución, la comunidad siempre retiene su soberanía y pude alterar la legislatura, defenderse de sus gobernantes en casos de acciones negligentes, perversas, maliciosas, etc. Aquí se fundamenta el derecho de rebelión (re-bellum), que es un ejemplo claro de limitación del poder político por las armas. Otras maneras de limitar el poder político es contraponiendo los distintos poderes, rotando en los cargos, dando publicidad a las actuaciones y decisiones, etc.
“Y como, debido a la fragilidad de los hombres (los cuales tienden a acumular poder), éstos podrían ser tentados a tener en sus manos el poder de hacer leyes y el de ejecutarlas para así eximirse de obedecer las leyes que ellos mismos hacen; y como podrían también tener tentaciones de hacer las leyes a su medida y de ejecutarlas para beneficio propio, llegando así a crearse intereses distintos de los del resto de la comunidad y contrarios a los fines de la sociedad y del gobierno, es práctica común en los Estados bien organizados (donde el bien de todos es debidamente considerado) que el poder legislativo sea puesto en manos de diversas personas, las cuales, en formal asamblea, tiene cada una, o en su unión con las otras, el poder de hacer leyes; y una vez que las leyes han sido hechas, la asamblea vuelve a disolverse, y sus miembros son entonces simples súbditos, sujetos a las leyes que ellos mismos han hecho; lo cual es un nuevo y seguro modo de garantizar que tengan cuidado en hacerlas con la mira puesta en el bien público”[12].
Los legisladores –advierte Locke- pueden hacer leyes para su beneficio propio; por ello propone que las asambleas legislativas se disuelvan y los legisladores padezcan las mismas leyes que ellos han hecho para el resto de los ciudadanos. Pero esta condición no se da hoy día en nuestra Constitución, puesto que sus Señorías tienen estatus jurídico especial (inmunidad parlamentaria, art. 71), pagas vitalicias y otras prebendas. Tampoco menciona la Constitución de 1978 especiales controles para la Administraciones públicas (art.103), de ahí los abundantes casos de descontrol político (p.e. alcaldes que cobran más que presidentes).
En la estela liberal del pacto constitucional de Locke está Montesquieu, con su obra El espíritu de las leyes[13] (1735), pues exigía límites para el Estado, pues sin esos límites legales e institucionales la voluntad privada de los gobernantes produce tiranía, despotismo, absolutismo. Montesquieu planteó que el “poder frene al poder” (p. 106), por eso estudió la división de poderes en la constitución inglesa (p. 107. Cap. VI. De la constitución en Inglaterra”). E igualmente Kant en La paz perpetua (1795). En este texto, para alcanzar la paz entre los pueblos, Kant propuso la federación de Estados bajo la constitución republicana[14], lo que significa: la defensa de la libertad civil y personal de los ciudadanos; la dependencia de todos a una legislación común.

2. El libro de Wilhelm von Humboldt, Los límites de la acción del Estado (1792), merece un comentario aparte por ser muy precoz y claro en advertir sobre los peligros que entraña el exceso de control del Estado sobre la sociedad civil, señalando muy tempranamente el error enorme de la Revolución Francesa al querer organizar un modo de vida completamente nuevo desde las ingerencias y controles del Estado, llevando posteriormente a la etapa del Terror.
