TRAS LAS HUELLAS DEL ESPÍRITU HUMANO
Por la traducción Ana Azanza
rs. ⋅ ¿Cómo llega un autor a realizar una obra y qué significa esa obra para su autor? Es la gran cuestión que preocupa al metafísico Rüdiger Safranski. En las biografías que ha escrito de Schopenhauer, Nietzsche, Schiller, Goethe o Heidegger pretende llegar al espíritu desde lo humano. La tesis de partida es estimulante: el espíritu, esa parte libre y móvil que llevamos dentro, se desarrolla a partir de la vida y a veces se enfrenta a ella, los autores por así decirlo no tenían ninguna posibilidad de escapar a sus pensamientos. En ello estriba la tragedia existencial que Safranski es capaz de representar de manera placentera y utilizando muy buena información. Hoy 28 de mayo de 2017recibe el Premio Börne por su obra ensayística en Frankfurt. Lüdwig Borne que da nombre al premio es alabado por Safranski como un “moralista de envergadura”, lo compara con su oponente Heinrich Heine “un gran espíritu frívolo”. ¿La lección para el presente sería más frivolidad y menos moral?
Rüdiger Safranski
6.5.2017
El filósofo Rüdiger Safranski es un espíritu inquieto. Se
pregunta sin miedo: Si la publicidad se transforma en pedagogía y la política
en autoaplacamiento ¿Dónde queda la sociedad abierta?
Sr
Safranski, es Vd un profesor y persona ilustrada. Una profesión para la que no
se me ocurre ninguna palabra moderna. Vive Vd en su biblioteca, rodeado de
amigos a los que no conoció. ¿Le parece que su modo de existencia tiene futuro
o se considera Vd uno de los últimos ejemplares de su especie?
En muchos ámbitos, también en los llamados del espíritu predomina una forma de
trabajo inquieta, nerviosa, febril. La agenda de la mayoría de la gente la
hacen otros que se mueven entre los molinos de la burocracia y el cumplimiento
de objetivos. Por ello estoy bastante seguro de que la forma de vida como autor
tiene futuro. Tras la ley del
reforzamiento del contraste crece en la actualidad la necesidad de retrasar,
enlentecer, disminuir la velocidad. Por
ello estoy bastante seguro de que la forma de vida como autor tiene futuro.
Pienso que soy mi propio amo y señor, soy un hombre libre.
Me permito el lujo de hacer simplemente lo que me interesa.
Es Vd un espíritu libre, y por supuesto un loco de los
libros, no sólo los que conserva en su biblioteca, también de los que Vd ha
escrito. ¿En que estriba el sex-appeal de
este medio de comunicación que ya cumplió 500 años?
En primer lugar la tarea de escribir cada uno de ellos
constituye una fase de mi vida, juntando unas con otras voy construyendo mi
propia biografía. Pero más allá de esos detalles biográficos en los libros hay
mucho más. Un libro es una región
cerrada. Hay una correspondencia esencial entre el hombre y el libro: la
vida del espíritu tiene un principio y un final. Para mí la estética del libro
es irrenunciable, esa cerrada apertura y ese abierto lugar
cerrado.
Alaba Vd la
linearidad. El mundo digital no es lineal, es un pozo sin fondo, constantemente
en movimiento, no se apaga, un continuo entrelazado, sin principio ni final.
¿Cree Vd que el libro tiene futuro?
¡Por supuesto que sí! La linearidad es un derecho humano.
Claro que el universo digital fascina al ser humano, un universo que es su
propia obra, pero también agota. Todo siempre ha empezado en él, nada se acaba.
Los medios digitales funcionan según el principio de la mala infinitud, que no
es malo. Uso esos medios, faltaría más. Pero el libro no es un casual recorte
de un murmullo infinito, sino que como medio lineal tiene su propio contexto.
En él se expresa la voluntad de una historia particular y propia, con él se
construye mejor la finitud humana que a través de la corriente informativa. Nos
reconocemos en él y por eso no desaparecerá.
¿Lee Vd los
periódicos?
