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Depósito de ponencias, discusiones y ocurrencias de un grupo de profesores cosmopolitas en Jaén, unidos desde 2004 por el cultivo de la filosofía y la amistad, e interesados por la renovación de la educación y la tradición hispánica de pensamiento.

martes, 21 de abril de 2020

TESTAMENTO DE QUINTÍN RACIONERO

El filósofo español Quintín Racionero fallecido en 2012 a la edad de 63 años nos dejó esta entrevista en la que habla abiertamente de la situación actual de la filosofía en España y en la universidad española.

lunes, 20 de abril de 2020

MANUEL ANDÚJAR, republicano

Manuel Andújar, el poeta que renunció "a la epopeya del destierro ...
Manuel Andújar. La Diputación de Jaén custodia el enorme legado del escritor,
que publicó el grueso de sus obras durante su exilio en Méjico.

CONTRA LA VEHEMENCIA EXTREMISTA


Rescato de una ciber-lista un texto de Manuel Andújar que mecanografié en torno a una discusión sostenida por ubedíes sobre la República histórica. Digo “histórica” porque, como se sabe, la palabra “república” se puede usar para referir a la Primera o Segunda República española, sendos desastres históricos, o, de otro modo más general como sinónimo de Política, tal fue el caso de la famosa obra de Platón, Politeia; o como sinónimo de “cosa pública”, tal y como la usaba Cicerón o como la usa el informativo digital (de opinión pública e influencia) que hoy lleva el nombre República. La política es aquello que desaparece en los sistemas totalitarios, en los que no hay separación de poderes, ni siquiera relativa, y se reprime o controla la opinión pública (cuarto poder). Desde este punto de vista es obvio que nuestro sistema constitucional es una república, aunque sea monárquico.

Hablábamos entonces (mayo del 2007) de republicanos eminentes... Y me hube topado con un hermoso y melancólico texto de uno de nuestros mejores republicanos, Manuel Andújar, ¡cacho escritor! Al que la grey hispana conocería mejor si hubiese nacido en otro sitio que en un pueblecito de Jaén... Me lo pasó nuestro colega Rafa Bellón en una de las reuniones filosóficas que manteníamos en la Quinta del Mochuelo una vez al mes y que esperamos poder repetir después de la peste sínica.

Manuel Andújar, uno más de los "transterrados" (como los llamó el filósofo José Gaos, hermano de Lola Gaos), comenta la situación de los exiliados republicanos en Méjico, al cabo de los años, muy críticamente:

       «No hubo valentía ni alteza de miras para examinar, al margen del partidismo, de la maledicencia y del resentimiento, las causas de la derrota, el hecho mostrenco y previo a que ésta nos expone... Tampoco supimos -plural preceptivo- vincularnos al cambio mental y sentimental sufrido en España, y creció el distanciamiento. Hicimos, en el área internacional, del "caso" de la República, empresa cerrada y raquítica de "restauraciones". Además, ¿hemos procurado corregir defectos de intolerancia, de incivilidad, de práctica ineptitud para el diálogo, que tantos prejuicios nos ha reportado y cuya superación -trabajo educativo, individual y social al propio tiempo- es urgente, insoslayable?»Hoy, esos debates y pugnas, las polémicas y querellas de filiación, el honor estático de la "consecuencia", se nos antojan ráfagas de sal y cenizas, y si observamos a los supervivientes de aquellas banderías, a los empecinados defensores de fórmulas y rótulos, es difícil reprimir un sentimiento de respetuosa piedad. Porque son súbditos del pasado, fuerzas anquilosadas, retazos arqueológicos...        
»Nos instalamos, sin cortapisas, en época fenecida, que podamos de aristas hirientes, y en su ficción se almacenan con glotonería auto-antropofágica, folklore y sombras terrestres, soberbia inquisitorial, gratuitas arrogancias, complejos de verbal superioridad. Y en no pocos de nuestros círculos ha privado esta atmósfera enrarecida, asfixiándonos, amputándonos».

