Entrevista de Christian Rabhansl a Jochen Hörisch
(imago/blickwinkel)
“Potentes”
empresas “satisfacen” a sus creyentes, el propio lenguaje muestra claramente el
papel de la sexualidad en nuestra relación con el dinero. Eso dice el filólogo
Jochen Hörisch. La economía es también bastante irracional.
Christian
Rabhansl: El dinero
se mide en número, euros y céntimos. Al final no queremos saber más o menos
cuanto dinero hay en la cuenta, queremos saber exactamente cuánto hay. No nos
sirve que nos digan “hay poco” o “hay mucho” cuando preguntamos. Queremos saber
exactamente hasta qué punto estamos en rojo o si hay 20.000 euros. Podríamos
pensar: el dinero es algo muy racional Eso significa que no hemos leído ningún
libro de Jochen Hörisch. El filólogo de
Mannheim se ocupa largamente de la irracionalidad del dinero, “La
irracionalidad del dinero” es el título de un texto que aparece hoy en una
colección dedicada al dinero. Buenos días, señor Hörisch.
Jochen
Hörisch: Buenos
días.
Rabhansl: tener 20.000 euros en la cuenta o
no tenerlos, se puede pensar que es algo muy racional. Con un experimento
mental semejante empieza Vd su libro y nos dice que las cosas no son así, ¿por
qué?
Hörisch: No hace
falta ser filólogo para darse cuenta de que lo que se juega aquí tiene otro significado. Siempre
nos preguntamos si con el extracto de la cuenta todo está cubierto. El concepto
de “cubrir”, un semental cubre una
yegua, es algo muy particular. Y si nos acercamos a examinar más de cerca el
asunto vemos que el dinero tiene que ver con conceptos básicos muy irracionales
procedentes de la esfera sexual o religiosa, esferas que no relacionamos
precisamente con lo racional. Así podemos hablar de la “potencia” de una empresa.
Y cuando la empresa es potente entonces puede satisfacer mis necesidades de
creyente.
¿De dónde
proceden esos conceptos como “potencia” o “satisfacer a los creyentes”?
Enseguida nos damos cuenta de que la forma psicológica que tenemos de
relacionarnos con el dinero no es racional sino más bien creyente, sexualizada,
una relación loca incluso. 20.000 no es solo una cifra, sino la relación con
una potencia mágica.
Jochen Hörisch
Rabhansl: Ha dicho
usted que entre el dinero y la deuda hay esa relación cuasi sexual y cuasi
religiosa. Y leo en su libro: “El dinero está cubierto por la creencia en el
dinero”. Por lo tanto sólo en la medida en la que creo que el dinero tiene un valor, el dinero vale algo,
¿tendríamos que relacionarnos de otro modo con el dinero?
Hörisch: No. También creemos que los demás
creen en el dinero y por eso funciona. Recordemos el año 2008 – los más viejos
nos acordamos de cómo la canciller entonces llamada Merkel, y el Ministro de
Hacienda llamado Steinbück, salieron ante los medios y la prensa para explicar
a “sus queridos alemanes” que garantizaban nuestros depósitos, que estaban
cubiertos por los bancos. Funcionó, no hubo
ningún “corralito” porque todos creyeron que todos los demás jugaban el
mismo juego. De lo contrario habríamos tenido una quiebra de proporciones
gigantescas.
También
creemos que eso dinero tiene en sí el poder de transformarse en otra cosa. Cuando
saco un billete de 50 euros y lleno el depósito me doy cuenta de que la
capacidad simbólica del dinero se ha transformado en otra cosa. Esto es como
ocurre en teología. Es la transustanciación, de los símbolos del pan y el vino
que se transforma en el cuerpo y la sangre de Cristo. Se transforma cuando se
cree en que se transforma. Cuando no hay esa fe, mire lo que ha pasado en
Venezuela, entonces el dinero pierde su poder, su competencia sexual y
religiosa.