Sí lo hago en
el viejo modelo de papel. Por las mañanas y mientras desayuno, recibo la
denominada por Hegel “bendición realista de la mañana”
¿Confía en los medios que tienen fama de serios?
Sí y por decirle todo le diré que leo NZZ que en Alemania
tiene muy buena fama. El “viejo tío” de los periódicos alemanes respira el
espíritu del periodismo sólido, entre ese periódico y yo hay una relación
duradera. Por lo demás leo
comparando y también entre líneas. De vez en cuando leo el «FAZ» el «Badische Zeitung» y también «Zeit».
Escuchándole
deduzco de sus palabras que todavía mantiene cierta desconfianza.
La presión
económica sobre las editoriales es cada
vez mayor, los informes de los corresponsales disminuyen, se investiga menos,
es un secreto a voces.
¿No tiene que
ver su desconfianza también con que tiene Vd una mirada normativa hacia los
periodistas? La palabra clave en este caso: la mentira de la prensa.
Noto que hay
cada vez una mayor presión normativa sobre los periodistas, fue particularmente
llamativa en el otoño de 2015 y en 2016 en el momento de la crisis de los
refugiados. Los medios y el gobierno alemán cantaron juntos la melodía de una
cultura de la bienvenida. Era prácticamente insoportable...
Criticó Vd
duramente y sin miedo la política de inmigración de Angela Merkel. . .
Señalé que faltaba una política claramente formulada. Pasó mucho tiempo hasta que los
publicistas recuperaron la cordura. ¿De dónde procede esa presión? ¿La tarea de
los periodistas consiste en informar y aclarar las cosas a los lectores o en convertirlos y catequizarles?
Pregunta
retórica, ¿Quiere Vd decir que la mayoría de los periodistas actúan como
mejoradores del mundo?
Muchos no
escriben lo que piensan porque creen que eso puede empeorar la situación.
Escriben lo que les parece que sería mejor que fuera verdad, lo que a sus ojos
sería una buena contribución para la vida en sociedad. Todo esto puede ser muy
bien intencionado. Pero pedagogía en
lugar de periodismo no es bueno a la larga, los lectores no son tontos.
Cuando
compara el estilo actual con el pasado, ¿qué es lo que ha cambiado?
Me parece que
la pedagogía al servicio de un supuesto bien lleva a la conformidad. Hay un
coro de voces como si estuviéramos en el Día de la iglesia evangélica. Tiene
mucho que ver con la competencia que suponen las redes sociales e internet que
con sus desinhibiciones y descuidos han
favorecido el didactismo en los periódicos serios.
Por poner un
ejemplo en los tiempos de la separación entre el este y el oeste de Alemania
el discurso en los medios de opinión era mucho más combativo y no tan
exageradamente pedagógico como hoy. Por supuesto esta antigua retórica
de la autoafirmación podía ser bastante nerviosa contra una izquierda que como
yo la juzgo demasiado agresiva y fanáticamente anticomunista.
Sea más
concreto, ¿a qué se refiere?
Las posiciones conservadoras son casi impensables hoy en
Alemania. Asistimos a una
socialdemotratización superficial. Quien afirma por ejemplo que el estado
nacional es un modelo de futuro porque en los formatos supranacionales como es la UE vemos que hay un déficit
democrático notable, pasa por ser un conservador. Y en Alemania ser de derechas
hoy es tanto como ser populista de derechas, es decir, nazi, son las
equivalencias delirantes establecidas en la opinión pública alemana.
Otro ejemplo.
Cuando se afirma que una sociedad que en poco tiempo recibe a muchos
inmigrantes pierde su coherencia y se aliena y vuelve extraña para sí misma,
cuando se dicen estas verdades antropológicas de Perogrullo, pasas por ser
inhumano o racista cultural como se
suele decir en la actualidad.
Fuertes y
densas palabras de un hombre de cultura. ¿Le agrada el papel de un filósofo
político despiadado o hay que ver en Vd los signos de un radicalismo
alternativo propio de la edad?
