domingo, 7 de octubre de 2018

ESPAÑA BISAGRA FILOSÓFICA


ESPAÑA BISAGRA FILOSÓFICA

Nadie lo diría y en estos tiempos en que es de mal gusto decir "España" me ha llamado la atención esta parte así titulada del libro de Randal Collins, Sociología de las filosofías. En él se aprende enormemente sobre la filosofía en India, China, Japón y las condiciones que dieron lugar a la filosofía occidental.
Semejanzas y diferencias de la evolución política de las sociedades, la innegable influencia y auténtico marco religioso inevitable en los inicios y durante la mayor parte de la historia de “las filosofías” del mundo. La relación estrecha del pensamiento con el modus vivendi del pensador. El marco académico, cortesano, universitario o independiente en el que trabaja el filósofo, los cruces, los diálogos, las polémicas, los enfrentamientos, la reordenación del espacio intelectual. Las famas de los filósofos que sufren altibajos según pasan los siglos. Randal Collins ofrece otro punto de vista enriquecedor sobre la historia del pensamiento.

En realidad Collins muestra la filosofía “haciéndose”, en camino, no en estado de “ortodoxia” filosófica, lo que redobla el interés de esta lectura, pues es lo atractivo de nuestra “disciplina”: ver su “fabricación” y entender mejor los motivos de tal o cual afirmación y como se pasa de unas filiaciones y linajes a otras hermandades filosóficas y porqué.

Habla de la ley de los números pequeños, no hay más de 6 famosos intelectuales al mismo tiempo, en cuanto se sobrepasa la cifra comienzan las subdivisiones. Aunque ha habido épocas particularmente fructíferas en filosofía, Atenas del siglo V, Alemania de finales del XVIII, muy pocos, poquísimos son los nombres de los protagonistas que van a quedar en la memoria atravesando los siglos.

Y otra ley no formulada sino apuntada por Randal Collins es la famosa de que “la metafísica expulsada una y otra vez por la puerta vuelve a entrar una y otra vez por la ventana”. Todos los expulsadores definitivos de la filosofía que se ocupa de lo intocable e invisible han tenido que soportar de manera póstuma, como la nueva rama del saber que iba a solucionar las antiguas cuestiones infinitamente disputadas por los filósofos ha relanzado la discusión metafísica con fuerza renovada. Los descubrimientos de física cuántica para quien ose acercarse a ellos dan que pensar: “abstenerse destructores de la metafísica, pues la propia física de partículas es hoy metafísica...”

Hubo un momento breve en la España medieval de esplendor intelectual: son 5 generaciones que van de Ibn Gabirol, después de 1035, a Maimónides e Ibn Rush, justo antes de 1200.

España, momento cumbre en filosofía islámica y judía. Excepcionalidad española: la conexión estrecha entre los importantes pensadores judíos y musulmanes. Los traductores de Toledo estaban conectados con los filósofos cristianos actuantes en el norte: escuelas de Chartres, de Laon. Un período de gran creatividad y cosmopolita para nuestro país.

Textos matemáticos, científicos griegos, álgebra, sistema numérico árabe-hindú se transmitieron a Occidente pasando por la Península ibérica. Se inició el redescubrimiento de Aristóteles, cuya metafísica se había visto opacada en los siglos anteriores por el neoplatonismo. Sin embargo este neoplatonismo de las esferas y las escalas del ser no debe ser despreciado: jugó un papel fundamental en el nacimiento de la ciencia moderna en siglos posteriores,

Las correas de transmisión de las ideas no se limitan a ser tales. Al transmitir también se construye, importación y exportación de lo inmaterial estimulan su construcción. Un ejemplo es el Aristóteles “olvidado”. Fue Porfirio quien elaboró la clasificación de los niveles de abstracción aristotélicos desde los géneros y las especies hasta los individuos como ejemplo de jerarquía metafísica plotiniana. El cambio no fue menor, pues si para Aristóteles lo real es el individuo, para los neoplatónicos la verdadera realidad es el Uno trascendente. Me parece por otra parte que es imposible salir de esa dialéctica y enfrentamiento filosófico. Es un irresoluble de la filosofía que siempre acechará para quien quiera romperse el cerebro con él.

La cuestión es que se identificaba a Aristóteles con el neoplatonismo, el de Estagira aportaba clasificaciones lógicas, vocabulario para discutir. Así en la Europa cristiana y así entre los filósofos árabes. Al Kindi, Al Farabi, Ibn Sina interpretaban a Aristóteles a la luz del neoplatonismo ambiental de la época. De ahí que Ibn Sina tuviera que leerse 40 veces Metafísica, pues quería hacerla entrar en el esquema neoplatónico cosechando notable fracaso.

