lunes, 29 de julio de 2013

Convirtiéndose en Foucault

Autora Ana Azanza


Gracias al blog de Luis Roca Jusmet me he enterado de que hay un filósofo jiennense al que merece la pena atender. Se llama José Luis Moreno Pestaña. Actualmente es profesor en la universidad de Cádiz pero anteriormente estuvo en Jaén. Dado que en el Mochuelo nos hemos dedicado a filósofos españoles, andaluces y jienennses, no está de más mencionarlo en el blog. Lamento no haber tenido noticia de su existencia hasta hoy y de una manera tan rebuscada, pasando por Barcelona, cuando hemos debido de coincidir algunos años en la misma ciudad.



Además me ha parecido curioso descubrir a este filósofo jiennense precisamente por un libro sobre Foucault. del que nos ocupamos con acento argentino en el mes de mayo, en la última sesión antes de las vacaciones, y que dio lugar como no podía ser menos a polémica. Hay que asumir, me parece, que Focault es Foucault y tiene la virtud de convertir en Foucaultiano a todo el que se le acerca. No me parece grave, es un pensador profundo, lleno de matices. Y sobre todo con una capacidad de abrevarse en muy diferentes arroyos filosóficos, científicos y psicológicos sin ahogarse en ellos ni repetir. Eso no lo puede hacer cualquiera, sólo un auténtico pensador puede tener firma propia

El libro de Moreno Pestaña que he leído se titula  "Convirtiéndose en Foucault". Entiendo que es su tesis doctoral pero madurada y reelaborada para la publicación. Es un libro no muy grueso, unas 200 páginas, pero denso.  Como toda tesis, este libro de Moreno Pestaña refleja que su autor ha metido el bisturí con muchísima precisión en el tema del que se ocupa. Da la impresión de ser un texto muy trabajado, cada frase tiene mucha enjundia y creo que ha habido una elaboración concienzuda por parte del autor, que le permite ir anunciando los temas del libro desde los primeros capítulos. El texto está muy trabado. Se refuerza la impresión de solidez argumentativa.

Aclararé que según el prólogo de Francisco Vázquez García, la obra inaugura en nuestro país un género del que desconozco si ha tenido continuadores de altura como considero que es éste. El género inaugurado es la sociología de la filosofía, es decir, reconstruye el itinerario familiar, social, personal, académico, de encuentros personales y vivencias de Foucault antes de que escribiera las obras que le dieron más fama, "Las palabras y las cosas" o "Historia de la sexualidad".  No significa que podamos reducir el pensamiento a esos factores, muchos otros viven cosas parecidas y no son grandes filósofos, pero sin duda, y eso es lo que muestra muy bien este libro, hay muchas circunstancias de juventud y formación que inciden en la formación del genio.

Pienso por los detalles que Moreno Pestaña ha recogido del paso de Foucault por la Escuela Normal Superior que no se ha limitado a leer libros, sino que ha tenido contacto con dicha institución de la que han salido los más reputados filósofos franceses del sigo XX. Salvo Onfray y alguno más que no recuerdo ahora. A lo mejor me equivoco, pero si alguna vez tengo la oportunidad me gustaría confirmar o desmentir mi hipótesis con el autor de "Convirtiéndose en Foucault". Es un dato importante la impronta del régimen de vida y estudio intenso en "Normal Sup".  Primero por la competitividad de los estudiantes que buscan la distinción para poder acceder a un puesto en dicha escuela. Y segundo, una vez dentro de ella,  por el aprendizaje del "efectismo" y dominio de la exposición oral para poder triunfar en las oposiciones de "Agregation". Son cuestiones que estimo imprimen carácter, no sólo en este autor sino en muchos otros filósofos franceses. Y que explican esa afición a la retórica que a veces deslumbra y a veces harta.

Hay muchos temas de los que se puede hablar a raíz de esta lectura. Destacaré uno que me es muy querido y que me parece que forma parte del éxito de Foucault: es la relación, nada evidente en este caso hay que bucear, entre las vivencias y padecimientos del filósofo y su filosofía. Por ejemplo, su decisión por la filosofía fue un disgusto para su progenitor, que hubiera deseado se dedicara a la medicina siguiendo la tradición familiar. Aunque los estudios del Foucault maduro sobre la locura y la sexualidad sugieren que no acabó de "matar del todo al padre".

Otra cuestión es su homosexualidad reprimida y mal llevada en los años de estudiante que le condujeron a una especie de "doble vida", y hasta cierto a un trastorno, o al menos a verse a sí mismo "raro", "marginado", "diferente". Se sugieren intentos de suicidio en sus años jóvenes. Pero lo interesante es que la tortura interior está muy relacionada con los primeros textos que conocemos en los que se acerca a la psicología: una introducción a un libro del psicoanalista existencial Biswanger y "Maladie mentale et personnalité"

Fundamental me parece y es lo que más destacaría del libro y por lo que más me ha gustado es ver cómo se las arregla Foucault para asimilar tal cantidad de corrientes de pensamiento en su obra. Se pinta un panorama rico en figuras de las que aprender, Hyppolite, Merleau Ponty, Canguilhem, Althusser, Bachelard, de lecturas provechosas Hegel, Heidegger, Husserl, Marx. Y en especial el gran tema de la "filosofía a la defensiva". Es decir, una de las grandes cuestiones planteadas es el papel de la filosofía frente a las ciencias humanas, en especial en el caso de Foucault, frente a la psicología. Grave problema de la demarcación. Moreno Pestaña narra especialmente bien cómo y porqué Foucault acabó siendo un filósofo y no un psicólogo.

Un libro que recomiendo a los amigos del Mochuelo ubetense para leer sin prisas.




2 comentarios:

  1. Hola Ana,
    Muchas gracias por tu interesante (y simpática) reseña, que me envía un amigo. Con tu permiso la reproduzco en mi blog
    http://moreno-pestana.blogspot.com.es/
    Espero que pronto nos encontremos. Mi correo es joseluis.moreno@uca.es
    Un saludo cordial
    Pepe

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  2. Muy bien José Luis, reproduce el texto en tu blog.
    Hacéis un trabajo estupendo entre Vázquez y tú desde Cádiz.

    Me planteo muchas preguntas, como dices, ya te las haré si nos encontramos.

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