domingo, 14 de marzo de 2021

UN LABORATORIO DE FILOSOFÍA

 Agradable descubrimiento de este autor, Louis Menand, y su libro, El club de los metafísicos, historia de las ideas en América, justo merecedor del Premio Pulitzer de Historia de 2002.


En él se aborda la historia de la educación y de la filosofía en los Estados Unidos en el siglo XIX, imbricadas estrechamente en los acontecimientos políticos, la fundación de las hoy prestigiosas universidades y por supuesto la institución judicial y los casos más sonados en los que también se dirimían asuntos que tienen que ver con los debates filosóficos entonces en voga.

A estos factores hay que añadir los "renacimientos espirituales" que dieron lugar a nuevas sectas religiosas a partir de las que procedían de Europa, los reformadores sociales, la recepción del darwinismo y su transformación en darwinismo social así como las  luchas entre abolicionistas y esclavistas con multitud de posiciones intermedias. 

Es particularmente interesante lo que hicieron los pensadores norteamericanos con las filosofías de los grandes, Kant, Hegel y los empiristas. Por qué derroteros continuaron el hilo de la historia del pensamiento. Muchos de los profesores en las primeras universidades norteamericanas hicieron su viaje a Europa para formarse en Alemania, no solo en filosofía también en la entonces naciente psicología. Todo ello mezclado con el modo de vida americano dió lugar al célebre pragmatismo, que es la filosofía oficial del país.

La palabra está tomada de un pasaje de la Crítica de la Razón pura, aunque el gurú del pragmatismo, Charles Peirce, tan genial como manirroto,  prefirió hablar de "pragmaticismo".

El Club de Los Metafisicos (Spanish Edition): Menand, Louis 

Me ha llamado la atención el laboratorio de filosofía implementado por Dewey en Chicago:


"El estado de la educación elemental americana era también una importante cuestión pública en 1896, y no resulta nada excéntrico que un filósofo se dedicara a ella. El comisario de Educadión de EEUU era William Torrey Harris, quien era también el principal hegeliano americano y fundador y editor del Journal of Speculative Philosophy, donde Dewey había publicado sus primeros ensayos. En 1892 y 1893 habían llamado la atención nacional una serie de artículos de investigación sobre las escuelas americanas de un pediatra neoyorquino llamado Joseph Mayer Rice, publicados en la revista Forum.

(...)

Dewey no concibió su escuela como un instituto para la instrucción de maestros, y tampoco como un laboratorio de psicología, sino como un laboratorio de filosofía. Dewey no estaba realizando experimentos curriculares ni reuniendo datos sobre el desarrollo mental: intentaba comprobar una teoría y como dijo, se trataba de una teoría de la unidad del conocimiento.

"Unidad de conocimiento" recuerda a James Marsh y G. Morris y sin duda Dewey heredó la pasión por el holismo que inspiró la filosofía de la educación de aquellos, su idea de que se debía enseñar a cada sujeto como si fuera un aspecto de un todo más grande. Pero en Marsh y Morris, esa idea era metafísica en el sentido de Huxley: se basaba en la creencia de que el todo último era una entidad extrasensorial, la voluntad divina, o el absoluto. Pertenecía a la idea germana de Bildung, educación como crecimiento hacia la aprehensión de una unidad espiritual. Ahora Dewey rechazaba esa parte de su herencia.

Biografia de John Dewey

Por "Unidad de conocimiento" Dewey (1859-1952) no quería significar que todo el conocimiento es uno, sino que está inseparablemente unido al hacer. En la escuela Dewey, la educación se basaba en la idea de que el conocimiento es un subproducto de la actividad: la gente hace cosas en el mundo, y ese hacer da como resultado el aprendizaje de algo que, si se considera útil, es trasladado a la actividad siguiente. En el método de educación tradicional, en el que lo que se considera que vale la pena saber es transmitido por el maestro al alumno como información no corporeizada, el conocimiento está separado de la actividad en la que tiene significado, y se convierte en una abstracción falsa. Una de las consecuencias (además del aburrimiento) es que se refuerza una odiosa distinción entre saber y hacer, una distinción que Dewey estimaba socialmente perniciosa, así como filosóficamente errónea.