¿Quién “desneoplatonizó” al Estagirita? Fue el cordobés Averroes. ¿Qué explica la interpretación recurrente neoplatónica y por qué de repente todo cambió?

Aristóteles había criticado las Formas autosubsistentes separadas de la materia de su maestro Platón, pero al mismo tiempo incorporó la forma a su teoría de las cuatro causas junto con la eficiente, material y final. El dios aristotélico ni era trascendente al mundo ni el mundo es creado o fluye de él. Pero en su teoría de las esferas cristalinas homocéntricas transportadoras de planetas, luna y sol, hay un elemento idealista, pues cada esfera es movida por su alma o forma. El motor Inmóvil mueve por atracción todo lo demás y los neoplatónicos, todos religiosos musulmanes o cristianos, interpretaron esta imagen física del mundo como si se tratara de emanaciones metafísicas. Dios se transformó de causa final en fuente del ser y de las formas.

Así que el interés por la ciencia empírica reforzó en lugar de socavar esta visión plotiniana del mundo. En Bagdad se importó a Ptolomeo, Euclides, Galeno. Las ciencias que interesaban a los filósofos de la época se abordaban como las que daban los detalles de la visión superior jerárquica del mundo. Lo mismo le pasó a Alberto Magno que leyó los comentarios averroístas con ojos neoplatónicos. La información sobre minerales y plantas tenían su lugar en un grandioso compendio de las ciencias. El empirismo científico no desafiaba al idealismo jerárquico siempre que se limitara a describir y clasificar los niveles naturales.

Pero no sólo fue responsabilidad de musulmanes y cristianos la “neoplatonización” de Aristóteles. El aristotelismo se había hundido poco a poco en la antigüedad antes de que las escuelas del platonismo medio se hicieran con todo el terreno. Se convirtió en parte de un eclecticismo relacionado con la política religiosa pagana. El cristianismo floreciente por su parte se fundió con los paganos neoplatónicos.

Tras el final del imperio romano ni Islam medieval ni Bizancio fueron favorables a la filosofía como alternativa a la teología. Los teólogos estaban mejor vistos que los filósofos laicos que se mantuvieron a la defensiva, en su fortaleza neoplatónica. Por tanto el Aristóteles neoplatónico se transmitió al mundo árabe. La ley de los números pequeños sugiere que los importadores de la filosofía griega tenían que mantenerse unidos frente a los teólogos triunfantes.

Fueron los judíos quienes hicieron de bisagra del desarrollo intelectual en la España medieval. Las tres grandes religiones monoteístas poseen un núcleo universalista mezclado con símbolos particularistas. Las tres religiones pueden girar a uno u otro lado, ¿qué determina el sentido del giro? Esa es la gran cuestión.

Los primeros judíos que llegaron a España fueron perseguidos y en el 711 la llegada de los conquistadores islámicos supuso una liberación, además de la consecución de cargos en la administración musulmana. Si en Oriente los filósofos judíos habían sido poco originales, en España fueron creativos. Y por otra parte en los siglos X, XI, XII los judíos empezaron a introducirse dentro del mundo cristiano, mientras que sus relaciones con el Islam degeneraban.

Casi todos los intelectuales judíos de la época escribían en árabe, así lo hicieron los redactores cordobeses de las gramáticas hebreas. La poesía hebrea entre 940 y 1020 adoptaba la métrica árabe.

Al principio los judíos rabanitas fueron activos en España. Luego los judíos se dividieron, aparecieron posturas universalistas, neoplatónicas o no, que propiciaron el desarrollo de una religión “de los intelectuales”. Como reacción se produjeron defensas de la tradición judía frente a la filosofía racionalista. La primera oleada de judíos filósofos españoles, 1035-1065, es contemporánea de los primeros filósofos musulmanes de importancia. El neoplatonismo que nunca había sido importante entre los judíos lo fue para Ibn Gabirol que interpretó la materia no como un mal, sino como la única sustancia creada subyacente a todos los niveles de la jerarquía del mundo. La fuente de la vida de este autor no contiene ninguna referencia a las escrituras y sus contemporáneos no sabían determinar a cuál de las tres religiones pertenecía.

