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Depósito de ponencias, discusiones y ocurrencias de un grupo de profesores cosmopolitas en Jaén, unidos desde 2004 por el cultivo de la filosofía y la amistad, e interesados por la renovación de la educación y la tradición hispánica de pensamiento.

martes, 31 de mayo de 2011

ROSARIO REVUELTAS



¿Rosario o Rosaura? El apellido parecía hecho para interpretar La Sal de la Tierra (1954). El interés de la película de Herbert Biberman para mí, más que en el hecho de que pueda ser la única película marxista (y prosoviética) del cine norteamericano, o en su valor documental, estriba en el papelazo, claramente feminista y libertador, de Esperanza Quintero, la mujer del bajo y tímido Chacón (un minero y sindicalista real), al que redime de su machismo ancestral. La superioridad y fuerza de su papel sin duda debió mucho a su condición de actriz profesional:

Rescato las sentencias principales que pronuncia Rosario-Esperanza en la escena climax de la película (1:16:18):

-No podemos volver a las viejas costumbres... ¿Por qué te asusta que sea tu amiga?... ¿Por qué te asusta tenerme a tu lado? ¿Sólo tienes dignidad quitándome la mía?... ¿Te sientes mejor teniendo a alguien por debajo?... ¿A quién pisotearé para sentirme superior? ¿Y de qué me servirá? No quiero a nadie debajo de mí. Ya estoy bastante abajo. Quiero subir y que todo suba conmigo... Si no lo entiendes eres un tonto. ¡No puedes ganar nada sin mí!

Lo que hace más efectivas aún las palabras de Esperanza es que muestra a su marido la etiología de su prepotencia respecto de ella: él está humillado por el desprecio con que le tratan "los anglos", y se resarce del mismo humillándola. Porque sabe que tiene razón le levanta la mano, y es un tipo inteligente y honesto, pero su corazón se niega a admitir que ella lleva razón. Ella le exige que sea la última vez. Y lo manda al sofá esa noche. Chacón acaba por ceder...

"Compañera te doy, que no sierva"

sábado, 28 de mayo de 2011

Las hormigas del Prater

Autora Ana Azanza


http://www.guiadelocio.com/jaen/teatro-y-danza/las-hormigas-del-prater-en-teatro-cervantes-de-linares

Nos sorprendió Marcos Serrano con sus habilidades escénicas una vez más. Ayer asistimos la Quinta casi en pleno a la representación teatral de "Las Hormigas del Prater", primera obra teatral escrita por nuestro compañero y profesor de filosofía en Linares.  Ya sabíamos de su afición por la escena. En años anteriores habíamos asistido a otras dos representaciones, "Una chica en mi sopa" y "El florido pensil".



Una escena de "El tercer hombre" en la noria







Pero esta vez se presenta como autor novel, con "Las hormigas del Prater". Se me olvidó preguntar al autor a qué hacía referencia con tan extraño título. No obstante el único "Prater" del que he oído hablar es un parque en Viena, y ahora creo que se debe a la película El tercer hombre, cuando los protagonistas están montados en la noria de dicho parque y ven los hombres moviéndose como hormigas de un hormiguero, seres insignificantes desde lo alto de la noria.

El argumento viene resumido en el programa que se entregó a los espectadores:

"Dice un viejo proverbio: Duerme con el pensamiento de la muerte y levántate con el pensamiento de que la vida es corta". Y lo cierto es que nadie le presta oídos al sabio anónimo que lo dijo.
Si alguna vez nos asalta esta idea es mejor darle de lado y pensar que siempre se mueren los demás.
Roberto Sastre es, en esto, como todo el mundo. Y más, un tipo como él, al que todo le va sobre ruedas (o al menos eso cree él). Una noche se duerme con el pensamiento de la muerte y está convencido al día siguiente de que le queda poco tiempo de vida. La angustia le domina cuando es consciente de que en cuestión de pocas horas tiene que dejar resueltos un montón de asuntos pendientes. Actuar bajo presión, apurando al límite el tiempo, no siempre es la forma acertada de hacer las cosas y, por fuerza se ha de cometer algún error. Sólo cabe esperar que éste no sea fatal." EL AUTOR

Dice Marcos que se había declarado ágrafo hasta que ha abandonado esa vocación. Y no podemos menos que felicitarnos. Cuando nos habló hace unas semanas del argumento me pareció que podía ser que la presión de la muerte cercana obligaba al protagonista a resolver un montón de asuntos de forma precipitada y que quizá eso daría lugar más de una situación cómica. Algo de eso había en la obra pero no iban por ahí los tiros esenciales del drama con toques de comedia que ha escrito Marcos.

