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Depósito de ponencias, discusiones y ocurrencias de un grupo de profesores cosmopolitas en Jaén, unidos desde 2004 por el cultivo de la filosofía y la amistad, e interesados por la renovación de la educación y la tradición hispánica de pensamiento.

miércoles, 31 de mayo de 2017

José Luis Villacañas Berlanga

José Luis Villacañas Berlanga (2º desde la izda.)
en la Quinta del Mochuelo, Úbeda 2008.

Ignacio Barrionuevo Vasco es de esos alumnos de segundo de bachillerato a los que uno siente no poderles dar más de un diez. Lo he disfrutado como discípulo aplicado tanto en Historia de la Filosofía como en Educación para la Ciudadanía. En ambas asignaturas ha cumplido con creces. Ignacio ha preparado su disertación sobre un extraordinario profesor de filosofía amigo de esta Quinta: José Luis Villacañas Berlanga, al que tuvimos en Úbeda recientemente para presentar sus dos últimos libros. José Luis tuvo la amabilidad de dedicarme muy afectuosamente Freud lee el Quijote (La Huerta Grande, 2017), un breve pero seguro que enjundioso ensayo que pienso zamparme y reseñar en breve.

La foto que ilustra esta entrada es de 2008. Sí, ya han pasado nueve años. En ella José Luis aparece con algunos habituales de la Quinta y con Chinchi Pedrosa, filósofo al que conocí en la UNED, que según su perfil de Facebook vive en Avilés, y que hace poco ha publicado La cuestión religiosa en Spinoza, un libro que debería presentar entre nosotros en el próximo curso, si ello fuera posible...

He aquí la disertación de Ignacio Barrionuevo Vasco, sobre la figura, labor y opinión política del maestro: 

JOSÉ LUIS VILLACAÑAS BERLANGA


1. Biografía y producción
José Luis Villacañas Berlanga es un profesor, filósofo político, historiador de la filosofía e historiador de las ideas políticas, de los conceptos y de las mentalidades españolas. Se trata de uno de los intelectuales de mayor calado en el pensamiento español actual.

Nacido en Úbeda en 1955, se licenció en Filosofía por la Universidad de Valencia en 1977, donde se doctoró con tan solo 26 años, en 1981, con una magnífica tesis doctoral sobre la filosofía teórica en Kant que se titulaba Realismo empírico e idealismo trascendental en Kant: los niveles de su uso y su justificación, bajo la dirección de Fernando Montero Moliner, doctor en filosofía por la universidad de Madrid, catedrático de la universidad de Valencia y presidente honorífico de la Sociedad Española de Fenomenología.

Desde entonces ejerció como profesor ayudante primero y profesor adjunto después en la Facultad de Filosofía de dicha universidad, en la que se había formado hasta el año 1986, cuando la cátedra de Historia de la Filosofía en la Universidad de Murcia. En la misma ocupó también desde 2003 la cátedra de Filosofía Moral hasta que, en el año 2009, pasó a ser catedrático de Filosofía en la Universidad Complutense de Madrid, donde imparte docencia a día de hoy. A lo largo de su carrera investigadora ha fundado y dirigido revistas de reconocido prestigio como Daimon, Debats o Res Publica; además de haber desempeñado las labores de dirección del Libro, Archivos y Bibliotecas de la Generalitat Valenciana y de la Biblioteca Saavedra Fajardo de Pensamiento Político Hispánico. Asimismo, es miembro del Consejo Asesor de Con-Textos Kantianos, del Comité Científico de la Biblioteca Inmanuel Kant y recibió el Premio Teorema a la mejor investigación sobre la Crítica de la Razón Pura. Su trayectoria filosófica y el volumen y la calidad de su producción en torno a la obra kantiana lo sitúan como uno de los mayores conocedores del pensamiento del filósofo prusiano y de su recepción a nivel internacional en la actualidad.