Después de 1100 explotó con fuerza la polarización: en un extremo los intelectuales universalistas, en el otro los nacionalistas particularistas tanto judíos como musulmanes. Ambas posturas se subdividieron a su vez, había enfrentamiento y creatividad. Ibn Zaddiq exponía en Córdoba un neoplatonismo del hombre como microcosmos espiritual y físico que reproduce la jerarquía del mundo. En la misma generación y ciudad Judas Halevi organizó el ataque nacionalista contra los filósofos y teólogos racionalistas. Halevi estableció la superioridad del judaísmo sobre la filosofía, el cristianismo y el Islam. Sacó a colación el típico argumento antifilosófico: siempre están discutiendo sin zanjar un tema. Sólo la revelación hecha a los judíos es la prueba definitiva.

Apareció un judío en medio de los dos campos: Ibn Daud, con la invasión almohade hubo de emigrar a Toledo. Allí escribió una historia del cristianismo latino en hebreo. Se preocupó de reconciliar fe y filosofía y acusó a Ibn Gabirol de heterodoxia y de mal filósofo. Ibn Daud poco conocido pero capital para la continuación de la historia, ya que usó a Aristóteles en apoyo a una postura intermedia entre la fe particularista y la filosofía universalista. Lo mismo que haría Maimónides a finales del siglo XII, lo que haría de él el principal filósofo judío de la edad media. La postura que luego se convertiría en el averroísmo.

LA ATMÓSFERA religiosa en los siglos de la reconquista alternó entre el fanatismo y la tolerancia. Entre los musulmanes los gobernantes oscilaron entre la ortodoxia militante como la de los almohades que en 1149 impusieron “muerte o conversión” y el patrocinio de los filósofos cosmopolitas como en 1169, cuando el califa de Córdoba planteó cuestiones metafísicas a Ibn Rush. Las cosas oscilaban fácilmente y Averroes se vio exiliado en 1195 de Córdoba para regresar más tarde.

Parecidos movimientos de péndulo entre los cristianos: de la cruzada anti islámica al movimiento deseoso de aprender de los árabes. En 1085 en un Toledo reconquistado por los cristianos vivía notable población árabe-hablante, de los cuales muchos judíos. Hacia 1125 el obispo fundó una escuela de traducción en la que se tradujo el Corán al latín.

Los musulmanes al principio eran menos cosmopolitas. Dominaban los teólogos y juristas hostiles al sufismo, a la teología racional kalam, a los falasifa y a los no musulmanes. En España no hubo teólogos asharitas, ni chiítas, ni sufíes. Había espacio para las divergencias dentro de las restantes posturas siguiendo la ley de los números pequeños. A finales del siglo X floreció la medicina, astronomía y matemáticas gracias al califa Abderramán III que había construido una biblioteca emulando al califato abasí decadente de Oriente. Primero se acumularon los textos y luego vino la creatividad. En la corte de Abderramán brilló el médico judío Ibn Shaprut.

Tras 1085 los traductores cristianos se presentan en España buscando textos de griegos, árabes y judíos. La actividad de la red científica estimuló el despegue de la filosofía: Halevi, Ibn Baija, Ibn Tufayl, Ibn Rush, Maimónides... fueron todos médicos.

Abraham bar Hiyya, judío, matemático y astrónomo, Abraham Ibn Ezra, neoplatónico, astrónomo y astrólogo, son nombres destacables. Ibn Tufayl, Ibn Rush, Ibn Daud y Maimónides unían astronomía y filosofía. Las estrellas de la ciencia se unieron en España a los filósofos más notables. La red cosmopolita se organizó en torno a las ciencias naturales, en las que poca discusión religiosa cabía.

El entrelazamiento de las redes intelectuales dentro de la religión adquirió densidad. Gundisalvo, judío converso, contó con la ayuda de Ibn Daud otro judío refugiado en Toledo para traducir a Ibn Sina. Ambos tuvieron fama entre los filósofos cristianos del norte de Francia. Halevi vivió en Toledo, luego en Córdoba, médico de la corte, donde hubo de codearse con Ibn Tufayl e Ibn Rush.

Ibn Bajja llegó de Zaragoza a Córdoba, Granada y Fez. Moisés Ibn Ezra, filósofo judío de Granada, Abraham Ibn Ezra de Toledo, gran viajero por el mundo cristiano y musulmán estuvo conectado con todos los demás filósofos judíos y hasta con Abu'l Barakat de Bagdad.

