viernes, 26 de agosto de 2016

MAS SOBRE SECULARIZACIÓN





ENTREVISTA de Rico Grimma Mina Ahadi


Lo que está en cuestión en el debate sobre la prohibición del burka no es el asunto de velo integral, Se trata más bien de las relaciones entre la religión y el Estado. Entrevista con Mina Ahadi defensora de una estricta separación entre ambos.  

¿Hay un debate más vano comparable al de la prohibición del burka? El candidato de la CDU por Berlín lo tiene claro, la prohibición no es constitucional. A partir de ahi comentadores y enemigos se han lanzado a la arena como si la cuestión real fuera el velo afgano integral. 

martes, 23 de agosto de 2016

SANTA SIMONE WEIL

Me recuerdan que hoy es santa Simone Weil y me envían el primer artículo que se escribió sobre ella, casi dos años después de su muerte. Santa en nuestro panteón particular, al menos en el mío, como ya expliqué en reciente ocasión.

El artículo es breve y trae todos los elementos esenciales que hacen de Simone Weil una mujer y una filósofa excepcional:
mente privilegiada, cultura enciclopédica
y valor moral muy por encima de la media. Estilo de escritura sencillo yendo siempre
al núcleo de la cuestión, prefería juntarse con los que sufren antes
que con los militantes políticos.


De los Cahiers pour l’étude de la pensée de Simone Weil , Tomo XXXIX, no. 2, junio del 2016:  Una apreciación de Simone Weil por Boris Souvarine.


Simone Weil murió en Inglaterra en agosto de 1943, a la edad de treinta y cuatro años.  No contaba, por tanto, más que con veinticuatro años cuando escribió “Reflexiones sobre la

domingo, 21 de agosto de 2016

EL SUEÑO DE EICHMANN



"El sueño de Eichmann" es una breve pieza teatral escrita por Onfray y publicada en 2008. Va precedida de una introducción del propio autor: “Un kantiano entre los nazis”. En suma, Onfray defiende a Eichmann el célebre nazi juzgado en Jerusalén y condenado a muerte frente a Hannah Arendt. La filósofa acusó a

jueves, 18 de agosto de 2016

LA FACULTAD DE TREPAR

LA FACULTAD DE TREPAR
 El cipo matador o la higuera asesina

 Ana Azanza

Onfray ha dicho de este libro que es su primer libro de filosofía. Aunque si Cosmos no hace el número 100 de todos los que ha escrito, anda cerca. En cierta medida Cosmos es un canto a la naturaleza, es una meditación sobre numerosas realidades que están ahí fuera, animales, plantas, estrellas que no se preocupan nada de la existencia de nuestra especie. Estaban antes y seguirán después, así es la naturaleza vista en su conjunto y de esta forma medio nietzscheana, medio espinosista que conforma el estilo de Onfray.

De todas las historias curiosas, de todas las batallas naturales entre especies, de todas las “luchas por la supervivencia” que trae Cosmos me he fijado en la del vegetal conocido como Cipo matador, una planta de la familia de la higuera, que dicen sirvió de inspiración para la filosofía de Nietzsche.


“Todas las especies, todos estos individuos, tan estrechamente superpuestos y entrelazados, se molestan, se dañan recíprocamente. Su aparente tranquilidad es engañosa, en realidad sostienen una lucha continua, implacable unos contra otros: La lucha por quien se elevara más rápidamente y más alto hacia el aire y la luz, ramas, follaje y tallos, sin piedad por el vecino. Vemos plantas que se adhieren a otras con sus garras y las explotan, uno está tentado a decir sin pudor, en beneficio de su propia prosperidad. El principio que enseñan estas soledades salvajes, ciertamente no es en modo alguno respetar la vida del prójimo tratando de vivir la propia, y para ello tenemos como testigo a ese árbol parásito, muy común en las selvas tropicales que se llama Cipo matador, vale decir, “liana asesina”. Pertenece a la familia de las higueras. Como la parte inferior de su tallo no tiene la fuerza suficiente para soportar el peso de laparte superior, el Cipo se estira buscando apoyo en un árbol de otra especie. En esto no difiere de otras plantas trepadoras, pero el procedimiento que emplea tiene algo particularmente cruel y penoso de ver.