Para Humboldt, la limitación de las acciones del Estado sobre la sociedad y los individuos debe reducirse a unos mínimos para así dejar libertad a las acciones y proyectos personales y de las asociaciones de la nación. Es una relación inversa: a menos intervención estatal, más libertad, más bienestar, más prosperidad económica, más vitalidad en la sociedad[15]. El fin del ser humano es su realización personal en libertad, por ello el Estado ha de ser limitado a sus funciones indispensables. El intervencionismo Estatal, advierte muy tempranamente Humboldt, genera uniformidad en los ciudadanos, apatía, falta de motivación para el trabajo y al final miseria y desorganización social. Describe los peligros de un Estado que domina  la sociedad a través de sus poderes y de su administración burocrática: la administración burocrática absorbe mucho dinero y esfuerzo de la sociedad para tareas “vacuas” y “unilaterales” (informes, estadísticas, formularios, etc.); surge, dice, una nueva profesión “la gestión de los asuntos del Estado” (o.c., p. 39) que intenta proteger a los ciudadanos buscando su “felicidad” material; el correlato de este control estatal es la “despreocupación” de la gente por sus propios problemas, la falta de iniciativa y de actividad. “Así se explica que, en la mayoría de los Estados, el número de funcionarios y el volumen de los archivos aumente sin cesar de decenio en decenio, a medida que disminuye la libertad de los súbditos” (p. 39). El Estado excedido en sus funciones vendría a ser una rémora para la libre actividad profesional, social y personal de los ciudadanos, como sucede en España. La tarea que le atribuye Humboldt al Estado es velar por la seguridad de los ciudadanos, la defensa nacional, la gestión de unos tributos directos mínimos, el derecho penal, y la beneficencia de niños e impedidos.

3. Ya en el siglo XX, F.A. Hayek advertía reiteradamente que la constitución política de la libertad tiene como condición la limitación de la coerción de unos sobre otros[16], tema clave de la tradición ilustrada liberal (o.c. 49 ss). Originalmente, el liberalismo europeo del siglo XIX tenía principalmente que ver “with limiting the coercive powers of all goverment, whether democratic or not” (p. 90). Los liberales siempre creen que hay límites definitivos para las acciones del poder político y demás maneras coercitivas de la sociedad. De aquí proviene también la oposición liberal a usar como criterio último la regla de la mayoría (majority rule). El error capital cometido ya durante el siglo XIX fue creer que como el poder ya descansaba en manos del pueblo (soberanía nacional), pues entonces ya no había ninguna necesidad para la limitación de ese poder político (p.93). Por esto, todo liberal limita la voluntad del pueblo soberano a través del imperio de la ley (rule of law) en cuanto defensa igualitaria de los derechos personales. Pero fuimos insuficientemente liberales desde la transición: como estábamos eufóricos con la recién estrenada democracia, no se cayó en la cuenta de limitar las acciones de gobierno y de las administraciones a todos sus niveles. De esa ausencia de límites, provienen los males que padecemos.
            Hayek considera que los límites de la política deben estar ya marcados en la Constitución. Pero más interesante y actual nos parece el capítulo 13 “Liberalism and Administration” (pp. 169 ss), donde viene a exponer un problema que nos incumbe a nuestro sistema político actual: la omnipresencia de una maquinaria burocrática que despilfarra y obstaculiza por doquier la vida libre de los ciudadanos, como decía Humboldt. En la Constitución se nos adjudican solemnemente muchos derechos, pero los actos administrativos de ayuntamientos, colegios, hospitales, policías, delegaciones, agencias, etc. somos diariamente vapuleados. Nos parece por ello que el mayor error de la democracia española ha sido dejar una absoluta discrecionalidad a las administraciones. Ya lo preveía Hayek:
“It was thought that the arrival of democracy would automatically prevente the arbitrary use of power” (o.c., p. 170. Se pensó que la llegada de la democracia automáticamente impediría el uso arbitrario del poder).
Hayek hablaba del problema de la discrecionalidad en la administración pública, pero esa discrecionalidad en nuestro país adquiere la forma del tráfico de influencias, la malversación, la prevaricación, la corrupción, enchufismo, despilfarro, irresponsabilidad. Cuando los límites políticos no son claros, las decisiones arbitrarias y perjudiciales se multiplican en cada administración y entonces aparecen los males de las democracias: corrupción de políticos, empresarios, trabajadores, de empresas públicas y privadas, de bancos y cajas de ahorro; conductas delictivas, irregularidad, tráfico de influencias, malversación, apropiación indebida de fondos públicos, adjudicaciones amañadas, contratos falsos, asesoramientos millonarios, recalificaciones urbanísticas y un largo etcétera[17]. La corrupción daña las instituciones del Estado, la economía de país y la vida social[18].
