Autora Ana Azanza
Tras la última sesión del Mochuelo por mucho que digáis, me quedé con las ganas de la contraposición análisis del lenguaje de Foucault que tan brillantemente expuso Mariu con la filosofía analítica de la que Amelia es conocedora. Ultimamente tras mis lecturas de filosofía contemporánea voy llegando a esa idea, de que la filosofía se disfruta "in fieri". Y para ello no hay nada como confrontar con sosiego las reflexiones de varios, mejor que aprenderla "empaquetada", que es lo que solemos hacer sin remedio como primera aproximación.
Tras la última sesión del Mochuelo por mucho que digáis, me quedé con las ganas de la contraposición análisis del lenguaje de Foucault que tan brillantemente expuso Mariu con la filosofía analítica de la que Amelia es conocedora. Ultimamente tras mis lecturas de filosofía contemporánea voy llegando a esa idea, de que la filosofía se disfruta "in fieri". Y para ello no hay nada como confrontar con sosiego las reflexiones de varios, mejor que aprenderla "empaquetada", que es lo que solemos hacer sin remedio como primera aproximación.
Lo interesante es ver puntos de confrontación, coincidencias, lo que falta en una y otra de las posiciones, a partir de dos filósofas que como Amelia y Mariu le han dedicado unas cuantas horas de trabajo. Tuvimos materia para pensar después de la exposición de Mariu, es muy inquietante toda esa indeterminación foucaultiana, esa forma de ver las cosas sin pensar como tanto nos gusta en España rápidamente en "lo bueno y lo malo", sino simplemente tomando nota de las condiciones de posibilidad del enunciado en tal o cual época. Enseguida estamos dispuestos a pelear o enfrentarnos por esta idea, y necesitamos, yo al menos, un poco de reflexión. Contemplar la exposición, intentar entrar en esa inquietante consideración de la episteme, añadir nuevos horizontes sin reducir lo nuevo a lo ya sabido.
Fue un buen aperitivo de posmodernidad, además pudimos hacer nuestras objeciones a Mariu que amablemente nos contestó y demostró su paciencia ante nuestro desconocimiento. El enunciado que no es ni proposición, ni acto ilocutivo, ni frase. El enunciado es irrepetible y ocupa un hueco que está ahí. La arqueología de Foucault se diferencia de la filosofía.
Me parece que cuando hoy se utiliza la palabra discurso a discreción es una de las herencias que este filósofo arqueólogo ha dejado ya en nuestra sociedad.
En este vídeo no es cuestión de lenguaje sino de una nueva sociedad más justa, Focault critico hasta la saciedad opone a Chomsky que nuestra idea de justicia está determinada por nuestras practicas sociales, y no está seguro de que desde ya se pueda hacer un diseño de la futura sociedad más justa. Sin embargo se atreve a diagnosticar que hay instituciones aparentemente inocentes, que están ejerciendo un poder excluyendo y señalando el camino a cada cual. Menciona escuela, universidad, justicia, psiquiatría. Sin la crítica de esas formas enmascaradas de poder podemos caer fácilmente en prácticas represoras futuras.
Chomsky también quiere evitar el fascismo consistente en imponer determinada idea de justicia. Pero viene a decir que aunque nuestra noción de naturaleza humana a lo mejor no sea "la Noción de Naturaleza humana", por algún lugar hay que empezar a moverse. Pone el ejemplo de la desobediencia civil como elección que tiene una gran parte de incertidumbre, emprender una acción así es arriesgado, pero hay que asumir ese no saber del todo que es lo mejor. El mismo Chomsky se vió confrontado a la decisión de ser desobediente con motivo de la guerra del Vietnam.
Sólo 12 minutos de francés, inglés hablado, holandés y español en los subtítulos. Una buena metáfora del mundo que tenemos a la vista.
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