La creencia en la fuerza transformadora del dinero
Rabhansl: El dinero funciona si creemos en él,
es la fe que tenemos en nuestra vida diaria los que no somos expertos en
finanzas. ¿Le parece que es lo mismo entre Economistas o Científicos de los
Negocios como Vd los denomina?
Hörisch: Estos científicos de la economía no
enrojecen de vergüenza cuando llaman “sabiduría” a su especialidad, una palabra
que hoy está pasada de moda. Me refiero a muchos, no todos gracias a Dios, sino
a aquellos que son tan irracionales como para creer en la racionalidad de su
propio modelo irracional. Para que vean que esto es más que una impresión
recordaré Schrempp, que fue portavoz de Daimler, anunció mientras sus ojos
brillaban de manera especial que se había celebrado una boda en el cielo cuando
se fusionaron Daimler y Chrysle. Boda es un concepto con referencia sexual y
Cielo es un concepto religioso. Los economistas llegan y dicen tras la fusión
que tienen una agencia llamada McKinsey o
Hayek, que calcula que hay escalas, efectos, es una historia completamente racional.
Hay que saber escuchar y dares cuenta de que les brillan los ojos diciendo
“boda” o “cielo”.
También nos
damos cuenta de cuanta locura, fantasía y esperanza de salvación hay en todo
ello. Piense en la palabra como “Salvación” o “Rescate” o “Redención”. Y en la
palabra Rescate económico. La palabra rescate, logro un rescate, esconde algo
religioso. “Crédito” y “Deudor” son conceptos teológicos. Tenemos ahí una
cadena de creación de valores. Cuando
uno está sin blanca “se revela en bancarrota”. Con los coches que se fabrican
se llevan a la Feria (Messe=Misa) No se refiere por supuesto a la misa sino a
la Feria de exposición y muestras industriales. Por donde quiera que lo miremos
nos damos cuenta de que utilizamos conceptos religiosos en la esfera económica. Pero los economistas no se quieren dar cuenta
de ello.
La creencia irracional en la “mano invisible del
mercado "
Rabhansl: Aunque el tema va más alla de la
elección de las palabras. Por ejemplo cuando creemos seriamente en la famosa “mano
invisible del mercado”, interpreto sus palabras en el sentido de que la Ilustración
económica recae en una especie de explicación religioso-teológica. ¿Cómo
explica Usted que precisamente en Economía perduren estos dogmas de fe?
Hörisch: Cuando racionalidad e
irracionalidad cambian sus papeles y también cuando la matemática se traspasa y
hace dominante en un ámbito en el que no funciona se cae en la superstición.
Como ocurre en el Fausto de Goethe con la tabla de multiplicar de la bruja.
Fausto se convierte en una figura ejemplar que da lugar a la gran reforma económica.
La mano invisible y está muy claro para cualquier persona ilustrada que conozca
la obra de Adam Smith, representa la traducción de la mano de Dios en la esfera
económica en la que estamos todos integrados. Para Adam Smith está muy claro que se trata de una
metáfora religiosa traspasada al ámbito económico.
Rabhansl: Hace un par de años de eso.
Hörisch: Hace un par de años pero es una
creencia que sigue vigente. Intente explicárselo a los economistas: Señores
creen ustedes en la mano invisible del mercado lo mismo que los cristianos
creen que en la mano de Dios. Son Ustedes los último teólogos y los últimos
fundamentalistas religiosos en la esfera de las ciencias, no va a encontrará muchas
simpatías.
Podemos
prescindir de la creencia en Dios. Pero la expresión significa también que la
ilustración económica va por detrás de la ilustración teológica. Quien no cree
en la mano invisible del Mercado jamás obtendrá un puesto en el consejo de
administración de Volskwagen ni podrá licenciarse en Administración y dirección
de empresas.
Rabhansl: Jochen Hörisch nos habló Sobre la racionalidad y la forma
irracional de relacionarnos con el dinero. Muchas gracias, sr. Hörisch por la
entrevista en el programa Lesart.
Hörisch: Gracias a Usted.
Libro
publicado por Patmos Verlag