            Hayek, como  buen liberal, constantemente está atento a los límites que los gobiernos y sus administraciones no deben pasar, bien porque están establecidos en la constitución, porque están asentados en las sentencias judiciales, bien porque perjudican seriamente la economía de los ciudadanos y las familias.
Aunque muchos liberales insisten reiteradamente en limitar el poder político, algunos incluso olvidan esta cuestión fundamental. Es lo que le pasa a John Rawls. En las primeras páginas de Teoría de la justicia (1971)[19] Rawls declara la actitud liberal fundamental: “Cada persona posee una inviolabilidad fundada en la justicia que ni siquiera el bienestar de la sociedad en conjunto puede atropellar”, oponiéndose al utilitarismo. Su libro establece unos principios de la justicia pero, salvo algunas alusiones a la desobediencia civil, no encontramos ninguna idea relativa al control y limitación de los poderes políticos, que es la cuestión liberal por antonomasia, y eso que Rawls cita el libro de Humboldt[20].
Rawls en Liberalismo político (1993)[21] parte de que el problema fundamental a que se enfrenta el liberalismo político hoy es el buscar una solución a la pluralidad de doctrinas comprehensivas a través de principios de la justicia; es el “problema de la estabilidad” de la sociedad multicultural. Sin embargo, en el planteamiento de Rawls hay un olvido muy importante de los límites del poder político, y eso que él mismo señala el asunto a la hora de definir qué es liberalismo. Dice así:
“Así, pues, el origen histórico del liberalismo político (y del liberalismo en general) es la Reforma y sus consecuencias, con las largas controversias acerca de la tolerancia religiosa en los siglos XVI y XVII. Algo parecido a la comprensión moderna de la libertad de culto y de pensamiento empezó entonces. Como Hegel percibió, el pluralismo posibilitó la libertad religiosa, lo que no era ciertamente la intención de Lutero y Calvino. Evidentemente, otras controversias resultan también de crucial importancia, por ejemplo, la controversia sobre la limitación de los poderes de los monarcas absolutos mediante principios de diseño constitucional adecuados para proteger las libertades y los derechos básicos” (Liberalismo político, p. 20).
Reconoce Rawls que el origen del liberalismo está en las discusiones sobre las distintas religiones y la necesidad de la tolerancia religiosa como vía de evitar las guerras de religión y, a la vez, señala que el liberalismo nace como la actitud de “limitación de los poderes de los monarcas absolutos” mediante la sujeción del monarca a la soberanía nacional y la concreción de ésta en una constitución con derechos civiles. Sin embargo, en Liberalismo político Rawls se centra en el problema de la pluralidad de concepciones del mundo para fundamentar un contrato constitucional que genere una sociedad bien ordenada, y se olvida de ese otro aspecto fundamental del liberalismo que es la limitación del poder político.      Además Rawls advierte que como la razón pública es, de facto, razón de la mayoría, dicha mayoría “puede acabar moldeando la constitución según su voluntad política” (o.c., p. 268), lo que significa que el liberalismo como contrato/consenso constitucional es más importante que el liberalismo como actitud de limitar el poder político. Estas palabras de Rawls confirman la temprana sospecha de Tocqueville sobre la extralimitación de las mayorías en la vida social y política de Norteamérica[22].

3. EJEMPLOS DE LÍMITES SOBRE LA POLÍTICA

La cuestión liberal –limitar el poder político[23]- se creyó superada en los siglos XIX y XX por los movimientos de masas (comunismo, fascismo, nacionalismo, socialismo)[24]. En España también se dio esa actitud antiliberal en católicos acérrimos[25], militares, fascistas, comunistas y socialistas[26]. Tras la Segunda Guerra Mundial, la cuestión liberal tampoco se atendió mucho, toda vez que se impusieron las políticas del Estado del Bienestar[27].
