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Depósito de ponencias, discusiones y ocurrencias de un grupo de profesores cosmopolitas en Jaén, unidos desde 2004 por el cultivo de la filosofía y la amistad, e interesados por la renovación de la educación y la tradición hispánica de pensamiento.

sábado, 3 de enero de 2009

VÍA DE ENTRADA ANTROPOLÓGICA AL PROBLEMA METAFÍSICO MENTE-CUERPO

VÍA DE ENTRADA ANTROPOLÓGICA AL PROBLEMA METAFÍSICO MENTE-CUERPO (RECENSIÓN)

A petición del creador del Blog, no voy a colgar el trabajo (de 12 folios) en el mismo. Así que he tratado de hacer un pequeño resumen con las ideas más destacadas, desde mi punto de vista, de este trabajo.
Estudiar el problema de la Identidad es adentrarse en lo que nos define más genuinamente y nos diferencia, como especie, del resto de seres vivos. Además se trata de un problema tan antiguo como la propia historia de nuestro pensamiento.
En este escrito trato de abordar el problema de la Identidad, haciendo un pequeño recorrido histórico por lo que ha sido este abundante campo metafísico, pero, sin duda, dejándome arrastrar por una lectura más física que metafísica. Es por esto que el cierre del escrito se hace con la lectura de Cuerpo y alma de Pedro Laín Entralgo, como una manera “científica” de perderse por la “metafísica”
A partir de la interpretación que el propio Platón inaugura, al hablar del Cuerpo como la cárcel del Alma, nos remontamos hasta el DUALISMO Cartesiano y reflexionamos cómo es a partir de este momento que el estudio antropológico sobre la cuestión de la identidad del ser humano empieza a decantarse por la línea más materialista, a causa del problema de la causalidad de lo psíquico sobre lo físico.
Ryle en su libro Dilemas trata de deshacer estos aparentes conflictos aclarando la confusión conceptual que se produce acerca de la mente (como buen positivista). La mente y las actividades mentales no serían una entidad y unas actividades añadidas al cuerpo, es decir, no se podrían situar al mismo nivel ontológico que el cuerpo, sino que son el resultado del conjunto y organización de las actividades físicas desarrolladas por el cuerpo. Desaparecería así, el encanto que nos había acompañado como especie desde los albores de la reflexión sobre el propio ser humano al ser definidos de forma exclusivamente física. ¿Debemos conformarnos? Nuestra inteligencia, nuestra capacidad de simbolización, ¿se reduce a una actividad física? La palabra clave es “reduce”.Las llamadas Teorías de la Identidad pecan de reduccionistas.
Continuando con la presentación histórica, un intento de salvar el escollo del MATERIALISMO DE LA IDENTIDAD es el que construye el FUNCIONALISMO. Desde una perspectiva que algunos han llamado HUMANISTA, Searle hace una crítica al funcionalismo (olvida el carácter semántico e intencional de la mente) y propone que debemos cambiar muestra noción de lo mental, evitar dualismos y monismos y hablar de lo mental desde un concepto de Causa o de Intencionalidad. Así de un plumazo detiene Searle el debate sobre la naturaleza “especial” de lo mental y su complicada coexistencia con el CUERPO, que ahora sí, y no tanto en Platón, se había convertido en una cárcel para su explicación.
No se puede reducir la mente al ámbito de la racionalidad pura, y hemos de admitir la importancia de lo emocional sobre la racionalidad. La vida humana empieza a vislumbrarse como un sistema diverso, con restos de su pasado animal y con un complemento racional que se superpone o se eleva constituyendo el verdadero proceso de la hominización.
En esta línea caminan dos autores españoles que podríamos situarlos cercanos a lo que hoy se conoce como EMERGENTISMO. Estos dos autores son Zubiri y Pedro Laín Entralgo.