El cipo se lanza contra el árbol al que quiere adherirse y la madera de su tallo se pega, extendiéndose como pasta de modelar, contra uno de los lados del tronco que le sirve de apoyo. En seguida nacen a derecha e izquierda dos ramas, o mejor dicho, dos brazos que se alargan rápidamente: parecerían dos vertientes de sabia que corren y se endurecen a medida que avanzan. Esos brazos que estrechan el tronco de la víctima se juntan en el lado opuesto y se unen.
 
Brotan desde abajo hacia arriba a intervalos más o menos regulares, de modo tal que el desdichado árbol se encuentra amarrado por una cantidad de de eslabones inflexibles. Esos anillos se ensanchan y se multiplican a medida que el pérfido estrangulador crece y son  los que van a sostener en el aire su corona de follaje mezclada con la del paciente roble al que ahoga, este último cuyo curso de savia se ha detenido languidece poco a poco y muere.

Uno contempla entonces el extraño espectáculo de ese parásito egoísta que estrecha aún en sus brazos el tronco inanimado y descompuesto que ha sacrificado a su propio crecimiento. Ha logrado su objetivo; está cubierto de flores y frutos, se ha reproducido y ha diseminado su especie; morirá junto con el tronco podrido que ha matado, va caer junto con el soporte que se oculta bajo su abrazo…



De la necesidad de ganarse la vida, de buscar intrépidamente las condiciones favorables para su prosperidad, resulta la tendencia de la mayoría de los vegetales de las selvas tropicales a modificar su naturaleza, a alargarse y flexibilizar sus tallos, a adquirir portes y actitudes especiales, a volverse trepadoras….La facultad de trepar proviene de un hábito adoptado, es un carácter adquirido que proviene de la fuerza de las cosas y que se ha vuelto común en especies que pertenecen a una multitud de familias distintas que, en general, no trepan. Las leguminosas, las gutíferas, las begoniáceas, las urtica´ceas han contribuido a aumentar el número de esas especies. Hasta existe una palma trepadora que los indios llaman Jacítara que se va transformando en un tallo delgado, flexible, retorcido que se enrolla como un cable alrededor de grandes árboles, pasa de uno a otro y alcanza una longitud increíble, varios cientos de metros. Las hojas pinnadas en lugar de reunirse en corona como las demás palmeras, salen del estípite a grandes intervalos y llevan en su extremos largas espinas curvas. Con esas espinas, verdaderas garras, se cuelgan del tronco de los árboles para trepar por ellos. 

martes, 16 de agosto de 2016

SECULARIZACIÓN, EL CASO DE LOS MUSULMANES EN ALEMANIA



SECULARIZACIÓN, EL CASO DE LOS MUSULMANES EN ALEMANIA


Ana Azanza
1. FASCISMO E ISLAM

Me hubiera gustado haber aportado este trabajo al próximo congreso de la Aafi, ya llego tarde. Se queda pues en el Mochuelo.

El tema del congreso en principio generó en mí un poco de pereza “Filosofía y religión” ¿Otra vez filosofía y religión? Quizás porque le he dedicado abundante tiempo y esfuerzo. En otros tiempos trabajé sobre conceptos filosóficos y me formé en una filosofía “primahermana” de la teología. No soy una excepción, hay muchos españoles “filósofos” que disimulan sus comienzos religiosos en filosofía, cuando es un hecho que nos ha afectado a varias generaciones dadas las condiciones de la enseñanza y la práctica de esta disciplina en nuestro país.

jueves, 11 de agosto de 2016

AMBIGÜEDAD DE DON QUIJOTE

Sobre una conferencia del profesor Pedro Cerezo, la cual tuvo la amabilidad de enviar dedicada a esta Quinta de sus amigos.

