He descubierto a un treinteañero filósofo español cuya especialidad impartida en la universidad Autónoma de Madrid es la Filosofía del Arte. Sabe filosofía y sabe arte contemporáneo español, al punto de realizar entrevistas muy bien preparadas a los traperos connacionales. Con conocimientos históricos profundos de orígenes y sociología del trap, tanto en EEUU como en España.
Me ha interesado su testimonio sobre su paso por la escuela filosófica de Oviedo a la que ha adherido unos cuantos años. Explica la funesta manía hispana de ignorarnos unos a otros entre filósofos o entre profesores de filosofía, de modo que durante la carrera cursada en Madrid poco se mencionó a Gustavo Bueno. El relato de su peripecia con los buenistas es impagable , por el hecho de que es el único grupo que se moja y mete en todos los charcos de actualidad con mejor y peor fortuna, en el que además militan gentes no salidas de la carrera de filosofía sino atraídas a nuestro campo por el sistema filosófico buenista. Y la cuestión gana interés, sin duda cuando se filosofa no solo desde el conocimiento indispensable de textos y autores, sino también desde una experiencia. Que por cierto ya Deleuze y Foucault eran de la opinión hace 30 años que esta es la novedosa posición intelectual, no hablar en nombre de los grandes principios sino en nombre de una trayectoria vital. Una nueva subjetividad está en marcha.
Esta confesión dió lugar a un debate de frente a tres seguidores de Bueno, Ongay, Luis Carlos Martín y el diputado de Vox por Murcia cuyo nombre he olvidado, en la radio materialista. Es lástima que la calidad técnica del audio sea deficiente, pero merece la pena escuchar apología de los escolásticos, el más competente sin duda Ongay.
Hay que añadir que Castro hace honor a su especialidad estética cambiando con frecuencia de look. El pelo en particular adopta múltiples formas, un rápido paseo por todos sus vídeos basta para comprobar como se lo tiñe, se lo riza, se lo alisa....de la camiseta, t shirt, a la corbata. Reconoce que vive todavía son sus padres lo que explica que tenga tiempo y ganas para dedicarse tanto a los libros y al arte como hace, como al look.
Seguir su peripecia vital variada es difícil: este chico está en todas partes a la vez, lo mismo preparándose sus lecciones magistrales al uso más tradicional, la Lectio medieval a la altura de un Santo Tomás, viviendo en directo in situ el día de la supuesta independencia catalana, como en la antena universitaria que la Escuela de Gustavo Bueno ha implantado en Méjico, o viendo los vídeos de los jóvenes cantantes españoles y siguiendo la opinión de crítica y público.
Me ha parecido ilustrativa esta clase introductoria que impartió el curso pasado a sus alumnos de la carrera de historia del arte. Al principio explica contenidos, criterios y métodos de evaluación, no duda en repetir para los que llegan tarde y a los 10 min. comienza una interesantísima exposición de cómo se ha concebido la enseñanza, a quién, de qué, por qué desde los sofistas hasta 1968 y secuelas. Se hace eco de los diversos libros-queja de profesores de instituto españoles sobre la actual situación de la enseñanza criticando que no se hagan propuestas de mejora concretas. La mejora concreta es que dejemos de cambiar a cada paso.
La parte con la que me quedo comienza a partir de la primera hora de exposición, donde menciona a Comenius, a los jesuitas inventores de la enseñanza al uso tradicional en los niveles que son los nuestros, primaria y secundaria: clases por edades, horario establecido, exámenes... Y llega al siglo XX con la enseñanza por medio del experimento inspirada en el filósofo pragmatista Dewey , y las novedades incorporadas en 1968 a la ideología pedagógica frente a la que se sitúa, pues él prefiere investigar en filosofía a estar investigando constantemente el método de enseñanza.
Y por supuesto la tecnoutopía: hoy Internet va a revolucionar nuestras vidas enseñantes como en el pasado pensaron que recientes inventos como la radio o la televisión lo harían. Se repite el fenómeno: la clase magistral dada por radio, por tele o por YT. Pero clase insustituible.
Como también es insustituible en la formación el esfuerzo personal. Comparemos con el deporte: nada que ver cómo se gana hoy el Tour de Francia a cómo se hacía en 1910. Una nube de dietistas, masajistas, fisioterapeutas, médicos, mecánicos, directores rodean al corredor. Pero al final hay que dar piernas en la carretera ¿por qué va a ser diferente en los asuntos que tienen que ver con el ejercicio mental y la formación cultural? el esfuerzo personal no lo sustituye YT, disciplina, ejercicio en deporte y en estudio. Elemental.
Hacía tiempo que no escuchaba a un joven español con la cabeza tan bien amueblada como el profesor Castro, devuelve esperanza en el futuro de nuestro país. Y espero que le dejen seguir adelante sin tropiezo porque el muchacho vale lo que dice, tiene gancho, estudia, sabe, se moja en las cuestiones controvertidas y es seguido como merece.
Me ha interesado su testimonio sobre su paso por la escuela filosófica de Oviedo a la que ha adherido unos cuantos años. Explica la funesta manía hispana de ignorarnos unos a otros entre filósofos o entre profesores de filosofía, de modo que durante la carrera cursada en Madrid poco se mencionó a Gustavo Bueno. El relato de su peripecia con los buenistas es impagable , por el hecho de que es el único grupo que se moja y mete en todos los charcos de actualidad con mejor y peor fortuna, en el que además militan gentes no salidas de la carrera de filosofía sino atraídas a nuestro campo por el sistema filosófico buenista. Y la cuestión gana interés, sin duda cuando se filosofa no solo desde el conocimiento indispensable de textos y autores, sino también desde una experiencia. Que por cierto ya Deleuze y Foucault eran de la opinión hace 30 años que esta es la novedosa posición intelectual, no hablar en nombre de los grandes principios sino en nombre de una trayectoria vital. Una nueva subjetividad está en marcha.