Si desde la tradición griega la historia de la filosofía ha adoptado una concepción “conjuntual” del universo (es decir, se entiende como un conjunto de elementos que interactúan de modo causal) y por ello nos lega una visión del ser humano como la unión sustancial o conjuntual de dos elementos, el cuerpo y el alma, ZUBIRI trata de romper con esta concepción y adopta otra más moderna, la “campal”, para definirnos como estructura clausuradas de momentos o notas. En este sentido la concepción “conjuntual” del Emergentismo –no hay dicotomía sino conjunto- se acerca a la concepción “campal” del universo de Zubiri, pero en todo momento esta tradición es fiel al carácter evolutivo de los seres vivos y hace emerger el psiquismo humano del psiquismo animal. Esto es inadmisible para Zubiri pues establece un salto insalvable entre los animales y el ser humano y es el propio universo el que hace que el prehomínido, en un cierto momento “dé de sí”, por “elevación”, la inteligencia humana, es decir, la humanidad: el salto es de orden trascendental.

Siguiendo el análisis que Pedro Laín Entralgo hace en su obra Cuerpo y Alma, el doblete genético mutación-selección natural permite descubrir innovaciones estructurales en las especies que son a la vez reactivas y adaptativas. Estas innovaciones “cualitativas” del Cosmos conjugan el principio del Azar con la “posesión de un sentido”, eso sí un sentido detectable sólo a posteriori. Las cuestiones del sentido y la explicación no determinista del universo humano acercan a Laín Entralgo a la metafísica. A continuación se presentan unas notas biográficas que me sirven de puente para abordar la descripción científico-metafísica que hace Pedro Laín del Ser Humano.
Según Laín Entralgo la inteligencia humana no emerge del cerebro de un australopiteco mutante, sino que todo lo que había de ser la especie homo sapiens (el genoma específico del ser humano) se constituyó de manera novedosa, como estructuras cualitativamente nuevas, a partir de otras en las que en modo alguno estaban incluidas. Como ya dijéramos, la evolución del cosmos incluye, el azar pero con un sentido a posteriori, la constitución de sucesivos niveles estructurales de realidad de tal manera que el cuerpo poseedor de un cerebro humanamente inteligente se constituyó a partir de una anterior ordenación de la materia (el nivel estructural vital humano se constituye desde el nivel estructural vital. ESTRUCTURISMO). Cualquier afirmación antropológica que señale un yo y un cuerpo, unidísimo al yo pero distinto, no recoge la inquietud indisoluble que poseemos de nosotros mismos, según Pedro Laín. Primero el cuerpo que tiene como posibilidad decir de sí mismo, soy yo. Este nuevo “yo”, una materia elevada en inteligencia, como dijera el maestro Zubiri, es algo mucho más complejo que redes neuronales pero no es nada aparte de esas redes.
Es imposible negar y renunciar a un Alma humana pero también es imposible afirmarla como ente distinto del cuerpo vivo que alimenta. Podríamos decir que entender la libertad, condición indispensable de la moralidad según Kant, de modo estructurista no es negarla y reducirla a un mero análisis conductual y/o neurofisiológico. Es más que nada constituirla por encima de lo estrictamente material, y en este sentido posibilitar un ámbito distinto y no reductible al físico-necesario.
¿Qué somos? «”Somos” nuestras creencias, nuestras esperanzas y nuestras dilecciones, y con ellas contamos, sabiéndolo o no, en la ejecución de cualquiera de los actos de nuestro vivir personal». A partir de la fina observación de los hábitos humanos y del momento histórico que nos ha tocado vivir encontramos las directrices que nos permiten realizar los proyectos en los que autorealizarnos.


Amelia Fernández García
Curso académico 2007-2008
I.E.S. Francisco de los Cobos, Úbeda,
Grupo de Trabajo LA QUINTA DEL MOCHUELO

1 comentario:

Unknown dijo...

Hola Amelia,

Excelente artículo. ¡Qué alegría encontrarte!!!
Soy JAVIER ADOLFO IGLESIAS, tu compañero de la facultad. Me ha dado mucha alegría pues siempre preguntaba por tí a Pablo, el único compañero que veo en Almería y no sabía nada de tí, y además estás tan bien, entre mochuelos e historia renacentista.
Bien, te dejo mi email por si ves este mensaje: adolfoiglesias1966@gmail.com Me gustaría contactar contigo. Después de 16 años de periodista, dejé el diario para volver a la Filosofía. En fin, ya te contaré.
Un besico desde Almería!!!