Maimónides e Ibn Rush presentan paralelismos sorprendentes en sus vidas respectivas. Poco probable que se conocieran, nacieron y crecieron en Córdoba y llegaron a ser filósofos estrella de sus respectivas religiones. Maimónides huyó con su familia siendo un adolescente debido a la conquista almohade. Tras peripecias viajeras se instaló como médico de la corte en Egipto. Tuvo que pasar por todas las redes cosmopolitas de Toledo, Sevilla, Granada. Los centros judíos eran refugio para los individuos cosmopolitas que venían huyendo de los regímenes reaccionarios. Se convirtieron en las intersecciones de diversas cadenas de filósofos, donde florece la creatividad.

FILOSOFÍA JUDÍA Y MUSULMANA estallaron a la vez en creatividad hacia 1100: Ibn Baija en Zaragoza, Sevilla y Granada, Ibn Tufayl en Sevilla, Córdoba y Fez, Ibn Rush en Córdoba, Fez y Sevilla se ocupan de la reconciliación fe – filosofía. Corrían peligro sus vidas, pues los juristas ortodoxos dominaron a menudo los estados musulmanes. Los judíos al no tener estado que les conminara gozaron de mayor libertad y parecen liderar el camino hacia la universalización.

Ibn Tufayl escribió una novela filosófica que puede considerarse precedente e inspiración para Robison Crusoe. Un chico que crece solo en una isla deshabitada con el uso de su razón llega a una concepción filosófica del universo. Es un universo neoplatónicamente organizado. Luego se encuentra con un musulmán y ambos descubren que verdades de fe y de razón coinciden. Pero cuando ambos viajan a una isla habitada y quieren explicar su descubrimiento reciben el ataque de bienvenida de los filósofos literalistas. El protagonista se retira triste, ha aprendido que la filosofía es para los iluminados y no para la masa supersticiosa.

Será la postura de Ibn Bajja, Ibn Rush, Ibn Zaddiq, Ibn Daud e incluso Maimónides. Más tarde identificará a los averroístas. La verdad tiene un doble aspecto: cruda y literal para los creyentes, interpretable a un nivel más elevado por los filósofos. Este elitismo filosófico culmina cuando se diga que la salvación sólo se alcanza por el intelecto. Bar Hiyyah distinguió los tipos de almas, el alma sabia y justa es la que es reabsorbida en el seno de la Forma Pura. Ibn Zaddiq añadió que la ciencia es una parte necesaria del culto a Dios y sólo los filósofos llegan a la perfección de los profetas. Ibn Rush opina que lo único inmortal del ser humano es el alma intelectual, era un admirador de la lógica de Aristóteles, sin ella imposible salvarse. Así que los literalistas puros no pueden salvarse, su religión es pura ilusión. La gente ordinaria hace bien en adherir a la religión literal por el bien del Estado.

Esta postura de verdad iniciática y verdad popular era compatible con diversas filosofías, neoplatonismo o neopitagorismo por ejemplo. Si Ibn Bajja, Ibn Tufayl, Ibn Gabirol, Ibn Zaddiq y otros eran neoplatónicos, ¿por qué no lo fueron Ibn Daud, Ibn Rush y Maimónides?

¿POR QUÉ LAS GENERACIONES DE MEDIADOS DEL S. XII TUVIERON TANTO IMPACTO INTELECTUAL?

Porque mientras que el neoplatonismo era para la generación anterior la postura cosmopolita frente a las masas religiosas iletradas, los aristotélicos militantes intentaban adueñarse del terreno de la fe basado en la sagrada escritura. Tanto en Islam como entre los judíos había resurgido el nacionalismo religioso opuesto al racionalismo religioso. Los innovadores filosóficos inventan una nueva posición incorporando lo mejor de las anteriores. Si Ibn Tufayl tenía una concepción ecuménica de la religión y su práctica religiosa incluía elementos de religiones persas e hindúes, Ibn Daud, Maimónides y Ibn Rush quieren defender las verdades específicas de sus respectivas sagradas escrituras.

Ibn Rush se ocupó por igual de filosofía y de teología. Definió una serie de verdades teológicas centrales de tal manera que coincidieran con su filosofía racional. Ibn Daud hizo parecido cuando leyó las Categorías de Aristóteles en pasajes de la Biblia como el Salmo 139 o viendo en los ángeles causas secundarias entre Dios y las esferas materiales inferiores. Maimónides por su parte empezó por comentar magistralmente la caótica literatura rabínica y seleccionó de ese caos 13 actos de fe. Dotó a la religión judía de una sistematización que se volvería popular aunque disputada. Había preparado así una base compatible con la abstracta y racional filosofía. Y a ello se dedicó al final de su vida cuando redactó la famosa Guía de Perplejos publicada en 1190.