Esta confesión dió lugar a un debate de frente a tres seguidores de Bueno, Ongay, Luis Carlos Martín y el diputado de Vox por Murcia cuyo nombre he olvidado, en la radio materialista. Es lástima que la calidad técnica del audio sea deficiente, pero merece la pena escuchar apología de los escolásticos, el más competente sin duda Ongay.
Hay que añadir que Castro hace honor a su especialidad estética cambiando con frecuencia de look. El pelo en particular adopta múltiples formas, un rápido paseo por todos sus vídeos basta para comprobar como se lo tiñe, se lo riza, se lo alisa....de la camiseta, t shirt, a la corbata. Reconoce que vive todavía son sus padres lo que explica que tenga tiempo y ganas para dedicarse tanto a los libros y al arte como hace, como al look.
Seguir su peripecia vital variada es difícil: este chico está en todas partes a la vez, lo mismo preparándose sus lecciones magistrales al uso más tradicional, la Lectio medieval a la altura de un Santo Tomás, viviendo en directo in situ el día de la supuesta independencia catalana, como en la antena universitaria que la Escuela de Gustavo Bueno ha implantado en Méjico, o viendo los vídeos de los jóvenes cantantes españoles y siguiendo la opinión de crítica y público.
Me ha parecido ilustrativa esta clase introductoria que impartió el curso pasado a sus alumnos de la carrera de historia del arte. Al principio explica contenidos, criterios y métodos de evaluación, no duda en repetir para los que llegan tarde y a los 10 min. comienza una interesantísima exposición de cómo se ha concebido la enseñanza, a quién, de qué, por qué desde los sofistas hasta 1968 y secuelas. Se hace eco de los diversos libros-queja de profesores de instituto españoles sobre la actual situación de la enseñanza criticando que no se hagan propuestas de mejora concretas. La mejora concreta es que dejemos de cambiar a cada paso.
La parte con la que me quedo comienza a partir de la primera hora de exposición, donde menciona a Comenius, a los jesuitas inventores de la enseñanza al uso tradicional en los niveles que son los nuestros, primaria y secundaria: clases por edades, horario establecido, exámenes... Y llega al siglo XX con la enseñanza por medio del experimento inspirada en el filósofo pragmatista Dewey , y las novedades incorporadas en 1968 a la ideología pedagógica frente a la que se sitúa, pues él prefiere investigar en filosofía a estar investigando constantemente el método de enseñanza.
Y por supuesto la tecnoutopía: hoy Internet va a revolucionar nuestras vidas enseñantes como en el pasado pensaron que recientes inventos como la radio o la televisión lo harían. Se repite el fenómeno: la clase magistral dada por radio, por tele o por YT. Pero clase insustituible.
Como también es insustituible en la formación el esfuerzo personal. Comparemos con el deporte: nada que ver cómo se gana hoy el Tour de Francia a cómo se hacía en 1910. Una nube de dietistas, masajistas, fisioterapeutas, médicos, mecánicos, directores rodean al corredor. Pero al final hay que dar piernas en la carretera ¿por qué va a ser diferente en los asuntos que tienen que ver con el ejercicio mental y la formación cultural? el esfuerzo personal no lo sustituye YT, disciplina, ejercicio en deporte y en estudio. Elemental.
Hacía tiempo que no escuchaba a un joven español con la cabeza tan bien amueblada como el profesor Castro, devuelve esperanza en el futuro de nuestro país. Y espero que le dejen seguir adelante sin tropiezo porque el muchacho vale lo que dice, tiene gancho, estudia, sabe, se moja en las cuestiones controvertidas y es seguido como merece.
Escuche por primera vez de E. Castro en una entrevista que se le realizara al fenecido Q. Racionero con motivo del libro Contra la postmodernidad del entonces jovencísimo filósofo. Pero, a partir de ahí, muy a propio reproche, más nada. Con mucha alegría y agradecimiento, entonces, acojo este enlace. A mi modo de ver resulta muy interesante que Castro dirija contra los buenistas críticas similares a las que Popper aducía contra el psicoanálisis y el marxismo: adecuar la realidad a sus teorías, o citando a Castro, pretender que “la realidad se adecue a sus esquemas”. Esto provocaría, diría Popper, como todos sabemos, que nuestras teorías fueran inmunes a cualquier intento de falsacion, o que, lo que es lo mismo, que todas nuestras hipótesis queden corroboradas. En torno al debate Bueno-Sacristán sobre la naturaleza propia de la filosofía considero que una concepcion buenista más matizada puede encontrarse el la Introducción a sus Ensayos Materialistas en la que aboga, si no he interpretado mal, por una recurrencia de la ciencia a la filosofía en busca de la clarificación, constitución, dilucidacion de conceptos, faena histórica propia de la filosofía desde sus orígenes como primera forma de episteme. En suma, y eso creo, la filosofía en su modalidad histórica de Begriffsgeschicte, es el terreno propio para la construcción de conceptos, incluso para la ciencia. Gracias una vez más por el enlace, continuaré aprendiendo y siguiéndole la pista al filósofo Ernesto Castro.
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