Cambiar primero a los hombres y luego el mundo, para Friedrich Schleiermacher la Revolución fue un acontecimiento religioso
Pasó casi
inadvertido aunque hubiera sido un jubileo del protestantismo alemán,
el pasado otoño se celebró el 250 aniversario del filósofo, teólogo y
predicador Friedrich
Schleiermacher (1768–1834) Andreas Arndt,pProfesor de filosofía en la
facultad de teología de la Humboldt-Universität en Berlín estudia la
obra de Schleiermacher y ha escrito un libro con motivo de este
aniversario. Un libro que no es una simple noticia de su vida y obra,
sino que busca más alta meta: Friedrich Schleiermacher como reformador
del siglo XVIII en el contexto de la Revolución Francesa
Enfoque
inteligentemente escogido. Una vez más se aclaran las reservas que los
filósofos alemanes muestran ante la agitación social de sus vecinos. Lo
mismo que Kant mostró Schleiermacher simpatía por las ideas de
libertad, igualdad y fraternidad. Pero él pensó en otras categorías. No
quería cambiar primero el mundo y luego el hombre. Quería empezar por
el hombre y su pensamiento. En relación con la revolución Schleiermacher
quedó en mero observador. Su objetivo no era pasar de las posibilidades
puntuales de la libertad de pensamiento a la liberación social
violenta.
La religión necesita libertad
Políticamente
Schleiermacher apoyó las reformas que no afectaron a la constitución
oficial del estado prusiano. Más que nada por el terror que va unido a
una ruptura violenta. El ejemplo de Francia era todo menos alentador en
ese sentido.
Schleiermacher concilió esto perfectamente con su pensamiento ya que él
situaba la socialización religiosa del individuo por delante de la
participación política.
Andreas
Arndt lleva al lector a la raíz pietista del filósofo. Sin duda el
joven predicador se liberó pronto de las estrecheces intelectuales. Pero
el "humor" característico del pietismo le acompañaría toda la vida. En
cierto sentido Schleiermacher siempre fue un pietista de alto rango.
Esta
característica es evidente en el único escrito de Schleiermacher, que
sigue teniendo destacada cantidad de lectores en la actualidad, los Discursos sobre la Religión.
En ellos no une el individuo con la sociedad a través de la moral y la
razón sino a través del sentimiento y la intución. Se basa en la
convicción de que en el sentimiento individual y en la contemplación del
universo hay un acceso a la totalidad del mundo. Por lo tanto
Schleiermacher disuelve el fundamento ético y racional que la
Ilustración había asignado a la religión.
Progreso sin conflictos
Por su
convencimiento de la que la religión ha de manifestarse siempre al
hombre individual Schleiermacher se mantiene en la línea de los
reformadores del siglo XVI. Sin embargo en su pensamiento el aspecto
social de la vida religiosa no consiste en la mediación dogmática sino
en una asociativa entre una especie de virtuosos religiosos que llevaría
a una iglesia de la humanidad.
La religión así
entendida sólo puede florecer en libertad. Por ello las sociedades
religiosas necesitan un espacio libre de cualquier tutela política y de
finalidad específica religiosa. Una libertad fundamental tal que en su
pensamiento la libertad religiosa individual no tiene porqué
corresponder necesariamente con la autonomía política. Afirma más bien
que el Estado tiene la obligación de otorgar la libertad que necesita la
vida religiosa al individuo religioso y a las comunidades religiosas.
En opinión de Schleiermacher es interés del Estado la libertad de toda determinación, la relación libre de todos los sujetos religiosos, porque en la práctica religiosa la autoridad y los súbditos están juntos en camino hacia una utopía que ya está prevista en la experiencia religiosa. La igualdad en la religión hace que desaparezca la diferencia entre autoridades y súbditos, la supera históricamente. De esta manera el pensamiento de Schleiermacher liberó una creencia en el progreso en la cual la historia no avanza a través de los conflictos, como señala críticamente Arndt en reiteradas ocasiones.
En opinión de Schleiermacher es interés del Estado la libertad de toda determinación, la relación libre de todos los sujetos religiosos, porque en la práctica religiosa la autoridad y los súbditos están juntos en camino hacia una utopía que ya está prevista en la experiencia religiosa. La igualdad en la religión hace que desaparezca la diferencia entre autoridades y súbditos, la supera históricamente. De esta manera el pensamiento de Schleiermacher liberó una creencia en el progreso en la cual la historia no avanza a través de los conflictos, como señala críticamente Arndt en reiteradas ocasiones.
Categorías premodernas
Para Schleiermacher el progreso es principalmente un desarrollo hacia un todo del mundo, en el que el universo mismo se encuentra en la intuición de cada individuo. A este respecto Schleiermacher piensa en el concepto de naturaleza del idealismo. Pero el camino hacia ese "Todo" no se hace bajo la guía de la emancipación política sino de la "revolución del pensamiento" kantiana que busca en las reformas su camino en las realidades finitas.
Andreas
Arndt: Die Reformation der Revolution. Friedrich Schleiermacher in
seiner Zeit. Verlag Matthes & Seitz, Berlin 2019. 336 pág. Fr. 41.90.
Su definición de la religión como “sentimiento de dependencia absoluta” lo acerca al Romanticismo como reacción al racionalismo-positivismo ilustrado.
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