En los cursos de doctorado realizó un trabajo que fue inmediatamente editado en la revista Teorema, La noción de existencia en Kant, un ejemplo formidable de análisis metafísico que permitía romper con buena parte de la tradición filosófica racionalista.

Ya antes de leer la tesis había publicado un libro titulado La formación de la Crítica de la razón pura. Resultado de la tesis fue la publicación de su segundo libro, La filosofía teórica de Kant, al que poco después siguieron Racionalidad Crítica, Introducción a la filosofía de Kant y La quiebra de la razón ilustrada. Considera que, en un estrato profundo de su personalidad, su decisión por Kant tenía que ver con el conjunto de su concepción de la filosofía. Imagina que le parecía que nuestro país (estamos en 1977) tenía que pasar por Kant si quería culminar un proceso de modernización adecuado.

Durante los años 90, sin embargo, y coincidiendo con el período en el que ostenta la cátedra de Historia de la Filosofía en la Universidad de Murcia y en el que toman forma proyectos de investigación, sus intereses intelectuales comienzan a girar en torno a la historia de las ideas políticas, a pesar de lo cual seguimos viendo florecer trabajos de gran alcance sobre la filosofía kantiana (Kant y la época de las Revoluciones), y en ocasiones relacionados con el pensamiento de figuras como el sociólogo Max Weber, mostrando especial interés por la distinción entre ética de las convicciones y ética de la responsabilidad.

2. La Influencia De Kant
Afirma que, para él, ser kantiano ha sido algo así como no dejar de ser de su familia, puesto que apreciaba a cada paso que la filosofía de Kant le reconciliaba con experiencias idealizadas de su entorno familiar y moral. “Es como una experiencia íntima que, ante las verdaderas dificultades de la vida, intenta evocar la voz del padre para pedirle consejo”. Eso, por lo demás, lo ha mantenido a cubierto de excentricidades como las de pretender una filosofía propia, construir un sistema o algo parecido. Es más o menos kantiano y esta forma de entender la filosofía resiste a los críticos que reclaman una forma sistemática completa para la filosofía. “Lo importante es no confundirse con los conceptos, dotarlos de sentido y referencia precisos y conocer sus límites.”

Su aproximación a Kant era más bien de afinidad existencial. “Hasta la fecha, la gente como había permanecido al margen de la cultura. Teníamos a las espaldas milenios de trabajo campesino. Éramos como éramos. Pero si accedíamos a la cultura no era para dejar de ser como éramos, sino para saber quiénes éramos realmente.”

“Yo encontré que éramos kantianos sin saberlo. Ahora se trataba de conocernos bien. En este sentido, nos aplicamos el “sapere aude”. Esto tenía que ver con poderosas raíces que siempre te acaban posicionando en relación con los trágicos acontecimientos de 1936, como sucede siempre en España. La posición kantiana me parecía adecuada para superar la dualidad que nos enfrentó trágicamente en aquella hora. Era crítica de la España negra arcaizante y terrible, pero también de la España entregada a las especulaciones totalitarias y fanatizadas de la política comunista. Y ahí, una vez más, estaba mi tradición familiar que defendió la República.”

Asimismo, afirma que se preocupó por la presencia de la tradición kantiana en España, y ese fue el sentido de la edición del libro Kant en España, donde muestra cómo Kant inspiró a hombres importantes de la Revolución Gloriosa y, sobre todo, determinó el espíritu de la Primera República. Se refiere a José de la Revilla, Pi i Margall y Perojo. La destrucción de esa República fue también la derrota de la filosofía de Kant, que se vio postergada por el pensamiento reaccionario de la Restauración, por el eclecticismo católico de Menéndez Pelayo y el positivismo más torpe cargado de darwinismo brutal.

