Escrito por Ana Azanza
Nuestro compañero y amigo del Mochuelo pensativo Martín Ruiz
Calvente acaba de publicar “D. Antonio Machado, profesor. La educación en su época
y en la nuestra.” (Grupo M&T Impresores, 2014). El libro fue presentado
primero en la última sesión en la que d. José Biedma nos habló de
ciberfeminismo y este viernes en Baeza. Ha sido toda una sorpresa, Martín nos
había hablado de un proyecto modesto en el que quería poner por escrito sus
reflexiones a propósito de la educación tomando pie en Antonio Machado. Pero yo
al menos no estaba informada de que ya estaba a punto de salir. No ha podido
ser más oportuna la aparición del libro, ya que acabamos de celebrar el 75
aniversario del ilustre jiennense de adopción, característica que por otra
parte compartimos Machado y la que esto suscribe.
Primero debo felicitar a Martín por este trabajo en el que
con toda sinceridad ha volcado muchas de las consideraciones que nos hemos
hecho a lo largo de estos años en nuestro grupo de trabajo. Debemos ser el más
antiguo de la provincia. Celebramos ya el décimo aniversario en este 2014. Y es
en verdad todo un placer observar que además de “los buenos ratos que echamos”
peleándonos con motivo de la filosofía, el grupo estimula en todos nosotros la
creatividad, las ganas de poner en marcha proyectos que nos ayudan a mejorar en
nuestro trabajo como docentes y en nuestros esfuerzos filosóficos. Esperemos
que se tenga en cuenta esta publicación como mérito del grupo.
El libro comienza por una breve presentación de su principal
autor: Martín Ruiz Calvente, profesor de filosofía en el IES Los Cerros de
Ubeda, residente en Baeza, autor de diversos artículos filosóficos algunos de
los cuales se pueden consultar en Internet. Preocupado por la comprensión de la
realidad humana Ruiz Calvente quiere
indagar en la realidad cotidiana de la enseñanza. En la introducción trae un
precioso texto que desconocía titulado “Nota autobiográfica para una antología
proyectada por Azorín” en la que Machado expresa cómo se ve a sí mismo. Lo dejo
para los lectores del libro, sólo diré que comparto cien años después, muchas
de las opiniones y sentimientos que Machado expresó sobre España.
Martín ha procurado ir desgranando las vivencias de Machado como profesor de
francés en Baeza. A partir de ellas, establece relaciones con los “padecimientos”
y experiencias que pienso cualquier docente español de un instituto de
secundaria podría compartir. Quizás las conclusiones a las que se llega no serían
las mismas que Martín en todos los casos, pero se agradece la frescura y la
osadía de hablar claro y haber puesto negro sobre blanco ciertas
consideraciones muy comunes en el gremio.
Machado no fue un profesor vocacional, esa falta de “inclinación”
hacia la enseñanza del ilustre poeta le sirve a nuestro compañero para
plantearse cuestiones al respecto de la “llamada” a ser profesor en la
actualidad. Desfilan por estas páginas el “aliño indumentario” de profesores y
alumnos, la distribución de los espacios y los horarios en los centros
docentes, la carga horaria de las asignaturas, la optatividad, el bilingüismo y
plurilingüismo de los centros, la abundante y abrumadora legislación educativa
en la que no se cuenta con los docentes, tantos y tantos temas que son el pan
nuestro de cada día y que no nos atrevemos a plantear abiertamente.
El libro de Marín es “trilingüe” y de autor múltiple. En
efecto encontramos colaboraciones en inglés de personas allegadas a él que nos
muestran una interesante comparación de la enseñanza en nuestro país y en Reino
Unido. También un profesor de francés relata cuál ha sido su recorrido en el
idioma de Molière, haciendo hincapié en los cambios que ha sufrido la enseñanza
de las lenguas vivas en España desde que él empezó hasta la actualidad. Muy
diferentes técnicas las que usaba don Antonio Machado como profesor de una
lengua que no le gustaba demasiado y que entonces se enseñaba según el modelo
de la pedagogía de las lenguas clásicas.
Antes de la bibliografía final, hay dos colaboraciones más
debidas al Mochuelo. Una de nuestra compañera Gisela Destefanis, que con acento
argentino diserta sobre el problema que tiene el neoliberalismo con la educación.
El neoliberalismo fomenta la exclusión y la actual reforma que sólo gusta al
gobierno y al actual ministro del ramo, está inspirada del mismo. La última
colaboración es de d. José Biedma. Se titula “El ideal educativo de Juan de
Mairena”, y desgrana la personalidad pedagógica de Machado en este apócrifo:
modesto, sencillo, amable, benevolente, comprensivo con las debilidades
humanas.
Esta última característica del docente Mairena me parece
fundamental. Efectivamente, no todo lo que hacen los alumnos está bien hecho. Pero
un gran defecto que es fácil de observar en muchos de nuestros compañeros es la
queja sistemática ante el alumno. Para poder educar es necesario comprender,
empatizar, saber callar, tener mucha paciencia, ganarse el corazón. Sin eso es
imposible enseñar nada. No podemos pretender que los adolescentes razonen y se
comporten como si tuvieran 40 años. Instalados en el continuo reproche al
alumnado no podremos sacar gran cosa de ellos. Esta es mi reflexión final ante
la lectura de este libro que recomiendo vivamente por la variedad y claridad de
todos los problemas planteados que afectan hoy a nuestras escuelas. También porque
nos acerca a un punto de vista sobre Machado al que no estamos acostumbrados,
Machado profesor.