La ideología política actual en España y Europa sigue siendo el intervencionismo estatal-administrativo para proteger cada vez más derechos humanos. Hoy ya tenemos 4 generaciones de derechos humanos: la primera es la típicamente liberal y propia de la burguesía urbana, profesional y comercial (libertades civiles y derechos de propiedad); la segunda la originaron los movimientos obreros, exigiendo derechos sociales (laborales, derecho la vivienda, a la educación y salud públicas, etc.); tras las guerras mundiales y la descolonización[28], los emigrantes, minorías sociales y nacionalistas presionaron para defender sus derechos culturales (a la propia lengua materna, a la identidad nacional, la cultura étnica, etc.); y ya desde 1970 se vienen reivindicando los derechos de los animales[29], derechos del medio ambiente y los derechos relativos a la bioética.
            Para que el Estado pueda materializar estos derechos necesita un enorme presupuesto (presión fiscal) y unas redes administrativas y de servicios (gasto público). Pero el problema de fondo es que es imposible satisfacer todas las generaciones de derechos a la vez, porque hay choques entres ellos. El derecho de propiedad choca con las expropiaciones administrativas; la libertad de los padres de elegir colegio con las regulaciones administrativas; el derecho a la vivienda con la libertad de precios; el derecho a la salud pública con la obligación de pagar cuotas a la seguridad social. Por esto, ser liberal no significa reivindicar todos los derechos imaginables (utopismo progresista) sino preocuparse por los límites de la gestión política. Esos límites pueden ser varios:

1. Límites legales: El liberalismo estableció el Estado de derecho, el gobierno a través del imperio de la ley (rule of law). La constitución, para ser un texto útil, debe establecer unos límites más precisos y claros para la gestión política. Aquí se han de incluir todos los criterios relativos al derecho administrativo y los controles a través del poder judicial, auditorías, etc. Es necesaria una reforma del Código penal para establecer los delitos políticos y administrativos, desde la independencia efectiva del poder judicial.

2. Límites procedimentales: reducir las administraciones y las gestiones burocráticas a todos los niveles: local, comarcal, provincial, autonómico, nacional, europeo. Transparencia en los contratos públicos, en las compras y ventas, en las calificaciones de terrenos y fincas, autonomía en la gestión de los centros públicos, etc.

3. Límites económicos: El déficit cero en cada nivel de la administración, reducción de impuestos, reducción de obras faraónicas, reducción de gastos superfluos y eliminación de las subvenciones a partidos políticos, sindicatos, patronal, agencias, etc. Reducción de los gastos corrientes de las administraciones. No es razonable que porque una mayoría política (parlamentaria, municipal) decida gastar millones en inversiones luego deje a la ciudadanía empobrecida por la subida de impuestos, el aumento del paro, etc.

4. Límites morales: Aranguren, A. Cortina y muchos filósofos morales tratan de encauzar la política dentro de unos límites morales, lo que se conoce como deontología de las profesiones. Qué país más diferente sería España, si el que comete un error lo reconociera, si quien miente, pidiera perdón, si quien roba, devolviera lo robado, si quien cobra comisiones ilegales, se arrepintiese y cesara de sus actos ilegales, si quien despilfarra el dinero, lo gastara útil y prudentemente, si quien sube hoy los impuestos, los bajara mañana…Qué cambio tan magnífico sería que los valores morales de la honestidad y la honradez dirigieran la vida política y social de nuestro país. Esos valores morales vividos y practicados serían un freno extraordinario para detectar e impedir los abusos políticos.  Pero seguimos viviendo en la cultura de la picaresca, del pelotazo, del chanchullo, del enchufe, del fraude, de la falsificación, del apaño, del compadreo, del amiguismo y tenemos la cara muy dura.