Actualmente, ya desde su puesto en la Universidad Complutense de Madrid, ha centrado la atención en la reevaluación de la modernidad hispana e iberoamericana y de su espacio intelectual. Expone que la idea de autonomía, de federación, de república y de pacifismo constituye un horizonte apropiado para América Latina, por cuanto tiene implicaciones muy fuertes en el terreno de la lucha contra el colonialismo y contra el imperialismo. Por eso es tan importante el tema del siguiente proyecto que han solicitado y que trata justamente de la comparación entre el republicanismo y el populismo.

Volviendo a Europa, concretamente a los márgenes de la filosofía alemana, en los últimos años ha dedicado sus esfuerzos a contribuir a la recepción en español de la obra de un pensador que se encuentra cada vez más en auge como es Hans Blumenberg. Concretamente, ha explorado la influencia kantiana que reside en la filosofía blumenberguiana y ha examinado con detenimiento las claves de la lectura blumenberguiana de la obra de Kant. ¿En qué medida mantiene Blumenberg viva la figura de Kant? Blumenberg se ha caracterizado como un viejo kantiano decepcionado. Él se ve reconocido en esta sentencia. Expone que desde cierto punto de vista, no cabe duda de que el pensamiento central de Blumenberg parte de una historia de la revolución copernicana.

Puesto que el pensamiento kantiano sigue siendo tan vigente como en los siglos pasados ¿cómo cree que puede ayudarnos Kant a tratar algunos de los más importantes y preocupantes problemas socio-políticos y económicos que afrontamos en la actualidad en nuestro país y a nivel global?

“Debo antes distanciarme de la premisa. No tengo ni quiero tener una práctica política. He observado con simpatía la emergencia de nuevos actores políticos, pero como uno más de los millones de españoles que percibe que nuestro sistema político, con toda su forma de representación política, está lastrado por contradicciones internas que sitúan a la Constitución española cerca de su colapso si una reforma a fondo no viene a darle nueva vida. La dificultad actual de formación de gobierno no es sino un síntoma de esa situación.”

“Yo debo decir que reaccioné a la crisis del PSOE de finales de los 80, a la crisis del PP del 2002 y a la crisis actual de la misma forma, con el republicanismo cívico kantiano mejorado por la ciencia de realidad weberiana. 2010. Y cuando se llegó a las elecciones de 20 de diciembre de 2015, con aquellos resultados, aposté por una gobierno provisional de concentración con PSOE, PODEMOS y Nacionalistas y, cuando esto no pudo ser, por una abstención de PODEMOS con un gobierno PSOE y CIUDADANOS. En ambos casos, buscaba la posibilidad de encontrar lo común, que es la base del espíritu republicano, contrario a las dualidades schmittianas de amigo/enemigo. En este sentido me he mantenido fiel a mi primera convicción de que un espíritu kantiano era el adecuado para hacer madurar la subjetividad y la democracia española. En este sentido, he luchado por una idea: que PODEMOS sea más sensible a esa lógica republicana que a la lógica hegemónica.”

“En todo caso, ese republicanismo, complementado con la vieja ética de la responsabilidad weberiana, es la única idea que puede mejorar la dignidad política, la exigencia de transparencia y la adecuada representación del sistema público español. Pero también, y lo que es tan importante, la idea que puede inspirar una verdadera división de poderes, que España no tiene. Más allá de todo ello, Kant es el pensador de la justicia distributiva y de la ciudadanía activa, lo que sólo se puede actualizar hoy con una renta básica garantizada que prepare y facilite el acceso al trabajo, que es un aspecto decisivo en Kant, tras una adecuada educación, quizá la exigencia kantiana más central.” En todo caso, considera sinceramente que el nivel socio-cultural mayoritario de la sociedad española es progresista, está inspirado en poderosos valores morales y responde al imaginario kantiano.

Afirma que los conceptos filosóficos son defectivos y requieren complementos prácticos, históricos, circunstanciales; historias conceptuales que sólo podemos obtener a través de otras disciplinas, como la historia, la historia del derecho, la historia política o la historia constitucional, la sociología, la teología o la práctica del arte. Por tanto, la filosofía debe estar cerca de todas las disciplinas que dotan de estratos históricos a nuestro presente.

En la actualidad, dirige unas 30 tesis y en muchas de ellas Kant es una referencia central (tanto en el asunto del republicanismo, de la filosofía de la historia, del cosmopolitismo, de la antropología, de las relaciones internacionales, de la técnica, del símbolo, y otros tantos). “Creo que esta situación es bastante realista. A los jóvenes investigadores le interesa desde luego más el pensamiento contemporáneo, pero son muy conscientes de que sin Kant uno no se puede mover con soltura a través de él. Cree que en este sentido Ortega es una buena prueba de que hay que hacer filosofía con Kant, a través de Kant, y desde Kant, pero sin quedarse en Kant. En realidad no hay que quedarse en ningún filósofo, como si ya estuviera conquistada la posición filosófica definitiva.”

Desearía pedirle que hiciese una reflexión sobre la influencia que ejercerá el pensamiento kantiano en lo que queda de siglo, ¿cuál es el futuro de la recepción de la filosofía de Kant?

“Es muy complicado anticipar una propuesta y depende de dónde se crea que va a estar el punto fuerte del pensamiento futuro. Creo que uno de los problemas centrales seguirá siendo la teoría evolutiva del conocimiento. Por supuesto, el enigma de la moral nos seguirá llamando la atención y la relación entre la norma y los sentimientos morales creo que será un problema abierto de nuevo, aunque dudo que se puede abordar al margen de Freud y sus seguidores. teoría de la literatura. Por supuesto, volveremos a hablar de teoría republicana y mientras tengamos aspiraciones democráticas y de justicia Kant no estará lejos. A pesar de todo creo que el Kant más interesante para una agenda del futuro será el de la filosofía de la religión, por mucho que sus ideas haya que buscarlas en sitios diversos. Pero la impresión que se deriva de muchas de esas notas perdidas en sus escritos en favor de la idea de una religión de la razón, de una religión universal capaz de ofrecer un concepto de Dios en el que todas ellas se reconozcan, y esto con serias implicaciones morales, y con plena aceptación de una finitud que no puede sublimarse desde ninguna filosofía material de la historia, todo esto, creo que constituye un elemento que será necesario activar en el futuro, porque será la óptica desde la que puedan abordarse problemas reales de nuestras sociedades multirreligiosas.”

LOS LATIDOS DE LA CIUDAD
Una introducción a la filosofía y al mundo actual

Atravesar la ciudad haciendo preguntas, como el hijo de la comadrona, es lo que se ha propuesto José Luis en este libro. No es a primera vez que el maestro baja de su cátedra universitaria para afrontar las responsabilidades de la divulgación filosófica, de la docencia ética. En 1988 también escribió Villacañas Berlanga un interesante informe sobre La quiebra de la razón ilustrada: idealismo y romanticismo, que hablaba de aquello en lo que ha llegado a ser incontestable especialista, hablaba de filosofía alemana, de idealismo kantiano y postkantiano. Lo único en cierto modo reprochable a este idealista es que en ella no aparezca ni una sola vez el nombre de Juan Huarte de San Juan, cuyo Examen de Ingenios sirvió a Lessing de guión para su tesis doctoral.

Los latidos de la ciudad es otra cosa. Antonio Villacañas Berlanga, hermano del autor piensa que la obra ofrece al docente de filosofía un buen repertorio de motivos para sus clases de bachillerato, de referentes cinematográficos, literarios y míticos, y al estudiante medianamente ducho o avispado, un buen número de significativas lecturas e inteligentes reflexiones sobre “el ejemplo de Sócrates”, sobre la ciudad y la democracia, sobre la publicidad y la globalización, sobre la ciencia, sobre el Eros y la sexualidad como experiencia de tránsito. Es de destacar que se dediquen más de 20 páginas a cuestiones de estética, a “los lugares de la belleza”, que tan fácilmente descuidamos por motivos de tiempo y exceso de deseos epistemológicos. También se dedica el capítulo 9 a las “viejas y nuevas iglesias”, concluyendo – muy pitagóricamente – en un capítulo 10 dedicado a la casa y la familia.