Quizás ambas
cosas. «Sólo en el ataque está el juego» dijo una vez Nietzsche. Hoy todos se
esfuerzan en parecer bien intencionados. También en el ámbito de la cultura y
de las empresas culturales, va acompañado de la idea de hacer al hombre mejor y
así se cree que se merecen las subvenciones públicas.
Por supuesto
vale lo mismo viceversa. Cuanto más impone el Estado una cultura de la
subvención, más obligado se ve todo el mundo a proponer una cultura para la
mejora moral de la humanidad. La
cultura hoy no puede ser fría, cínica frente a las irrazonables demandas de la
vida, deba agitarse mucho pero no en los asuntos en los que haría de veras daño
Muy ocurrente
por una parte pero por otra parte demasiado general. ¿A qué se refiere?
Por ejemplo al
teatro que provoca según las reglas del arte y vemos a la gente sentada en el
WC o sangre derramada en el escenario. Pero en el fondo se trata de un mensaje
muy moralizante, ¡aflígete por el mal del mundo! ¡Méjorate a tí mismo!
Seamos buenos unos con otros, pero no olvidamos las
sombras, seguimos siendo realistas desconfiados.
Pero no se
quiere oír hablar de una antropología sombría, que trate el verdadero mal
existente. Nos comportamos bien, pero en cuanto uno vuelve la cabeza, el hombre
es una criatura animal, los seres humanos son sádicos y ávidos de poder, luchan
unos con otros y tienen que defenderse.
¿Sería entonces la paz mantenida por nuestras grandes
empresas un pequeño milagro que deberíamos alabar o pertenece Vd al numeroso
grupo de los catastrofistas?
Pronto seremos mil millones de indivduos, enseguida 15 mil
millones. ¿Cree Vd que la convivencia de todos será pacífica? Hobbes, Schopenhauer, Nietzsche, Freud, describieron el lado sombrío de la
desmesura humana. El hombre es un lobo para el hombre, seamos buenos
unos con otros pero no olvidemos las sombras, hemos de quedar en realistas
desconfiados. De eso está hecha la cultura europea, de ese profundo
escepticismo y esa confrontación con el propio abismo. “La verdad es para el
hombre justo” dice Ingeborg Bachmann.
¿Exige Vd más
maldad?
Primero de todo
pido más realismo. Todos hemos de contar con la maldad, en la medida en
que nos conocemos a nosotros mismos y a nuestros amados congéneres.
Le gusta hacer de provocador...
No estaría mal provocar la reflexión. Cuando hablo de un
estado nacional como un modelo conveniente para el futuro, cuando pienso en las
condiciones para que se mantenga la sociedad unidad o cuando alabo las
fronteras formulo posiciones que estimo son necesarias que aparezcan en la
discusión. De acuerdo en que se trata de posiciones más bien conservadoras,
¿por qué diablos tendrían que ser malas? Lo único malo es la pereza para
pensar.
El conservadurismo tiene bastante mala prensa, como Vd
mismo reconoce públicamente, es retrógrado y reaccionario. ¿Por qué piensa que ocurre eso?
Es difícil de
decir. En todo caso tenemos que la fantasía subliminal de la sociedad
mundial, armoniosa, pacífica y sin fronteras hace de las personas seres
tolerantes, decentes y compasivos. Si
alguien pone en duda dicha fantasía es ridiculizado. Kant pudo referirse
con cierta ironía a la paz perpetua y a un estado mundial en el que no hubiera
fronteras. Pero hoy se considera indecente a quien sin ironía ninguna
recomienda las fronteras y su vigilancia. Incluso se nota la propia contradicción.
¿Qué quiere decir? Concrete más por favor.
La misma gente que alaban el estado del bienestar y
esperan de él un seguro a todo riesgo contra todas las crisis de la vida, lo
socavan con la idea de un mundo sin fronteras cuando el estado del bienestar es
un club de pago al que sólo pueden acogerse un número limitado de miembros. No
hay otra oferta para el mundo, sólo funciona con fronteras. En realidad las
democracias son sólo asociaciones donde se regular quien pertenece y quien no,
a quien se puede elegir y a quien no, quien tiene derecho a quedarse y quien no,
quien tiene derecho a recibir dinero de la seguridad social y quien no. En definitiva, límites por todas partes. Son
banalidades que nos avergonzamos de recordar.