Para mejorar nuestra vida política y social debemos seguir siendo liberales hoy día como en los tiempos de las Cortes de Cádiz, quizá mucho más, porque el poder político siempre tiende a extralimitarse y entorpecer el desarrollo de la libertad personal y asociativa, por lo que necesitamos sujetarlo con límites bien claros y efectivos. Y cuanto más democrático es ese poder, más límites necesita, porque más cabezas y manos pueden cometer delitos y abusos en las administraciones. Cuando hay más presupuesto y más administradores, la posibilidad de actos delictivos es mayor. Además, como las instituciones políticas usan todos los medios tecnológicos disponibles hoy día (informática), debemos seguir repensando constantemente los límites que hay que imponer al poder político-administrativo para que las personas sigan desarrollándose en un ámbito de libertad personal. Esta es la cuestión liberal. Pero ¿se auto-limitarán los políticos en el ejercicio de sus responsabilidades públicas? Si el límite es la ley y ellos no hacen leyes para limitar la discrecionalidad de las administraciones y si las creencias morales tampoco favorecen una ética de la honestidad, ¿qué solución nos queda? ¿Apelarán los grupos sociales a un derecho de rebelión?    
           
NOTAS


[1] Gray, J., Liberalismo, Alianza, Madrid 1992, p. 9. En dichas Cortes confluían monárquicos, católicos, liberales, afrancesados, españoles, mestizos y criollos de América.
[2] Hayek, F.A., The Constitution of Liberty (1960), Routledge, L/NY, 2006, p. 49 ss.
[3] Abellán, J.L., Historia crítica del pensamiento español, Espasa Calpe, Madrid 1981, t. 2.
[4] Abellán, J.L., o.c., t. 3 “Del Barroco a la Ilustración”, p. 480.
[5] La política de conveniencia de Carlos IV y su ministro Godoy con las exigencias de Napoleón I llevó a una situación caótica del país: primero, la derrota naval con los ingleses en Trafalgar (1805), después el tratado franco-español para atacar Portugal (1807), por lo que el ejército francés debía atravesar España. En 1808 se produce el motín de Aranjuez, que supuso la defenestración de Godoy y la abdicación del rey Carlos IV en su hijo Fernando VII. En ese mismo año el mariscal Mural con cien mil soldados franceses ocupó Madrid y otras plazas fuertes del país. En abril de ese año en Bayona, Napoleón montó una comedia para que Fernando VII devolviera el poder real a su padre y éste abdicara en Napoléon, y así el emperador puso en el trono de España a su hermano José. También en Bayona se firmó una constitución napoleónica por personalidades españolas. Mientra en Madrid se produjo el motín del 2 de mayo. Tras estos motines y matanzas, otras ciudades españolas se alzaban contra la ocupación francesa.
[6] Tuñón de Lara, M. et al., Historia de España, Ed. Ámbito, Valladolid, 1999, cap. 24 “Alcance y límites de la guerra de la Independencia”, 391 ss.
[7] La Constitución Española de 1978 es menos exhaustiva a la hora de regular las funciones del Rey (Título II), y de esos polvos estos lodos... Algún periodista, como P.J. Ramírez, ha pedido una más clara regulación de las funciones de la monarquía en la democracia española.
[8] Cfr. Antonio Rivera, “El concepto de libertad en la época de las Cortes de Cádiz”, en VV.AA., La trascendencia del liberalismo doceañista en España y América, Valencia, 2004, pp. 93-114, donde expone la disputa sobre dos concepciones de la libertad: la libertad según la teoría del pacto social y la libertad según la doctrina de la ley natural de origen escolástico.