Al gran maestro de filosofía Pedro Cerezo no se le escapa la potencia simbólica de la gran literatura, que entiende como transposición o experimentación del mundo de la vida en sentido husserliano (Lebenswelt). El saber narrativo interpela y orienta la filosofía en su tarea de aclaración reflexiva de la condición humana en sus primordiales intereses. Por ello, el espíritu del mito resulta imprescindible si queremos completar y limitar razonablemente el objetivismo cientifista, pues en efecto, mediante la reflexión crítica de los grandes relatos, vivimos y asumimos la experiencia de nuestras paradojas, procurando transformarlas en sentido histórico, pero también biográfico.

El Quijote no es solo importante por iniciar la fórmula de la novela moderna, sino que también ilustra un símbolo del sujeto moderno, empeñado en la invención de sí mismo, una vez se ha deshecho el universo ético de la épica medieval. El mito recoge la paradoja, y paradójico es que mirando don Quijote nostálgicamente atrás, al mundo medieval de los caballeros andantes, lance su proyecto vital hacia adelante, para remedio de entuertos y desafueros presentes y futuros.

Obviamente, el Quijote no se agota en su dimensión de sátira burlesca de los libros de caballerías, ni don Quijote es sólo un loco estrafalario cuyas ridículas aventuras nos hacen reír. A juicio del profesor Cerezo, el enigma del Caballero de la Triste Figura reside en la ambivalencia que atraviesa todo el texto cervantino.

El Quijote –dijo Ortega- es la epopeya del eterno y esencial derrotado: la imaginación poética idealizadora sometida a la crítica realista deviene ilusión, decisiva ilusión pues la ilusión es un tónico imprescindible de la voluntad. El Quijote es crítica, pero también restablecimiento de la belleza imaginativa frente a todo posible escepticismo.

Si bien el gran error de don Quijote fue confundir la literatura con la vida, también es acierto de Cervantes probar que la vida es poca cosa sin la literatura. Sin la ficción sublimadora, los encantos y la perfección de Dulcinea del Toboso se reducen al prosaísmo aldeano de Aldonza Lorenzo, mencionada mucho en la novela y que jamás aparece “en persona”.

La continuidad de la novela de Cervantes con los intereses humanistas del Renacimiento es indudable. Representa el buen sentido, lo razonable. Lord Shaftesbury fue –según Cerezo- quien mejor calibró el alcance moral de la crítica cervantina al ver en ella, en el humor del Quijote, un antídoto eficaz contra el entusiasmo. Pero también aquí asoma la ambigüedad y al paradoja porque no cabe duda que el entusiasmo, don y manía divina según Platón, está en el origen tanto de la creación poética en particular, como de la actitud creadora en general, incluida la creación científica. De ahí que el Quijote se preste, tanto a una lectura ilustrada, que acentuará su racionalismo, como a una lectura romántica.

Don Quijote es a la vez un héroe ridículo y visionario: un héroe irónico. F. Schlegel escribió que la actitud irónica nace precisamente de la comprensión de la esencia paradójica del mundo. Únicamente una actitud ambigua puede abarcarlo en su contradictoria totalidad. Su tema, el del Quijote, es por ello: la lucha entre lo real y lo ideal.

En español, fue Miguel de Unamuno quien recreó apasionadamente la condición romántica del personaje de Cervantes en clave existencial de agonismo quijotesco: contraste irresoluble y doloroso entre la idealidad de la libertad, justicia, belleza, amor a la gloria…, y la prosa utilitaria del mundo. El caballero de la fe y la virtud (don Quijote) con su desnuda voluntad se empeña en espiritualizar el mundo mediante la propuesta de un humanismo tan perfectamente heroico como inútil.

En su interpretación, Ortega prefirió la línea ilustrada, hegeliana. El Quijote critica a los héroes del “puro esfuerzo” cuyas acometidas contra la realidad conducen a la melancolía. De la contradicción entre el idealismo abstracto y el crudo realismo sólo puede surgir un morboso conflicto de funestas consecuencias, pues 

“si la idea triunfa, la materialidad queda suplantada y vivimos alucinados. Y si la materialidad se impone y penetrando el vaho de la idea reabsorbe a esta, vivimos desilusionados”. 