Si esta entrevista tuviera lugar en Alemania nos dirían
que suena bastante a los lemas de Alternativ für Deutschland . . .
No importa mucho a lo que suene, lo importante es saber si
lo que digo es justo. No hay que acobardarse por los comentarios que intentan
evitar el pensamiento. Todos sabemos aunque no lo digamos que por ejemplo el
Islam en la forma política existente actualmente es una gran amenaza para el
Occidente liberal. El miedo está presente, sin embargo miramos para otro lado y
silbamos como que no pasa nada para tranquilizarnos . . .
«El Islam» así
dicho es una abstracción. Muchos musulmanes llevan una vida secular y
son demócratas como los europeos de “toda la vida”. ¿Dónde piensa Vd que está el problema?
Exactamente, hay muchos musulmanes demócratas que se las
tienen que ver con las autoridades y las tendencias intolerantes de sus
comunidades. El Islam político se ve amenazado por el desarrollo liberal de
occidente, y de esa mala autoconciencia
nace la agresividad militante y expansiva contra el mundo liberal. Musulmanes
que proceden del mundo musulmán llegan a Europa atraídos por la libertad que
Europa representa, pero hay muchos que llevan tiempo aquí que odian la sociedad
en la que viven. De ahí la alta aprobación que merece el déspota Erdogan para
los turcos alemanes.
Algunos políticos alemanes están muy sorprendidos por
ello y recuerdan que la libertad no es lo mismo que la indiferencia ¿qué piensa
al respecto?
Así es. Mientras
en Occidente casi no podemos definir en qué consiste nuestra identidad, la
mejor variante de todo a cien es el llamado patriotismo constitucional, vemos
como en el Islam hay una autoafirmación identitaria. En Occidente nos falta
fantasía para imaginar qué es eso. Temo
que crezca la radicalización antioccidental de los musulmanes.
¿Por qué? Los
musulmanes han venido para llevar una vida mejor.
Sí y muchos se sienten perdedores porque no han conseguido
integrarse suficientemente. Y no se integran porque les falta conocimiento del
idioma, también aunque sean la segunda y tercera generación. Tiene que ver con
la autoexclusión intencionada, siempre es más fácil quedarse con los de la
propia comunidad de origen. El número de los que la integración deja que desear
no para de crecer.
¿Y qué pasa con todos los turcos que hacen carrera en
Alemania?
Claro también están ahí, y nos alegramos por ello, pero
son una minoría exhibida con gusto en los medios.
Si los inmigrantes tienen obligación de integrarse
también el país de acogida ha de promover activamente la integración. ¿Piensa
Vd que el estado alemán lo está haciendo y que está comunicando sus
expectativas de manera suficiente?
Hasta hace pocos años estaba mal visto exigir en Alemania
a los inmigrantes que se integraran. Ir a clase de alemán parecía una exigencia
excesiva de asimilación. Hoy se habla de la “leitkultur” (cultura líder,
cultura básica, cultura común) pero no se trata de un intento serio de explicar
las propias creencias culturales sino más bien es la expresión de la perplejidad.
La mayoría de los publicistas se apuntan a enterrar de nuevo el concepto. Los reflejos condicionados alemanes
funcionan de maravilla.
¿Se ve dañado con ello el sentimiento cultural alemán?
Todo lo que tiene que ver con la nación en Alemania perdió
su inocencia. En Alemania nos hemos acostumbrado a camuflar los propios
intereses so capa de paz mundial, Europa o sino el Bien, la Belleza y la Verdad. Vivimos en
una completa neurosis nacional. Y por
tanto es difícil decir en qué hay que integrarse ni por qué. Sólo con la
presión inmigrante del verano de 2015 las cosas empezaron a cambiar un poco.