En la Escuela Laboratorio, los niños participaban de proyectos de tipo taller en los que el aprendizaje se producía de una manera que simulaba el modo en que, pensaba Dewey, se realizaba en la vida real, por la actividad grupal. Como el proyecto se llevaba a cabo en el presente, y como se suponía que procedía de acuerdo con los instintos naturales de los niños ("Pienso que  el desarrollo de los intereses de los niños sigue muy estrechamente un desarrollo verdaderamente científico del sujeto", afirmó en una carta de planificación), lo que se aprendía era precisamente lo útil. La pertinencia estaba incorporada en el sistema.

Una de las obsesiones particulares de Dewey era la cocina. Como todos los cursos de la escuela, incluidos carpintería y costura, cocina era para alumnos de ambos sexos. Los niños cocinaban y servían el almuerzo una vez por semana. La razón filosófica era bastante obvia: preparar una comida, a diferencia digamos de memorizar la tabla de multiplicar,  es una actividad dirigida a un objetivo, es una actividad social, y es una actividad relacionada con la vida fuera de la escuela. Pero en la actividad práctica de preparar el almuerzo Dewey incorporó aritmética (pesar y medir los ingredientes, con instrumentos hechos por los propios niños), química y física (observar el proceso de combustión), biología (dieta y digestión), geografía (exploración de los ambientes de plantas y animales)...etc. La cocina se convirtió en la base de la mayor parte de la ciencia que se enseñaba en la escuela. Demostró poseer tal potencial curricular que preparar cereales se convirtió en un curso continuo de 3 años para todos los alumnos entre 6 y 8 años de edad, según el testimonio de los maestros, "sin sensación de monotonía por parte de los alumnos o los maestros".

Y así como la cocina establecía una continuidad con la esfera del hogar, otras actividades establecían relaciones con la esfera de la industria y la empresa. Se trabajaba mucho el hierro, los niños construían sus propios diminutos hornos de fundición.

El desafío pedagógico, crucial para la teoría, era hacer la química inseparable del almuerzo, el aprendizaje inseparable del hacer. "No se hace absolutamente ninguna separación entre el lado social del trabajo, su interés con las actividades de la gente y sus dependencias mutuas, y la "ciencia", la atención a las fuerzas y los hechos físicos, escribió Dewey en 1899 en The School and Society.

Jane Addams - Bain News Service.jpg

Era una de las cosas que Addams, (1860-1935) trabajadora social y socióloga de su propia profesión, había querido dar a entender cuando dijo que una residencia social "No era una cosa sino un modo de vida, por lo tanto tenía los mismos objetivos que la vida misma." Y era una de las cosas que quería expresar Dewey con la unidad del conocimiento.

Pero unidad era el término de lucha del funcionalismo. La mayor parte del trabajo en psicología experimental del s. XIX se basaba en las teorías de 2 personas que nunca habían visto el interior de un laboratorio, Locke y Kant. Kant tenía una visión más generosa de la mente que Locke, pero no pensamba en sí mismo como un superador de la teoría de Locke, sino como el corrector de unas pocas insuficiencias. Un kantiano como Wundt, por lo tanto suponía que cada estado mental, por complicado que fuera, podía ser descompuesto en simples fragmentos de datos sensoriales que han sido combinados por la operación de varios procesos mentales: percepción, cognición, discriminación, comparación, asociación, etc. Wundt pensaba que el propósito de la psicología fisiológica era estudiar esos procesos, y para él (como para casi todos los científicos del S. XIX) estudiar algo significaba medirlo. Cuando la gente iba a estudiar al laboratorio de Wundt en Leipzig, eso era lo que hacía."


lunes, 1 de marzo de 2021

MARKUS GABRIEL DESDE EL NEO MARXISMO

 El 23 de junio de 2011, alrededor de las 13.30 horas, el (entonces) profesor de filosofía más joven de Alemania, Markus Gabriel, proclamó una nueva época de época "en un almuerzo en Nápoles". Lo llamó "Nuevo Realismo" y quiso decir "una actitud filosófica que debería caracterizar la era posmoderna".

 

En 2013, Gabriel informó a un público más amplio sobre el comienzo de la nueva era mediante la publicación de un libro de no ficción con el hermoso título "Por qué el mundo no existe" y, posteriormente, ascendió a la liga de estrellas mediáticas filosóficas debido a numerosas apariciones en radio y televisión.