[9] La Constitución de 1812 fue abolida por Fernando VII que se reestableció con un golpe militar en 1814. El rey no reconocía la soberanía popular, tan sólo la soberanía del monarca. El alzamiento de Riego en 1820 abre el trienio liberal (1820-1823), aceptado por Fernando VII, y aquí comienza la historia de los liberales exaltados y moderados, y lo que luego va a ser la Restauración. Pero el liberalismo no se asentaría hasta avanzado el siglo XIX (1840), con la victoria de las tropas liberales sobre el carlismo en la guerra civil de 1833. Y esto tuvo una consecuencia importante: “en España fue el Ejército –y no la propia sociedad o sus élites políticas y sociales- el verdadero instrumento de la revolución liberal, lo que sin duda condicionó de muchas maneras el curso histórico y la significación política de la propia revolución”, según Fusi, J.P. y Palafox, J., España: 1808-1996. El desafío de la modernidad, E. Calpe, Madrid 1997, 16. Que fuera el ejército el propulsor de las reformas liberales (constitucionales, etc.) significa que las ideas liberales no estaban enraizadas en la sociedad española, por eso la España constitucional y liberal fue vapuleada reiteradamente por pronunciamientos militares y por las rebeliones de las masas dirigidas por movimientos radicales, comunistas, fascistas, nacionalistas, etc. hasta llegar a la Guerra Civil. Cfr. Ortega y Gasset, J., La rebelión de las masas (1930), Rev. Occ., Madrid 1988.
[10] El derecho a tener pareja e hijos, a tener casa y propiedades es previo a la constitución de la sociedad civil, es un derecho que ya viene exigido por la propia vida natural de los seres humanos.
[11] John Locke, Segundo tratado del gobierno civil (1690), Tecnos, Madrid, 1990, §149, y 224.
[12] Locke, o.c., §143, pp. 143-144.
[13] Tecnos, Madrid 1987, trad. M. Blázquez y P. de Vega.
[14] Kant, I., La paz perpetua, Tecnos, Madrid, 1989, trad. cast. J. Abellán,  “Primer artículo definitivo para la paz perpetua. La constitución civil de todo Estado debe ser republicana”, pp. 15 ss.
[15] Los límites de la acción del Estado (Ideeen zu einem Versuch, die Grenzen der Wirksamkeit des Staates zu begrenzen), Madrid, Tecnos Madrid, 2009, trad. Cast. J. Abellán, “Introducción”, p. 6. Este libro de Humboldt influyó mucho en Stuart Mill, On liberty and other essays, Oxford Univ. Press, 1991, ed. de J. Gray.
[16] Hayek, F.A., The Constitution of Liberty (1960), Routledge, L/NY, 2006, p. 11.
[17] Vid. “El Corruptómetro”,  en página web de Diario 20 Minutos.
[18] Lapuente Giné, V., “¿Por qué hay tanta corrupción en España?”, www.elpaís.com , 27/03/2009.
[19] Rawls, J., Teoría de la justicia, Fce, México 1995, p. 17.
[20] Teoría de la justicia, p. 473, nota 4, cita de Humboldt The Limits of the State action, pero para defender su idea de unión social, y no la idea principal de ese libro sobre los límites del Estado. Precisamente si el Estado establece muchas ingerencias en la sociedad civil, en las asociaciones y en las vidas privadas de los súbditos, esta unión social nacional queda empequeñecida y absorbida por la presencia burocrática del Estado.
[21] Rawls, J., Liberalismo político, Crítica, Barcelona 2004, “Introducción”, 9-29.
[22] Tocqueville, La democracia en América, FCE, México, 1957, II, cap. 8.
[23] Gamble, A., The limits of politics, Cambrigde, 2008, quien convierte el tema de los límites políticos en tema académico y práctico muy importante.
[24] Arendt, H., The Origins of Totalitarism, N.Y., 1951.
[25] Villasante, A., El liberalismo que intervino en España, Buenos Aires, 1939.
[26] María Zambrano, Horizonte del liberalismo, Morata, Madrid 1996 (ed. original de 1930. Vid. Pedro Cerezo, en El mal del siglo, BN/Univ. Granada, 2003. “2. La crisis de la conciencia liberal”, 72 ss. 
[27] Picó, J., Teorías sobre el Estado del Bienestar, XXI, Madrid, 1990; Feito, J.L., “Causas y remedios de las crisis económicas. El debate económico Hayek-Keynes, 70 años después”, Faes, Madrid 2008.
[28] Hoogvelt, A., Globalization and the postcolonial World, Maryland, The Johs Hopkins Unv. Press, 1997.
[29] Singer, P., Animal Liberation, Pimlico, Australia, 1995.