Empezamos a entender que sin el mismo lenguaje es
imposible y que ello va unido a una forma de vida democrática y que por
ejemplo, esa forma de vida está por encima de la Sharia. Para el
estado de derecho el civismo pasa antes que lo sagrado, pero para cualquier
creyente musulmán esto es una blasfemia. Pero es inevitable porque sólo
significa que no hay tolerancia para los intolerantes.
No olvidemos que la sociedad liberal es difícil de
entender, que la forma de vida occidental es percibida como una auténtica
amenaza por otras culturas y que reaccionar de manera militante. Me parece que
nos hallamos ante una negación de la realidad en toda regla en este asunto.
Dejémoslo
así. ¿Pero a qué se debe esa negación? ¿es un efecto de la vida regalada
de Occidente? ¿O más bien es ingenuidad por nuestra parte? El largo período de
paz en Europa nos ha vuelto perezosos? ¿hay una especie de deleite en la propia
decadencia? ¿o puede ser que la gente sólo se preocupa de sus asuntos privados
en la vida de todos los días y deja de lado la política?
Es difícil de decir. Intente pensar en esto, el mundo
digital nos permite comunicar en cualquier parte con el mundo entero sin
fronteras de ningún tipo. Pasamos una buena parte del día colgados de Internet
y una pequeña parte viviendo “aquí y ahora”. Este hecho cambia nuestra
percepción de la realidad.
Como resultado del mundo digital sin fronteras tenemos
dificultades para pensar en las fronteras y ver las propias fronteras, para
hacer frente a las fronteras en el discurso político. Se eliminan las distancias, hay una cercanía
engañosa. Y en ese mundo hay también troyanos que nos amenazan en la red
y nos pueden poner en peligro como si fuéramos verdaderos enemigos que quieren ponernos una argolla al cuello.
Acaba Vd de exponer una tesis muy fuerte ¿quiere decir
que nosotros “hombres de la red” ya no tenemos clara la diferencia entre la
virtualidad y la realidad?
Sí es de hecho difícil de diferenciar. Fíjese en el
terrorismo que se da hoy en Europa. El terrorismo opera manifiestamente a dos
niveles, el real y el simbólico. Hay acciones, pero es todavía más importante
como se difunden las noticias que tienen que ver con el terror. Los medios se
convierten en cómplices involuntarios, llevan a cabo en el espacio virtual el
contagio y el pánico con el que cuentan los terroristas.
Cada uno de nosotros vive en ambos mundos querámoslo o no,
el real y el virtual y no es siempre fácil distribuir cada cosa en su sitio.
Aunque la probabilidad en Alemania de ser víctima de un atentado es parecida a
la de que te toque la lotería, la amenaza está siempre presente y los lugares públicos
como los aeropuertos se transforman en una especie de fortaleza vigilada.
Por una parte dice Vd que la amenaza de los inmigrantes
está subestimada. Por otra parte dice que el peligro del terrorismo está
sobrevalorado en Europa. ¿Cómo hacer
compatibles las dos cosas?
Claro que es compatible, se trata del péndulo entre la
histeria y a anestesia. Por una parte ansiedad exagerada por otra el vivir
descuidado. Nos falta un juicio desapasionado. De pronto hay cierto
sensacionalismo, otras veces el paso de una cosa a otra es gradual e
inadvertido, fíjese en la segregación paulatina y creciente que se da en
algunos lugares de la sociedad.
Le doy un ejemplo de una fuente fidedigna, se trata de
amigos profesores que trabajan en Berlín. Ocurre que en una escuela en la que
los musulmanes son mayoría los niños judíos no pueden acudir con la Kippa. Así se ha
apañado la cosa y ni los medios ni los políticos tienen muchas ganas de hablar
de ello. No digo que en todos los lugares donde ya musulmanes se ha impuesto la
sharia. Pero se da un desarrollo de
sociedades paralelas con otras reglas de vida y la mayoría de la sociedad se ha
acostumbrado a mejor mirar para otro lado.
En el mejor de los casos me está Vd contando una
anécdota, ¿está seguro de lo que dice?
