El filósofo español Quintín Racionero fallecido en 2012 a la edad de 63 años nos dejó esta entrevista en la que habla abiertamente de la situación actual de la filosofía en España y en la universidad española.
La entrevista se realizó en Murcia con ocasión de la presentación del libro de Ernesto Castro "Contra la posmodernidad". Como Racionero opino que este treinteañero pensador español es de lo más estimulante para el pensamiento que ha aparecido en nuestro país.
No sé si el hecho de saberse enfermo y de gravedad favoreció el tono, la claridad, la condición de entrevista "sin tapujos". Pero es de agradecer, nos cuesta mucho hablar claramente y mojarnos.
En la primera parte explica por qué y cómo la filosofía ha perdido su rol directivo que tuvo en el conjunto del saber a partir de la universidad diseñada por Napoleón y tras Hegel con el positivismo. Rol perdido hoy en día. Dice que la filosofía al ponerse de parte del Estado a dirigir perdió pie en la sociedad.
Esto habría que revisarlo: en otros países al norte de este los filósofos cuentan en la sociedad y salen en la tele. La pérdida de eco social de la filosofía nos caracteriza. Está bien y es necesaria la academia pero no hay filósofos en la arena del día a día luchando como dice él contra lo irracional y lo frustrante y tratando de aplicar lógica y racionalidad, luz, no sé si esperanza pero al menos optimismo, nuevas metas dentro de la jaula de grillos mediática.
Precisamente hay que agradecer a Ernesto Castro que además de ser un filósofo erudito con gran capacidad retórica como demuestra en las decenas de conferencias que se pueden ver en su canal, interviene en temas menos académicos, como puede ser la joven y moderna música española. Quizás no es lo más urgente que un filósofo se dedique como él lo ha hecho al rap y al trap, pero ya es un primer paso por salir de "nuestros" temas.
Seguidamente Quintín Racionero explica la decadencia del trabajo universitario particularmente en Humanidades y en Filosofía, bienvenido el mundo del no esfuerzo intelectual. Muchos titulados sin saber qué hacer con el "papel". En este punto que ocupa más o menos la segunda media hora hay que añadir la lectura de los comentaristas del vídeo, recientes y presentes alumnos de facultades españolas que aportan su experiencia. Desoladora experiencia.
Otro punto: la selección del profesorado universitario al que se elige según dice él prácticamente al "peso", por el número de páginas en revistas de impacto: como si La República de Platón o Ser y Tiempo hubiera sido publicado en revista de impacto. No son pares los que juzgan porque se reúnen profesores de todas las especialidades humanísticas para decidir, y un filósofo no tiene porqué saber con detalle de música, de historia, de filología y viceversa.
La endogamia y cooptación con métodos oscurantistas se instala y reinstala.
Racionero en 2012 era partidario de cerrar un año las universidades, parar la absurda dinámica papelera de la que no es el único en quejarse y pensar la reforma. Oportunidad que hoy en 2020 ha caído del cielo en forma vírica. Aunque me da la impresión de que el catedrático que tenga una dacha se habrá refugiado en ella, mejor que pensar en mejoras en la academia española. Racionero habla desde dentro y explica que al profesorado universitario poco le importa el alumnado. Una señal inequívoca de la decadencia, si a los profesores "que cobran por enseñar" no les interesan los estudiantes ¿qué están haciendo? dedicarse al sexenio investigador. Racionero dixit. Así es como la universidad disfunciona.
Finalmente Racionero trata de la posmodernidad, tema filosófico y académico. La posmodernidad en España y sus condicionantes, el PSOE que acababa de abandonar el marxismo y revestido de habermasianismo. Habermas, precisamente el crítico de la posmodernidad. Imposible la crítica a la socialdemocracia, ya que el acomodo de la izquierda en el Estado español fue teledirigido desde el SPD alemán.