Ibn Rush y Maimónides lucen con luz propia en el firmamento filosófico, llenos de ambición, de energía emocional y capital cultural necesarios para llevar a cabo la gran tarea que se habían propuesto. Maimónides expone las tesis rivales, las refuta, presenta abundantes pruebas, referencias a las escrituras y etimologías que ayudan a superar el literalismo. El mismo esfuerzo presenta Ibn Rush comentando el corpus aristotélico, atacando a los correligionarios neoplatónicos empezando por al Farabi y contraataca al intento de Al Gazel de destruir la filosofía con su “destrucción de la destrucción”.

El judío y el musulmán son dos ramas diferentes de la culminación de la filosofía española medieval. En Maimónides hallamos un pacto entre el razonamiento y la Escritura. Quiere dar a la razón su lugar debido, mostrar sus límites y enseñar cómo puede coexistir con el dogma. Maimónides dirige sus críticas a los representantes de la teología racional judía de la época, los mu'tazilah atomistas. Ibn Daud ataca el neoplatonismo de Ibn Gabirol tachándolo de mal argumentador. Ibn Rush es más puro filósofo que los dos anteriores. Rechaza la kalam y la religión racional neoplatónica. Sólo queda Aristóteles.

Contra Al Gazel argumenta que no hizo más que destruir el neoplatonismo de Al Farabi e Ibn Sina. Pero su crítica no roza la filosofía pura de Aristóteles. Incluso quiere aliarse con los juristas más conservadores del Islam pasando por encima de los teólogos racionales que lo único que hacen es confundir a la gente. Hizo un esfuerzo descomunal por dar la vuelta al campo intelectual islámico eliminado cualquier postura racionalizada que no fuera la suya propia.

La ambición de Ibn Rush halló eco no tanto en el mundo musulmán, que llegó a extraviar los originales de sus textos, sino en el cristiano occidental. El neoplatonismo estaba hundiéndose, la teología racional también. La comunidad cosmopolita de España hizo posible el triunfo de Averroes, nombre latinizado que lo ha hecho famoso. No supo que 30 años después de su muerte sería traducido al latín, tampoco que esa traducción conmocionaría el cristianismo. Si Maimónides era leído por el público religioso judío, los filósofos judíos preferían leer a Averroes y desde él entender La guía de perplejos.

El campo de fuerzas que se concentró en Toledo con tentáculos que llegaban a Chartres y París produjo una carga cuyos resultados fueron la visión de Averroes y el resurgimiento de Aristóteles. Tras la muerte de Averroes en 1198 y la marcha de Maimónides la vida intelectual se descompuso en la península Ibérica. Tuvo lugar la batalla de las Navas en 1212, la caída de Córdoba y Sevilla en manos cristianas poco después. Ibn Arabi asistió al funeral de Ibn Rush poco antes de partir. Era el último representante del linaje intelectual español medieval que estaba abandonando la filosofía racional en favor de la reconciliación teosófica con la religión revelada.

Los judíos se marchaban para desaparecer definitivamente del mundo intelectual islámico. Los traductores de Maimónides, familia Tibbon, se fueron al sur de Francia. Seguidores de Maimónides se enfrentaban dentro del judaísmo a los rabinos tradicionalistas. Levi ben Gerson fue el filósofo más famoso y se ocupó de astronomía y de los problemas planteados por Averroes. Estaba en contacto con la corte papal de Aviñón. Hasdai Crescas y Joseph Albo fueron los nacionalistas judíos reaccionarios, vivían en España a finales del siglo XIV. En ese lugar y momento surgió la cábala judía con Abraham Abulafia y el centro neopitagórico de Zaragoza. La fe judía cada vez era más perseguida en España.

Averroes y Maimónides representan dos grandes ejemplos de lechuza de Minerva levantando el vuelo al atardecer. Los judíos huyeron de la España musulmana a la cristiana con la invasión almohade. Maimónides huyó a Egipto, pero sus seguidores estaban en la Europa cristiana. No supo que tras él ya no habría más filósofos judíos en el Islam. Tampoco Ibn Rush podía averiguar que tras él no habría filósofos de la misma talla en su comunidad religiosa ni que la comunidad intelectual se venía abajo tanto en el este como en el oeste de Dar al islam. Quizás sentían estos intelectuales españoles de mediados del siglo XII que el suelo temblaba bajo sus pies. Cambios se anunciaban que son la oportunidad de reordenación del terreno intelectual y por ello de creatividad.

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