Ortega aprecia el régimen de equilibrio entre cultura y vida que Cervantes nos propone para no vivir ni alucinados ni desmoralizados.

¿Realismo versus idealismo? Entre las virtudes mismas hay contienda (también entre los vicios, todo hay que decirlo). Como en el derecho (‘summum ius, summa iniuria’), igual existen contradicciones en la justicia. Y la sabiduría, ¿no se vuelve presunción en la imprudencia de no reconocer sus límites? Tragedia de la vida que se vuelve cómica (aún en los entierros), heroico alarde, brava embestida transformados en bufonada. Secretamente, la tragedia linda con la comedia. Cuando todos se tumban borrachos o adormilados, Platón pone en boca de Sócrates que sólo el poeta trágico es también autor de comedias. Si a la estatua del Laocoonte  se le quitan las serpientes, su lucha trágica deviene bostezo cómico. Ambigüedad de la virtud y el vicio. Kierkegaard nos recuerda que el lujurioso puede ser un fino amante; poseer el disoluto un fino olfato ético; y el ateo –tal que Nietzsche-, un profundo espíritu religioso.


Don Quijote es un loco entreverado de cordura y un visionario frenético. A despecho de la realidad, se empeña valeroso en determinar libérrimamente el sentido de su vida. Sus rasgos son la hipérbole prematura del sujeto moderno, engastados en un hidalgo antiguo y decadente: el yo como autoconciencia volitiva, la autoestima inalienable de la propia dignidad, forjada en el mérito del esfuerzo y la virtud. Se trata de una identidad que abreva sus sueños de gloria y de futuro en la utopía de una remota y pretérita edad dorada.

La exageración del personaje ilustra los excesos de tal sujeto moral: su actitud absolutista le lleva a la arrogancia y la desmesura. Y la visión del ideal le vuelve ciego para el valor de lo cotidiano. Ambas lecturas, la ilustrada y la romántica son legítimas. Doble faz del héroe ambiguo, de lo sublime a lo ridículo, como el sileno de Alcibíades que representó a Sócrates al final del Banquete, feo y bello a la vez.

Cabría desde luego una tercera lectura que, a través de la sátira de todo entusiasmo condujese a la angustia existencial, nihilista, cuya salida solo cabe en el salto mortal de la fe (Kierkegaard) o en la caída bestial a la nada. Pero para el humanismo cervantino, muertos los caballeros andantes, sólo quedan los hombres a secas. Muerto el héroe, nos salva el llano y sencillo buen humor, el buen sentido, el instinto de sociabilidad, la voluntad de comunicación con el otro, el juicio reflexivo elaborado en común.


viernes, 5 de agosto de 2016

VITA ACTIVA, DOCUMENTAL

Agustín que ha presentado su tesis recientemente sobre H. Arendt me habló de este documental que se está estrenando actualmente en Estados Unidos.

Ya dije en una de nuestras últimas reuniones lo inspiradora que me resulta esta figura a la que no tuve ocasión de estudiar como se merece en mis años de licenciatura. Este verano le he dedicado tiempo a la lectura de "La condición humana" y es un océano de sugerencias filosóficas e iluminaciones para la vida. Todo el mundo debería de conocer esta obra, debería de ser mucho más comentada, me parece una introducción original a la filosofía. Quizás no es una introducción propiamente dicha, no está pensada como tal, pero las reflexiones que en el libro se muestran sobre qué y quién es el ser humano en sus actos me parecen básicas. Sobre todo porque enseña qué hemos perdido por el camino del progreso, no enseña cómo recuperarlo, pero da muchas pistas. En otro blog voy a dedicarle dos capítulos al "hilo" que yo personalmente he tirado y sacado de esa trama de infinitas sugerencias que es "La condición humana".



Hannah Arendt, la mujer anticlichés.