Seguimos siendo colonia hasta para la recepción de la posmodernidad. Es interesante lo que recuerda Racionero al respecto y se puede y se debe completar con la magnífica exposición última que hace Ernesto Castro en esta conferencia dada desde su biblioteca. Una genealogía de la posmodernidad que no deja fuera a nadie:
La entrevista se realizó en Murcia con ocasión de la presentación del libro de Ernesto Castro "Contra la posmodernidad". Como Racionero opino que este treinteañero pensador español es de lo más estimulante para el pensamiento que ha aparecido en nuestro país.
No sé si el hecho de saberse enfermo y de gravedad favoreció el tono, la claridad, la condición de entrevista "sin tapujos". Pero es de agradecer, nos cuesta mucho hablar claramente y mojarnos.
En la primera parte explica por qué y cómo la filosofía ha perdido su rol directivo que tuvo en el conjunto del saber a partir de la universidad diseñada por Napoleón y tras Hegel con el positivismo. Rol perdido hoy en día. Dice que la filosofía al ponerse de parte del Estado a dirigir perdió pie en la sociedad.
Esto habría que revisarlo: en otros países al norte de este los filósofos cuentan en la sociedad y salen en la tele. La pérdida de eco social de la filosofía nos caracteriza. Está bien y es necesaria la academia pero no hay filósofos en la arena del día a día luchando como dice él contra lo irracional y lo frustrante y tratando de aplicar lógica y racionalidad, luz, no sé si esperanza pero al menos optimismo, nuevas metas dentro de la jaula de grillos mediática.
Precisamente hay que agradecer a Ernesto Castro que además de ser un filósofo erudito con gran capacidad retórica como demuestra en las decenas de conferencias que se pueden ver en su canal, interviene en temas menos académicos, como puede ser la joven y moderna música española. Quizás no es lo más urgente que un filósofo se dedique como él lo ha hecho al rap y al trap, pero ya es un primer paso por salir de "nuestros" temas.
Seguidamente Quintín Racionero explica la decadencia del trabajo universitario particularmente en Humanidades y en Filosofía, bienvenido el mundo del no esfuerzo intelectual. Muchos titulados sin saber qué hacer con el "papel". En este punto que ocupa más o menos la segunda media hora hay que añadir la lectura de los comentaristas del vídeo, recientes y presentes alumnos de facultades españolas que aportan su experiencia. Desoladora experiencia.
Otro punto: la selección del profesorado universitario al que se elige según dice él prácticamente al "peso", por el número de páginas en revistas de impacto: como si La República de Platón o Ser y Tiempo hubiera sido publicado en revista de impacto. No son pares los que juzgan porque se reúnen profesores de todas las especialidades humanísticas para decidir, y un filósofo no tiene porqué saber con detalle de música, de historia, de filología y viceversa.
La endogamia y cooptación con métodos oscurantistas se instala y reinstala.
Racionero en 2012 era partidario de cerrar un año las universidades, parar la absurda dinámica papelera de la que no es el único en quejarse y pensar la reforma. Oportunidad que hoy en 2020 ha caído del cielo en forma vírica. Aunque me da la impresión de que el catedrático que tenga una dacha se habrá refugiado en ella, mejor que pensar en mejoras en la academia española. Racionero habla desde dentro y explica que al profesorado universitario poco le importa el alumnado. Una señal inequívoca de la decadencia, si a los profesores "que cobran por enseñar" no les interesan los estudiantes ¿qué están haciendo? dedicarse al sexenio investigador. Racionero dixit. Así es como la universidad disfunciona.
Finalmente Racionero trata de la posmodernidad, tema filosófico y académico. La posmodernidad en España y sus condicionantes, el PSOE que acababa de abandonar el marxismo y revestido de habermasianismo. Habermas, precisamente el crítico de la posmodernidad. Imposible la crítica a la socialdemocracia, ya que el acomodo de la izquierda en el Estado español fue teledirigido desde el SPD alemán.
Seguimos siendo colonia hasta para la recepción de la posmodernidad. Es interesante lo que recuerda Racionero al respecto y se puede y se debe completar con la magnífica exposición última que hace Ernesto Castro en esta conferencia dada desde su biblioteca. Una genealogía de la posmodernidad que no deja fuera a nadie:
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