Luego, critica igualmente a los exiliados que se han rajado de haber combatido por la República e incluso se avergüenzan de su "delito", para referirse después en positivo a la guerra, "a la noble voluntad de justicia que la animó", pues "se apoyaba en la defensa a ultranza de la dignidad del hombre". Pero ruega que se desgajen de ella "los sectarismos que la enturbiaron, nuestra ignorancia de las demasías extra-psicológicas del pueblo español, de su tradición histórica: las demasías extremistas y los brotes fanáticos".

No deja de ser paradójico -e instructivo sobre lo poco que aprendemos de lo que Ortega llamaba "el tesoro de los errores de la historia"- que un gran republicano como Manuel Andújar se exprese así contra la vehemencia y el fanatismo de ambos bandos, mientras que los cachorros del franquismo, esos "progres tan avanzados", pontifican o coquetean con la excelencia de la "república" y denuncian la ilegitimidad o perversidad de la monarquía, o del "régimen del 78", que fue resultado de un enorme y noble esfuerzo dialogante, ¡por fin!, que ha permitido a España superar una decadencia económica y moral que arrastraba desde mediados del siglo XVII, desde el barroco, régimen este en el que los nuevos extremistas han medrado y se hallan instalados tan ricamente... 
"Reconozca los engaños de la imaginacíon". "A la vista se ofrece torcido y quebrado el remo debajo de las aguas, cuya refracción causa ese efecto. Así nos engaña muchas veces la opinión de las cosas. Por esto la academia de los filósofos escépticos lo dudaba todo, sin resolverse a afirmar por cierta alguna cosa. ¡Cuerda modestia y advertida desconfianza del juicio humano!" Diego Saavedra y Fajardo. Empresas políticas, Milán 1642.

Es dudoso que el sistema monárquico, aun siendo el caso de un rey que reina pero no gobierna y está sometido a la Ley, o sea el caso de la monarquía constitucional que atribuye la soberanía al pueblo y no al rey, como es la nuestra, sea más racional que otro republicano, a pesar de todas las limitaciones que impone a la autoridad y a la casa real, pero lo mismo de dudoso es: a) que los seres humanos y más concretamente los españoles sean criaturas mayormente racionales, b) que la Jefatura del estado ostentada por un político, escogido por las urnas y/o por la “casta política” o, como se dice con cinismo manifiesto, consensuado por la “clase política”, garantice la economía y la moral pública mejor que otra presidida por un carismático descendiente, por azar, de una dinastía real; y c) que estéticamente valgan lo mismo una "casa real" que una jefatura del Estado, abstracta y meramente "política", sobre todo en la Sociedad del espectáculo (argumento este de una posmodernez que lo vuelve fuerte y débil a la vez).

Por cierto, que la bandera que hoy pasa por republicana no lo fue de la Primera república. Y su morado es el púrpura envejecido por la penuria y el tiempo (el atmosférico también) del campo de gules de la bandera de Castilla, rancio símbolo de la unidad de España. Y luego está lo de “el bando republicano”. No hubo ningún bando que apostara por la República durante la guerra incivil. Como muy bien presintió el lúcido y desgraciado Azaña, al que los nuevos "republicanos" no leen. Unos y otros andaban empeñados desde hacía tiempo en cargarse la democracia, o sea, la Segunda República. Unos para imponer por la fuerza la dictadura del proletariado o el comunismo libertario; los otros, para echar atrás de la modernidad y del “pecado” del liberalismo, hacia el Antiguo Régimen y la teocracia reaccionaria. La bandera republicana como la clase media brillaban por su ausencia en ambos frentes, donde lucían la socialista, la comunista y anarquista, la falangista y monárquica, el ateísmo y el nacional-catolicismo, ambos despiadados. Por cierto que el rojo y el negro se daban la mano en los extremos. Derecha e izquierda habían estallado por sus costuras, y los extremismos populistas y los impulsos pasionales gobernaban las inconsciencias en un lado y otro.

Lo injusto es que casi siempre hemos olvidado a la tercera España: la piadosa de verdad, la tolerante de verdad, la del exilio interior o la de aquellos, verdaderos demócratas y hasta buena gente a la que fusilaron por tibia, que no quisieron saber nada ni de rojos ni de camisas azules, ni de enfrentamientos bélicos entre hermanos (los dos Machados, por ejemplo), o que se limitaron a ejercer sus oficios y a sufrir penurias en retaguardia, con indiferencia del frente que directa o indirectamente sostenían o en el que por azar histórico habían caído.