Los toques filosóficos, las reflexiones, las alusiones a problemas y autores de la tradición occidental fueron constantes, sin agotar al público. También a cuestiones disputadas y polémicas como la "defensa de la vida". En ese momento se escucharon taconeos en el teatro que daban a entender "me voy".

 La gran cuestión de la filosofía: "en la sociedad nada es lo que parece" está presente desde los primeros compases de la obra. En ese sentido recordé cuando Biedma nos ha hablado y escrito de la necesidad del teatro como espejo y catarsis, para vernos a nosotros mismos sin tampoco sufrir por el espectáculo y liberarnos un poco de nuestra carga mediante la risa y la ironía.

No pensé antes en la necesidad de venganza, de ajustar las cuentas pendientes antes de morir, la parte de revancha que da a entender Marcos me sorprendió. También está el amor a los seres queridos, con sus defectos e imperfecciones, como lo que realmente queda en la maleta de la vida. Y en el recuerdo de los demás cuando uno se ha ido de este mundo.

¿No es la filosofía una preparación para la muerte? de siempre ha sido así y cuando lo olvidamos la filosofía pierde interés.  Nada hay más seguro que nuestro final.  De vez en cuando y en tono de humor nos viene bien una pequeña dosis de reflexión sobre la muerte, no está de más compartir esta inquietud que nos une tanto a los seres humanos, mucho más de lo que nos separan otras cuestiones a las que damos prioridad en el día a día, nuestro destino común. La conversación que mantiene Roberto Sastre con el que debería ser el "especialista" en muerte, el padre Iglesias, altamente instructiva. Me gustó el desenlace, el porqué y el cómo se llega a él.

El reloj final en el que cada personaje hace balance de su relación con Roberto Sastre me pareció un gran hallazgo. Descubrí a Descartes, a Ortega, a la escolástica, a Kant en muchas de las palabras pronunciadas por el protagonista. Se me escaparon sin duda las alusiones para cinéfilos, otra de las características de Marcos es su pasión y su conocimiento del séptimo arte. De ello deja constancia las escenas escogidas que aparecen en sendos momentos de la representación del Tercer Hombre y del Séptimo Sello. Pero sobre esas cuestiones a lo mejor nos podría "entretener" mejor nuestro compañero Pepe Fuentes.









fotograma del Séptimo sello





Dice Marcos que como autor dramático esto es sólo el principio. Le sugerí que ya que va engrosando el repertorio, podría sin duda dedicarse definitivamente ir de gira por España.   La pieza se presta a ser representada alrededor de las fechas en que desde hace algunos años la globalización nos ha apuntado a Halloween "vellis nollis".

 La noche anterior a la representación alguien me había preguntado qué se puede hacer cuando se ha estudiado filosofía. La respuesta básica es dedicarse a la enseñanza, después de lo de ayer ya sé que tengo algo nuevo que proponer: se pueden escribir y representar obras de teatro como esta, en las que se da al público "food for think" además de hacer pasar un rato divertido y dar temas para futuras conversaciones en el Mochuelo.

Gracias Marcos por tu generosidad como autor y como actor, diste vida a tu personaje con todas tus fuerzas,  sólo así se llega al público. Y nos dejaste encantados y entusiasmados
Joseph Cotten en el papel de Holly Martins en The thrid Man






martes, 10 de mayo de 2011

La banalidad del mal

Me han gustado mucho los vídeos que has tenido la gracia de colgar, Ana, en el blog de la Quinta. Una inteligencia como la de tu tocaya estuvo por encima de Tirios y Troyanos. Me han animado a profundizar en la filosofía de Jaspers, al que todavía no sé por qué la academia aprecia menos que a Heidegger. Siendo como fue mejor persona, me parece que también debió de ser mejor filósofo. Tal vez sea un prejuicio eticista o moralista lo que me lleva a pensar así, un prejuicio socrático-platónico en todo caso, pues es la idea del bien la que da sustancia y sentido al resto.

Interesante el concepto de "banalidad del mal". Creo que tiene raíces platónicas, o tal vez en la "teología negativa". El mal es insustancial y el malo merece nuestra risa y nuestra ironía, incluso tal vez nuestro sarcasmo.  Lo escandaloso es que el mal pueda hacerse por "sentido del deber", por "rutina", por mandato de la ley y, sobre todo, por vergüenza o miedo. Estos son los mismos motivos que nos pueden también hacer decentes y prudentes.