¿Y qué es la realidad sino una cadena de anécdotas? El
tema es que en Alemania no queremos saber de estos movimientos de segregación. En
los escolares y también en los adolescentes de 16 años crece el número de
analfabetos, la mayoría son hijos de inmigrantes. Cada vez hay un mayor número
de niños que no saben leer ni escribir y que constantemente son expulsados, el
resentimiento crece entre los que no van a poder integrarse en el mercado
laboral. Es dinamita para el día de
mañana
Con su permiso, todo eso es alarmismo. ¿Según Vd en 20
años Alemania será el ocaso de Alemania?
Alemania va a cambiar mucho, ya lo dice Merkel. En Alemania
nos falta un espíritu fantasioso como el francés Houellebecq, que con su humor
corrosivo ha sido capaz de imaginar como la integración puede funcionar en
sentido contrario. También describe
qué ocurre cuando la mayoría de la sociedad se divierte en cubierta y a la vez
tiene el sentimiento que por debajo todo va funcionando.
Diga lo que piensa hasta el final sin escrúpulo ninguno.
¿Está Vd a favor de construir un muro alrededor de Alemania?
La expresión muro la usamos como metáfora. Se trata de
controlar las fronteras exteriores de Europa, aquí y allá podría haber muros
reales que por cierto ya los hay. Viví suficiente tiempo en Berlín occidental
en la época del muro como para no tener ninguna simpatía por este tipo de
construcción. Antiguamente el Este quería evitar que sus ciudadanos dejaran el
país. Las fronteras exteriores controladas que Europa necesita deberían de
contener la afluencia de gente.
Hay refugiados, que buscan asilo político y un número cada
vez mayor de gentes que quieren emigrar desde Africa. Se estima que hasta 50 millones. Los
problemas de Afria no los resolverá Europa y por otra parte no puede acoger a
todos, por lo que no queda más remedio que asegurar las fronteras exteriores.
La inmigración de pueblos a gran escala ya ha comenzado y no tengo la impresión
de que hayamos adquirido la adecuada conciencia de ello.
Si sus predicciones sobre las personas que quieren
emigrar son ciertas ni siquiera un muro podrá impedir que lo hagan.
Es bastante diferente que venga cientos o que venga
millones. Pero evidentemente lo que falta es una política migratoria seria. ¿Cómo ayudar a la gente que ha huido de su
pais? Son gentes que huyeron y muchos quieren volver para reconstruir su país. ¿Pueden
permanecer temporalmente en Europa para aprender y volver y aplicar en su
patria lo que aprendieron aquí?
¿Cómo ayudar a los refugiados, reconocidos lo más rápidamente
posible, a integrarse en el mercado laboral? ¿Cómo se pone en práctica la
distinción en los que necesitan asilo de los que sólo quieren quedarse por
tiempo determinado y de los que quieren quedarse de manera definitiva y se
tienen que integrar? Las migraciones de población de este siglo no pueden
resolverse con el derecho de asilo que se hizo para unas situaciones
completamente diferentes.
Para estas cuestiones urgentes no tenemos por el momento
ninguna respuesta política suficiente. La gente de los países ricos empieza a
darse cuenta lo que significa para ellos, ¿queremos renunciar a nuestra riqueza
porque nuestra mala conciencia nos lo dice o preferimos agarrarnos a ella a pesar
de la mala conciencia?
Creo que más bien es la segunda opción la que predomina. Y
por ello llegará el asunto de la protección efectiva de las fronteras
exteriores de la Unión
Europea, aunque no se propague por ahora a los cuatro
vientos. Las migraciones de población de este siglo no pueden resolverse con el
derecho de asilo que se hizo para unas situaciones completamente diferentes. Espero
que Europa sepa idear una solución apropiada para la nueva situación.
¿Sólo lo
espera?
¿Qué posición
sería mejor que esta? Tengo poco talento para el pesimismo, prefiero un realismo inventivo,
al que corresponde la reflexión y la preocupación.
¿A pesar de todo
mira sin miedo al futuro?
Sería bonito poder decir, no temo a nada. Pero sería
pretencioso, en cualquier caso no tengo miedo a decir lo que pienso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario