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Depósito de ponencias, discusiones y ocurrencias de un grupo de profesores cosmopolitas en Jaén, unidos desde 2004 por el cultivo de la filosofía y la amistad, e interesados por la renovación de la educación y la tradición hispánica de pensamiento.

sábado, 24 de octubre de 2015

PRESENTACIÓN DE EUGENIO ÍMAZ

Aunque algunos mochuelos pensativos van quedando por el camino o cambiando de olivar, seguimos adelante con nuestras reuniones filosóficas.

Antes de nada felicidades a Marcos Serrano, que también forma parte de nuestras reuniones con su aportación fílmica siempre sugerente. Nos acaba de comunicar que su libro sobre la Ceguera en el cine es una realidad gracias al mecenazgo de amigos, conocidos e interesados. Me alegro, queda tener el libro en la mano y poner en marcha el siguiente proyecto.

En la primera reunión de este año don José Biedma había preparado una exposición sobre el "Humanismo de Eugenio Ímaz (1900-1951)" para todos un ilustre desconocido, como tantos intelectuales españoles que hubieron de seguir el camino del exilio en 1939.

Vasco rubio de pelo lacio, alto y enjuto como don Quijote. En la actualidad queda su huella en su nieto profesor en la Universidad Autónoma de Méjico y político destacado en ese país.

Alfonso Reyes presentaba a Ímaz como un hombre sencillo, seguro, íntegro, auténtico, filósofo del espacio abierto y no del aula, que no tenía miedo a contradecirse.
De familia humilde pudo estudiar Derecho en Madrid gracias a una beca del Ayuntamiento de su ciudad natal, San Sebastián. Fueron Zaragüeta y Zubiri, paisanos, los que al parecer le llevaron a dedicarse a la Filosofía. Cursó estudios en Alemania y en Lovaina. Su descripción de Heidegger es un ejercicio desacralizador del pensador:

"Chiquitico, moreno, con dos ojillos de insecto taladrador en su anchurosa frente. Vestía de calzón corto, como los tamborileros de mi pueblo en días de gala. No se sonreía nunca. Como diría Baroja, un antipático."

Juan Zaragüeta, (1883-1974)


Casó con una alemana y la guerra civil dividió a los 3 amigos vascos: Zaragüeta, el cura, quedó al lado del régimen, Zubiri, en España pero apartado de la cátedra y de la vida pública sólo se prodigaba en cursos particulares, Ímaz, demócrata liberal y cristiano escogerá el exilio.
Recibió las influencias de los idealistas alemanes y del historicismo, en la medida en que el hombre progresa se va fundiendo con la divinidad y la historia es un compromiso entre la finalidad espiritual y la razón de la libertad humana. Para el filósofo vasco el cristianismo debería ser la espiritualización absoluta del humanismo, y el intelectual tiene una misión sagrada de vocación pedagógica. Con estos presupuestos, Ímaz sufrió rudo golpe al conocer las pastorales episcopales que apoyaban la rebelión de Franco.

Imaz estuvo implicado en varias revistas culturales. La primera Cruz y Raya, con el poeta Bergamín y el también poeta y filósofo Juan Larrea, otro ilustre e injustamente desconocido intelectual español.

En Méjico colaboró en Fondo de Cultura Económica, en España Peregrina, a partir de 1942 en Cuadernos Americanos. Fue prologuista de Dilthey, Burckhardt, Dewey...Tradujo a más de 40 autores y más de cincuenta títulos, además de los ya citados, Cassirer y Weber.
Hay que destacar en Fondo se publicaban libros de ciencias sociales y técnicos que Ortega no quería publicar. En esa editorial verían la luz muchos títulos traducidos por los intelectuales españoles del exilio, referentes para la cultura española que en la península se veía en horas bajas con tanto filósofo proscrito.

Ímaz mantiene viva la llama de la utopía, el hombre en la historia debe por misión y destino alcanzar las cotas de la divinidad, unificar en una misma naturaleza su realidad con la del amor: homo amans. La mariposa es emblema de la resurrección, ejemplo de la mutación de un ser imperfecto y repugnante en un ser bello y celeste. Tal proyecto ha de ser por fuerza comunitario, pues siguiendo a Kant, cuya filosofía de la historia tradujo, en la especie alcanzará el género humano su destino por completo.

Si Heidegger representa un humanismo imposible, porque se desentendió de la historia y se metió dentro de sí, hay que volver al humanismo posible de Erasmo:

"El humanismo es el producto consciente, deliberado, históricamente maduro del injerto de la conciencia cristiana en la conciencia estoica, heredera de toda la tradición universalista y clásica humana (...) En estos días nuestros de terrible sequía, con las tolvaneras sofocantes de tantas propagandas, equivale a una invitación al suicidio pretender que renunciemos a nuestra estupenda tradición para acudir a las fuentes presocráticas. Il faut redonner un sens au mot humanisme. Y creemos que el sentido que hay que recalcar hoy es, precisamente que la soledad deshumaniza al hombre si éste no retorna a la comunidad después de su terrible experiencia..." (Alocución dispersa, A los estudiantes de filosofía de Caracas. en el vol. "Luz en la caverna", pág. 114.

En la evolución del hombre Ímaz habla del homo faber, del homo sapiens y del homo amans. La humanidad se supera a sí misma en cada etapa, pero la realidad histórica que vivió el filósofo no pudo ser más opuesta a esos anhelos filosóficos, el derecho de la fuerza, la razón de la guerra, la desintegración cultural de los años 40 en especial, parecían contradecir la madurez del hombre. Qué tiempos más negros hubieron de vivir todos los españoles, los que se quedaron y los que se marcharon.

Además de esta interesante y apasionante introducción a otro filósofo lamentablemente olvidado que nos hizo don José Biedma, recibimos la visita del profesor Emilio López Medina que nos habló sobre sus proyectos literarios actuales y nos prometió desarrollar con más calma su pensamiento en otra ocasión.