Muchos, como K-HITO, hicieron lo posible por pasar desapercibidos en su escepticismo, preservando su humorismo sin hiel, o pudieron exiliarse como Chaves Nogales, camino de la libertad y ajenos a la vehemencia de “cruzados” o “sovietófilos”, de “patriotas” justicieros o "mesías" de la acracia rusoniana. Y es que el extremismo y las banderías partidistas se oponen y hacen imposible la política, o sea, la verdadera res-pública democrática, pues el arte político exige: 1. El reconocimiento de la dignidad del otro que no piensa como yo, y 2. la renuncia a la violencia y la sustitución de la fuerza bruta por el diálogo y la persuasión que buscan sinceramente el mutuo entendimiento. Estas condiciones: amistad mínima, amor a la verdad y uso de la razón al margen de las pasiones (lo que supone una cierta ascética) ya fueron previstas por el Sócrates platónico precisamente en su inmortal República (ΠΟΛΙΤΕΙΑ) hace unos dos mil cuatrocientos años.

lunes, 13 de abril de 2020

HABERMAS EN TIEMPOS VÍRICOS



Jürgen Habermas con respecto al Corona: "Nunca habíamos sabido tanto sobre lo que no sabemos"
Markus Schwering

Ana Azanza por la traducción
 
El filósofo Jürgen Habermas habla de la obligación actual de vivir y actuar en la inseguridad y sobre su temprana vacunación contra el tirón de la prosa nietzscheana. 
  • En su opinión las consecuencias sociales de la pandemia son aún imprevisibles

jueves, 9 de abril de 2020

¿MUERTES NECESARIAS?

Cuánto cuestan las vidas humanas en circunstancias normales y en estado de urgencia: ¿más o menos que los recursos necesarios? 

Ana Azanza por la traducción

Es extraño que mientras unos exigen que se terminen las restricciones de la rutina capitalista causadas por el corona diciendo que evitar las infecciones costarán más víctimas que el contagio de la población, en cierta medida hay que aceptar los sacrificios, otros se preocupan sobre los criterios éticos de la sociedad  (Andreas Zielcke, "Miseria Moral", SZ, 31.3.2020) cuando debido a la escasez de camas en cuidados intensivos y de respiradores los médicos se ven confrontados a la decisión de quién debe morir y quién merece disfrutar del tratamiento. Son consecuencias de una epidemia que nos pone frente a nuevos retos. Pero hay cosas que no son tan nuevas. 

lunes, 6 de abril de 2020

SISTEMA DEL DINERO


"Dinero pleno", Dinero giral, Dinero de helicóptero,  "Dinero de deuda", Intereses ...
4 de abril 2020 Jörg Gastmann


 Los obstáculos del BCE para regalar 500 euros a cada europeo ...

 Ana Azanza por la traducción

No hay tema que nos haga gastar más energía que la crítica al sistema dinerario.
La 1ª parte : El sistema del dinero no es el problema  trata de la definición de dinero, "del dinero gratis de curso legal", del dinero regional, de la creación de dinero de la nada y del oro como garantía del valor. En esta 2ª se trata de que los  problemas del capitalismo están en otro lugar.  

Colorida mezcla de sistemas

Los críticos del sistema dinerario confunden cosas que se superponen pero que no son lo mismo:

miércoles, 1 de abril de 2020

DETECTOR DE “ARSCHLOCH”



LA CRISIS DEL VIRUS ES UN DETECTOR DE “ARSCHLOCH
 Ana Azanza por la traducción

En las crisis es cuando las personas sacamos a relucir nuestro verdadero carácter. Lo estamos observando estupendamente en esta pandemia, y no sólo cuando vamos a comprar papel higiénico al supermercado y vemos clientes que llenan el carro con paquetes y más paquetes. 

Nos preguntamos ¿por qué algunas personas son tan insoportables y otras tan maravillosas?


España y cualquier  país afectado por el virus se ve dividido en dos. Lo que está pasando nada tiene que ver con viejas fronteras políticas o áreas de contagio del corona, ni con la localización geográfica, en el sur o en el norte.