Es muy interesante la etimología de "banalidad", su raíz está asociada al franco 'ban' y al germánico 'Bann' con el sentido de coto, prohibición. "Banales" eran los medios de producción, tales como almazaras, fraguas, molinos, hornos..., bajo el dominio del señor feudal y de uso obligado por los habitantes de un dominio, que debían pagar por su uso al señor, a veces en especie: harina, aceite... De la misma raíz viene "bando" que Castilla adoptó en el XVI, según el sabio Corominas.

Banalidad o trivialidad del mal. "Trivial" es lo que se halla por las encrucijadas (del latín trivium, tres vías o caminos), por las encrucijadas históricas tal vez. O puede que el humano sea un ser que habita menesteroso en permanente encrucijada, ¿no?

La idea de la banalidad del mal me ha retrotraído a un libro que debí estudiar hace años, de José Luis Pardo, titulado así: La banalidad (Barcelona 1989), un libro en que se explica cómo la verdad, en la sociedad mediomasificada, se constituye en lo irrelevante y en lo olvidable, en las imágenes de los Mass Media...

Gracias por compartir.

lunes, 2 de mayo de 2011

Pensar apasionadamente, 50 años de Eichmann

Autora Ana Azanza



Se celebran cincuenta años, abril a julio de 1961, del juicio contra el nazi Adolf Eichmann del que H. Arendt hizo una crónica para el "New Yorker" un periódico semanal. De ahí saldría el libro "Eichmann en Jerusalén" que tantos sinsabores le traería por parte de muchos, comunidad judía incluida.



He descubierto un programa del canal  franco alemán Arte en you tube sobre la filósofa en cinco capítulos. Para mí ha sido un disfrute verlo, trae muchas más fotos inéditas, salen parientes suyos, una tía y una sobrina, su biógrafa americana, Elisabeht Young Bruehl. Imágenes de cuando le entregaron en Alemania el premio Lessing. Sus cartas a Heidegger y las de Heidegger a ella, por seguir abundando en el tema. Se cuenta con más detalle su infancia, juventud, su primer matrimonio, como conoció a su segundo marido. Y algunas anécdotas de su paso por la universidad neoyorkina en la que empezó a dar clase rozando los 60 años. Hasta ese momento era famosa únicamente por sus libros.

En este vídeo se habla de la separación de Heidegger y posteriormente se escucha a Hannah hablando de su otro maestro, Karl Jaspers, el hombre que le hizo "entrar en la razón, educarla". Un interlocutor de Hannah que no pensaba como ella, pero al que le gustaba el diálogo y la confrontación. Muy interesante su búsqueda afectiva tras la relación con Heidegger bruscamente acabada, hasta encontrar su gran amor unida a su identidad como persona. La suma que da la felicidad

Y luego en 1933, el compromiso político inevitable tras el incendio del Reichstag en febrero de ese año. Como ella misma ha escrito:

"Nadie puede ser feliz sin participar en la felicidad pública, nadie puede ser libre sin la experiencia de la libertad pública, y nadie, finalmente, puede ser feliz o libre sin implicarse y formar parte del poder político."

Frase que me parece encierra la esencia del feminismo: queremos participar.





El vídeo en el que se trata el tema de Eichmann, empieza con la experiencia de la filósofa en el campo de concentración en el sur de Francia. Lo de la "banalidad del mal" tiene su explicación: queremos ver demonios o locos detrás de los hechos atroces del exterminio, y en ese proceso Hannah Arendt observó que el nazi medio era un hombre bien normal,  que no reflexiona mucho, y que incluso recurre al imperativo categórico de Kant para justificar sus hechos: cumplía con su deber. Hannah Arendt dice que se divirtió leyendo las respuestas de Eichmann en las casi 4000 páginas del proceso, y que hasta el momento mismo de su muerte, reiría  por la ridiculez de este hombre. Merece la pena el vídeo, me parece que se entiende mejor qué significa que el mal es banal y cuál es su defensa frente a los judíos que la acusaban de traidora por asegurar, como el propio Eichmann dijo en el juicio, que para la deportación de tantos miles de personas fue indispensable la colaboración de los consejos judíos, bien conocedores de quien era quien en la comunidad.