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Depósito de ponencias, discusiones y ocurrencias de un grupo de profesores cosmopolitas en Jaén, unidos desde 2004 por el cultivo de la filosofía y la amistad, e interesados por la renovación de la educación y la tradición hispánica de pensamiento.

sábado, 24 de agosto de 2019

LAS GUERRAS DE VILLACAÑAS

Anda atareado nuestro ubetense compatriota José Luis Villacañas. En diversos frentes como se puede observar en estas intervenciones.


Por el asunto del Imperio. Después de haber leído su ¿Qué imperio? por no hablar del más reciente (2016) Teología política imperial y comunidad de salvación cristiana habría que pensárselo dos veces antes de ponerse a discutir con él sobre el particular concepto de imperio y sus diversos avatares históricos. Me acabo de enterar de la polémica y quiero dejar constancia.

Su última publicación salió en junio de este año, ha sido abundantemente recensionada  y publicitada, ha concedido entrevistas al respecto. Imperiofilia y el populismo nacional católico. Todavía no lo he leído y espero hacerme con él. Esta imperiofilia es una respuesta al best seller de la profesora de historia Maria Elvira Roca Barea que ha saltado a la fama por su libro sobre Imperiofobia que tampoco he leído. La he escuchado en sendas entrevistas, estuvo en Canal Sur con Jesús Vigorra y otros muchos lugares. Polémica al canto una vez más entre la supuesta izquierda y la supuesta derecha sobre lo que fue de España y la mala prensa que le dieron sus enemigos en el pasado. Todo por no ponernos a discutir del hoy, porque la profesora traslada al siglo XVI las raíces de los desastres nacionalistas que dividen. Y de paso habla de los enemigos de España.

Se dice que este libro "imperiófilo" habría alimentado las filas del partido verde que ha cambiado el mapa electoral y político de Andalucía. Así que Villacañas anda defendiendo la historia de lo que él entiende que está siendo un mal uso interesado de la misma. Esta es una de las numerosas entrevistas que ha concedido



Pero no sólo se enfrenta a Roca Barea. También los de Oviedo, la escuela materialista heredera de Gustavo Bueno, nos han salido imperiófilos. En particular el arquitecto Iván Vélez, autor de una biografía de Hernán Cortés, y que desde que descubrió el materialismo se ha pasado a la historia de España y la filosofía. Siempre siguiendo las huellas de uno de los libros que particularmente más me agradaron de Bueno, España frente a Europa. Da la impresión de que el enfrentamiento Villacañas - Oviedo viene de largo. Como se puede ver en este congreso sobre el Padre Mariana al que no conocía. Agradezco a ambas partes que nos hagan disfrutar de una verdadera discusión filosófico histórica, aunque en este caso he escogido mi campo.  Es muy aburrida la filosofía en España cada uno en su rincón interpretando filósofos extranjeros sin tener la gentileza de leerse mutuamente los colegas. De seguir por ese camino estamos condenados a la irrelevancia.

Por eso me ha agradado esta discusión entre 2 materialistas, uno matemático el otro arquitecto que se han sumado a la filosofía vía Gustavo Bueno, y el eruditísimo Villacañas. De paso nos ilustran los 3 sobre el Padre Juan de Mariana, jesuita del siglo XVII del que  se reclaman los economistas defensores de la economía neoliberal hoy en España. Villacañas explica creo que con claridad los límites de dicha "filiación": el padre Mariana fue un teólogo, no un economista fundador al uso de los Adam Smith y Stuart Mill. Se quejaba del impuesto real, de la tiranía, de las guerras que solo interesaban a la dinastía reinante en España, siguiendo una tradición contra el tirano de raigambre escolástica.



La desventaja mediática de Villacañas es que no ha creado escuela de seguidores como si ha hecho Gustavo Bueno. En Oviedo ya van por la tercera o cuarta generación de filósofos practicantes del materialismo, así que hay muchas más voces en Internet apoyando a los imperiófilos ovetenses que al imperiófobo ubetense. Aunque no estoy segura de que con todos los años de su vida que le ha dedicado al asunto se pueda decir que Villacañas odie el imperio, si acaso por puro hartazgo porque ha agotado el concepto.


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