La aspiración de Villacañas en esta obra valiente, sobre todo porque se ha atrevido a pronunciarse con voz propia sobre cuestiones disputadas. Villacañas también hizo sus pinitos en narración pura con su Cosecha helada-, es “descubrir los valores que sostienen las instituciones de la ciudad, y defender que, si eso valores se abandonan, acabaremos por dejar que las cosas se hundan y desparezcan. No renuncia tampoco a discutir esos valores de manera concreta, referidos a nuestra vida cotidiana, y aspira, en fin, a ayudarnos a habitar la ciudad de forma más consciente.

4 comentarios:

Ana A dijo...

Felicidades al alumno y al maestro

Si España sólo se hubiera saltado a Kant en estos
doscientos últimos años, todavía tendría algún remedio
nuestra situación
pero es mucho más lo que nos hemos dejado sin vivir.
Me agrada que el filósofo ubetense se manifieste respecto a
la no separación de poderes que disfrutamos.
Y me extraña que
nada tenga que decir del sistema monárquico actual
que ni kantianamente ni filosoficamente ni racionalmente
ni ilustradamente hay por donde cogerlo.
Me parece la raíz del desmadre cívico

José Biedma L. dijo...

Tienes toda la razón, de ahí, Ana, el propósito orteguiano de introducir a Descartes en España. No obstante, creo que hubiera sido más fácil introducir a Pascal. Siento disentir contigo respecto a la Monarquía. En un país con tanta diversidad, tan poco vertebrado y con tanta pulsión anarquista y disgregadora, el que exista un símbolo estético de unidad y representación externa no es del todo insensato. Además, se trata de una monarquía parlamentaria, como la de UK, Dinamarca o Suecia. El rey ha jurado la Constitución, no es soberano (lo es el pueblo, según la Carta Magna) y el rey no está por encima de la ley; por otra parte, se trata de un rey ilustrado, que ha aprendido bien su oficio. No creo que un Presidente de la República tuviera más autoridad. Y las dos experiencias republicanas fueron un desastre. Hay que aprender de los errores pasados. Ensayo con esto una justificación meramente pragmática, no teológica desde luego, ni siquiera lógica, sino meramente estética, si quieres postmoderna, que no es poco en esta región del Mediterráneo occidental donde los iconos pesan más que los conceptos.

Ana A dijo...

Coincidimos en muchas cosas pero si tú eres de
Monarquía a mi me va mas la Anarquía
que no tiene que ver con hacer lo que le da
a cada uno la gana sino con responsabilidad cívica
y ética y política sin delegar.
Muy difícil pero no imposible, en
vez de delegar tanto en otros que lo único que hacen
es buscar su propio provecho.
Y pienso que el anarquismo español ha sido de lo mejor
más auténtico que ha dado en política nuestra querida patria, hoy tan maltratada
un movimiento popular que cuajó más que el comunismo.

Le retorcieron el pescuezo al movimiento libertario
español a base de bien.
Hoy ya nadie se acuerda ni sabe ni quiere saber todos
sus experimentos de autogestión tanto en Barcelona como en Aragón.
Hasta Miguel Hernández era más libertario que comunista.
Anarquistas denostados y perseguidos por Marx
y en España por todos los demás.

En cuanto al monarca ilustrado....eso fue Carlos III
me voy a callar sobre el rey actual y su padre
Rebeca Guardans lo sabe todo.

Ana A dijo...

Rebeca QUINTANS es la autora de una biografía
sobre el ex rey
Aunque Guardans es un catalán de pro inventor
del concurso ¿Qué es un rey para tí? además
de ex numerario del Opus Dei y nieto del financiero
y político de la Lliga Francesc Cambó
ministro que fue de Alfonso XIII